Los rayos del sol, iluminaban mi rostro, abrí poco a poco los ojos, —Un nuevo día me espera— pensé sarcástica. Me levante después de estirar mis piernas y brazos, y me dirigí al baño, me duche, después me dispuse a arreglarme, me puse unos jeans entubados, unas zapatillas flats blancas y una
T—Shirt azul marino, sobre una Tank blanca. Me cepille mi cabello ondulado, lo deje suelto, me puse un poco de maquillaje, solo me coloque un poco de color en las mejillas, rimmel y gloss. Gracias a dios tenía un cutis envidiable y no necesitaba de plastas en mi rostro para verme bien.
Tome mi bolso, Guarde unos cuantos cuadernos en el, tome mi BlackBerry® y baje las escaleras.
Fui directo hacia el comedor y ahí estaba mi padre con su periódico al final de la mesa y mi madre a su izquierda limándose las uñas. ¿No creen que sea la típica imagen de la familia unida y perfecta? Lo dudo.
—Buenos Días— dije, sentándome a la derecha de mi padre, quedando enfrente de mi madre.
—Buenos días amor— contesto mi madre
—Buenos días cariño— dijo mi padre, sin dejar de ver la sección de Finanzas.
Clara, se acerco y me puso el desayuno frente a mí.
—Gracias Clara— dije con una sonrisa, ella asintió con la cabeza, mientras se hacia para atrás y se quedaba parada en la esquina de aquella habitación.
Reinaba un silencio incomodo, solo se oía el sorbido de las tazas de café y el chocar de los cubiertos.
—¿Y bien?— dijo mi madre en un intento de terminar con ese incomodo instante
—Terminando la prepa, me meteré a un curso intensivo de música— musité mientras jugaba con mi desayuno
—¿Estas loca?— preguntó papá, sin quitar la vista del estúpido Periódico
—No papá, no estoy loca… no pienso estudiar Administración de Empresas, ni mucho menos Cosmetología ¿ok?—lo mire enojada.
—Hija no le hables a si a tu padre— salió a su defensa Mamá.
—Pff— Bufé y me pare de mi asiento, me dirigí a la puerta— ¡LLEGARE TARDE!— grite desde la sala.
— ¡Llegas a cenar cariño!
—Tu hija, piensa arruinar su vida cielo.
—Amor, si no puedes contra el enemigo, únetele— le dijo mi madre, y minutos después azote la puerta.
Salí de mi casa y fui directo a mi automóvil un convertible, rojo y comprado por mi misma y bueno… con un poco de ayuda de mi abuelo. Eso me hacia sentir orgullosa. Me subí, y arranque hacia la escuela. Durante el trayecto, algunas lagrimas caían sobre mis mejillas, yo solo las secaba… lloraba de decepción, coraje y tristeza, me dolía no tener el apoyo de aquel señor, que durante mi niñez fue mi Héroe, ¿en que momento había cambiado? El amaba la música, La amaba. Pero desde que empezó a ganar más dinero, todo lo de antes se fue a la basura.
Llegue al estacionamiento de la preparatoria, me mire en el espejo del retrovisor, limpie las marcas, que delataran que había llorado. Baje del auto y me dirigí a mi casillero, entre un “Hola”, un “Buenos Días” o un “¿Como estas?” de algunos chicos, llegue a mi casillero.
—¡Buenos días chica!
—Oh—tome aire y me gire—. Hola Sophie, ¿Como estas?— dije cerrando el casillero.
Sophie, es mi mejor amiga, fue la primera que me acogió a mi llegada a Los Ángeles. Es mi confidente a pesar de que la conozco desde hace un año, es una gran chica
—¿Bien y tu?—pregunto con una sonrisa, que se desvaneció al poco rato—.... ¿estuviste llorando de nuevo?— inquirió cruzando sus brazos.
—No, solo me entro algo de polvo, tu sabes, eso de tener un auto convertible tiene sus contras— dije mientras caminábamos hacia la primer clase del día.
—Mas te vale, aunque te conozco y se que me mientes, pero no preguntare.
—Gracias… y bien dime ¿que hay de nuevo?—la voltee a ver.
—Nada, estoy de luto.—dijo, colocándose una mano en el rostro.
—¿De luto?— pare mi caminar y ella me imito.— ¿Por que de luto?—pregunte divertida.
—No lo se, solo se me ocurrió— dijo nerviosa
—Anda dime, prometo no burlarme— la anime, poniendo mi mano sobre mi corazón.
—Amm... Hay Grandísimos rumores de que mi banda favorita se separara y sinceramente amiga…— dijo colocando su mano sobre mi hombro—. ¡Eso seria desastroso!
—Hay Sophie Jaja y porque según tú, ¿seria desastroso?—pregunté
—Dos cosas: Primera—dijo levantando su dedo índice— compre 2 boletos para su concierto en Los Ángeles y tenía planeado llevarte… y la Segunda— dijo levantando otro dedo—. Planeaba casarme con uno de ellos—volvió a taparse su rostro.
—Oh, pues… Una: estas loca y Dos: no creo que cancelen su concierto aquí, puede que sea el de despedida.—intente darle ánimos.
—Puede que tengas razón y además, sobre lo del concierto… ¿si iras conmigo cierto?—dijo mientras entrabamos al aula.
—Mmm, si, supongo que si, ¿Cuando es?— pregunté, sentándome.
—El viernes—contesto, imitando mí actuar—. ¿Si podrás cierto?
—Pues no veo por que no— saque mi BlackBerry® y vi mi agenda— si, lo tengo libre.
—Que bromista me saliste— Dijo antes de que el profesor, nos callara.
—Buenos días chicos, saquen su libro de Historia y ábranlo en la pagina 340.—
Y así pasaron las horas, hasta que sonó el timbre para el receso. Sophie y Yo tomamos nuestras cosas y salimos hacia nuestro casillero, Guardamos algunos libros, ya que los miércoles, las clases terminaban a las 12.
Entramos en la cafetería y nos formamos para tomar nuestro desayuno; Estábamos haciendo fila, cuando alguien nos tomo de la cintura e hiso una especie de rugido en nuestros oídos.
—¡AH!—gritamos al unisonó.
—Hola, Matthew—salude—. ¿Que tal las clases?— Matt, era amigo mío y de Sophie, somos como los 3 Mosqueteros, es un chico guapo, somos como hermanos, me apoya, lo apoyo y me conoce muy bien.
—Hola chicas lindas— se recargo en Sophie—. Pues normales, ustedes saben aburridas—decía, mientras nosotras íbamos recorriendo lugares en la fila.
—Matt...—dijo Sophie.
—¿Que pasa?
—¿Sabías que reprobé el curso de recargadera?
—Oh, lo siento.— Yo solo sonreí.
—Y bien, ¿Que tienen pensando hacer hoy?— pregunte mientras nos dirigíamos a la mesa.
—No lo se, supongo que…nada.
—Yo iré a entrenar.— dijo mientras mordía una manzana.
—¿Y tu Alex?— pregunto Sophie, mientras le daba un bocado a su desayuno.
—Supongo que iré un rato al restaurant a trabajar.— respondí fastidiada
—Si no te gusta, ¿por que lo haces?
—Me gusta… o me gustaba, ya no se Matt.
—¿Como que ya no sabes?— me observo.
—Si, ya no se, lo que pasa es que aquel lugarcito humilde y sencillo que era, cada vez se llena mas de personas famosas que buscan resguardarse de los medios.— quejé
—Mmm, entiendo… pero vele el lado positivo, te distraes un poco y no estas tooodo el día en tu casa soportando a los agradables de tus padres— mordió de nuevo su manzana.
—Tienes razón— dije y proseguí a seguir comiendo. Era verdad, ¿por que dejar de trabajar, si sirve de distracción a mi mucho muy aburrida vida?
Linda! Me encanta la manera en que escribes de verdad! =D
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