Cuando fije mi vista en la puerta, vi que la mano que se encontraba en el interruptor era la de Joe, quien por cierto me miraba extrañado y a la vez apenado.
— ¡Joe! ¿Quien te crees que eres para pasear solo en toalla por MI casa?
— ¡Hey! Déjame decirte que estaba solo y pensé que no había nad…—me miro y comenzó a acercarse hacia la mesa—. ¿Qué te paso en la frente? Tienes un gran raspón y esta sangrando…mucho—me miro con cierta… ¿preocupación?
—Ah… no es nada, me caí y me raspe—dije tocando mi frente—. ¡Auch!
—Hey, no te toques, iré a cambiarme y por unas banditas para curarte.
—Estoy bien…
— ¡Que no te toques!—grito mientras iba corriendo hacia las escaleras.
¿Qué no me tocara? Estaba sangrando, algo leve, pero lo hacia y aparte me dolía y…. la vista se me nublaba, se me había olvidado un gran pequeño detalle. Odio la sangre. Así que cuando volví a mirar mi mano manchada, sentí que todo me daba vueltas, me recargue en el respaldo, inhalando y exhalando constantemente.
—Si, me siento bien… creo que ya deje de sangrar—me lleve la mano a la frente—. Me equivoque sigo sangrando—cerré los ojos y comencé a hacer mis ejercicios de respiración.
—Bien… te parece si comienzo a limpiarte y por favor, no te toques, puedes infectarte.
Abrí los ojos, algo extrañada. Joe se inclino más a mí, con una gran bola de algodón húmedo.
—Cuidado te dolerá un poco, intenta no gritar. —dijo burlándose.
Yo me había perdido en sus ojos, —en esos grandes ojos color miel, que estaban resguardados por unas pobladas cejas, que lejos de parecerme extrañas, se me hacían realmente sexys— así que solo me limite a asentir, estaba ausente. Su respiración, algo entrecortada y agitada golpeaba sensualmente mi rostro.
El sonreía, cada vez que yo me quejaba por el contacto que tenía aquel algodón sobre mi herida. De ves en cuando desviaba la vista, por que Joe me miraba y no quería que se diera cuenta de que lo observaba tan bobamente.
Cada que su mano, se ponía en contacto con mi piel, sentía como si una gran corriente eléctrica recorriera cada espacio de mi cuerpo.
—Listo— termino de colocar una bandita en mi herida, para después comenzar a bajar su derecha de mi frente, para ponerla sobre su pierna, aún sin despegarse de mí. Su mirada se encontró con la mía, los dos nos mirábamos sin decir nada.
Joe me miraba adorablemente y yo… yo sentía con lo miraba, como una pequeña enamorada de “un actor de televisión”—Bueno, literalmente era así, solo que el actor estaba sentado frente a mi y no lo veía a través de una pantalla de cristal—.
Nadie hacia nada por detener este silencioso momento, en el cual, lo único que se alcanzaba a oír eran nuestras respiraciones.
Joe comenzó a inclinar su cabeza hacia mi, sin perder el contacto visual, entre en cierto “pánico” y desvié mi cabeza hacia un lado, haciendo que Joe no lograba rozar mis labios.
—Bien…este… Gracias por curarme—me puse de pie—. Me iré a recostar me siento un poco mareada.
—Amm—se puso de pie y se giro hacia donde estaba yo, rascándose la cabeza y haciendo una mueca al mismo tiempo—. ¿De nada?
—Buenas Noches.
Salí de la cocina, dejando a Joe atrás, mirándome subir las escaleras.
¿Por qué me hacia esto a mi misma? ¿Las personas se pueden enamorar tan rápido?, tenía las respuestas a mis preguntas. Uno, por tonta y Dos, claro que se pueden enamorar tan rápido, pero… supongo que también se pueden desenamorar rápido también ¿no?
Llegue a mi habitación y le puse seguro a la puerta, camine hacia el tocador y me mire en el espejo. La herida no estaba tan grande, pero generalmente los raspones o lo que sea que pase en la cabeza, tiende a sangrar más.
Mientras miraba mi herida, ahora curada, no pude evitar sonreír. Joe se había visto muy lindo haciéndolo.
Camine hacia el baño, para darme una ducha rápida y así ponerme a descansar, ya que el mareo aun no bajaba.
//JOE//
Iba bajando las escaleras tarareando la canción de “Fans de King Of Leon”, enredado en una toalla, ya que había salido de la ducha con algo de hambre.
Cuando encendí la luz de la cocina, me lleve la sorpresa de ver a Alex recargada sobre la mesa, pero al sentir, supongo que mi presencia, levanto su cabeza y se llevo su derecha a la frente, vociferando algunas palabras altisonantes.
Yo me quede mirándola extraño, ya que no lograba entender el porvenir de esas palabras. Cuando regreso su mano a su regazo logre ver que sangraba.
Le pregunte que le había pasado y si se encontraba bien, ella en vez de responderme, me grito por decirlo de alguna manera, ya que estaba en “paños menores” frente a ella.
Le dije que no se tocara la herida y subí corriendo por el botiquín.
En el trayecto de las escaleras a mi habitación, la toalla amenazaba por salirse de su lugar, así que primero decidí cambiarme y después ir a buscar el botiquín. Ya que me cambie y fui por el, baje y vi a Alex, algo pálida y recargada en el respaldo, inhalando y exhalando, se veía cómica, como si fuera a dar a luz.
Me acerque para comenzar a curar su herida, se le veía asustada, pero yo seguí limpiando e intentando no perder la concentración y así dirigir mi mirada a sus carnosos y finos labios, sentía que ella me miraba, pero por no ponerla nerviosa, no dije nada.
Cuando termine de hacer la curación, fue inevitable que nuestras miradas se encontraran, no podía despegarme, sus ojos eran un imán para los míos y sus labios… sus labios lograban ser mi perdición, se veían adictivos e insinuantes.
No pude resistirme más y comencé a acercarme ella no hacia nada, supongo que dejaría que el beso ocurriera aunque se notaba tensa. Estando a un centímetro de su boca, sintiendo ya, su mentolado aliento, se separo poniéndose de pie.
No me quedo mas remedio que separarme y ponerme de pie yo también, me agradeció y subió hacia su habitación, dejándome solo en la cocina, confundido y sin entender aún muchas cosas.
Me deje caer en la silla, soltando un gran suspiro de desesperación, me lleve mis brazos sobre mi pecho, mientras subía las piernas en la mesa. Una melodía conocida y que me provoco cierto sonrojamiento, comenzó a sonar, era la de Single Ladies. Comencé a buscar con mi mirada de donde provenía aquel sonido, cuando frente de mi vi el celular de Alex, el cual en su pantalla podía percatarme de que le estaba entrando una llamada.
Me estire y lo tome. Lo mire por unos instantes, pensando si respondía o no la llamada, era un número desconocido. No conteste, lo deje nuevamente sobre la mesa y me acomode nuevamente en la silla, cuando de nueva cuenta comenzó a sonar, pero ahora por un mensaje… me entro la curiosidad, por tal insistencia de llamada y leí el mensaje.
“Bueno, Alex soy Jonny o Jonathan como quieras,
te marque para ver si era tu numero, pero no contestaste
supongo que estas ocupada… espero estés bien, te mando saludos
y me agrado conocerte Hoy, eres muy linda y agradable.
Espero verte pronto. De igual manera te volveré a marcar.
Saludos y Buenas Noches”
Bueno, bien decían que la curiosidad mato al gato.
Dos preguntas ¿Quién era Jonny? JA, patético e infantil el nombre… y ¿Por qué Alex, les da su número telefónico a chicos que acaba de conocer?
Bien, mi marcador de celos iba así: Joe 2— Alex 0.
aii me encanto! jaja me mate de risa cuando vi el "single ladies" jajajxD
ResponderEliminaraii me encanto! ii xqe no ubo besoo???
bue n importa...
seguila! amo tu nove!♥
aws muy buen capitulo!! sese solo que hubiera habido beso.. mua!
ResponderEliminarok me voy espeor el proximo y espero leas mi novela:D
Hubiera estado mal el beso! hahaha eso qe! Me encanta!
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