Las
lágrimas salían desesperadamente. Joe me ayudo a sentarme sobre una de las
bancas que había cerca de la tumba de mi padre. Yo seguía llorando sobre su
pecho, mientras renegaba con Dios por haberse llevado a mi papá, sin siquiera
haber aclarado todo, sin siquiera decirle que yo lo amaba, que no lo odiaba,
que a pesar de todo siempre lo había querido y admirado, pero él se fue sin
saber todo eso. Joe solo me acariciaba el cabello. No decía nada, solo me
dejaba llorar y desahogarme.
¿Cuánto tiempo estuve llorando? Lo suficiente para terminar sin aire.
Suspire tristemente y me separe de él.
— ¿Cómo te sientes? —dijo mirándome, pero sin separarse de mi. — ¿Te sientes un poco mejor?
—Sentía que estaba a punto de explotar—dije mientras ponía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —Gracias—dije mirándolo por fin a los ojos.
—Necesitabas llorar, Alex. No puedo creer que te estés haciendo la fuerte, sabes que eso no está bien… no debes de guardarte lo que sientes…—comenzó a decir.
—Pensé que no vendrías…—dije interrumpiéndolo. Yo baje la mirada, mientras él me veía confundido.
—Pensé que no querías verme, y estuve a punto de no hacerlo… Pero a pesar de todo, quise venir… no podía hacerte-hacerle esto a tu familia—dijo rápidamente—. Además, no quería incomodarte…
— ¿Incomodarme?... oh, lo dices por Dylan. El sabe todo…—guarde silencio. No era momento de hablar e intentar arreglar todo. — Gracias por venir. — dije de nuevo. Él solo me sonrío. —Creo que debo irme… ya es tarde, y quiero ir con mi mamá, no quiero que sienta que me afecta demasiado todo eso.
— ¿Y qué tiene de malo en que sepa que te afecta? Alex, era tu papá, es normal que te duela. —me encogí de hombros. —Bueno… ¿y cómo te irás? —alce la vista y vi que no había ningún auto, había olvidado por completo que le había dicho a Dylan que yo me iría sola. Hice una mueca. —Yo te llevo.
—Si, por favor. Te pagare la gasolina…
—No te estoy cobrando.
—Pero es un favor, y los favores se pagan.
—No cambias—dijo frunciendo el ceño. Siempre había amado como se veía al hacer eso. Me quede observándolo un minuto, me había perdido en la particular cicatriz que tenía en la unión de sus dos cejas. No era muy visible, solo se lograba ver si lo observabas bien. —Pero ya se como me puedes pagar…—dijo haciendo que le prestara atención de nuevo. Abrí los ojos esperando que dijera lo que quería.
—De acuerdo, dime.
—Se que no es el momento, pero en serio, me encantaría que me dieras la oportunidad de hablar contigo, de aclarar todo… pero siempre y cuando tú quieras y te sientas bien. No te pido que me perdones, solo que me escuches.
—Joe, yo…
—Por favor…—me miro expectante, mientras tensa su mandíbula.
—Yo te llamaré cuando me sienta preparada. —prometí. Él me sonrió aliviado.
—Perfecto, ¿te llevo? — yo asentí. — Y Alex…—lo mire confundida.
— ¿Qué?
¿Cuánto tiempo estuve llorando? Lo suficiente para terminar sin aire.
Suspire tristemente y me separe de él.
— ¿Cómo te sientes? —dijo mirándome, pero sin separarse de mi. — ¿Te sientes un poco mejor?
—Sentía que estaba a punto de explotar—dije mientras ponía un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —Gracias—dije mirándolo por fin a los ojos.
—Necesitabas llorar, Alex. No puedo creer que te estés haciendo la fuerte, sabes que eso no está bien… no debes de guardarte lo que sientes…—comenzó a decir.
—Pensé que no vendrías…—dije interrumpiéndolo. Yo baje la mirada, mientras él me veía confundido.
—Pensé que no querías verme, y estuve a punto de no hacerlo… Pero a pesar de todo, quise venir… no podía hacerte-hacerle esto a tu familia—dijo rápidamente—. Además, no quería incomodarte…
— ¿Incomodarme?... oh, lo dices por Dylan. El sabe todo…—guarde silencio. No era momento de hablar e intentar arreglar todo. — Gracias por venir. — dije de nuevo. Él solo me sonrío. —Creo que debo irme… ya es tarde, y quiero ir con mi mamá, no quiero que sienta que me afecta demasiado todo eso.
— ¿Y qué tiene de malo en que sepa que te afecta? Alex, era tu papá, es normal que te duela. —me encogí de hombros. —Bueno… ¿y cómo te irás? —alce la vista y vi que no había ningún auto, había olvidado por completo que le había dicho a Dylan que yo me iría sola. Hice una mueca. —Yo te llevo.
—Si, por favor. Te pagare la gasolina…
—No te estoy cobrando.
—Pero es un favor, y los favores se pagan.
—No cambias—dijo frunciendo el ceño. Siempre había amado como se veía al hacer eso. Me quede observándolo un minuto, me había perdido en la particular cicatriz que tenía en la unión de sus dos cejas. No era muy visible, solo se lograba ver si lo observabas bien. —Pero ya se como me puedes pagar…—dijo haciendo que le prestara atención de nuevo. Abrí los ojos esperando que dijera lo que quería.
—De acuerdo, dime.
—Se que no es el momento, pero en serio, me encantaría que me dieras la oportunidad de hablar contigo, de aclarar todo… pero siempre y cuando tú quieras y te sientas bien. No te pido que me perdones, solo que me escuches.
—Joe, yo…
—Por favor…—me miro expectante, mientras tensa su mandíbula.
—Yo te llamaré cuando me sienta preparada. —prometí. Él me sonrió aliviado.
—Perfecto, ¿te llevo? — yo asentí. — Y Alex…—lo mire confundida.
— ¿Qué?
—No vuelvas a fumar.
Lo mire sin decir nada, me puse de pie y comencé a caminar hacia su camioneta. El hizo lo mismo.
.
Lo mire sin decir nada, me puse de pie y comencé a caminar hacia su camioneta. El hizo lo mismo.
.
Durante el trayecto a casa, nadie dijo nada. Íbamos en silencio. Ya
había obscurecido.
No me sentía incomoda en lo absoluto, pero era un poco extraño estar en el auto con él, después de todo lo que había pasado. Suspire, cuando vi al final de la calle el hotel en el que me estaba hospedando.
—Bueno, gracias. —dije bajándome de la camioneta, sin esperar a que Joe dijera algo. No sé, pero ahora sentía la necesidad de huir de ahí. Joe fue rápido y me tomo del brazo haciendo que me girara a verlo. Sus ojos color avellana me veían fijamente, yo lo mire y un escalofrió me recorrió por toda la espalda, hasta las rodillas, haciendo que me temblaran. Agradecí estar aun en el auto y que Joe no lo notara.
—Esperare tu llamada. —yo asentí y le sonreí nerviosa. El me soltó y yo pude bajarme por fin de la camioneta.
—Gracias. —cerré la puerta y le dije adiós con la mano.
No me sentía incomoda en lo absoluto, pero era un poco extraño estar en el auto con él, después de todo lo que había pasado. Suspire, cuando vi al final de la calle el hotel en el que me estaba hospedando.
—Bueno, gracias. —dije bajándome de la camioneta, sin esperar a que Joe dijera algo. No sé, pero ahora sentía la necesidad de huir de ahí. Joe fue rápido y me tomo del brazo haciendo que me girara a verlo. Sus ojos color avellana me veían fijamente, yo lo mire y un escalofrió me recorrió por toda la espalda, hasta las rodillas, haciendo que me temblaran. Agradecí estar aun en el auto y que Joe no lo notara.
—Esperare tu llamada. —yo asentí y le sonreí nerviosa. El me soltó y yo pude bajarme por fin de la camioneta.
—Gracias. —cerré la puerta y le dije adiós con la mano.
(…)
Habían
pasado ya dos semanas desde la muerte de mi padre.
Mi madre y yo habíamos decidido que era tiempo, de arreglar las cosas de él en la casa, así que ya íbamos a dejar el hotel, para regresar allá, donde todo había empezado, donde había estado él por última vez conmigo.
Dylan nos había dicho que el nos llevaría y que después regresaría a Dallas –iba cuatro días a Dallas y se quedaba el resto de la semana acá en Los Ángeles con nosotras-. Estaba un poco distante con él, no porque quisiera, simplemente estaba pensando en muchas cosas.
— ¿Estarán bien? —dijo mientras nos ayudaba con nuestro equipaje.
Mi madre le sonrió y le dio las gracias.
—Si, Dylan. Estaremos bien, no te preocupes por nada. Cualquier cosa te aviso. —dije.
—De acuerdo. Cualquier cosa, así sea una estupidez, llámenme. —Se iba acercando a mí para besar mis labios, pero hice un movimiento para que me besara la mejilla. El me miro extrañado y confundido, yo solo le sonreí tímidamente. —Bien…—dijo rascando su cabeza. — Mañana por la tarde me voy a Dallas. Nos veremos en unos días.
.
Mi madre y yo habíamos decidido que era tiempo, de arreglar las cosas de él en la casa, así que ya íbamos a dejar el hotel, para regresar allá, donde todo había empezado, donde había estado él por última vez conmigo.
Dylan nos había dicho que el nos llevaría y que después regresaría a Dallas –iba cuatro días a Dallas y se quedaba el resto de la semana acá en Los Ángeles con nosotras-. Estaba un poco distante con él, no porque quisiera, simplemente estaba pensando en muchas cosas.
— ¿Estarán bien? —dijo mientras nos ayudaba con nuestro equipaje.
Mi madre le sonrió y le dio las gracias.
—Si, Dylan. Estaremos bien, no te preocupes por nada. Cualquier cosa te aviso. —dije.
—De acuerdo. Cualquier cosa, así sea una estupidez, llámenme. —Se iba acercando a mí para besar mis labios, pero hice un movimiento para que me besara la mejilla. El me miro extrañado y confundido, yo solo le sonreí tímidamente. —Bien…—dijo rascando su cabeza. — Mañana por la tarde me voy a Dallas. Nos veremos en unos días.
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La tarde paso tranquila. Mi mamá se la paso recibiendo visitas. Y en
cambio yo, estuve pensando en muchas cosas.
La noche llego, y mi madre y yo fuimos hacia la oficina de mi padre. Todo estaba tal cual él lo había dejado, antes de que se fueran a ese viaje, que terminaría con su vida.
Deje algunas cajas en el piso, y comencé a guardar algunos papeles, mientras mi madre revisaba unas cosas en el escritorio. De pronto, yo deje de hacer lo que hacía y perdí mi vista en un punto fijo.
—Hija…—dijo mi madre en voz bajita, intentando no distraerme. Yo voltee rápidamente y la mire.
— ¿Qué pasa? —dije girándome hacia ella, mientras comenzaba a guardar los papeles en las cajas, de nuevo.
— ¿Todo bien?
—Si…—dije secamente.
— ¿Segura? —dijo mirándome sobre sus anteojos. —Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?
—Si, lo sé… pero no es tan fácil…—baje la mirada a mis manos.
— ¿Tiene que ver con Joe y Dylan? —dijo después de unos segundos. Yo la mire rápidamente.
— ¿C-Como sabes?
—Soy tu madre. Y aunque no lo creas, desde antes sabia que sentías algo por Joe. Sé que no pasaba mucho tiempo aquí, pero me enteraba de cosas, no sé qué paso al final contigo y el… Y bueno, Dylan es un buen chico. Pero sé que desde que llegamos a Los Ángeles algo te preocupa.
Me puse de pie, y me senté en una de las sillas que estaban frente al escritorio, quedando frente a frente con mi ella.
—Es una larga historia. —dije mirándola tristemente.
—Bueno… —dijo quitándose sus anteojos y tomando mis manos entre las suyas. —Tengo todo el tiempo del mundo. —me sonrió.
No tengo idea cuanto tiempo estuve platicándole a mi madre lo que había pasado entre Joe y yo. Le conté todo desde que nos dimos cuenta que nos gustábamos, hasta la pelea que tuve con Camilla y él a fuera de nuestras casas.
Mi mamá me miraba y escuchaba atenta. Esto era nuevo para mí, nunca había pensado que yo, Alex, estaría frente a mi madre, platicándole mi vida y menos mis confusiones.
—Ahora entiendo todo. O casi todo… pero dime ¿porque estas tan confundida ahora, si ya estas con Dylan?
—El día que fuimos al hospital y entre a ver a papá, pensé en muchas cosas… Quiero a Dylan, pero no sé si lo quiero como novio. Estoy eternamente agradecida con él, creo que lo quiero más como un amigo —dije con un nudo en la garganta. — Y bueno… —baje la mirada y tome aire. —A pesar de todo, creo que nunca he dejado de amar a Joe…—mire a mi madre con los ojos llorosos. — el se quedo muy dentro de mí. No puedo sacarlo tan fácil y no creo tener las fuerzas y las ganas de hacerlo, simplemente lo quiero mamá.
— ¿Entonces porque estas confundida? Deja a Dylan y ve con Joe.
—No es tan fácil… Dylan me quiere, además ha hecho mucho por nosotras… y bueno Joe, el día del funeral de papá, estuvo ahí cuando me había quedado sola. Llore con él, como jamás lo había hecho… y él me dijo que quería hablar conmigo, pero que quería que yo le dijera cuando estaba preparada para hacerlo, cuando me sintiera dispuesta a escucharlo.
—Alex, hija; Quieres a Dylan, pero no puedes estar con él solo por todo lo que ha hecho, como si fuera tu manera de agradecerle todo. Simplemente no es justo ni para él ni para ti. Dylan es un buen chico y puede encontrar a alguien que lo quiera de la misma manera. No a alguien que solo lo quiera como un amigo. Y bueno, Joe te quiere, y tú misma lo has dicho, Joe te entiende y te comprende, el día del funeral de tu padre, no lloraste ni con Nick, ni con Dylan y mucho menos conmigo, pero solo el tener a Joe frente a ti, hizo que todo lo que tuvieras dentro saliera…¿ves la diferencia?
Suspire y mire a mi madre por unos minutos mientras mordía mi labio.
—Ya es tarde, piensa bien las cosas, yo ya te di mi punto de vista de las cosas y mi consejo, ahora te toca a ti pensar bien todo y hacerle caso a tu corazón.
—Pero tengo miedo de perderlos. —dije tristemente.
—Hija, sea lo que sea que tengas que hacer, los dos son buenos chicos y te entenderán. —se puso de pie y beso mi cabello. — Que duermas bien. —dijo dejándome sola en aquella oficina.
¿Qué debía hacer? Me pregunte mientras miraba fijamente una fotografía en la que salíamos mi padre y yo, como si esperaba que el me dijera la respuesta. Me puse de pie y subí a mi habitación.
Me puse el pijama, y camine hacia el balcón. Estaba a punto de salir, cuando vi que la habitación de Joe tenía la luz encendida y lograba ver su silueta a través de las cortinas. Lo mire unos segundos, se veía frustrado, después vi como se iba acercando a su ventana, me asuste y entre rápido a mi habitación apagando las luces.
Camine a obscuras y me asome un poco, intentando ocultarme. Él estaba mirando hacia mi ventana. Cerré los ojos y suspire, cuando me arme de valor para asomarme de nuevo, el ya no estaba. Maldije en voz baja, cerré las cortinas y camine hacia mi cama, tumbándome sobre ella.
—Eres una idiota, Alex. —me dije mientras me cubría el rostro, con una almohada. Quedándome así, dormida.
—Lucha por lo que quieres, si Joe, es a quien quieres en tu vida, arregla todo con él. Si es Dylan a quien quieres, pues aclara tus sentimientos. Aunque, ¿para qué nos hacemos? Tu amas a Joe… ve por él, llámale, arregla todo.
Abrí los ojos poco a poco, al escuchar esas palabras. Vi frente a mi cama, una sombra blanca. Me puse de pie y prendí rápidamente la lámpara que tenía en mi mesa de noche, pero no había nadie.
— ¿Qué demonios? —dije en voz baja. Todo se había escuchado real… y esa voz… esa voz yo la conocía… no, no podía ser mi padre.
El corazón me dio un vuelco, de confusión, quizás también de alegría… pero no de miedo, no. Solo confusión.
||Joe||
La noche llego, y mi madre y yo fuimos hacia la oficina de mi padre. Todo estaba tal cual él lo había dejado, antes de que se fueran a ese viaje, que terminaría con su vida.
Deje algunas cajas en el piso, y comencé a guardar algunos papeles, mientras mi madre revisaba unas cosas en el escritorio. De pronto, yo deje de hacer lo que hacía y perdí mi vista en un punto fijo.
—Hija…—dijo mi madre en voz bajita, intentando no distraerme. Yo voltee rápidamente y la mire.
— ¿Qué pasa? —dije girándome hacia ella, mientras comenzaba a guardar los papeles en las cajas, de nuevo.
— ¿Todo bien?
—Si…—dije secamente.
— ¿Segura? —dijo mirándome sobre sus anteojos. —Sabes que puedes contar conmigo, ¿verdad?
—Si, lo sé… pero no es tan fácil…—baje la mirada a mis manos.
— ¿Tiene que ver con Joe y Dylan? —dijo después de unos segundos. Yo la mire rápidamente.
— ¿C-Como sabes?
—Soy tu madre. Y aunque no lo creas, desde antes sabia que sentías algo por Joe. Sé que no pasaba mucho tiempo aquí, pero me enteraba de cosas, no sé qué paso al final contigo y el… Y bueno, Dylan es un buen chico. Pero sé que desde que llegamos a Los Ángeles algo te preocupa.
Me puse de pie, y me senté en una de las sillas que estaban frente al escritorio, quedando frente a frente con mi ella.
—Es una larga historia. —dije mirándola tristemente.
—Bueno… —dijo quitándose sus anteojos y tomando mis manos entre las suyas. —Tengo todo el tiempo del mundo. —me sonrió.
No tengo idea cuanto tiempo estuve platicándole a mi madre lo que había pasado entre Joe y yo. Le conté todo desde que nos dimos cuenta que nos gustábamos, hasta la pelea que tuve con Camilla y él a fuera de nuestras casas.
Mi mamá me miraba y escuchaba atenta. Esto era nuevo para mí, nunca había pensado que yo, Alex, estaría frente a mi madre, platicándole mi vida y menos mis confusiones.
—Ahora entiendo todo. O casi todo… pero dime ¿porque estas tan confundida ahora, si ya estas con Dylan?
—El día que fuimos al hospital y entre a ver a papá, pensé en muchas cosas… Quiero a Dylan, pero no sé si lo quiero como novio. Estoy eternamente agradecida con él, creo que lo quiero más como un amigo —dije con un nudo en la garganta. — Y bueno… —baje la mirada y tome aire. —A pesar de todo, creo que nunca he dejado de amar a Joe…—mire a mi madre con los ojos llorosos. — el se quedo muy dentro de mí. No puedo sacarlo tan fácil y no creo tener las fuerzas y las ganas de hacerlo, simplemente lo quiero mamá.
— ¿Entonces porque estas confundida? Deja a Dylan y ve con Joe.
—No es tan fácil… Dylan me quiere, además ha hecho mucho por nosotras… y bueno Joe, el día del funeral de papá, estuvo ahí cuando me había quedado sola. Llore con él, como jamás lo había hecho… y él me dijo que quería hablar conmigo, pero que quería que yo le dijera cuando estaba preparada para hacerlo, cuando me sintiera dispuesta a escucharlo.
—Alex, hija; Quieres a Dylan, pero no puedes estar con él solo por todo lo que ha hecho, como si fuera tu manera de agradecerle todo. Simplemente no es justo ni para él ni para ti. Dylan es un buen chico y puede encontrar a alguien que lo quiera de la misma manera. No a alguien que solo lo quiera como un amigo. Y bueno, Joe te quiere, y tú misma lo has dicho, Joe te entiende y te comprende, el día del funeral de tu padre, no lloraste ni con Nick, ni con Dylan y mucho menos conmigo, pero solo el tener a Joe frente a ti, hizo que todo lo que tuvieras dentro saliera…¿ves la diferencia?
Suspire y mire a mi madre por unos minutos mientras mordía mi labio.
—Ya es tarde, piensa bien las cosas, yo ya te di mi punto de vista de las cosas y mi consejo, ahora te toca a ti pensar bien todo y hacerle caso a tu corazón.
—Pero tengo miedo de perderlos. —dije tristemente.
—Hija, sea lo que sea que tengas que hacer, los dos son buenos chicos y te entenderán. —se puso de pie y beso mi cabello. — Que duermas bien. —dijo dejándome sola en aquella oficina.
¿Qué debía hacer? Me pregunte mientras miraba fijamente una fotografía en la que salíamos mi padre y yo, como si esperaba que el me dijera la respuesta. Me puse de pie y subí a mi habitación.
Me puse el pijama, y camine hacia el balcón. Estaba a punto de salir, cuando vi que la habitación de Joe tenía la luz encendida y lograba ver su silueta a través de las cortinas. Lo mire unos segundos, se veía frustrado, después vi como se iba acercando a su ventana, me asuste y entre rápido a mi habitación apagando las luces.
Camine a obscuras y me asome un poco, intentando ocultarme. Él estaba mirando hacia mi ventana. Cerré los ojos y suspire, cuando me arme de valor para asomarme de nuevo, el ya no estaba. Maldije en voz baja, cerré las cortinas y camine hacia mi cama, tumbándome sobre ella.
—Eres una idiota, Alex. —me dije mientras me cubría el rostro, con una almohada. Quedándome así, dormida.
—Lucha por lo que quieres, si Joe, es a quien quieres en tu vida, arregla todo con él. Si es Dylan a quien quieres, pues aclara tus sentimientos. Aunque, ¿para qué nos hacemos? Tu amas a Joe… ve por él, llámale, arregla todo.
Abrí los ojos poco a poco, al escuchar esas palabras. Vi frente a mi cama, una sombra blanca. Me puse de pie y prendí rápidamente la lámpara que tenía en mi mesa de noche, pero no había nadie.
— ¿Qué demonios? —dije en voz baja. Todo se había escuchado real… y esa voz… esa voz yo la conocía… no, no podía ser mi padre.
El corazón me dio un vuelco, de confusión, quizás también de alegría… pero no de miedo, no. Solo confusión.
||Joe||
Dos
semanas habían pasado, desde la vez que había visto a Alex, en lo de su papá.
Ese día le había dicho que me llamara, y ella lo había prometido. ¿Y si tal vez
no tenía que esperar a que me llamara? ¿Y si lo hacía yo?
No
sabía qué hacer, estaba escribiéndole una carta, la cual no me salía. El cesto
de basura estaba lleno de papeles hecho bola.
Me puse de pie estresado y comencé a caminar por mi habitación, cuando vi que la habitación de Alex, tenía la luz encendida. La vi, parecía que iba a salir a su balcón. Me puse una camiseta y camine hacia el mío. Pero justo, cuando iba a abrir la puerta, ella entro de nuevo a su habitación y apago las luces.
¿Ya había regresado para siempre? O se iría de nuevo a Dallas, a empezar su vida allá, con su madre y su novio.
Suspire tristemente y entre de nuevo a mi habitación.
Me senté, y comencé a escribir la carta, esa carta que le dejaría explicándole todo, ya que ella no quería hablar conmigo. Me había equivocado al creer que si lo haría, había sido un idiota en pensarlo. ¿Qué mujer inteligente, regresaría a hablar con el tipo que casi la golpea por defender a su no amada novia?
Exacto, ninguna.
Me puse de pie estresado y comencé a caminar por mi habitación, cuando vi que la habitación de Alex, tenía la luz encendida. La vi, parecía que iba a salir a su balcón. Me puse una camiseta y camine hacia el mío. Pero justo, cuando iba a abrir la puerta, ella entro de nuevo a su habitación y apago las luces.
¿Ya había regresado para siempre? O se iría de nuevo a Dallas, a empezar su vida allá, con su madre y su novio.
Suspire tristemente y entre de nuevo a mi habitación.
Me senté, y comencé a escribir la carta, esa carta que le dejaría explicándole todo, ya que ella no quería hablar conmigo. Me había equivocado al creer que si lo haría, había sido un idiota en pensarlo. ¿Qué mujer inteligente, regresaría a hablar con el tipo que casi la golpea por defender a su no amada novia?
Exacto, ninguna.
.
A la mañana siguiente, antes de que todos me vieran, salí de mi casa y
camine hacia la de Alex. Mire la carta que la noche anterior le había escrito,
la deje en el buzón y me quede observándolo unos segundos, cuando escuche que
alguien estaba a punto de salir de su casa. ¿Ella o su madre? No quise quedarme
a ver quién era, así que corrí hacia mi casa.
Alex era quien estaba saliendo de su casa, junto con su novio. Ella saco su audi rojo del garaje y arranco. Suspire. Supongo que mi carta la vería en la noche. Intentaba ser positivo.
Entre a la casa un poco decepcionado, con la cabeza gacha.
— ¿Estás bien? ¿Dónde andabas? —preguntaba Nick, mientras bajaba las escaleras. Todos estaban ya en la cocina, para desayunar.
—Si, salí a caminar y… bueno… nada más. —dije con un poco de tristeza, decepción y coraje en la voz.
— ¿Seguro?
—Sí. —dije caminando hacia la cocina. No quería hablar y menos con Nick, porque al hacerlo tenía que decirle que había visto a Alex y que había hablado con ella, y que ella me había prometido que me llamaría cuando estuviera lista para hablar, pero que no lo había hecho y que al parecer nunca lo haría, porque al parecer estaba muy feliz con su novio. Tal vez debería salir y caminar directamente hacia ese buzón y sacar esa maldita carta, quemarla y hacer que sus cenizas volaran por toda la ciudad.
Alex era quien estaba saliendo de su casa, junto con su novio. Ella saco su audi rojo del garaje y arranco. Suspire. Supongo que mi carta la vería en la noche. Intentaba ser positivo.
Entre a la casa un poco decepcionado, con la cabeza gacha.
— ¿Estás bien? ¿Dónde andabas? —preguntaba Nick, mientras bajaba las escaleras. Todos estaban ya en la cocina, para desayunar.
—Si, salí a caminar y… bueno… nada más. —dije con un poco de tristeza, decepción y coraje en la voz.
— ¿Seguro?
—Sí. —dije caminando hacia la cocina. No quería hablar y menos con Nick, porque al hacerlo tenía que decirle que había visto a Alex y que había hablado con ella, y que ella me había prometido que me llamaría cuando estuviera lista para hablar, pero que no lo había hecho y que al parecer nunca lo haría, porque al parecer estaba muy feliz con su novio. Tal vez debería salir y caminar directamente hacia ese buzón y sacar esa maldita carta, quemarla y hacer que sus cenizas volaran por toda la ciudad.
Chicas! espero si les este gustando como va la novela. A mi me esta encantando, la verdad, me siento satisfecha con ella :)
Recuerden que quiero sus comentarios y que me hagan saber si les gusto o no. NO QUIERO LECTORAS FANTASMAS, si pueden comentar, háganlo, se los agradecería mucho...
Recuerden que quiero sus comentarios y que me hagan saber si les gusto o no. NO QUIERO LECTORAS FANTASMAS, si pueden comentar, háganlo, se los agradecería mucho...
no puedo subir mas seguido, pero lo intentare...
y cada vez esta mas cerca el final.. :o claro, si todo sale como lo planeo.
ME ENCANTAAA ♥♥
ResponderEliminarNo quiero que termine :(
aaah! ame el cap!(:
ResponderEliminarpor una parte ya quiero saber en que terminara la historia pero x otra no hehehe
espero ansiosa el siguiente capitulo!(:
LA AMO, AFJJSDH QUIERO EL OTRO CAPITULO YAAAA :3. Saludos :)
ResponderEliminarwaaaaaaaaaa me encanto me fascinoooo!
ResponderEliminaraaah super, increible, hermosa mmm se me acabaron los adjetivos jajaja ntc
espero lo siguiente
plis plis plis plis plis!
lo espero
tKm
kuidathe =D
OH MY GOOD!!!
ResponderEliminarMe encanto el cap y me gustaria saber que es lo que Joe escribio en es carta que no se anima a darsela a alex directamente :D Me desanima el saber que pronto terminara pero me encantaria saber el final!!!
Ni yo me entiendo jejejeje xD weno estare pasandome por aca mas seguido espero que puedas subir cap pronto cuidate nena Bye. . .(: