jueves, 20 de octubre de 2011

¡HEY!

CHICAS, EN LA ENCUESTA QUE HICE 33 PERSONAS DIJERON QUE SI LEERIAN MI NOVELA, SO...
ESPERO QUE LA LEAN, APENAS HE SUBIDO 5 VECES, TIENEN TIEMPO DE PONERSE AL CORRIENTE, EN SERIO SIGNIFICARÍA MUCHO PARA MI, QUE USTEDES - MIS PRIMERAS LECTORAS- ME SIGUIERAN EN LA OTRA:

nueva novela

POR FA, NO ME DEJEN SOLA :)
LAS QUIERO.

X

sábado, 8 de octubre de 2011

Capítulo #75 "FINAL"


Parecía que no dejaría de llover por un buen rato, pero no me quería mover de aquí sin antes ver a Joe. Lo peor de todo, es que no me importaba resfriarme o ir a casa y salir cuando viera que alguien llegaba. No. Me quedaría aquí, sentada sobre los escalones de la entrada, esperando. No tenía otra opción, debíamos hablar. Debía escuchar todo lo que me dijo en la carta, debía ver salir esas palabras de su boca.

El agua escurría por mi cabello, hasta llegar a mi barbilla, para así caer en forma de gotas a mis piernas. ¿Cuánto tiempo tenia sentada ahí? Poco más de una hora.

Un auto se paro frente a la casa, no le tome importancia, ya que era un auto que no conocía, así que seguí con la cabeza baja mirando mis manos, tenia frio. «No tiene caso que hagas esto, puedes estar en la calidez de tu casa, esperando que Joe llegue. Esto es un poco idiota, Alex.» de nuevo aquella vocecita tenía razón, pero esta vez no le haría caso.
Mierda, mierda, mierda. — me decía a mí misma.
No era normal que una lluvia como esta, estuviera cayendo en Los Ángeles, simplemente no lo era. La calle estaba obscura, y aquel auto seguía ahí, parado. Intente ver quién era, solo por la curiosidad, pero no logre ver nada, así que regrese a la posición en la que estaba.

De pronto, escuche como alguien venia caminando hacia mí, escuchaba el chocar de sus zapatos con la tierra mojada. Intente no voltear, podía ser cualquier persona, pero en definitiva, no era algo que me incumbiera. Me canse de esperar, así que me puse de pie y comencé a caminar hacia mi casa.
— ¿Alex? —pregunto extrañado. Yo me quede estática. Me gire lentamente y lo mire. La luz de la luna, que estaba detrás de él, lo hacía parecer como un ángel. — ¿Qué hacías aquí? ¿Acaso estás loca?
—Joe… yo — Estaba nerviosa, el me miro de arriba para abajo.
— ¿Estás de acuerdo que está cayendo una tormenta? Vamos dentro. —me tomo del brazo, para que entrara a casa con él.
—No espera. —me detuve en seco y lo mire.
—Alex, te vas a resfriar. —Dijo preocupado, al ver que no me movía. —Lo que sea que me quieras decir, puede esperar. Te vas a enfermar, Alex. Estas helada.
—No… no, ya no puedo esperar más. He leído tu carta...
—Oh… es eso. —tomo aire y miro hacia la nada. Se mantuvo en silencio, solo apretaba la mandíbula.
—Yo… realmente lamento no haber dejado que me dijeras todo eso de frente. Soy una idiota por no darte la oportunidad de decírmelo cuando lo querías hacer. —baje la mirada. Menos mal que estaba lloviendo, y que si comenzaba a llorar, no lo notaria.
No podía creer que estaba frente él, después de haber dicho que lo odiaba con todo mi corazón. Ahora estaba intentando arreglar todo. Era un poco bipolar de mi parte.
—Alex…—tomo mi barbilla delicadamente. Lo miré. El solo tacto de su mano en mi piel me hacia estremecer, era… era algo que extrañaba. Lo que sus roces hacían en mí, la manera en la que miles de mariposas bailaban en mi vientre o miles de hormigas caminaban sobre mi piel, todas esas sensaciones que habían estado guardadas dentro de mí ser, solo con un toque, habían salido disparadas. Eso era lo que él lograba en mí, derretirme. Solo Joe podía hacer que mi sentido común, se fuera para jamás regresar. No sé si era bueno o malo, pero me gustaba la sensación.
—Lo siento Joe…—dije.
Soltó mi barbilla al ver que ya le prestaba atención, delicadamente retiro el cabello que cubría mi rostro, aunque no servía de nada, ya que la lluvia seguía cayendo. Me miro directamente a los ojos.
—Nunca he dejado de quererte, Alex… fui un idiota. —no dije nada. Solo lo miraba insistentemente. — ¿Podrías decirme algo? aunque sea dime un “está bien”, no te quedes en silencio.
— ¿P-podrías repetir la primera frase que me dijiste? —el me miro extrañado. A pesar de la obscuridad lograba ver sus gestos.
— ¿Que si podrías decirme algo?
—No, la primera… repítemela. —el sonrió al entender lo que quería.
—Nunca he dejado de quererte…—repitió. Una sonrisa se formo en mis labios, sentía que iba a explotar. Las lágrimas comenzaron a salir.
Al escucharla, fue como si la hubiera dicho en cámara lenta, so voz salió tan pausada, tan sedosa, tan perfecta.
Todo lo que habíamos pasado comenzó a proyectarse en mi mente como si fuera una película… Tal vez todo era como una película. No podía creer que al principio, él llegara de nuevo a mi vida, después de tener años sin verlo. Había sido mi primer amor, si el típico amor de una niña de 8 años, ese amor idealizado, ese amor tan inocente, y tan secreto. Después me fui a New Jersey, había llorado como nunca, porque yo sentía que lo amaba.
El tiempo paso y como buen amor de niños, me olvide de él.
Un día, el regreso a mi vida, todo había cambiado. Nos odiábamos, el era tan estresante y ególatra. En realidad sentía que lo odiaba. Pero después me di cuenta que no era odio, más bien… aun lo quería, después de tantos años, ese amor inocente, no había sido tan inocente.

Todo se dio de manera extraña, yo no me separaba de Nick, incluso cuando éramos pequeños, Joe y yo siempre peleábamos y Nick me defendía.
En realidad me di cuenta de que seguía queriendo a Joe, desde aquel momento en que fui tras bambalinas de su concierto y lo mire tan vulnerable llorando por Camilla. En esos momentos en el que el abrió su corazón para mí, yo le abrí el mío sin querer, sin decirle absolutamente nada. Solamente se instalo.

Los besos solo fueron reacciones. No necesitaba besarlo para saber que en realidad lo quería. Era un secreto, solo Nick lo sabía.
Joe comenzó a portarse fríamente conmigo, y ahí fue cuando me di cuenta de que no estaba bien que lo quisiera, simplemente no, el estaba completamente enamorado de Camilla, y claro, ella me odiaba solo por ser su amiga.

Después vinieron más momentos, a pesar de todo, si tuvimos muchos momentos en los que no peleábamos. Las idas al parque, las fotografías, las noches en las que nos quedábamos platicando por horas…
Pero de un día a otro todo eso había desaparecido, haciendo que él me odiara sin razón, haciendo que él estuviera a punto de golpearme… Había llorado, me había dolido demasiado… Pero ahora estaba aquí, lo tenía frente a mí, tan perfecto, tan dulce… sus ojos me decían la verdad, esos ojos que me derretían, esos ojos que me sonreían.
—Aunque…—volví a escuchar su voz.
— ¿Si? —dije incitándolo a continuar. Sus dedos acomodaban mi cabello a cada momento.
—No tiene caso que lo sepas, tu estas con alguien… y eres feliz. Yo solo… lo siento. Solo quería arreglar todo…—me quede con la boca abierta, ¿Cómo podía decirme eso? Lo mire con el ceño fruncido y decidida a hacer algo que tenía en mente desde hace mucho tiempo. —Ni siquiera tiene caso que sepas que te sigo amando… —me puse de puntillas sobre sus pies y acerque su rostro al mío, lo bese rápidamente. El se quedo inmóvil. Me separe avergonzada. El me miraba atónito.
—Yo…—tome mi brazo y mire el suelo. —Termine con Dylan en la mañana. No tenia caso que siguiéramos juntos, porque… en realidad nunca te olvide Joe, siempre te he amado… y te odio por eso, intente mil veces sacarte de mi corazón, pero nunca quisiste salir. —logre ver como sus labios se curveaban en una pequeña sonrisa. —No Joe, no te rías, en serio lo intente. Intente olvidarte con Dylan, pero me di cuenta de que simplemente era imposible, y que no me importaba quedar sola… solamente quería estar contigo de nuevo. No fue fácil, porque llore demasiado por ti, intente por todos los motivos odiarte, intente buscar todo lo malo de ti, intente sacar conclusiones malas, pero no, todo regresaba a lo mismo, te amaba y no podía hacer eso, simplemente era como intentar quitarme la mitad de mi corazón, y estás de acuerdo que eso es clínicamente imposible. Sería como morir. Aunque pensándolo bien… no me importaría morir, pero si tu estuvieras conmigo.

Joe no dijo nada, solo se acerco lentamente a mí. Elevo mi barbilla, e inclino su rostro hacia mí. Yo lo mire detenidamente, no era lo mismo que yo lo besara de sorpresa, a que él lo hiciera lentamente. Me ponía más nerviosa, siempre me ponía nerviosa.
Sus labios tomaron lugar sobre los míos. Encajaban perfectamente, parecía que habían sido hechos para estar juntos. Cerré los ojos y me deje llevar, enrede mis brazos alrededor de su cuello y el puso los suyos sobre mi cintura.
Me sentía tan feliz.

Me separe lentamente de él, aun me faltaba el aire. Lo mire tímidamente, el me sonrió.
—Alex, no sabes lo feliz que me haces. —dijo mientras pasaba su dedo sobre mi mejilla.
—Lamento que haya ocurrido todo esto, pero veámosle el lado positivo. Nos dimos cuenta de que no podemos vivir sin el uno para el otro.
—Preferiría morir, a estar sin ti. —dijo sonriendo.
— ¡Esa es mi frase! —golpe su hombro, pero me atrajo hacia él y me beso de nuevo. Esta vez un poco más rápido, más pasional.

Sentía que todo daba vueltas, solo estábamos él y yo, como debía haber sido desde un principio…
Después de la tormenta, viene la calma. Cuando me separe nuevamente de él, me di cuenta de que ya no llovía tan fuerte, solo caían unas pocas y esparcidas gotas de lluvia. Lo mire fijamente, me acerque de nuevo y lo abrace tan fuerte, tan segura de lo que sentía.
—Te amo, Joe.

.

Solo el amor puede lastimar tu corazón, llenarlo de deseo y después destrozarlo sin más. Solo el amor puede hacerte llorar hasta casi ahogarte y solo él sabe el porqué. Claramente, si no estás listo para llorar y para perdonar, si no estás listo para tomar ese riesgo, si no estás listo para sentir ese dolor… entonces, solo entonces, no estás listo para enamorarte.





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Espero les haya gustado el final, y que toda la novela haya sido de su agrado. 
por favor dejen su comentario y no dejen de pasar a leer mi nuevo fic  AQUÍ.
x



btw. la ultima frase (solo el amor puede....) no es mía. la leí en otro fic y me encanto, así que decidí ponerla.

HEY

Ya subí el prologo de mi nueva novela, por si quieren pasar y leerlo.

http://whentherainstopfalling.blogspot.com/

:)

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Chicas.

Hola, espero estén bien... no se como decir esto, porque prácticamente subo una vez a la semana y después llego y les digo esto es como D:
el caso es que, no se, no les ha pasado que hacen cosas y después ven lo que hicieron y no les gusta como queda? lo vuelven a comenzar y al final, simplemente no les llena? no se sienten satisfechas?

Eso me esta pasando, no se... escribo capitulo, lo leo y no me llena. así que lo re-escribo y el caso es que, el capitulo que se supone subiría esta semana, no me esta convenciendo, necesito que ese golpe que me llega me llegue para poder escribirlo y estar feliz con el resultado... es que simplemente tengo como un severo bloqueo, y no se que me pasa, creo que necesito llenarme un día de Joe, para poder hacerlo, pero debe ser un día en el que realmente me den ganas de hacerlo, no porque tenga que hacerlo.

Se supone que hoy subiría el capitulo final, pero no debe ser cualquier cosa, por lo mismo no lo subiré, se supone que el capitulo final debe ser el mejor de todos..
así que, creo que lo subiré cuando este lista y cuando me haga llorar o reír o  las dos cosas al mismo tiempo, ese capitulo que me haga sentir orgullosa, debe ser perfecto.

Así que les pido por favor, que me esperen, quiero darles el mejor capitulo a ustedes y por supuesto a mi.


las quiero.

Yanan.

lunes, 26 de septiembre de 2011

La verdad es que no he tenido nada de inspiración. solamente tengo menos de una hoja de word con el siguiente capitulo, y simplemente no puedo terminarlo. Lo veo y lo veo, lo leo mil veces y no... la inspiración no llega.

Espero poder terminarlo en esta semana y subirlo en cuanto lo tenga, por favor no se desesperen, ya saben que subo minimo 1 vez a la semana.

y sobre el anterior capitulo, si no lo han leído léanlo por favor.

estamos en contacto :)

mi twitter es @waalkinthesuun por si me quieren seguir :)
un abrazito

martes, 20 de septiembre de 2011

Capítulo #74


En cuanto desperté, lo primero que hice fue llamar a Dylan. Había pensado en todo mientras intentaba dormiré, y eso que había visto entre sueños, me había puesto a pensar.
Dylan aun seguía en la ciudad, así que fue fácil, quedamos para desayunar y después el tomaría su vuelo de regreso a Dallas.
Me puse unos jeans, unos botines y una camisa que dejaba descubierto un poco mi hombro, me cepille el cabello y me puse un poco de maquillaje, para ocultar las ojeras de no haber dormido bien la noche anterior. Baje las escaleras y vi que mi madre, estaba sentada sobre uno de los taburetes de la cocina leyendo el periódico aun con su pijama.
— ¿Alex? ¿Qué haces despierta tan temprano? —pregunto extrañada.
—Quede con Dylan, ya decidí lo que hare y hablare con él. —dije mientras sacaba del refrigerador una botella de agua.
— ¿Y qué decidiste?
—Te platicare después, no tarda en llegar… después de desayunar lo llevare a su hotel.
Justo en cuanto termine de decir esa frase, Clara, la señora que nos ayudaba en la casa, le abría la puerta a Dylan, mire a mi mamá y ella me sonrío en señal de apoyo.
—Bueno, yo me iré a arreglar. —dijo mientras saludaba de beso a Dylan. —Que tengas buen viaje.
Dylan me sonrió y yo le sonreí de vuelta, pero no de la misma manera, estaba esperando que la decisión que había tomado, no nos afectara ni a mí, ni a Joe y mucho menos a Dylan.
— ¿Nos vamos? —dije.

Abría la puerta de la casa, y alguien corrió de mi buzón. Me sentía observada, pero no le tome importancia. Subí a mi auto, mientras Dylan subía al lado del copiloto.
Durante el trayecto al restaurante, él intentaba que yo hablara de lo que le quería decir, pero yo me negaba y cambiaba el tema.

.

Pedimos una mesa y caminamos hacia ella. En cuanto nos sentamos, un mesero llego y nos dio el menú, pedimos y en cuanto se fue, Dylan hablo.
— ¿Ahora si me dirás que pasa?
—No sé cómo empezar…—dije tímida sin verlo a los ojos. Suspire.
— ¿Qué tal si empiezas por el principio? —dijo serio, yo sentía dentro de mí, que Dylan sabia hacia donde iría esta plática.
El mesero nos trajo nuestro desayuno. Yo lo mire y se me quito el hambre.
—Dylan… sabes que te estoy eternamente agradecida y que te quiero muchísimo… pero…
—Pero ya no podemos seguir novios. —me interrumpió. Yo lo mire con los ojos bien abiertos. — ¿Es eso lo que me quieres decir?
—Si…—baje la vista intentando que no viera que estaba a punto de llorar.
— ¿Es porque estás en Los Ángeles y viste a Joe? —me pregunto serio.
— ¿Qué? —lo mire. — ¡no! Joe no tiene nada que ver, soy yo. Él ni siquiera ha hablado conmigo…—mentí.— Dylan, nunca te he mentido, tu sabes que no lo he podido olvidar, intente hacerlo contigo, intente que funcionara lo nuestro, pero no… me di cuenta de que te quiero demasiado… pero no de la manera en la que tú me quieres, siento que yo intentaba pagarte todo lo que hacías por mí y mi madre saliendo contigo e intentando enamorarme de nuevo, pero no era justo ni para ti, ni para mí. Tú me amas, Dylan… pero yo no. —guarde silencio, intentando calmar el nudo que tenia dentro. Dylan solo miraba sus manos. — ¿Nunca te has enamorado de tal manera que sientes que esa persona te complementa? ¿Nunca has dicho que darías la vida por esa persona? ¿Qué darías todo y que harías de todo para hacerla feliz? ¿Nunca has pensado qué Dios la mando solo y exclusivamente para ti? ¿Qué no puedes ver tu vida sin ella, ya que simplemente esta tan dentro de ti que no la puedes sacara, porque ese es su lugar…contigo? ¿Nunca lo has sentido? —lo mire con lagrimas en los ojos, pero el no me miraba. — Dylan, mírame. —dije con la voz ronca, el me miro. Sus ojos azules, estaban cristalizados, sentí una punzada en el corazón. Lo estaba haciendo sufrir. — ¿Nunca lo has sentido? —repetí.
— Alex… —suspiro. —si lo he sentido, lo estoy sintiendo en estos mismos momentos contigo. Yo te amo y daría todo lo que fuera para que seas la mujer más feliz del mundo…—guardo silencio. Y me miro directamente a los ojos— Y si para que tú seas feliz, necesitas estar con Joe… me haré a un lado y guardare los mejores momentos que hemos pasado juntos, solo para mí. —se puso de pie y camino hacia mí, me tomo la mano y me miro. —Te amo, Alex. Espero que todo se arregle entre ustedes y sean felices. Y deseo de todo corazón, que Joe sepa valorar la mujer que tiene en frente, Porque si yo me entero, de que no te hace feliz, regresare y luchare por ti. — se acerco a mi oído y me susurro un te amo, para después besar mi frente. —Suerte en todo. —dijo despidiéndose de mi, y dejándome sola en aquel restaurante.

Las lágrimas amenazaban con salir, me sentía fatal, pero esperaba haber hecho lo correcto para todos. Pedí la cuenta, salí del restaurante, me subí al auto y comencé a conducir sin rumbo fijo.
Estuve manejando por unos minutos, hasta que llegue al panteón donde se encontraba mi papá.
Me baje del auto y camine hacia su tumba, me senté sobre de ella y comencé a hablar con él. Las lágrimas salieron, intentaba calmarme, pero no pude. Me recosté y me quede profundamente dormida.
No se cuanto tiempo estuve ahí, cuando abrí los ojos, el cielo estaba gris, estaba a punto de llover… Me despedí de mi padre y camine hacia al auto. Me limpie las lagrimas y comencé a manejar de regreso a casa.

La lluvia comenzó a caer, a penas y podía ver la calle. Al llegar, deje el auto fuera, no tenia ánimos de meterlo a garaje. Camine hacia el buzón, ya que el aviso de nuevo correo estaba recto. Saque un par de sobres y comencé a revisarlos de camino a la puerta, cuando un sobre rosa pálido, con mi nombre escrito a máquina llamo mi atención. Deje sobre la mesa de la entrada todos los sobres restantes.
— ¡Mamá, ya llegue! —grite.
— ¿Qué paso con Dylan? ¿Cómo te fue? —dijo mientras bajaba rápidamente las escaleras.
—Terminamos, fue triste mamá, pero creo que fue lo mejor, me dolió verlo así… estaba a punto de llorar. Al final, me dijo que me amaba y que me deseaba lo mejor, se fue y me dejo sola en el restaurante, sin tiempo de decir algo.
—Que triste, pero no podías esperar que todo siguiera igual. No te preocupes por él, hija. Lo tomo de la mejor manera, pensé que se negaría a dejarte.
—Si bueno, yo también. En unos días le llamare para decirle algunas cosas… no sé...
—De acuerdo—guardo silencio y cambio de tema. —Corazón, iré a visitar a unas amigas, quedamos para jugar cartas, no pude negarme, dicen que debo distraerme…—dijo sin ganas. — ¿Crees que deba ir?
—Si mamá, ve, te hace falta ver a tus viejas amigas.
—De acuerdo, iré por unas horas. No tardo. —se puso de pie, beso mi frente y salió de la cocina.
Escuche como el auto arranco así que camine hacia la sala y me senté en el sofá con él sobre rosa en mis manos.
Lo revise antes de abrirlo, ya que no tenia destinatario, dirección, ni mucho menos estampilla postal, además de que solo tenía escrito “Alex”, así tal cual, sin apellidos.
Era demasiado extraño.
Lo abrí con cuidado, y saque una hoja blanca, la desdoble y solo al ver que estaba escrita a mano y que esa letra yo la conocía, mi corazón comenzó a latir amenazando con salirse.

Me acurruque en el sofá y comencé a leer.


Alex:
Se que se te hará extraño que te este escribiendo esta carta, pero no pude esperarme más a que te animaras a llamarme. Odio aparecer de la nada de nuevo y mover todo esto, pero todo lo que siento me estaba quemando y no tengo la manera de explicarte todo… la verdad es que escribirlo es más difícil que hablarlo pero no tenía otra opción ¿sabes cuantas veces he empezado esta carta? 10, y las 10 veces la he terminado haciendo una bola de papel y botándola en el cesto de basura.
Bueno, dejare de decir cosas que no tienen nada que ver con esto, solo que estoy buscando las palabras correctas para hacerte entender todo… ¿Por qué es tan complicado?… no lo sé… pero bueno, intentare hacerlo bien.

Alex, nunca quise decir las cosas que te dije, para hacerte llorar… ¿puedo decir lo siento? Es difícil de olvidar y si me encantaría borrar todo los errores que cometí. Cuando te fuiste a Dallas, no entendía nada, no sabía porque me dejabas o más bien no quería saberlo, pero sabía que tenías tus razones, a pesar de que no quería entenderlas.

Esa noche, te vi llorar, pero ya era demasiado tarde, no sabía porque estaba haciendo eso, si yo te amaba. No lograba entender el porqué estaba con Camilla… tú eras la única que me escuchaba cuando hablaba de mis problemas con ella, hasta que un día de la nada, nos alejamos… no fue tu culpa y sé que no fue mi culpa, porque al final descubrí que todo lo que paso, lo había planeado ella. No lo quería ver, estaba cegado… lamento haberme dado cuenta tarde de esto, de no haber escuchado a Nick y a Kevin… y claro, a ti, sobre lo que estaba haciendo Camilla.

Aun no recuerdo todo, fui a preguntar y la señora que le había vendido todas esas porquerías, me dijo que iría recuperando poco a poco todo, porque según ella el verdadero amor nunca muere…

¿Recuerdas cuando grabamos nuestros nombres en aquel árbol y me dijiste que me amabas? ¿Recuerdas cuando me llevaste la segunda vez, para que yo lograra recordar?

Lo siento por todo el dolor que te hice sentir, me odio por eso, me odio por haberte hecho llorar, y sobre todo me odio, porque por mi culpa, te fuiste y encontraste el amor… más bien eso me duele, me duele porque tú me amabas y dabas todo por mí y yo te empuje a sus brazos inconscientemente… ya que si tu y yo siguiéramos juntos, solo habrías ido a Dallas a recoger a tu mama y te hubieras regresado, pero ahora vivirás allá… ya no tienes nada por lo cual quedarte en los Ángeles.

No sabes cuánto tarde en decidirme por fin en llamarte, pero cuando lo hice, tu no quisiste hablar conmigo… y te escuche llorar de nuevo, y me estaba matando la idea de que era por mi culpa, lo que más odio de todo lo que odio, es que hayas llorado por mí, por un imbécil que se dejo llevar.

Después de esa llamada, decidí no hacerlo de nuevo, pero después descubrí que teníamos unos conciertos en Dallas, y que era la oportunidad que tal vez Dios me había dado para poder arreglar todo, pero de nuevo, me equivoque. Tarde en encontrar tu dirección ya que Nick no me la quería dar por nada del mundo, así que tuve que revisar sus correos para poder sacarla. Un día al terminar uno de los conciertos, iba directo a tu casa, pero logre escuchar a Nick y a Kevin hablar de ti y de tu novio. Así que no fui, eso fue lo que me detuvo, no porque no quisiera hacerlo, me dije a mi mismo que tú estabas feliz, y que si yo llegaba, te arruinaría esa felicidad que yo no te había dado.

Lo único que sé y que es lo que en realidad importa, es que a pesar de todo y de todos, yo te sigo amando. Yo daría todo por ti, daría mi vida si fuera necesario, tal vez esto ya no sirva, porque tu estas enamorada, solo quiero que sepas, que nada de lo que paso había sido mi intención…

Soy un estúpido, ¿puedes creer que pueda escribir canciones con mis hermanos, pero una maldita carta sea más difícil?
No se que mas decir, solo que te amo y que espero algún día me perdones.
Todo lo que siento por ti, lo he escrito aquí… aunque siento que estas simples palabras se quedan cortas en todo lo que siento… porque las palabras no lo son todo…
Te Amo Alex… demasiado.
Espero seas feliz al lado de la persona con la que estés y que logres todo lo que te propongas, aunque sé que lo harás, eres la persona más cabeza dura que he conocido en toda mi vida. Eres espectacular, asombrosa… eres tan perfecta… demonios… ya no se que mas escribirte…
Solo… lo siento.

Joe.



Termine de leer la carta y con lagrimas en los ojos salí de mi casa, aun seguía lloviendo pero no me importo, corrí hacia su casa y toque fuertemente la puerta. Nadie abría, me asome por la ventana y todo estaba apagado. Me agarre la cabeza frustrada ¿Dónde estaban? Necesitaba hablar con Joe. Me senté en unos de los escalones de la entrada y con la lluvia cayendo sobre de mi, decidí quedarme a esperar.






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No me gusto mucho como quedo este capitulo, o sea, si pero no(?) en fin, espero sus comentarios y opiniones!
gracias por leerla :D

<3

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Capítulo #73


Las lágrimas salían desesperadamente. Joe me ayudo a sentarme sobre una de las bancas que había cerca de la tumba de mi padre. Yo seguía llorando sobre su pecho, mientras renegaba con Dios por haberse llevado a mi papá, sin siquiera haber aclarado todo, sin siquiera decirle que yo lo amaba, que no lo odiaba, que a pesar de todo siempre lo había querido y admirado, pero él se fue sin saber todo eso. Joe solo me acariciaba el cabello. No decía nada, solo me dejaba llorar y desahogarme.
¿Cuánto tiempo estuve llorando? Lo suficiente para terminar sin aire.
Suspire tristemente y me separe de él.
— ¿Cómo te sientes? —dijo mirándome, pero sin separarse de mi. — ¿Te sientes un poco mejor?
—Sentía que estaba a punto de explotar—dije mientras ponía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —Gracias—dije mirándolo por fin a los ojos.

—Necesitabas llorar, Alex. No puedo creer que te estés haciendo la fuerte, sabes que eso no está bien… no debes de guardarte lo que sientes…—comenzó a decir.
—Pensé que no vendrías…—dije interrumpiéndolo. Yo baje la mirada, mientras él me veía confundido.
—Pensé que no querías verme, y estuve a punto de no hacerlo… Pero a pesar de todo, quise venir… no podía hacerte-hacerle esto a tu familia—dijo rápidamente—. Además, no quería incomodarte…
— ¿Incomodarme?... oh, lo dices por Dylan. El sabe todo…—guarde silencio. No era momento de hablar e intentar arreglar todo. — Gracias por venir. — dije de nuevo. Él solo me sonrío. —Creo que debo irme… ya es tarde, y quiero ir con mi mamá, no quiero que sienta que me afecta demasiado todo eso.
— ¿Y qué tiene de malo en que sepa que te afecta? Alex, era tu papá, es normal que te duela. —me encogí de hombros. —Bueno… ¿y cómo te irás? —alce la vista y vi que no había ningún auto, había olvidado por completo que le había dicho a Dylan que yo me iría sola. Hice una mueca. —Yo te llevo.
—Si, por favor. Te pagare la gasolina…
—No te estoy cobrando.
—Pero es un favor, y los favores se pagan.
—No cambias—dijo frunciendo el ceño. Siempre había amado como se veía al hacer eso. Me quede observándolo un minuto, me había perdido en la particular cicatriz que tenía en la unión de sus dos cejas. No era muy visible, solo se lograba ver si lo observabas bien. —Pero ya se como me puedes pagar…—dijo haciendo que le prestara atención de nuevo. Abrí los ojos esperando que dijera lo que quería.
—De acuerdo, dime.
—Se que no es el momento, pero en serio, me encantaría que me dieras la oportunidad de hablar contigo, de aclarar todo… pero siempre y cuando tú quieras y te sientas bien. No te pido que me perdones, solo que me escuches.
—Joe, yo…
—Por favor…—me miro expectante, mientras tensa su mandíbula.
—Yo te llamaré cuando me sienta preparada. —prometí. Él me sonrió aliviado.
—Perfecto, ¿te llevo? — yo asentí. — Y Alex…—lo mire confundida.
— ¿Qué?
—No vuelvas a fumar.
Lo mire sin decir nada, me puse de pie y comencé a caminar hacia su camioneta. El hizo lo mismo.

.

Durante el trayecto a casa, nadie dijo nada. Íbamos en silencio. Ya había obscurecido.
No me sentía incomoda en lo absoluto, pero era un poco extraño estar en el auto con él, después de todo lo que había pasado. Suspire, cuando vi al final de la calle el hotel en el que me estaba hospedando.
—Bueno, gracias. —dije bajándome de la camioneta, sin esperar a que Joe dijera algo. No sé, pero ahora sentía la necesidad de huir de ahí. Joe fue rápido y me tomo del brazo haciendo que me girara a verlo. Sus ojos color avellana me veían fijamente, yo lo mire y un escalofrió me recorrió por toda la espalda, hasta las rodillas, haciendo que me temblaran. Agradecí estar aun en el auto y que Joe no lo notara.
—Esperare tu llamada. —yo asentí y le sonreí nerviosa. El me soltó y yo pude bajarme por fin de la camioneta.
—Gracias. —cerré la puerta y le dije adiós con la mano.

(…)

Habían pasado ya dos semanas desde la muerte de mi padre.
Mi madre y yo habíamos decidido que era tiempo, de arreglar las cosas de él en la casa, así que ya íbamos a dejar el hotel, para regresar allá, donde todo había empezado, donde había estado él por última vez conmigo.
Dylan nos había dicho que el nos llevaría y que después regresaría a Dallas –iba cuatro días a Dallas y se quedaba el resto de la semana acá en Los Ángeles con nosotras-. Estaba un poco distante con él, no porque quisiera, simplemente estaba pensando en muchas cosas.
— ¿Estarán bien? —dijo mientras nos ayudaba con nuestro equipaje.
Mi madre le sonrió y le dio las gracias.
—Si, Dylan. Estaremos bien, no te preocupes por nada. Cualquier cosa te aviso. —dije.
—De acuerdo. Cualquier cosa, así sea una estupidez, llámenme. —Se iba acercando a mí para besar mis labios, pero hice un movimiento para que me besara la mejilla. El me miro extrañado y confundido, yo solo le sonreí tímidamente. —Bien…—dijo rascando su cabeza. — Mañana por la tarde me voy a Dallas. Nos veremos en unos días.

.

La tarde paso tranquila. Mi mamá se la paso recibiendo visitas. Y en cambio yo, estuve pensando en muchas cosas.
La noche llego, y mi madre y yo fuimos hacia la oficina de mi padre. Todo estaba tal cual él lo había dejado, antes de que se fueran a ese viaje, que terminaría con su vida.
Deje algunas cajas en el piso, y comencé a guardar algunos papeles, mientras mi madre revisaba unas cosas en el escritorio. De pronto, yo deje de hacer lo que hacía y perdí mi vista en un punto fijo.
—Hija…—dijo mi madre en voz bajita, intentando no distraerme. Yo voltee rápidamente y la mire.
— ¿Qué pasa? —dije girándome hacia ella, mientras comenzaba a guardar los papeles en las cajas, de nuevo.
— ¿Todo bien?
—Si…—dije secamente.
— ¿Segura? —dijo mirándome sobre sus anteojos. —Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?
—Si, lo sé… pero no es tan fácil…—baje la mirada a mis manos.
— ¿Tiene que ver con Joe y Dylan? —dijo después de unos segundos. Yo la mire rápidamente.
— ¿C-Como sabes?
—Soy tu madre. Y aunque no lo creas, desde antes sabia que sentías algo por Joe. Sé que no pasaba mucho tiempo aquí, pero me enteraba de cosas, no sé qué paso al final contigo y el… Y bueno, Dylan es un buen chico. Pero sé que desde que llegamos a Los Ángeles algo te preocupa.
Me puse de pie, y me senté en una de las sillas que estaban frente al escritorio, quedando frente a frente con mi ella.
—Es una larga historia. —dije mirándola tristemente.
—Bueno… —dijo quitándose sus anteojos y tomando mis manos entre las suyas. —Tengo todo el tiempo del mundo. —me sonrió.

No tengo idea cuanto tiempo estuve platicándole a mi madre lo que había pasado entre Joe y yo. Le conté todo desde que nos dimos cuenta que nos gustábamos, hasta la pelea que tuve con Camilla y él a fuera de nuestras casas.
Mi mamá me miraba y escuchaba atenta. Esto era nuevo para mí, nunca había pensado que yo, Alex, estaría frente a mi madre, platicándole mi vida y menos mis confusiones.
—Ahora entiendo todo. O casi todo… pero dime ¿porque estas tan confundida ahora, si ya estas con Dylan?
—El día que fuimos al hospital y entre a ver a papá, pensé en muchas cosas… Quiero a Dylan, pero no sé si lo quiero como novio. Estoy eternamente agradecida con él, creo que lo quiero más como un amigo —dije con un nudo en la garganta. — Y bueno… —baje la mirada y tome aire. —A pesar de todo, creo que nunca he dejado de amar a Joe…—mire a mi madre con los ojos llorosos. — el se quedo muy dentro de mí. No puedo sacarlo tan fácil y no creo tener las fuerzas y las ganas de hacerlo, simplemente lo quiero mamá.
— ¿Entonces porque estas confundida? Deja a Dylan y ve con Joe.
—No es tan fácil… Dylan me quiere, además ha hecho mucho por nosotras… y bueno Joe, el día del funeral de papá, estuvo ahí cuando me había quedado sola. Llore con él, como jamás lo había hecho… y él me dijo que quería hablar conmigo, pero que quería que yo le dijera cuando estaba preparada para hacerlo, cuando me sintiera dispuesta a escucharlo.
—Alex, hija; Quieres a Dylan, pero no puedes estar con él solo por todo lo que ha hecho, como si fuera tu manera de agradecerle todo. Simplemente no es justo ni para él ni para ti. Dylan es un buen chico y puede encontrar a alguien que lo quiera de la misma manera. No a alguien que solo lo quiera como un amigo. Y bueno, Joe te quiere, y tú misma lo has dicho, Joe te entiende y te comprende, el día del funeral de tu padre, no lloraste ni con Nick, ni con Dylan y mucho menos conmigo, pero solo el tener a Joe frente a ti, hizo que todo lo que tuvieras dentro saliera…¿ves la diferencia?
Suspire y mire a mi madre por unos minutos mientras mordía mi labio.
—Ya es tarde, piensa bien las cosas, yo ya te di mi punto de vista de las cosas y mi consejo, ahora te toca a ti pensar bien todo y hacerle caso a tu corazón.
—Pero tengo miedo de perderlos. —dije tristemente.
—Hija, sea lo que sea que tengas que hacer, los dos son buenos chicos y te entenderán. —se puso de pie y beso mi cabello. — Que duermas bien. —dijo dejándome sola en aquella oficina.

¿Qué debía hacer?  Me pregunte mientras miraba fijamente una fotografía en la que salíamos mi padre y yo, como si esperaba que el me dijera la respuesta. Me puse de pie y subí a mi habitación. 
Me puse el pijama, y camine hacia el balcón. Estaba a punto de salir, cuando vi que la habitación de Joe tenía la luz encendida y lograba ver su silueta a través de las cortinas. Lo mire unos segundos, se veía frustrado, después vi como se iba acercando a su ventana, me asuste y entre rápido a mi habitación apagando las luces.
Camine a obscuras y me asome un poco, intentando ocultarme. Él estaba mirando hacia mi ventana. Cerré los ojos y suspire, cuando me arme de valor para asomarme de nuevo, el ya no estaba. Maldije en voz baja, cerré las cortinas y camine hacia mi cama, tumbándome sobre ella.
—Eres una idiota, Alex. —me dije mientras me cubría el rostro, con una almohada. Quedándome así, dormida.
—Lucha por lo que quieres, si Joe, es a quien quieres en tu vida, arregla todo con él. Si es Dylan a quien quieres, pues aclara tus sentimientos. Aunque, ¿para qué nos hacemos? Tu amas a Joe… ve por él, llámale, arregla todo.
Abrí los ojos poco a poco, al escuchar esas palabras. Vi frente a mi cama, una sombra blanca. Me puse de pie y prendí rápidamente la lámpara que tenía en mi mesa de noche, pero no había nadie.
— ¿Qué demonios? —dije en voz baja. Todo se había escuchado real… y esa voz… esa voz yo la conocía… no, no podía ser mi padre.
El corazón me dio un vuelco, de confusión, quizás también de alegría… pero no de miedo, no. Solo confusión.

||Joe||

Dos semanas habían pasado, desde la vez que había visto a Alex, en lo de su papá. Ese día le había dicho que me llamara, y ella lo había prometido. ¿Y si tal vez no tenía que esperar a que me llamara? ¿Y si lo hacía yo?
No sabía qué hacer, estaba escribiéndole una carta, la cual no me salía. El cesto de basura estaba lleno de papeles hecho bola.
Me puse de pie estresado y comencé a caminar por mi habitación, cuando vi que la habitación de Alex, tenía la luz encendida. La vi, parecía que iba a salir a su balcón. Me puse una camiseta y camine hacia el mío. Pero justo, cuando iba a abrir la puerta, ella entro de nuevo a su habitación y apago las luces.
¿Ya había regresado para siempre? O se iría de nuevo a Dallas, a empezar su vida allá, con su madre y su novio.
Suspire tristemente y entre de nuevo a mi habitación.

Me senté, y comencé a escribir la carta, esa carta que le dejaría explicándole todo, ya que ella no quería hablar conmigo. Me había equivocado al creer que si lo haría, había sido un idiota en pensarlo. ¿Qué mujer inteligente, regresaría a hablar con el tipo que casi la golpea por defender a su no amada novia?
Exacto, ninguna.

.

A la mañana siguiente, antes de que todos me vieran, salí de mi casa y camine hacia la de Alex. Mire la carta que la noche anterior le había escrito, la deje en el buzón y me quede observándolo unos segundos, cuando escuche que alguien estaba a punto de salir de su casa. ¿Ella o su madre? No quise quedarme a ver quién era, así que corrí hacia mi casa.

Alex era quien estaba saliendo de su casa, junto con su novio. Ella saco su audi rojo del garaje y arranco. Suspire. Supongo que mi carta la vería en la noche. Intentaba ser positivo.
Entre a la casa un poco decepcionado, con la cabeza gacha.
— ¿Estás bien? ¿Dónde andabas? —preguntaba Nick, mientras bajaba las escaleras. Todos estaban ya en la cocina, para desayunar.
—Si, salí a caminar y… bueno… nada más. —dije con un poco de tristeza, decepción y coraje en la voz.
— ¿Seguro?
—Sí. —dije caminando hacia la cocina. No quería hablar y menos con Nick, porque al hacerlo tenía que decirle que había visto a Alex y que había hablado con ella, y que ella me había prometido que me llamaría cuando estuviera lista para hablar, pero que no lo había hecho y que al parecer nunca lo haría, porque al parecer estaba muy feliz con su novio. Tal vez debería salir y caminar directamente hacia ese buzón y sacar esa maldita carta, quemarla y hacer que sus cenizas volaran por toda la ciudad.












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Chicas! espero si les este gustando como va la novela. A mi me esta encantando, la verdad, me siento satisfecha con ella :)

Recuerden que quiero sus comentarios y que me hagan saber si les gusto o no. NO QUIERO LECTORAS FANTASMAS, si pueden comentar, háganlo, se los agradecería mucho...

no puedo subir mas seguido, pero lo intentare...
y cada vez esta mas cerca el final.. :o claro, si todo sale como lo planeo.