sábado, 4 de diciembre de 2010

Capítulo #36

Joe y yo nos giramos un poco asustados, ya que no habíamos reconocido la voz. Cuando vimos de quien provenía, soltamos un suspiro de alivio.
—Bien… no creen que ¿esto es un poco peligroso? —Cuestiono—, quiero decir, peligroso en la manera de que Camilla o cualquier persona que no sabe de esto, los pudo haber visto
—Hay Nick, pero lo bueno es que fuiste tú quien nos vio.
—Joe, aún así, tu novia—recalco esa palabra— esta allá preguntándole a todo mundo sobre tu paradero.
— ¿Y que con eso?
— ¿Cómo y que con eso? Dios, soy el más chico y al parecer el de mas cerebro—dijo mientras con sus manos se daba leves masajes a los lados de los ojos—, puedes meter en problemas a Alex, y a ti también… si ya no la quieres díselo y termina con esto pronto.
—Si Nick, ya lo hable con Alex, y le diré a Camilla que quiero hablar con ella mañana mismo.
—Bien, me parece una buena idea, porque enserio la alucino y me desespera.
—Bueno ya, mejor vayamos a adentro, Joe debes ir con tu pareja de baile y yo iré con Nick, quien por cierto, es mi linda pareja. — sonreí y me puse en medio de los dos para comenzar a caminar.
Tome a Nick del brazo y Joe caminaba a mi izquierda, con sus manos escondidas en los bolsillos de su pantalón.

Entramos de nueva cuenta al salón, Nick con la mirada le dijo a Joe que se fuera hacia el otro extremo, donde estaban Matt y Sophie, para que Camilla no lo viera conmigo. Por último Nick y Yo nos fuimos a sentar a nuestra mesa, yo iba con una sonrisa, lo que me hacía ver diferente a como había llegado hace unas horas.

Era raro, enserio me sentí muy feliz y satisfecha, tal vez porque Joe por fin iba a dejar a la zorraBelle y a sus exigencias. Y tal vez porque mi vida comenzaba a tener sentido. Solo me faltaba una cosa por arreglar. Bueno, más bien dos cosas. Mis papas y mi sueño, que ya se iba deformando poco a poco. La música comenzaba a tomar un segundo plano en mi vida. Ahora… bueno más bien en este instante algo que comenzaba a atraerme igual o más que la música era el baile. Sé que es un poco extraño porque no me gusta bailar frente a la gente, pero si me encanta ver bailar y me gustaba también hacerlo, tal vez si aprendiera mas, esa pena se me podría quitar y podía juntarlo o intercalarlo con la música, porque sinceramente me gustaría saber moverme sobre un escenario.

La fiesta estaba por llegar a su final, yo ya no aguantaba las zapatillas de tanto bailar, Nick ya se había despojado de su saco y su corbata, Matt estaba igual que Nick y Sophie, por mas cansada que estuviera, se negaba a estar sin zapatillas.
Por lo lejos se veía a un Joe aburrido, nada mas ignorando a su acompañante que en ningún momento cerraba la boca para que el pudiera decir algo.

Los estudiantes y los graduados comenzaban a despedirse y poco a poco el lugar iba quedando solo, sin embargo, nosotros nos estábamos divirtiendo, a pesar de que solo éramos cuatro, no parábamos de reír y de bromear, Joe ya se había ido a llevar a Camilla a su casa.
Después de un rato Nick y Yo nos despedimos ya era muy, pero muy tarde y comenzaba a hacer algo de frio. Fuimos hacia la salida y nos despedimos de Matt y Sophie quienes también ya se iban.

Nick y yo caminamos hacia el auto y lo abordamos.
Mientras íbamos en camino Nick, comenzó a charlar conmigo de cosas irrelevantes y de la nada salió el tema de Sophie.
—Quede de verla mañana.
— ¡Oh enserio!—respondí emocionada—, eso es bueno. ¿A dónde irán?
—Aún no lo sé, haremos lo que se nos antoje en ese momento.
—Me parece bien, Sophie es una buena chica y qué decir de ti Nicholas, eres muy bueno—respondí sincera—, y como se que eres tan bueno, necesitas una chica que sea igual que tu, de buenos y nobles sentimientos y creo que Sophie es la indicada. Bueno al menos a mí me gusta para ti, no sé si tu mamá la apruebe—bromee.
— ¿Así que has estado investigando sobre nosotros?
—Digamos que me he puesto al corriente en sus vidas. ¡Vaya! En internet vienen más cosas de su infancia, que las que yo sabía.
—Cierto. Hay cosas que ni yo mismo recordaba. No sé de donde las sacan la mayoría de las cosas nosotros no las hemos dicho.
—Así pasa. Ahora son famosos y antes no lo eran.

Llegamos a casa y las luces de la sala estaban encendidas. Abrí la puerta y entre. Cuando estaba dentro, Kevin y Joe se encontraban en la sala.
—Hola—dijo Kevin
— ¿Qué hacen despiertos?—cuestione mientras me sentaba en el sofá.
—Se le llama ausencia de sueño—respondió Kevin.
—Oh, lo supusimos—dijimos sarcásticamente Nick y Yo.
— ¿Y qué tal el baile?—inquirió Kevin.
—Bien—respondimos los tres.
— ¿Nada mas, bien? Que aburridos son.
—Oh vamos Kevin, ¿Qué quieres que te digamos?, ¿Que Joe y Alex se besaron mientras Camilla estaba dentro buscando a Joe como loca desquiciada?
Joe y yo solos nos quedamos boquiabiertos y miramos a Nick, quien nos miro avergonzado.
—Amm, bueno supongo que… pues… no se tal vez algo más interesante y menos obvio ¿no?— los cuatro reímos.

Eran las cinco de la mañana y poco a poco la sala iba quedando sola, primero subió Nick, después subió Kevin y Joe y yo nos quedamos charlando un poco más.
Con Joe realmente pasaba momentos agradables, nunca me sentía aburrida, me hacía reír demasiado, con sus chistes malos y también con los buenos. Ninguno de los dos tenia sueño así que subimos a nuestras habitaciones nos colocamos nuestra pijama y yo me reuní con Joe en su habitación para ver una película.
Ya que me cambie y me coloque algo cómodo, fui hacia su puerta y toque con mis nudillos varias veces la puerta y Joe desde dentro grito que pasara.
— ¿No piensas ponerte algo más arriba? Esta haciendo algo de frio—dije mientras cerraba la puerta y veía a Joe colocar el DVD.
—Lo dice, quien solo trae un short y una playera de pijama.
—Bueno, pues no tengo mucho frio, solo un poco, y se quita con una cobija y ya.
—De acuerdo, pues toma una que está en mi cama.

Camine hacia la cama de Joe y me acomode entre las cobijas. Joe tomo el control de la TV, apago la luz y camino hacia la cama, acomodándose a mi izquierda.
Joe pasó su brazo detrás de mi cabeza y yo me abrase a él como si fuera una almohada.
La película comenzaba y yo, ya comenzaba a mostrar cansancio y a bostezar, mis ojos comenzaban a pesar y hubo un momento en que no supe mas.

La luz comenzaba a colarse detrás de aquellas persianas, abrí un ojo mientras mantenía el otro cerrado, para evitar el encandilamiento, me encontraba dormida boca abajo y con mil edredones arriba.
Gire mi cabeza para volver a dormir y cuando lo hice me percate de mi acompañante, quien se encontraba profundamente dormido, algo despeinado y sobre todo muy tranquilo.
No le tome importancia y me volví a quedar dormida.

Unos pequeños movimientos sobre mi cabello me hicieron despertar nuevamente.
—Cinco minutos más—respondí sin abrir los ojos y al ver que no hacían caso, los abrí lentamente y lo primero que vi fui a Joe, sentado a mi lado jugando con mi cabello—,¡Oh vamos Joe!, deberías dejarme dormir más tiempo.—me lleve la colcha y me tape el rostro. Pensé en lo que había dicho y me destape rápidamente—. ¿Joe?—exclame asustada
—Amm ¿si?
—No paso nada de nada ¿cierto?—seguía con los ojos abiertos, demasiado diría yo y Joe solo se limitaba a reír.— Contesta…
—No Alex, no paso nada, solo vimos películas y nos quedamos dormidos.
— ¿Nada mas?—alce las cejas.
—Bueno…
— ¡JOE!
—Nada más Alex. Confía en mí.
—De acuerdo—me recosté de nuevo—, supongo que debo ir a mi habitación a ducharme y comenzar a hacer planes para estas vacaciones. —mire a Joe, quien me miraba desde arriba, su cabeza estaba recargada sobre su mano y me miraba atentamente—, bien, estoy de acuerdo de que al despertar no soy muy glamorosa, pero no debes de mirarme así, me intimidas.
—No sé cómo le haces Alex, aún acabada de despertar e incluso dormida, te ves hermosa.
—Y yo no sé cómo le haces, para evitar matarme de un paro cardiaco, cada vez que tu voz resuena en mis oídos. —dije calmadamente, sin despegar mi vista de su rostro.
Joe sonrió y comenzó a inclinarse hacia a mí, de mi parte, me comencé a poner nerviosa, solo por el simple hecho de que estábamos en una cama y yo estaba a punto de besarme. Sé que no pasaría nada, pero alguien podría entrar y vernos, y digamos que esto se podría malinterpretar.

¡Que más da! Si me iré al infierno por andar con él, pues también debería irme por besarlo en su habitación.
Sus labios hicieron presión sobre los míos, su mano recorría mi brazo y las mías se enredaban melódicamente en su cabello.
Joe sabía muy bien, que tenía que volvía loca a una mujer y vaya que sabia como usarlo. Era un experto.

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