viernes, 31 de diciembre de 2010

Capítulo #47

La revise por algunos minutos y descubrí una bolsa negra, me dio curiosidad y comencé a hurgar dentro de ella…
Me sorprendí al ver lo que había dentro, eran muchas cosas raras dignas de un chaman o brujo… plantas, hojas, velas, lociones y… ¿fotos mías y de Alex?

Tome la bolsa y cerré fuertemente la cajuela, camine con paso firme, hacia la casa, Necesitaba una clara explicación sobre lo que había dentro de la bolsa. No era normal.
Llegue a casa, cerré la puerta con la mano que tenia libre y me gire para mirar a Camilla, quien me miraba con interés.
—No se robaron nada de tu auto…
— ¿No? Que alivio, tenia el libreto de mi siguiente pelic…—la interrumpí.
—Camilla, ¿Qué es esto?—levante la bolsa y la puse a la altura de nuestros rostros, ella solo abrió los ojos de par en par y me miro inexpresivamente—, Vamos… si no te conociera pensaría que…—guarde silencio, comenzaba a entender ciertas cosas.
—¿Qué pensarías, Joe?—alzo una ceja, mientras torcía su boca en una mueca. Camino hacia mí.
—Camilla, son cosas muy extrañas las que traes aquí… ¿Qué explicaciones me das? ¿Por qué tienes fotos mías y de Alex? En serio, si no te conociera, como lo hago— en realidad, pensaba que la conocía—, diría que me hiciste brujería o algo por el estilo, se que es fantasioso pero eso parece.
—Joe… ¿estas diciendo que hice algo para retenerte a mi lado?
—Si.
—Vaya… no puedo creer que creas eso de mi.— se veía indignada, había algo que no me hacia creerle, era muy buena actriz, y no estaba yo en el mejor momento mentalmente, por decirlo de alguna manera, para saber cuando actúa y cuando no.— Sabes que Joe, yo no tengo… yo no tengo que hacer… esas cosas para tenerte a mi lado, tal vez tu si, pero yo no, puedo tener a cualquier hombre a mi lado, cuando quiera y como quiera—se puso a la defensiva, sin que yo dijera algo para que lo hiciera, hablaba y las palabras se le iban encimadas y se trababa mucho, se veía nerviosa.
—De acuerdo, entonces si dices que puedes estar con el hombre que tu quieras… ¿Por que regresaste conmigo? O mejor aún ¿Por qué me pediste una segunda oportunidad? Ya no entiendo tu actitud y tampoco entiendo por que no soportas a Alex… y sabes que, no entiendo muchas cosas alrededor de ti.
—Joe, ¿entonces estas dudando de mi? ¡Vaya! Desde que esa… desde que esa tonta Alex, llego a tu vida, cambiaste rotundamente tu manera de ser conmigo.
—Eso no es verdad, estábamos mal desde antes de que viera a Alex de nuevo, así que Alex no tiene la culpa de eso.
—De acuerdo, no la tendrá de esa vez, ¿pero de esta?
—No hemos cortado desde la vez que regresamos o no hemos querido cortar…
—Ah…—se puso nerviosa—, tienes razón—levanto su muñeca y miro su reloj—, ¿podemos seguir hablando otro día? Se me hace tarde y tengo llamado mañana por la mañana, y no quiero pelear contigo…
—Pero si debemos hablar, sigo sin entender las fotos y cosas de brujería o no se que eran, pero las tenias en tu auto.
—Si Joe, cuando hablemos, hablaremos de eso.— camino hacia la puerta, para salir y yo camine junto a ella por el sendero, para llegar a su auto—, Adiós bebé, yo te amo— se acerco para besarme y yo gire mi cabeza para que besara mi mejilla y no mi boca.— de acuerdo, pero me parece una estupidez lo que piensas Joseph, una gran estupidez—se subió a su auto y yo le cerré la puerta
—Te vas con cuidado, Camilla, te llamo luego.— le di un golpecito a la puerta y me aleje para que arrancara el auto. Me hice para atrás, para comenzar a caminar hacia mi casa, sin despegar la vista del auto negro, ya que estaré un poco molesto, pero era un caballero y tenia que ver que saliera bien de mi casa.
Comencé a caminar hacia atrás y escuche que crujía algo debajo de mi pie, lo levante y vi un pequeño broche de brillantitos, tirado sobre el pavimento de la banqueta, me incline y lo levante, lo inspeccione, era bello y muy femenino… se me hacia conocido, pero me parecía conocido ¿Dónde lo había visto antes? Lo seguí mirando fijamente y comencé a buscar en mi mente.
¡Claro! Ese broche era de Alex, lo guarde delicadamente en mi bolsillo, con cuidado de que no se rompiera más, se lo arreglaría y después se lo daría.

Nick y Kevin iban saliendo de la casa de Alex, así que camine hacia ellos.
—Hey Joe, ¿a que hora llegaste?
—Mmm, tengo un buen tiempo aquí, Nick.
— ¿Nuestros papas están en casa?—cuestiono Kevin, quien buscaba con la mirada el automóvil de
papá.
—Dijeron algo de ir a cenar a un lugar con Frankie, así que no están… ¿ya cenaron ustedes?
—Si, comimos algo en casa de Alex
— ¿Tu ya, Joe?
—No tengo hambre—suspire y rasque mi cabeza.
— ¿Te encuentras bien?
—Si, solo que…—guarde silencio—. Nada, olvídalo Nick.
—De acuerdo.

Caminamos los tres hacia nuestra casa, Nick y Kevin subieron directo a su habitación y yo me quede
un rato mas en la sala, sentado sobre el sofá, mirando el broche de Alex.
¿Por qué estaba tirado? ¿Se le habrá caído? O… No, no creo.
Mis padres, llegaron y Papá se quedo hablando conmigo, sobre la banda, me dijo que ya había
empezado a hablar con algunos medios y que ya se estaba empezando a organizar una serie de
conciertos. Yo lo escuchaba atento, todo empezaría la siguiente semana.
“Las vacaciones” habían terminado.

Subí a mi habitación, me puse mi pijama y me tumbe en mi cama, esperando dormir…ya que la noche
anterior no había podido dormir muy bien que digamos.
Los ojos se me comenzaron a cerrar y comencé a “soñar”… varias imágenes se postraban en mi
mente, imágenes de cuando llegamos a Los Ángeles, de cuando Camilla y yo cortamos antes del
concierto, unas más, de cuando Alex se acerco a mi y me consoló… hasta que unas imágenes, que
no recordaba… o no sabia que existían se colaron, Alex y yo sobre el jardín, besándonos. Una
más en mi cuarto, de nueva cuenta besándonos…
“—Creo que es hora de que te vayas a tu habitación, Joe.
— ¿Me estas corriendo? No me quiero ir, Alex
—Joe, tienes que irte, no creo que sea bien visto que estés en mi habitación a estas horas…
— ¿Por qué no? Tenemos algo…
—No Joe, no tenemos nada y por los mismo, se ve mal…”

“— ¿Perdón? No te escuche, la música esta algo fuerte.
— ¿Qué a donde vas?— ¿Te importa?
—Claro que me importa.
—Ya no me mientas, Joe.”

“—Enserio, ¿Crees que no soy sincero contigo?
—Si, algunas veces es lo que siento.
—Me duele que no me creas. Alex, me duele en el corazón oír, que pienses que te miento, que
llegues a pensar que juego contigo.
—Joe, yo te quiero… demasiado, seria capaz de dar todo por ti, pero siento que no recibo nada a
cambio.
—No puedo creer que pienses eso. Yo te quiero, no se ni como explicarlo…debo ser sincero, al
principio pensé que solo era pura atracción, mas nunca pensé que me enamoraría así de
tontamente de ti.
— ¿Algún día me querrás, así como la quieres a ella?
—Tu sabes que si, incluso mas de lo que la quise….además, también sabes que ya no la
quiero.”

Me desperté agitado, como si todo eso hubiera sido parte de un extraño sueño, todo era tan
real… sentía como que lo había olvidado, recordaba haber vivido fragmentos de eso, pero en
ninguno estaba Alex…
Me pare de mi cama y camine hacia mi armario, me puse unos jeans y una camisa, me puse mi chaqueta
mis tenis, tome las llaves de mi casa. Salí de mi habitación y baje las escaleras y camine hacia
la puerta principal.

//Alex//
Después de que corrimos hacia mi casa, al ver que Joe salía de la suya para ver el auto de
Camilla, los chicos dimos por fallida nuestra misión, así que todas las esperanzas que habíamos
depositado en revisar el auto de Camilla y encontrar algo que la culpara, se fueron a la basura.

Los chicos se cambiaron y guardaron los trajes negros en la maleta, se despidieron de mí y salieron
de mi casa.
Yo por mi parte, recogí lo de la cena y subí a mi habitación, me di un baño y me recosté en mi
cama, los ojos me pesaron y me quede dormida rápidamente.

Sentía que me mecían delicadamente, yo no abría los ojos, pensaba que era Clara diciéndome que
el desayuno estaba listo, así que solo decía “cinco minutos más y bajo”.
—Alex…—murmuraron mientras me seguían meciendo, yo abrí poco a poco los ojos y pude ver que
aun estaba obscuro, solo alcanzaba a ver una silueta un poco tosca, así que me talle los ojos y
encendí la luz de mi mesa de noche.
— ¿¡Joe?! ¿Qué haces aquí?—pregunte mientras me incorporaba y me sentaba sobre mi cama.
—¿Cómo entraste?
—Perdóname, no quería despertarte…
—No, no te preocupes ¿Cómo entraste?
—Aún tengo la llave de tu casa…
—Ah… ¿Paso algo en tu casa?—comencé a alarmarme, ya que era la una de la mañana y Joe
estaba en mi habitación.
—No, en casa todo esta bien… —se sentó en mi cama frente a mí. –Solo que no podía
dormir…
— ¿No podías dormir y viniste a despertarme?—cuestione extrañada, Joe se veía afligido y
confundido— ¿te encuentras bien, Joe?
—Alex… ¿recuerdas el lugar especial al que me querías llevar?
—Si ¿Por qué?
— ¿Podrías llevarme ahora?—me miro, sus ojos miel brillaban por el reflejo que provocaba la
luna y la luz artificial que emanaba mi lámpara.

¿Por qué querría que lo llevara ahora? No me molestaba llevarlo, al contrario, eso ayudaría
mucho, ya que a ese lugar le tenia un cariño inmenso y se me hacia extraño que el no lo recordara.
Lo mire fijamente y solo le sonreí a la que el rápidamente respondió tomando mi mano y
apretándola fuerte pero delicadamente.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Capítulo #46

Comenzó a inclinarse hacia mí, yo estaba inmóvil, no sabia que hacer. La noche parecía haberse puesto de acuerdo en todo.
Lo único que pude hacer, fue cerrar los ojos. Sentí una delicada presión sobre mis labios, Joe estaba besándome tiernamente y yo no sabia como responder…solo me deje llevar.
No fue un beso largo porque no lo quise, en cuanto entendí lo que ocurría me separe de el inmediatamente, no lo mire a los ojos y el me miro avergonzado.
—Alex…lo siento…no…—comenzó a titubear.
—No Joe, olvídalo. No paso nada, solo… hagamos como que no ocurrió—me puse de pie—, no me estas ayudando— murmulle esperando que no me escuchara. Hice una mueca.
— ¿Cómo que no te estoy ayudando?—se puso de pie y se paro frente a mi— ¿a que te refieres?—enarco una ceja
—¿Ah?—levante la cabeza y lo mire frente a mi. –Oh, a nada, hablaba para mi misma—balbucee.
—Yo te oí decir “no me estas ayudando”. Y supongo que te refieres a mí, a menos de que hables sola.
—Pues, si dices que estoy loca, supongo que los locos, o al menos algunos, hablamos solos—intente zafarme de su cuestionamiento— Bueno Joe, gracias por acompañarme afuera, pero ya me dio sueño…—me acerque a la puerta—, ¿Entraras?
—Si.— respondió serio.

Cerré la puerta con llave y Joe no había subido, se me hacia raro que me esperara para subir, pero decidí no tomarle importancia y seguí caminando.
Al estar en el piso de arriba y cada uno fuera de su habitación, solo nos limitamos a decirnos dos palabras.
—Buenas Noches.

Entre a mi habitación, me despoje de mi ropa y me puse algo cómodo, me tumbe en la cama y comencé a contar ovejas para poder dormir, ya que con lo que había ocurrido minutos antes afuera, no se me haría tan fácil conciliar el sueño.
La noche paso lenta… no podía dormir, solo daba vueltas en mi cama. Pero después de una hora, concilie el sueño.

—Cariño, Buenos Días…
—¿Eh?—comencé a abrir poco a poco los ojos, ya que la luz me comenzaba a irritar los ojos— Oh Denisse—me incorpore en la cama, mientras me tallaba los ojos. –Buenos Días.
—Perdón por despertarte, pero Clara no vino y vine yo a avisarte que ya esta listo el desayuno.
—Ah Claro, en un momento bajo—me pare de la cama.
—De acuerdo.

Denisse salió de mi habitación. Fui directo al baño, me lave la cara y me enjuague la boca y me acomode el cabello, para bajar a desayunar ya que tenía demasiada hambre. Terminando me bañaría.

Baje las escaleras, abrazándome a mi misma, ya que estaba algo frio el ambiente. Me senté en mi silla después de decir un “buenos días”. Me di cuenta de que no era la única en pijama, Frankie estaba jugando con su videojuego y estaba también en pijama, al igual que Nick y Kevin… Joe aun no bajaba.
—Alex, ¿recuerdas lo de hoy?—inquirió Nick.
—¿Qué de hoy?—cuestiono Joe, quien iba llegando al comedor.
—Pues pensábamos…—comenzó a decir Kevin.
—¿Qué pensaban?—pregunto Joe ansioso, al ver que Kevin no seguía hablando.
—Pensábamos salir los tres juntos.—concluyo Nick.
—¿Otra vez?
—¿Que tiene de malo, Joe? Ninguno de los tres tenemos compromiso con alguien hoy.—di por terminada la charla.

Terminamos de desayunar, y cada uno fue a su habitación a arreglarse, yo me quede ayudándole a Denisse a recoger la cocina, cuando termine también subí a ducharme y a cambiarme.

Salí de la ducha envuelta en una toalla alrededor de mi cuerpo y con una mas en mi cabeza. Camine hacia mi armario y comencé a ver que me iba a poner, traía puesto los audífonos, así que iba cantando. Cuando supe que era lo que me pondría me gire y justo cuando lo iba dejar sobre mi cama, eleve la vista y vi a Joe sentado sobre en sofá que había en mi habitación, Jugando con su celular, ya se había arreglado, me encantaba cuando se ponía su chaqueta de piel. Cuando se dio cuenta de que estaba ahí, me miro avergonzado y asustado
—¡Joe!—grite y me resguarde con la puerta del armario. —¡¿Qué demonios haces aquí?!
—Yo…yo… yo quería hablar contigo.
—¿No te pudiste esperar afuera?
—Ah…
—Olvídalo, eres lento para pensar—sentía que la sangre se acumulaba en mis mejillas y detrás de mis orejas. – ¿Puedes salirte?
—Si, pero Alex…
—Joe, si es sobre el beso, ya te dije olvídalo. De mi parte, camilla no se enterara, así que si eso es lo que te preocupaba, pues ya, tranquilo. No paso nada.—dije firme.
—Pero aun asi, quiero hablar contigo…
—Si Joe, cuando quieras hablamos, pero ahora sal… debo cambiarme.
—Oh si, lo siento…

Joe salió de mi habitación y yo camine hacia el baño con mi ropa. Me cambie y arregle.
Cuando salí de mi habitación, fui a la de Joe, pero no estaba ahí, entonces baje las escaleras y vi a Kevin frente al televisor y le pregunte por él, me dijo que había salido, gire los ojos y le agradecí la información y volví a subir a mi habitación, entre y me tumbe en la cama.

— ¡Alex!—gritaron desde abajo, me puse de pie y salí al corredor.
— ¿Qué pasa, Nick?
—Quieres ayudarnos, ya nos iremos a la otra casa.
—Si, ya voy… solo me pongo mis tenis o algo…

Regrese a mi habitación y me puse mis converse, baje corriendo las escaleras y tome unas cajas que
estaban acomodadas ahí, salí y camine por el sendero que llevaba a su nueva casa.
—Terminada se ve muy linda…—dije al entrar.
—Tu me ayudaste a decorarla, por eso se ve linda—dijo Denisse, quien venia detrás de mi.
Solo sonreí.

Ayude a terminar de acomodar la alacena, Nick y Kevin habían salido a hacer unas compras. Así que
no regresaron hasta después del medio día, dejándonos a Denisse, Frankie y a mi solos en la casa
y por ende, comimos solos.
—Creo que ya llegaron los chicos—dije mientras me ponía de pie—Saldré con ellos.
Camine hacia la puerta y vi que venían con una maleta negra.
—¿Y eso?—inquirí.
—¿Ya llego Joe?
—No, no ha llegado Kevin. ¿Pero que es eso?
—Cuando llegue lo veras…—agrego Nick divertido.
—Algunas veces me dan miedo, pero da igual, iré a mi casa y cuando llegue mi llaman
—De acuerdo—respondieron al unisonó.

La tarde comenzó a pasar, estaba tumbada en el sillón de mi casa cambiándole a la TV, sin ver
siquiera un canal… me sentía vacía por dentro, y con cada segundo que pasaba, me daba cuenta de
que no podía olvidarlo, por más que quería, no podía. Mi corazón le pertenecía a el y nada
más.

Me quede dormida, estaba soñando que me encontraba atrapada en una jaula y una bruja— a quien que
por cierto, no se le veía la cara— me torturaba. Estaba completamente obscuro, hasta que un rayo
de luz le ilumino la cara, y la bruja tenia la cara de Camilla…
—¡Ya llego!—gritaron en mi oído.
—¡¿Qué?!—me pare rápidamente asustada por el grito. –Chicos, me asustaron…
—Te veías cómica dormida, parecía que soñabas algo feo…
—Ni que le dudes, Kevin, era horrible.
—¿Qué soñabas?—cuestiono Nick interesado.
—Solo imagínense a Camilla como bruja y se imaginaran…
Los tres reímos.
Kevin, levanto del piso la maleta negra que traían, y estiro su brazo para dármela.
—¿y eso?—inquirí confusa— ¿Por qué están vestidos así?—cuestione ya que los mire bien.
—Debes ponerte eso…
—¿Están bromeando?—en realidad me lo preguntaba, era ropa de espionaje.
—Tú póntelo, te esperamos aquí.
—de acuerdo…—gire los ojos y camine hacia el baño.

Me puse lo que venia dentro, unos pantalones negros entallados, una blusa de manga larga y cuello
altos, al igual que unas botas, todo negro.
—Insisto, esto es demasiado, ¿a quien se le ocurrió?
—A Kevin—dijo Nick rápidamente.
—Ten Alex…—estiro de nueva cuenta su mano y me dio unos guantes.

Después de burlarme un poco, salimos de mi casa y caminamos hacia el lujoso auto de Camilla que
estaba estacionado fuera de la nueva casa de los chicos. Las luces de la sala estaban encendidas,
así que era de suponerse que Joe y Camilla estaban ahí dentro, lo cual era aun mas peligroso, ya
que nos podían ver.
—Estoy empezando a dudar sobre hacer esto—dije mientras caminábamos agachados, ocultándonos
detrás del coche.
—No Alex, no pasara nada.
—Kevin… si pasa algo te culpare. —entrecerré los ojos y con mis dedos le hice una seña como
de “te observo”
—No pasara nada, tranquila.
—Listo, no hay moros en la costa, podemos abrir el auto—dijo Nick, quien venia hasta adelante.
—¿Cómo lo abriéremos? Supongo que deben traer la llave y…
—con tu broche lo abriremos…—me sonrió Nick.
—Comienzo a pensar, que si no hubieran sido cantantes, ustedes habrían sido ladrones—los dos
rieron.

Nos colocamos detrás de la cajuela, le di mi broche a Nick, quien lo metía y daba vueltas sobre la
rendija donde debía pasar la llave.
—Listo—dijo al fin después de varios intentos.
—¡Pues ábrela!—grite suavemente.
Nick puso su mano sobre la cajuela y justo cuando la iba a levantar para abrirla, la alarma comenzó
a sonar estrepitosamente, los tres nos miramos con cara asustada.
—¿Y ahora que?—cuestione.
—¡Corre!

Los tres corrimos, hasta mi casa y nos metimos rápidamente, ya que de su casa se veía que salía
alguien corriendo.

//Joe//

Después de que Alex me dijera que saliera de su cuarto, lo cual era razonable ya que entre sin
preguntar. Baje las escaleras y me di cuenta de que Camilla iba llegando, me pidió que fuera con
ella y acepte aunque no tenia demasiadas ganas de salir el día de hoy.

Fuimos de compras, a comer y de compras otra vez. Cuando Camilla se canso, lo cual era muy raro,
decidimos regresar a casa, mi nueva casa.
Ya había obscurecido tenuemente.
Entramos, no había nadie, ni Kevin, ni Nick, ni mis padres. Nos sentamos en el sofá y comenzamos a
platicar, Camilla se me insinuaba para que la besara, pero no tenía ánimos ¿Qué no le había
bastado con todos los besos que me robo el día de hoy? Supongo que no, nunca se llenaba de nada.
—Camilla, ya fueron muchos por hoy…—intentaba zafarme.
—Hay bebe, pero no debe de haber limite, además…—cambio su tono de voz chillón a uno mas
seductor— no hay nadie en tu casa— con su índice comenzó a hacer círculos en mi pecho.
—Camilla… ya sabes que tengo el anillo, así que no insistas.
La alarma de su auto comenzó a sonar estrepitosamente.
—¿Es tu auto Joe?
—No, es tu auto el que suena. –se puso rápidamente de pie y se asomo por la venta.
—¡Joe, tres personas vestidas de negro se alejan de mi auto y la cajuela esta abierta!
—Tranquila, iré a revisar si no se llevaron nada.

Salí a paso rápido de la casa, ya que podían seguir los ladrones ahí y venir armados. Corrí
hacia el auto, me fije de que dentro estuviera bien y después fui hacia la cajuela la cual estaba
abierta.
La revise por algunos minutos y descubrí una bolsa negra, me dio curiosidad y comencé a hurgar
dentro de ella…
Me sorprendí al ver lo que había dentro, eran muchas cosas raras dignas de un chaman o brujo…
plantas, hojas, velas, lociones y… ¿fotos mías y de Alex?

Tome la bolsa y cerré fuertemente la cajuela, camine con paso firme, hacia la casa, Necesitaba una
clara explicación sobre lo que había dentro de la bolsa. No era normal.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Capítulo #45


— ¿Y cuál es el plan?—dije al fin.
—Si Camilla va a casa, obviamente estará dentro con Joe, mientras este ahí, nosotros inspeccionaremos su auto y veremos si encontramos algo. —me contesto Nick.
—Si, yo planeare bien algunas cosas y mañana lo llevaremos a cabo—agrego Kevin.
—Bueno, me parece bien.

Terminamos de comer y después de una pequeña pelea que hicimos por la cuenta—en la que por cierto perdí—, no me dejaron pagar.
Salimos del restaurante y mientras esperábamos que el Valet, trajera la camioneta. Un auto se estaciono frente a nosotros, vimos el auto y después nos miramos ya que no entendíamos, hasta que el conductor o conductora comenzó a bajar la ventanilla nos dimos cuenta de que era Camilla, los tres giramos los ojos.
— ¿Y esta qué querrá?— cuestiono Kevin en un tono de voz, que solo alcanzamos a escuchar Nick y Yo. Solo nos encogimos de hombros.
—Chicos ¿y Joe?—cuestiono en su tono de voz engreído.
—Si Hola ¿Cómo están?—dije. Camilla solo me fulmino con la mirada y yo le sonreí.
—Da igual, no vine a saludar.
—Da igual, solo vine a molestar—seguía haciéndola enojar, Nick y Kevin solo simulaban unas cuantas risas, con tos fingida.
— ¡¿Y Joe?!
—Por qué no lo buscas en tu bolsillo…
—Marie, no me colmes la paciencia.
— ¿Cómo me dijiste?—abrí los ojos de par en par y estuve a punto de aventármele encima, pero Nick y Kevin me detuvieron.
—Marie… M—A—R—I—E, Marie ¿estas sorda?—se burlaba.
— ¿Como sabes ese nombre?
—Tengo mis contactos… pero no vine aquí por ti, ¿saben o no donde está Joe?
—No Camilla, no sabemos. No lo hemos visto desde temprano—dijo Nick al fin.
—Bien, de acuerdo. Adiós chicos, adiós María…
— ¡Es Marie!—grite enojada. De acuerdo, ese nombre solo me lo decían mis padres cuando se enojaban, pero no me gustaba, solo prefería que me dijeran Alex y ya. Nada más.
—Da igual. — se coloco sus costosos Prada y se giro hacia su auto.
Yo la mire irse, sentía que estaba a punto de sacar humo de mis orejas. No soportaba verla.

Llego la camioneta y nos subimos, para regresar a casa. Al llegar vimos la de Joe afuera, así que los tres no entendíamos donde había estado metido todo el día.
Después de algunas bromas que nos hicimos en el jardín frontal, decidimos entrar a casa. Los señores Jonas, junto con Frankie y Joe estaban sentados en la sala, se nos hiso raro verlos reunidos, pero de igual manera entramos y nos reunimos con ellos.
Nick y Kevin se sentaron en un sofá que estaba solo y solo quedaba espacio, al lado de Joe. Así que camine hacia allá y me deje caer, Joe solo me vio de reojo, pero no dijo nada.
— ¿Donde estabas, Joe?—le cuestiono Nick.
—Fui a ver a unos viejos amigos ¿Por qué?
—Por que Camilla, nos estuvo preguntado sobre ti.
—Ah—dijo nada más.
—Si y me dijo Marie—agregue en un tono molesto, mientras cruzaba los brazos a altura de mi pecho.
— ¿Marie?—inquirió incrédulo, mientras me miraba, cosa que no había hecho desde que llegamos.
— ¿Te lo deletreo?
—No, si se que te llamas así…
—Bueno, pues no me gusta ese nombre así que no lo repitas.
—A mí sí me gusta.
—Ah— no dije nada mas, Joe me miraba y yo no pude evitar hacerlo, me perdí en sus ojos y de mi boca no salía sonido alguno—, este…—intentaba decir algo coherente, pero mi boca no se coordinaba con mi cerebro
—¿Y porque estamos reunidos?—dijo Nick, ya que al parecer capto mi ausencia de palabras.
—Cierto—dijo Denise—, Pues solo para estar reunidos nuestra última noche aquí con Alex… estuvimos juntos algo de tiempo, pero ahora nos separaremos.
—Mamá, solo nos vamos a la casa de al lado—dijo Frankie.
—Si, pero no será lo mismo.
—Lo que podemos hacer es tirar la barda que divide los jardines—agrego Kevin.
—Es buena idea—dijo Papa Jonas—, podemos hacer eso y estaremos juntos.

Lo que resto de la tarde hasta que comenzó a obscurecer, la compartimos los siete juntos. Jugamos algunos juegos de mesa, y otros mas como el de “dígalo con mímica”, en todos, Joe y yo hicimos equipo y ganábamos la mayoría de las veces.
El reloj marco las once en punto, Denise, Paul y Frankie se subieron a dormir, después se fue Kevin y solo quedamos Nick, Joe y yo abajo en la sala.
— ¿Seguirás yendo cuando quieras a visitarnos verdad Alex?
—Si, y ustedes también… ya dije, los extrañare esta es demasiada casa para mí.
—Ya está, no dejaremos de visitarnos mutuamente—decía Nick, y Joe solo estaba en silencio sentado en el sofá. Nick bostezo.
—Nick, deberías irte ya a dormir, fue una tarde cansada para todos—dije.
—No, solo déjame te ayudo a recoger.
—No, como crees, yo lo hago.
—Bien, de acuerdo, Buenas Noches chicos.
—Descansa Nick—dije.
—Si hermano, descansa—dijo al fin, Joe.

Nick se puso de pie y subió las escaleras. Yo lo imite, pero solo para comenzar a recoger los vasos y tazones de palomitas que habíamos usado para la velada. Joe se puso de pie y comenzó a ayudarme sin que le dijera algo. No le hablaba ni nada, no sabía que decirle, tenía miedo de volverme a quedar sin saber que decir y parecer una tonta frente a él.
Camine hacia la cocina y comencé a botar todo sobre una bolsa negra, Joe seguía ahí recogiendo.
—Joe, deja ahí. Yo lo hago, vete a dormir.
—No seas terca Alex, te quiero ayudar.
—Pero yo no necesito tu ayuda… Además, ya termine, solo debo sacar la basura y ya—camine hacia la puerta principal, para sacar las bolsas que se habían acumulado el resto del día.
—Bueno, entonces déjame ayudarte con las bolsas, son muchas…
—No insistas.
—No seas tan terca y dame algunas.
—De acuerdo—dije al fin. Le di algunas bolsas y caminamos juntos hasta el contenedor de la basura.
Echamos las bolsas en el contenedor y camine hacia la casa, con las manos escondidas en mis bolsillos traseros.
Me senté en uno de los escalones de la entrada, esperando que Joe se metiera a la casa.
— ¿No vas a entrar?—pregunto mientras se quedaba parado debajo del marco de la puerta con su diestra sobre la manija.
—No.
— ¿Por qué no?
—Por que la noche esta linda y la quiero ver. El cielo se ve más estrellado que otros días.
Logre oír como cerraba la puerta y se acercaba hacia mí. No dije nada, solo me limite a mirar el cielo.
—Tienes razón, se ve muy hermoso…— dijo con su voz aterciopelada, mientras se sentaba a mi lado.
No se por cual razón, motivo o circunstancia Joe me observaba insistentemente. —Yo pienso que, Marie es un muy bonito nombre, me gusta mucho. Incluso he dicho que si tengo una hija quiero que se llame así.
— ¿Ah sí?
—Si… a ti te queda bien ese nombre.
—Ahh…—me gire de nuevo y mire hacia el cielo.
Joe me seguía mirando. De reojo lo miraba, la luna se reflejaba en sus ojos color avellana, haciendo que brillaran hermosamente, intentaba no mirarlo para no perderme en ellos nuevamente.
Su mano comenzó a acercarse hacia mí, mi pulso comenzaba a acelerarse. Tomo mi barbilla delicadamente y la giro hacia él, haciendo que me perdiera en sus ojos y de nueva cuenta haciendo que mi respiración se agitara, al igual que mi corazón.
—Alex… no sé lo que voy a hacer.
— ¿De qué hablas?—musite pausadamente.
—No lo sé—respondió en un susurro, pero sin despegar su mano de mí barbilla. — Solo sé que es algo que siento…
No dije nada, sus palabras las sentía sinceras.
Comenzó a inclinarse hacia mí, yo estaba inmóvil, no sabía qué hacer. La noche parecía haberse puesto de acuerdo en todo.
Lo único que pude hacer, fue cerrar los ojos. Sentí una delicada presión sobre mis labios, Joe estaba besándome tiernamente y yo no sabía cómo responder…solo me deje llevar.

sábado, 18 de diciembre de 2010

Capítulo #44

Le sonreí tímidamente, mientras me colocaba un mechón de cabello detrás de mi oreja.
—Pero enserio, si es necesario verla, te puedo llevar el sábado u otro día…—claro que no quería que la viera, pero no quería que supiera.
—Alex… tranquila. Lo que hare será llamarle y le preguntare si quiere verme…— hay Joe tan ingenuo, que si no lo quiere ver. Ella parece tener una pequeña obsesión con él. —… si me dice que tiene que grabar o algo, iré contigo. Quiero ver a donde me quieres llevar—dijo sincero.
—De acuerdo, pero me avisas…—le sonreí y él me devolvió una sonrisa más perfecta que nada— Bien, supongo que… me iré a dormir —dije mientras con mi pulgar señalaba mi habitación, que se encontraba a mi espalda. — Joe… ya no quiero que te sientas frustrado y menos si es por mi culpa… hablo enserio, si paso algo— que si había pasado—… dejémoslo en el pasado. Y ya…—me dolió lo último que dije, pero era lo mejor, intentaría por todos los medios olvidarme del amor que siento por él.
—Oh, pero…
—Pero nada…Joe, es lo mejor. Tú no recuerdas nada y supongo que solo fue un sueño o imaginación mía, no tiene caso. — de nuevo mentía. Pero si esto que pasaba le hacia algún trastorno a Joe, no quería ser la culpable de eso.
— ¿Gracias?—suspiro, le sonreí y me gire para entrar a mi habitación. — Alex…
—Dime—me gire de nuevo y el camino hacia mí.
—No quiero que llores, no me gusta ver a las chicas llorar y menos si es mi amiga — “amiga” suspire. — Tus papas aparecerán muy pronto…
—Si Joe, gracias—lo corte, ya no quería oírlo, se que no lo hacía intencional, él quería hacerme sentir mejor, pero pues sus palabras lograban lo contrario.
—Ok. — Se acerco y beso la esquina de mis labios— lo siento, no calcule bien…. —comenzó a titubear nervioso.
—Si Joe Tranquilo, no paso nada—dije nerviosa, miles de mariposas se habían liberado en mi panza. — Buenas Noches—sonreí y camine hacia mi habitación.

Esa noche pensé en muchas cosas, en la posibilidad de olvidarlo o intentar hacerlo y también en un anuncio publicitario que había visto sobre una academia de artes que se encontraba en Dallas, una de las mejores que había en el País.
Se que sonora un tanto egoísta y demás, pero podría aprovechar que mis padres están perdidos en una Isla y comenzar a hacer lo que me gustaba, mientras me preocupa por saber de su paradero. Mataría tres pájaros de un tiro.

El día siguiente fue un poco atareado. Le ayude a los chicos— bien, solo a Nick y a Kevin— a empacar sus cosas y también le ayude a Denise a llevar algunas a la nueva casa, todo el día fue de mudanzas. No hable con Joe, no apareció por mi vista.
—Estas son las ultimas cajas empacadas…—dijo Nick cansado.
—Terminamos ¡por fin!—agrego Kevin.
—Los extrañare….
—Alex, no nos iremos, seremos vecinos, será lo mismo… solo no dormiremos bajo el mismo techo.
—Cierto, tal vez podamos tirar la barda que dividen nuestros jardines—dijo Kevin emocionado.
—Tienen razón… pero ahora estaré sola aquí, en esta gigantona casa…—los tres reímos— y Kevin, tu idea no es mala, eso de unir las casas por los jardines suena bien.
—Tal vez lo podemos hacer… hay que decirle a Papá, Nick.
—Si, pero en otra ocasión…
— ¿Qué están haciendo?—inquirieron detrás de la cama, ya que nos encontrábamos frente a ella recostados en el piso viendo hacia el techo, con algunas cajas alrededor de nosotros.
—Nada Mamá, terminamos de empacar y estamos platicando.
—De acuerdo, ya está todo empacado, solo falta llevar algunas cajas, eso lo haremos mañana, ya es lo mínimo. Tienen el resto de la tarde libre chicos.
— ¡Bien!—gritamos los tres y nos pusimos rápidamente de pie.
—Vayamos por una pizza—dije
—No, mejor por sushi—agrego Kevin
—No, una hamburguesa suena apetitosa.
—No Nick, una hamburguesa no se me antoja.
—Tengo una idea, vayamos a un lugar donde vendan las tres cosas.
—Oh, que inteligente Kevin, es buena idea. Alex ¿Qué opinas?
—Me parece perfecto.
Los tres nos despedimos de Denise, fuimos a nuestras respectivas habitaciones por lo que necesitáramos y bajamos hacia el estacionamiento y tomamos prestadas las llaves de la camioneta.

Kevin condujo por varios minutos buscando un restaurante que fuera bueno y tuviera lo que cada uno quería comer.
—Por allá hay uno—señalo Nick con su índice.
—Podemos ir, solo si quieren ser atacados por las fans.
—Buen punto Nick, mejor sigamos buscando.
Estuvimos sobre la camioneta, casi media hora, hasta que un lugarcito, algo llamativo nos llamo la atención, se veía familiar, pero también tenía seguridad para los chicos.
— ¡Vayamos allá!— señale, mientras me ponía entre los dos, ya que me encontraba en la parte trasera.
—Lo he visto en la tele, dicen que la comida es buena.
—Pues vamos y ya, porque mi estomago esta rugiendo—agrego Nick.
Kevin paro la camioneta frente a la puerta y un chico del Valet Parking se acerco y lo reconoció de inmediato, Kevin le encargo la camioneta y caminamos hacia la entrada.
—Una mesa para tres—dije
—Están ocupadas todas ¿A nombre de quien la pongo para llamarles cuando se desocupe una?—dijo la chica que se encontraba detrás de una pequeña barra de madera, que no despegaba su vista del papel que tenia frente a ella.
—Kevin Jonas
La chica elevo su vista y se encontró con la de nosotros.
— ¿Kevin Jonas?
—Si, si quieres te lo escribo, no es tan complicado.
—No si entendí… y tú eres ¿Nick Jonas?— los ojos de la chica se iluminaron al ver que Nick asintió y sonrió. Los chicos se mostraban nerviosos, ya que al parecer era una fan y yo comenzaba a desesperarme por el hambre, ya que la chica no hacía nada.
—Disculpa…
— ¿Dime?—me miro con cara de pocos amigos, ya que la interrumpí de estar comiéndose a mis amigos con los ojos.
—Tenemos hambre, podrías ver si hay una mesa libre. —dije cortante, los chicos solo rieron discretamente.
La chica se movió de ahí, aunque no quería y entro al restaurante, tardo algunos segundos y salió de nuevo
—Por aquí—dijo y comenzó a caminar.— esta es su mesa, si no les gusta, háganmelo saber y puedo hacer lo necesario por cambiársela.
—No así está bien, gracias—dijo Nick mientras me recorría la silla para sentarme.
— ¿Qué desean de tomar mientras piden su orden?
—Una limonada para mí por favor.
—Yo quiero un refresco de cola—dijo Nick.
—Para mí un té helado—concluyo Kevin.
La chica se alejo y en cuestión de segundos nos trajo nuestras bebidas. Mientras mirábamos la carta y veíamos que ordenaríamos, estábamos platicando de cosas intrascendentes.
Un mesero se acerco y nos tomo la orden. No tardaron mucho en traernos lo que habíamos pedido y comenzamos a comer.
— ¿No crees que es mucha pizza para ti sola Alex?
—No. Ustedes me ayudaran es muy poca cosa lo que pidieron.
—De acuerdo—dijeron los dos.
—Wow, me debería sentir afortunada—dije mientras observaba el lugar.
— ¿Por qué?—inquirió Kevin, sin quitarle la vista a un sushi que no podía tomar con sus palillos.
—Por que todas las chicas del lugar me están mirando por estar con dos de los Jonas Brothers. —ellos rieron—. ¿No regresaran a los escenarios?
—Si, los extrañamos.
— ¿Pero no iban a estudiar y todo eso?
—Si, pero mejor no… la música es nuestra vida—agrego Kevin.
—Wow…
—Si, Wow, regresaremos con una gira mundial el año que viene.
—Pero si estamos en diciembre…
—Así es. —Dijo Nick emocionado
—Oye Alex… ¿y has averiguado algo de lo de Joe?
—Mmm no. No he averiguado nada y creo que ya no buscare nada. Lo dejare por la paz, tal vez también yo tenga que olvidarlo.
— ¿Hablas enserio?
—No lo sé… intentare hacerlo.
—Como sea, yo sigo insistiendo en que eso está muy raro—dedujo Kevin, mientras postraba su mano debajo de su barbilla.
— ¿Crees que Camilla tenga algo que ver con esto?
—No lo había pensado…
—Pues investiguémosla a ella—dije.
—Escuche a Joe hablar con ella hoy, ira mañana a la casa… podemos buscar cosas en su auto.
— ¿Mañana?—suspire—, de acuerdo me parece buena idea.

Joe no había podido cambiar su cita con su novia. Pero claro, ¿Cómo lo iba a hacer? Hice mal en pensar que sería lo contrario. Tal vez, pudiera usar el que Camilla estuviera con él, y podía inspeccionar su carroza fúnebre, llamado auto.


martes, 14 de diciembre de 2010

Capítulo #43

//Alex//
Intente ayudar a Joe, pero era imposible… no podía ayudarlo como quería. En sus ojos se veía la desesperación y yo sencillamente no podía con el remordimiento ¿y si era verdad lo que decía y enserio no recordaba nada? Yo había dudado de él.
Suspire y me tumbe en mi cama con mi laptop sobre las piernas.
Inicie la sesión en mi antigua cuenta de correo, ya que solo tenía ganas de hablar con Matt, Sophie y Jacob, pero al ver los contactos que habían iniciado sesión, una pequeña ventanita se abrió
—¿Peach?— mi corazón comenzó a acelerarse. Joe estaba conectado y se encontraba hablándome.
—Hola—respondí cortante.
—Que milagro. ¿Me recuerdas?
—Oh, si… —como no hacerlo—. Joe ¿cierto? ¿Como estas?
—No sabría decírtelo… ¿y tú, como estás?
—Tampoco sabría definir como me siento… es complicado.
—Oh vamos, tal vez si los dos contamos nuestros problemas podamos buscar una solución juntos.
—No, no creo…
—Bien… ¿Sabes? Es raro, siento que te conozco. Como si estuviera charlando con una amiga.
— ¿Que raro no? -Haha- tal vez necesitas descansar.
—No, es que escribes igual que ella.
—Oye Joe, ¿sabes algo? Necesito irme… cuídate y que se solucione todo. Adiós.
Me salí en cuanto pude de la conversación, Joe al parecer sospechaba algo o no sé, no quería imaginarlo.

Me puse de pie de la cama, dejando la laptop prendida y comencé a caminar por toda mi habitación. Mire el balcón, suspire y camine hacia él. Comencé a recordar cuando Joe subió por aquí y comenzó a actuar como Romeo. Era algo de lo que me gustaba el, su espontaneidad y su imaginación. Empuñe mi mano, unas lagrimas corrieron y camine hacia la puerta.

Cruce el pasillo y me pare fuera de la habitación de Joe, levante mi mano que estaba temblando, la cerré y comencé a acercarla a la puerta. Justo cuando mis nudillos estaban por rozar la blanca madera, abrieron la puerta y yo blanqueé los ojos.
— ¿Alex?
—Oh…—aclare mi garganta y acomode mi brazo al costado de mi cintura—, No… soy un holograma. —Dije al fin nerviosa
—Eso ya no se me hace cómico…—dijo serio, su mirada se veía triste y la punta de su nariz se había tornado de un rojo pálido, al igual que sus mejillas.
—Este… no planeaba que se te hiciera cómico…—titubee, Joe solo me miraba hacia abajo, ya que era ligeramente más alto que yo, su brazo derecho estaba recargado sobre el marco de la puerta y se podía notar su bien trabajado brazo. Frente a él, me sentía pequeña e indefensa. Solo jugaba con mis manos y miraba hacia un punto muerto.
— ¿Estás bien?—frunció el ceño.
—Ah… si ¿Por qué?, ¿Tu? Pareces un poco irritado… quiero decir…—indique con mis manos— tus mejillas y nariz se ven irritadas.
—Si, solo me siento un poco frustrado… ¿lloraste de nuevo?
— ¿Quién yo? Pff, no…—conteste rápidamente, palabra tras palabra.
—Como si no te conociera…—sonrió dulcemente.
—No se…
— ¿Qué es lo que no sabes?
—No se… Es como si con un borrador gigante, haya borrado todo en ti, pero en mi no. Es extraño—lo dije en voz baja, solo para mí.
—Y volvemos a lo mismo…
—Joe… ¿enserio no me crees? No crees lo que te he dicho, ¿Por qué mentiría?
—No es que no te quiera creer, solo me cuesta hacerlo. No he hecho nada y no me ha pasado nada como para qué se me olvidara. —me quede en silencio, pensativa. —¿Qué piensas?
— ¿Qué harás mañana?
—Comenzar a mudarme—respondió irónico— ¿Por qué?
—Amm ¿y el viernes?
—Veré a Camilla.
—Oh…—la desilusión vino de nuevo. Los ojos me ardieron y un nudo se formo en mi pecho y cruce los brazos intentando que se deshiciera.
— ¿Te encuentras bien?— pregunto interesado
—Si… iré a mi habitación.
Me di la vuelta y comencé a caminar, no era mucha la distancia, pero Joe tomo de mi brazo haciendo que me girara y me envolvió en los suyos. Me quede estática no entendía, mi corazón se acelero. Comenzó a estrecharme más, y yo comencé a subir mis brazos y los enrede en su cintura, me recargue en su pecho y cerré los ojos, dejando que una lágrima de felicidad resbalara y deje que su aroma se quedara impregnado en mi otra vez.
No se cuanto duramos abrazados, pero fue algo de tiempo. Nos separamos lentamente, yo baje la mirada y me puse las manos en la bolsa trasera de mi pantalón, Joe me miraba con una sonrisa, pero sin mostrar los dientes.
—Lo siento… pero me nació darte un abrazo. No fue un impulso, quería hacerlo.
—No, no te disculpes… lo necesitaba—esboce una media sonrisa. El se acerco, con su diestra despejo el cabello de mi frente y postro sus carnosos labios sobre ella.
— ¿Y eso?—pregunte cuando se separo, sentí como me había sonrojado
—Alex… no me gusta verte deprimida, me gusta verte feliz… el rojo te queda bien—dijo al percatarse de mi sonrojamiento, al decirlo, me sonroje mas, llevo su mano a mi mejilla y la acaricio. — ¿Por qué me preguntaste que, que haría el viernes?
—Quería llevarte a un sitio importante…
— ¿La invitación sigue en pie?—me mostro sus dientes en una sonrisa que casi llego hasta sus ojos.
—Nunca la quite…
—Entonces, supongo que le hablare a Camilla y le diré que no la puedo ver.
—Joe, si tienes que verla, puedo llevarte otro día.
—No la quiero ver, quiero ir contigo.

Esas tres últimas palabras, le dieron una esperanza a mi corazón. Tal vez si podía ayudarlo. Tal vez, nada estaba perdido aún.
Lucha por lo que quieres y lo conseguirás.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Capítulo #42

—Entonces… ¿nos ayudaras?—dijo Nick en tono impaciente, ya que me quede en silencio por unos cuantos minutos.
—Supongo que no tengo otra opción…
—Vamos Alex, Hazlo por el amor que le tienes a Joe…—y Kevin dio en el grano, lo mire con cierto dolor en los ojos—, o por el que le llegaste a tener...
—O simplemente hazlo para ver qué fue lo que paso o si estamos equivocados, si no lo quieres hacer por Joe, no lo hagas. — agrego Nick. Realmente el sabia como llegar a mi mente y lo había logrado, tenia cierto don.
—De acuerdo—me puse de pie— pero no lo hare por Joe, lo hare porque tengo curiosidad.
— ¡Bien!—gritaron los dos y chocaron sus manos.
—Entonces…—me senté de nuevo—. ¿Qué se supone que será lo que hagamos?—dije, ya que había aceptado algo, pero en sí, no sabía qué.
—Pues solo investigar… observar a Joe… nada más.
— ¡Sí! Seremos como espías—dijo Kevin emocionado.
—Enserio a veces dudo de que tengas 22 años Hermano. — los tres reímos.
—Chicos, lamento interrumpirlos, pero ya deberíamos irnos a dormir.
Ellos asintieron y caminaron junto a mí hacia la casa. Los tres subimos hacia nuestras habitaciones y nos deseamos buenas noches, fuera de ellas.

Entre a mi habitación un tanto pensativa. La decisión que tome, no la tome con la cabeza… sino con el corazón. De nueva cuenta antepuse mis sentimientos. ¿Algo podría salir mal? Ya no había nada que perder.

//Joe//
Estábamos a ombligo de semana, en dos días, dejaríamos de vivir en casa de la familia de Alex, para por fin tener nuestro propio hogar… a dos pasos de su casa ¿Qué mis padres no querían separarse un poco de esta familia?

Mi relación con Camilla iba bien, no podría decir que perfecta por que había algo que me lo impedía, pero si iba bien. Con mis hermanos normal, aunque a veces me sentía realmente observado por ellos, cuando estaba frente a sus ojos, me miraban fijamente o si no estaba frente a ellos hacían lo que fuera por observarme, estaban raros…
Y Alex también… fuera de lo de sus padres, se negaba rotundamente a hablarme, si yo le decía “Hola” ella nada mas alzaba las cejas en forma de saludo y se iba. Sus ojos… esos grandes ojos color miel, se veían apagados, ya no tenían ese brillo especial que me gustaba tanto cuando éramos chicos.
Ciertamente esa indiferencia y barrera que Alex puso entre ella y yo, extrañamente me dolía. No sabía el porqué. Me puse a buscar dentro de mi memoria… cierto, mi primer gran amor y decepción amorosa fue Alex ¿Cómo lo había olvidado? Diez años atrás, cuando Alex se había marchado, me di cuenta de que me había enamorado de ella, que tonto, solo tenía diez años y no sabía lo que era el amor.
Pero… ¿Por qué recordaba esto, en estos instantes? Era como si mi corazón intentara decirme algo. Ya que cada vez que Alex se pasaba delante de mí, con su cabello sujeto y su fleco cayendo sobre su rostro, su delicado caminar y delicadas facciones, era como si mi corazón quisiera salirse y hablarme de frente.

Me puse de pie en ese momento en que iba pasando frente a mí y camine hacia ella, quien iba caminando torpemente, mientras leía un libro.
La tome del brazo, ella se estremeció y volteo rápidamente. Sus ojos me mostraban cierto pánico y no entendía el porqué.
—Alex, creo que necesitamos hablar.
—Ah…—tomo una actitud fría hacia mí, nuevamente—. ¿Y de que tenemos que hablar? Joe, no insistas, ya dije que no quiero hablar contigo ¿Qué no entiendes? O si quieres podemos ir a la cocina, tomar unas peras y manzanas y te puedo explicar con eso. —cruzo sus brazos a la altura de su pecho y bufó.
—Eh…—sacudí mi cabeza— No entiendo porque eres así conmigo, no entiendo que te hice, no entiendo porque tanto odio hacia mí, entiende…Si te hice algo, no fue mi intención, ¡ALEX YO NO SOY ASI!— ella me miro asustada y estática, había explotado mi frustración frente a ella.— Yo lo siento…no quería gritarte.—me lleve una mano a la cabeza y despeine mi cabello—, pero por favor, entiéndeme… por una vez en tu vida cree lo que te digo. Sé que no hemos sido los mejores amigos, desde hace diez años. Sé que desde que llegue aquí nada mas peleamos, o eso es lo que yo recuerdo… ¿pero no podrías ayudarme?—roge
— ¿Te golpeaste la cabeza con algo?—me miro pensativamente.
—Agh—gruñí.
—Hey… ¿no querías que te ayudara? Lo estoy haciendo.
—No entiendo…
—Bien Joe… —camino hacia la cocina y regreso con una manzana y una pera—. Al parecer no entiendes nada, así que te explicare con esto...—yo torcí mi boca—. Este…—me mostro la pera— eres tú y esta soy yo—mostro la manzana—, esta pera está sumamente confundida y la manzana, está muy sentida con ella…
— ¿A dónde quieres llegar?
—suspiro—. Te volveré a preguntar… ¿te golpeaste la cabeza?
—No que yo recuerde… ¿Por qué?
—Por que es lo que parece… no recuerdas nada que tenga que ver con la palabra “tú y yo”—hiso comillas— si es que alguna vez existió esa palabra—bajo la mirada y lo dijo quedamente.
Con mi pulgar, levante suavemente su barbilla haciendo que me mirara, sus ojos estaban cristalizados y eso me hacia un nudo en la garganta. No me gustaba ver llorar a las chicas, pero con Alex sentía como si algo me quemara dentro, sentía unas ganas inmensas de estrecharla en mis brazos y besar sus labios. Agite mi cabeza para liberarla de esos tontos pensamientos.
—Alex…
—Joe… me encantaría ayudarte a recordar, pero no puedo. Busca a alguien más. — una lágrima amenazaba por correr en su mejilla y se alejo rápidamente de mí. Dejándome más confundido.
Me quede estático, con las manos sobre la cadera, mirando hacia donde minutos antes había estado parada ella.
— ¡Trajimos más cajas!—grito mi padre desde la puerta.
—Cariño, toma estas son para ti—dijo mi madre—. ¿Te encuentras bien?
— ¿Ah?...—Salí de mi trance—. Oh si, solo estaba pensando…
—No pienses tanto Joe, no vaya ser que el cerebro se te queme.
— ¿Como a ti Frankie?
— ¡Oye!
—Chicos no peleen, ven conmigo Joe y ayúdame a bajar más cosas de la camioneta—grito mi padre, quien aun estaba en la puerta.
—Que vaya Nick…
—No está…
— ¡¿Kevin?!
—Tampoco.
— ¿Frankie?
— ¡Joe!
— ¡Ya voy papá!

Camine hacia afuera y comencé a bajar cosas de la camioneta, eran cosas para la nueva casa. Después de bajar y meter varias bolsas, tome las cajas que Mamá me había dado y subí a mi habitación.
Camine hacia mi habitación, al hacerlo, debía pasar por la de Alex, cuando estuve afuera de la mía, me gire y mire su puerta… suspire. Extrañaba a Alex. La extrañaba
entre a mi habitación y avente las cajas en una esquina, no faltaba mucho que guardar, ya que cuando llegamos, la habitación estaba decorada. Busque mi celular en mi bolsillo del pantalón y le marque a Camilla.
— ¿Camilla?... sí, estoy bien… el viernes la casa estará lista, si quieres nos podemos ver ahí…. De acuerdo… yo también.
Gruñí.
Alex me había dejado con cierto deseo de besarla. Nunca me había pasado eso con ella… al menos lo que yo recordaba, nunca había deseado hacerlo. Pero ahora, al verla tan frágil frente a mí… pude haber echado a perder todo. Tenía que ver a Camilla, y hacer desaparecer tal deseo con ella.
Fatal.
Ahora, me sentía mal conmigo mismo… había citado a Camilla solo para besarla, ya que quería besar a Alex.
— ¡ESTUPIDO!—golpe la pared con mi puño.
Intente marcarle de nuevo, pero me mandaba a buzón, debí deshacer aquella invitación, pero ya no podía... Había recordado que saldría de la ciudad y llegaría mañana por la noche.
—Bien Joseph, ahora debes de ser fuerte y no besarla cuando la veas. Ni a Camilla… ni mucho menos a….Alex.


viernes, 10 de diciembre de 2010

Capítulo #41

No lo sabía, así que tome la manija y abrí la puerta para entrar en mi habitación.
Gruñí suavemente, me sentía frustrado. ¿Por qué no recordaba?
Camine hacia el balcón y lo abrí, hacia algo de aire fresco, se notaba la época invernal. Me recargue en la barandilla y apreté la mandíbula. Tocaron la puerta, solo grite un “pasen” y mi madre entro.
— ¿Que pasó ma?—me di la vuelta y la mire.
—Es lo que yo me misma me pregunto Joe. ¿Qué es lo que pasa?— se sentó en mi cama y le dio algunas palmaditas para que me sentara junto a ella.
—No lo sé, no entiendo porque Alex está enojada conmigo… tal vez malinterpreto algo o yo que sé, pero yo estoy con Camilla y es algo que quiero.
—Entonces si Camilla es lo que quieres. No deberías haber hecho que Alex se ilusionara…
—Pero Yo…
—No me interrumpas Joe.
—Parece que estas de su lado—murmuré
—No estoy de su lado, solo le doy la razón porque yo lo vi… además, es como una hija para mí y tú también lo eres.
—Mamá, tu más que nadie me conoce, tu sabes que yo no soy así… tu me enseñaste a ser un caballero y respetar a las mujeres.
—Lo sé y por eso estoy aquí hablando contigo, Cariño—acaricio mi mejilla— solo te pido que acomodes tus ideas y tus sentimientos. Sobre todo, no te pido que me hagas caso a mi…
— ¿Entonces a quien le debería hacer caso? Me siento realmente confundido…
—El— puso su mano en mi pecho—, es al que debes de hacerle caso. Tu corazón te ayudara a acomodar tus ideas. — se puso de pie y beso mi frente—, sabes que puedes contar conmigo y tus hermanos ¿cierto?
—Parecen odiarme en este momento…
—No te odian. Son tus hermanos, ellos te quieren y mucho.
Dicho eso, camino hacia la puerta y me dejo sentado solo en la obscuridad, con un único testigo la luna, que lograba verse perfectamente a través del balcón. Suspire y me lleve las dos manos hacia la cabeza, recostándome así, sobre la cama.
¿De qué demonios hablaba el mundo?
Me puse de pie, tome una toalla del armario y camine hacia el baño, necesitaba un baño caliente, para relajarme. Me despoje de mi ropa y la avente al cesto de la ropa sucia, tome mi iPod y las bocinas y entre al baño, puse un poco de Kings of Leon y me empecé a duchar.

//Alex//
— ¡Quiero estar sola!
Grite por enésima vez.
Si. Agradecía que se preocuparan por mí, pero lo que necesitaba era tranquilizarme, no que vinieran y se compadecieran de mí.
Me puse de pie y camine hacia la puerta, me asome por la ranura donde se pasa la llave, y me fije que ya no estaba Denise ahí fuera.
Salí sigilosamente de mi habitación y me encamine para el piso de arriba. Abrí la puerta y entre.
—Sigues tal cual te deje la última vez que vine aquí.
Le dije a mí lugar ya no tan secreto y camine hacia donde estaba mi vieja amiga, Loraine. La tome en brazos y la recargue contra mis piernas. Si, Loraine era una guitarra, mi favorita.

Camine hasta el gran ventanal y me senté en la barda. No era peligroso, era lo suficientemente ancho, para que mi parte trasera cupiera sin problemas.
Comencé a tocar algunos acordes, dejando que mis manos se deslizaran sobre las cuerdas, formando así una suave y deprimida melodía. No pude evitar llorar por quinta o sexta vez en el día, ya había perdido la cuenta, los ojos me ardían y los sentía hinchados.
Comencé a cantar con voz ronca y entrecortada, hasta que alguien interrumpió mi tranquilidad, me gire como en cámara lenta hasta la puerta y vi a Joe, parado ahí.
No sé cuantas veces le rogué que se fuera, me dijo que sentía lo de mis padres, no fui grosera y le di las gracias, intento hablar, pero yo no podía verlo. El solo postrar mi vista sobre él, hacia que olvidara mi orgullo y dignidad, y me aventara a sus brazos. Pero no lo haría, tenía demasiada fuerza de voluntad y no la perdería con Joe y menos si él decía que “no recordaba nada”

Lo corrí y el salió de la habitación, no le di oportunidad de decir algo, ya que en cuanto puso en pie fuera, le cerré la puerta en las narices. Me dolió horrores hacer eso, pero no debía romperme en estos momentos, me recargue sobre la puerta y me senté en el piso.
Comencé a llorar. De nuevo.
Solo, dentro de mí había una posibilidad de sentirme bien, ya que no vería a Joe.
En una semana, los Jonas se mudarían por fin, no irían lejos… quiero decir, nada lejos, se mudarían a la casa de al lado. Eso me quitaría un gran peso de encima, ya no vería a Joe las veinticuatro horas del día, solo de vez en cuando.

Coloque a Loraine con delicadeza sobre su base y salí de la habitación. Camine hacia mi habitación y justo cuando estaba por cerrar la puerta, una zapatilla baja, atoro la puerta.
—Lo siento Denise ¿te lastime?
—No cariño, no te preocupes. ¿Ya te sientes mejor? Toma, te prepare un té.
—Si un poco nada más. — no mentí del todo, aún me dolía el corazón. — Gracias.
— ¿Podemos hablar?
—Ah…—suspire—, si supongo que sí. Pasa
Caminamos hacia mi cama y Denise me miraba, como esperando a que comenzara a hablarle, pero no sabía que decirle.
—Bien, como veo que no dices nada, hablare yo.
—No quiero hablar de Joe—dije al fin.
—De acuerdo, no hablemos de Joe.
—Gracias.
—Cariño, hablamos de nuevo al aeropuerto y siguen buscando. Dijeron que lo más probable es que cayeron en algún estado de EE.UU. y no sobre el océano. Entonces debemos de confiar en Dios, en que están a salvo. Así que puedes tranquilizarte un poco. No quiero decir que están bien, eso no lo sabemos, solo quiero decir que hay probabilidades, un poco altas, que dicen que están seguros.
—Eso es una buena noticia… dentro de lo que cabe ¿no?—intente sonar más animada.
Era como si de tener diez rayitas sobre mi estado anímico malo, se quitara una y solo quedaran nueve. Lo normal sería que no hubiera ninguna rayita, pero ¿por algo se empieza no?
—Así es. Todo saldrá bien. — Me sonrió y acaricio delicadamente mi mejilla. — animo chiquita.
No dije nada, solo me acerque a ella y la abrase, Denise comenzó a acariciar mi cabello, intentando tranquilizarme.
—Si llorar te sirve para sentirte mejor, hazlo. Sabes que te quiero como una hija Alex y quiero que estés bien… si en un momento te sientes preparada y deseas contarme que fue lo que paso con Joe… te escuchare, no te juzgare y como se lo dije a Joe…—me separe de ella y la mire—, como se lo dije a Joe, no me pondré del lado de nadie. Haz lo que tu corazón te dicte. No dejes que deje de latir. ¿De acuerdo?—se puso de pie y beso mi frente.
—Gracias—concluí con una voz ronca
Ella me sonrió y desapareció por el umbral de mi puerta.
Me puse de pie y camine hacia mi cuarto de baño, abrí el grifo y me avente un poco de agua fría al rostro, para despejarme un poco. Camine hacia mi armario y saque un pantalón de pijama y la blusa que combinaba con él. Tome una chamarra algo gruesa y unas botas de piso, también un poco gruesas. Enserio hacia frio y mucho… era raro, si no fuera Los Ángeles, pensaría que en cualquier momento nevaría. ¿Nieve? Recordaba esas épocas esquiando en New Jersey—suspire—, y de nuevo con los viejos recuerdos.
Mire el reloj… once en punto. Todos en la casa estaban en sus respectivas habitaciones, así que salí de la mía y baje hacia el patio trasero. De mi boca salía un poco de humo blanco, camine hacia el fondo, donde había un mecedora grande de madera, me senté ahí, subí mis piernas y las abrase, me recargue en el brazo de esta, cerré los ojos y deje que el viento me meciera.

No sé cuantas horas pase ahí, ya que cuando los abrí cuatro ojos me estaban mirando seriamente.
— ¿Qué paso? ¿Que hora es?—dije sentándome bien.
— ¿En que pensabas Alex?—inquirió Nick preocupado mientras se colocaba a mi lado.
—Son las dos de la mañana…—dijo Kevin, al mismo tiempo que se sentaba en el pasto
—Nick, no me regañes, solo quería que me diera un poco el aire—me defendí.
—Estoy de acuerdo en eso, pero no en que te pudiera dar una hipotermia.
—Nick tiene razón Alex, está haciendo más frio de lo normal y tu estas aquí dormida.
—No estaba dormida…—los dos me miraron seriamente—, de acuerdo tal vez me dormí por un segundo— de nuevo me miraron—. Ok, por unas horas ¿contentos?
—Mucho mejor o no ¿Nick?
—Bien, ¿y cómo supieron que estaba aquí y a estas horas?
—Te fuimos a buscar a tu habitación y no estabas…
—Queríamos hablar contigo—culmino Kevin.
— ¿Sobre que?—me hice la desentendida.
—Sobre Joe—se apresuro a decir Nick.
—Pues pierden su tiempo. —Me puse de pie, pero Nick me jalo haciendo que me sentara de nuevo— Agh… —gruñí— ¿Qué quieren que les diga?
—Todo—respondió Kevin.
—Solo explícanos lo que paso… —agrego Nick
—De acuerdo…—tome aire—, cuando sus papas me dijeron lo de mis padres, recuerdan que me salí…—ellos asintieron—. Bien. Pues fui hacia el Starbucks que está cerca de mi escuela y me tope con Camilla... —les platique todo. Lo de la grabación, con las palabras exactas de Joe y lo que dijo Camilla, después de mostrármela. —Eso es todo, no hay más. —de nueva cuenta soné deprimida.
—Joe no diría eso…
—Lo oí Kevin, yo misma lo escuche, era su voz.
—Si te creemos Alex, pero conocemos a Joe… además, anda raro, dice que no se acuerda ni de que se llevaban bien y todo eso.
— ¿Enserio?—pregunte confundida
—Si ¿Por qué te mentiríamos?
—Es que entonces, ya no entiendo nada… Joe será todo, pero nunca había sido olvidadizo—guarde silencio—, de acuerdo un poco, pero no al grado de por decirlo de alguna manera… olvidarme por completo.
—Tienes razón…
—Aquí hay gato encerrado.
—Kevin… ¿gato encerrado?—cuestione divertida, mientras Nick lo miraba hacia abajo con expresión seria.
—Lo siento, siempre había querido decirlo.
—Como sea. Alex, algo le pasó a Joe y debemos averiguar que es.
—No cuenten conmigo—dije firme—, Me dije a mi misma que no le volvería a hablar, ni nada por el estilo. Investiguen ustedes solos, porque para mí… Joe Jonas quedo en el pasado.
Intente mentirme a mí misma, pero no… ¿como podía olvidarlo? En estos instantes, estaba segura de que Joe era el amor de mi vida y la decepción más dolorosa de mi corta vida.

Eso que me pedían los chicos me hacía dudar, no sabía que hacer… Por una parte yo misma había escuchado de su boca que no me quería. Pero por otro, ellos tenían razón, Joe no jugaría con los sentimientos de otra persona.
Necesitaba pensar bien y tomar una buena decisión. ¿Valía la pena arriesgar de nueva cuenta mis sentimientos?

jueves, 9 de diciembre de 2010

Capítulo #40

—Bien chicos, Alex quiere estar sola, dejémosla un rato—dijo Denise detrás de la puerta.
Logre escuchar, como se iban alejando de la puerta de mi habitación y me tranquilice un poco, me quite la almohada que cubría mi rostro y que había alborotado mi cabello y solo me quede mirando el techo mientras, algunas lagrimas recorrían mis mejillas húmedas, sentía mi nariz roja al igual que mis ojos y mis mejillas.
Ya no sabia por que lloraba, si por lo de mis padres o por lo de Joe, quizás… mas por una cosa que por otra, pero ¿cual era la que se llevaba mas lagrimas? Sonara raro, pero era la de Joe.

Me quede todo lo que restaba de la tarde, tumbada en mi cama, llorando y con la mascara de pestañas corrida y pegada debajo de mis parpados. Denise venia, Nick venia y Kevin venia… pero ninguno era recibido dentro de mi habitación.
No sabia que hacer, esta no era yo, esta no era la Alex que intentaba anteponer cualquier cosa, menos sus sentimientos.

//Joe//
Después de la platica que tuve con Camilla sobre Alex, decidí irme del restaurante, me sentía con cierto aturdimiento y no sabia el porque.
No fui a casa. Me vi con unos amigos, en un billar cerca de el centro de LA, ahí pase toda la tarde y no se porque, pero tenia una sensación extraña dentro de mi. Como si algo estuviera mal y no supiera que es.
—Chicos, supongo que es hora de irme
Me despedí de mis viejos amigos y me encamine aún aturdido el auto. Algo pasaba y no sabia que. Esto estaba comenzando a frustrarme
Conduje hasta casa, con unas lagunas mentales, en momentos Alex se colaba en mis pensamientos y en otros Camilla. Las dos me hacían sonreír, pero con Alex era diferente, era como si no debiera pensar en ella. Todo esto me provocaba dolor de cabeza.

Llegue a casa y camine hacia la cocina, ya que parecía que había reunión, estaban Nick, Kevin, Mis padres y Frankie reunidos alrededor de la mesa.
— ¿Quién se murió?—dije bromeando, pero todos me fulminaron con la mirada—. Lo siento, solo bromeaba. ¿Porque están todos aquí? ¿Qué ocurre? ¿Y la loca de Alex?
—Iré a llevarle un poco de Te, haber si por fin me abre— dijo mi Mamá, mientras me miraba algo extraño.
— ¿Qué paso con Alex?
— ¿Como que, que paso, Joe?—inquirió Nick.
—Chicos, los dejare que hablen solos, me comunicare de nueva cuenta al aeropuerto. — mi papa salió de la cocina, se les veía deprimidos a todos.
—No entiendo nada—me senté en uno de los bancos y tome una manzana.
—Yo te diré, porque creo que Nick, esta un poco enojado….Lo que pasa es que, los padres de Alex, quiero decir, el avión donde venían los padres de Alex se perdió.
—Oh, que mal y ¿por eso ella esta encerrada en su cuarto? Pobre.
— ¿No iras a ver como esta?—cuestiono Kevin.
— ¿Y porque iría? Aquí el amigo adorado es Nick, recuerda, yo solo soy un tempano de hielo para ella.
— ¿De que hablas, Joe? De pronto pensaría que no recuerdas nada…
Mi mamá nos interrumpió.
—No logro hacer que abra la puerta, lleva varias horas, encerrada ahí. —Dirigió su vista hacia mí—. Joe, ¿tu sabes que mas le pasa?
—No, ni siquiera sabía lo de sus padres.
—Que raro, ella dijo que eras un patán… — Nick parecía retarme.
—Oh, no se… ¿Por qué dijo eso?
En realidad no entendía, Nick se mostraba a la defensiva conmigo, mi madre me cuestionaba cosas que no sabia sobre Alex y Kevin, solo me miraba decepcionado.
— ¿A dónde quieren llegar? No he hablado con Alex, desde no se cuanto tiempo…
—Desde hoy en la mañana…
— ¿Hoy en la mañana? Y porque no lo recuerdo— cuestione extrañado y me quede pensativo—. Camilla…
— ¿Camilla? Y que demonios tiene que ver tu ex novia aquí…
— ¿Mi ex novia? No he terminado con Camilla… ¿Por qué lo haría?
—Alex, dijo que tu le dijiste que hoy la terminarías y que por fin andarían…
— ¿Andar? Saben algo, Camilla también pensó que cortaríamos. Alex ha de estar drogándose o que se yo… Yo nunca terminaría a Camilla por estar enamorado de otra chica y menos de Alex.
— ¡No entiendo! Alex no mentiría sobre eso Joseph. Todos aquí veíamos que ustedes tenían algo ¿Cómo es posible que de un minuto a otro se te pudo olvidar?—dijo mi madre con cierto enojo.
— ¡No se! No recuerdo nada de lo que están diciendo… y si me disculpan, iré a mi habitación que no me siento bien.

Me pare algo enojado del banco y camine hacia las escaleras. Estaba apunto de entrar a mi habitación, pero una dulce y melodiosa voz me hicieron parar y cambiar mi rumbo, hacia el piso de arriba.
La puerta estaba entreabierta, sabía que no debía entrar por todo lo que estaba ocurriendo, que en si, no sabía exactamente lo que era. Vi por la ranura a Alex llorando y tocando la guitarra deprimidamente, a pesar de eso, su voz lograba ser por demás audible y perfecta.

Entre, no me espere a tocar y en cuanto puse en pie dentro de su “lugar secreto” ella dejo de tocar y me miro con rabia y odio… y con mucha tristeza. Dejo la guitarra en el piso y se levanto rápidamente y camino hacia la salida, sin siquiera dirigirme una palabra.
— ¿Podrías largarte de aquí?— se coloco una mano en la cadera, y con la otra me señalaba la puerta.
—Alex… siento mucho lo de tus padres—me lleve una mano a la cabeza y me alborote un poco el cabello.
—Gracias… por favor Joseph, déjame sola y no me vuelvas a hablar… no quiero verte. Entiéndelo ¿si?— dijo casi en un susurro.
—No entiendo…—me acerque a ella y ella dio un paso hacia atrás.
— ¿No entiendes? ¿Que no entiendes?—me miro con rabia—.
—Nada, no entiendo nada.
—Me mentiste… ¿eso es lo que no entiendes? O ¿Aún, no comprendes el porque te metiste conmigo y mis sentimientos y porque jugaste conmigo?
— ¿Qué es lo que dices Alex? No entiendo de qué hablas…
Y realmente no entendía, deseaba hacerlo, pero en mi mente no había nada de eso.
—Si no quieres que te golpee, lárgate de aquí y no me vuelvas a dirigir la palabra, es más ni me mires. — yo me quede sin palabras, no sabia que ocurría—, ¡anda, vete!

No dije mas, en cuanto puse un pie fuera de esa habitación, ella la cerro dando un gran portazo. Me quede fuera, inmóvil, no sabia de que hablaba mi familia y en especial ella.
De cierta manera, sentía que debía importarme lo que pensara y dijera Alex de mí. Pero otro lado de mi, me decía que la ignorara y que no le tomara importancia.
¿A que lado debía hacerle caso?
Termine yendo hacia mi habitación más aturdido y confundido que nunca. Nick iba subiendo las escaleras, me miro, hiso una negación con su cabeza y se metió en su habitación.
¿Que el mundo había decidido odiarme el día de hoy?

martes, 7 de diciembre de 2010

Capítulo #38 y Capítulo #39

El celular de Camilla comenzó a sonar, interrumpiendo su sonrisa malévola.
— ¿Diga?
—Camilla, habla Joe.
—Hola bebe, ¿como estas? Ya casi voy para allá.
—Estoy bien—contesto seco—, no te tardes, que tengo mas cosas que hacer.
—Ok—le extraño el tono de voz de Joe—, te veo al rato amor. Te quiero.
—Si, adiós.

Camilla colgó y miro extrañada y con cierto enojo a la anciana.
— ¿Qué no se supone que seria diferente conmigo? Quiero decir ¿Que seria como antes? Con amor y cariño… usted sabe. En este instante lo sentí distante y acaba de terminar su hechizo o lo que sea que haya hecho.
—Camilla, Querida. No hará efecto de inmediato, si todo salió bien, mañana el, habrá olvidado su amor por Alex y tu podrás disfrutarlo. Además, debes de darle una gota de esta esencia. — le entrego un frasquito de cristal, con un liquido transparente— Y eso, hará que se de culminado el “hechizo” como tu lo llamas. Ya ahora depende de ti, si no se lo das, no habrá valido la pena lo que yo hice.

Camilla miro a la anciana algo escéptica. Pero las comisuras fueron formando una sonrisa, con cierta malicia, cuando la Señora le entrego aquel pequeño frasco.
—Solo una gota cariño, y cuando lo hagas, debes desecharlo. Esto es como un ritual, no es un juego, así que tómalo con seriedad.
Ella se puso de pie y Viviana la imito, le dio un billete de 50dlls y salió del establecimiento.
Caminaron hacia donde estaba el auto, ninguna de las dos decía algo. Solo se escuchaba el chocar de sus tacones con el piso empedrado.
— ¿Y ahora que harás?
—Te iré a dejar a tu casa y me encontrare con Joe.
— ¿Así que ya terminaste tu plan he?
—No cariño, esta apenas es la primer etapa de tres.
— ¿De cuatro? ¿Que quieres decir con eso?
—Si, la primera, era venir a comenzar con esta brujería. — Viviana, la miraba con mucha atención. — La segunda, es ir a hablar con Joe y ponerle la gotita de esta esencia y hacer que diga algo de Alex, que por cierto grabare…
—Y supongo que, la tercera es ver a Alex y enseñarle la grabación. ¿Cierto? — agrego con cierto orgullo.
—Así es y así, ella se alejara de Joe… y yo volveré a tener el camino libre.

Camilla arranco el auto y fue a dejar a Viviana en su casa, para después ir con Joe.

//Joe//
Comenzaba a desesperarme, deseaba terminar con esto rápido. Subí a mi camioneta y le llame a Camilla para que se apurara. No quería estar ni un minuto mas atado a ella, deseaba comenzar ya mi relación con Alex.

Conduje mi camioneta, hasta un restaurant de comida vegetariana, que era donde acostumbraba ir con Camilla. Pedí una mesa para dos y camine directo a ella, donde me senté a esperarla por varios minutos, que por cierto parecieron horas.
Hojee el menú un par de veces, hasta que una silueta femenina se puso frente a mí, me puse de pie y le dije que se sentara.
—Hola amor ¿para que querías verme? — cuestiono, con aquel sonido chillón que hacia cuando me veía.
—Este… Hola Camilla. ¿Cómo estas? — no sabia como comenzar a decirle que esto ya no podía seguir. Me sentía con cierto miedo por su reacción. — Ya encargue las bebidas.
—Bien, Gracias. — vi cierta extrañes en su rostro. — ¿Para que me citaste aquí Joe? O Mas bien, ¿de que quieras hablar?— me miro fijamente mientras dejaba caer su espalda en el respaldo de la silla, con esos ojos cafés, ligeramente rasgados que lograban intimidarme.
—Este… — aclare mi garganta. — ¿te parece si ordenamos de una vez? Muero de hambre. — tome uno de los vasos que habían traído hace unos segundos y comencé a tomar aquel liquido refrescante. Los nervios me mataban
—De acuerdo, pero…. ¿no piensas lavarte las manos? —inquirió con cierta preocupación, a mi parecer.
—Cierto, ya vuelvo.
Me pare de mi silla con la mirada fija de Camilla, sobre mí. Se me hacia un poco extraño su comportamiento, pero no le tome mas de la importancia que debía darle, a la que en unos minutos seria mi ex novia.

Entre al baño de hombres y camine directo hacia el lavamanos, abrí el grifo y tome un poco de agua con mis manos y la avente a mi rostro.
— Vamos Joe, no lo hagas mas largo. Termina pronto con esto y vete a casa con Alex. — me dije a mi mismo, intentando darme ánimos.
Tome una bocanada de aire. Me seque las manos y salí decidió a darle fin a mi relación con Camilla.

Camine entre las mesas con pasos firmes y decididos. Aunque por dentro sentía que los nervios y el miedo me harían echarme para atrás.

//Camilla//
Desde que entre al restaurante y vi que Joe ya tenia las bebidas en la mesa, comprendí para que me había citado. Me cortaría aquí, aunque no tenia nada de miedo, porque en cuanto el se distrajera, daría por terminado el segundo paso de mi plan.
Todo iba como lo había pensado, Joe era tan ingenuo y con un simple « ¿No iras a lavarte las manos? » se levanto de su silla y fue hacia el baño.
Tome rápidamente mi bolsa y comencé a buscar el frasquito que la anciana me había dado, tome el vaso de Joe y le coloque una gotita de aquel liquido transparente, lo agite con el popote y lo deje en su lugar. Al ver que se acercaba a la mesa, guarde rápidamente el frasco y me recargue en el respaldo. El se sentó y no dejaba de mirarme fijamente. Me veía serio y sombríamente, debo admitir que aun así me encantaba.
— ¿Ya saben que van a ordenar? — inquirió un mesero del lugar.
Joe y Yo ordenamos y yo solo esperaba a que el le diera un trago a su vaso.
— Camilla…
— ¿Dime bebe? — por debajo de la mesa hacia changuitos para que tomara rápido el vaso.
— Quiero hablar contigo…— lo miraba algo nervioso. Y por fin tomo su vaso y le dio un trago. — Vaya, cada vez los hacen mas ácidos —dijo mientras hacia una mueca por el liquido que había tomado.
No dijo mas, solo aclaro varias veces su garganta, mientras hacia muecas por la extrañes.
—Joe… ¿Qué me quieres decir?
— ¿Te iba a decir algo? — Vaya, esto ya estaba haciendo efecto. Tome una pequeña grabadora y la coloque en mi regazo discretamente. Estaba apunto de concluir el paso dos.
— Si. Supongo que era sobre Alex... —no concluí la frase, de modo que el dijera algo.
— ¿Alex? Y ¿porque te citaría para hablar sobre Alex? — sonreí para mis adentros.
—No se. Joe… ayer en la fiesta… te vi besándote con ella. — lo mire y el abrió los ojos como dos grandes platos.
— ¿Besándome con ella? — río. —Camilla… — tomo mi mano y yo con la que tenia libre, presione la tecla grabar. — A lo mejor fue por instinto, yo no siento nada por ella, nunca la besaría en mi sano juicio. Solo somos amigos, si se le puede llamar así a una relación donde solo peleamos… —termino la frase en voz baja y con cierta extrañes. Al parecer no creía lo que estaba diciendo.
— ¿Estas seguro, que no me citaste para cortarme? Joe, yo te quiero mucho y no podría soportar que me dejaras por una niña sin chiste como ella.
— No te cortaría por Alex. Camilla tu eres exactamente lo que yo quiero para mi. — y de nueva cuenta, no creía lo que decía.
Me incline sobre la mesa y tome su masculino rostro entre mis manos y lo acerque a mi, Joe me miraba sin saber que hacer. Aprisione mis labios con los suyos y el aparecer no sabia que hacer, ya que tardo algo en seguirme el beso. No me molestaba, al aparecer esa sustancia lo atontaba y le revolvía todo sus sentimientos, pero la señora me había asegurado, que se olvidaría del amor de Alex y justamente, eso es lo que acaba de hacerme ver Joe. No recordaba el beso de ayer, ni mucho menos que me iba a cortar.
El se separo de mi, algo en shock.
— ¿Te encuentras bien Joe? ¿Te sientes mal…?
—Debo irme, no me siento bien ¿te marco mas al rato no?
—Ok bebe, me marcas si necesitas algo.
—Si, te quiero…—dijo en voz baja como para el.
—Yo también te quiero.— sonreí satisfecha.

Joe camino con pasos atontados hacia la puerta de salida, yo desde dentro lo observaba mientras tomaba en mis manos la pequeña grabadora y le ponía “Stop”.
Ahora, debía ver a Alex… ¿pero como lo hacia? Debía ser coincidencia.

//Alex//
Llegue a casa con Denise, después de unas horas de compras y subí a mi habitación a ponerme algo cómodo, para bajar a comer.
Baje a la cocina tarareando una de las canciones que Nick me había mostrado de su nuevo disco.
— Vaya, creo que ya vas aprendiendo mas.
— Oh, hola Nick, no te vi ¿Cómo estas?
—Bien ¿y tu Alex? Veo que muy feliz… ¿Qué te paso?
—Pues… creo que en este instante Joe y Camilla están terminando.
— ¡Wow! ¿Que fue lo que acabo de oír? —dijo una voz detrás de mi.
—Si Kevin, como lo oíste, nuestro hermano esta creciendo y dejara a Camilla por nuestra querida Alex. — dijo Nick, yo solo me limite a sonreír apenada.
—Pues eso es muy bueno, ahora veo porque venias cantando tan feliz mientras bajabas las escaleras.
Los tres reímos y nos sentamos en la mesa para comenzar a comer, ya que nos estaban esperando el Sr Paul, Denise y Frankie.
Comenzamos a comer todos, mientras platicábamos muy amenamente. Hasta que me nació preguntarle algo a Paul, ya que hablaba de forma muy baja y seria con Denise.
—Señor Paul ¿le puedo preguntar algo? — cuestione algo seria.
—Si dime querida. — aclaro su garganta.
— ¿Ha sabido algo de mis padres? No he tenido noticias de ellos, desde hace días. Se supone que regresarían hoy o mañana.
—Alex…— los señores Jonas me miraron serios. Los presentes en la mesa habían guardado silencio y todos prestaban atención a lo que sucedía.
— ¿Qué pasa? — comencé a sentir cierto temor. — ¿no regresan mañana? Bien, supongo que se quedaran otra semana más —intente borrar de mi mente, cualquier pensamiento malo que se me viniera—. Termine de comer, iré a lavar el plato —me puse de pie. No quería oír, lo que pudieran decirme.
Nick me tomo del brazo y yo lo mire asustada. Al parecer el tampoco sabia lo que sus padres me dirían.
—Por favor siéntate.
Obedecí y me senté intentando no mirarlos a los ojos.
—Bien… ¿Cómo comienzo? —miro a Denise, ella tomo su mano y la apretó incitándolo a comenzar. El me miro de nuevo—. Alex, recibimos esta mañana una llamada del aeropuerto, donde tus padres aterrizarían… —comencé a hiperventilar y solo los miraba, sin hacer movimiento alguno.
— ¿Y que les dijeron?—cerré los ojos y tome aire.
—Nos dijeron, que el avión donde venían tus padres se había perdido en el aire…
— ¡¿Cómo?! — me levante rápidamente de la silla y me puse la mano sobre la boca. — ¿esta bromeando cierto?
—No Alex, a mi también me hubiera gustado que fuera una mala broma, pero es verdad lo que te digo. Lo sentimos mucho. Están haciendo lo necesario para encontrar el avión, tienen miedo de pensar que pudo haber caído sobre el océano. Por lo mismo no me han dado mas noticias. Quieren investigar bien.
Me deje caer en la silla con los ojos llenos de lágrimas. Nick puso su brazo detrás de mi cuello y Kevin tomo mi mano y le daba ligeros apretones en señal de apoyo.
—No puede estar pasándome esto… no ahora que todo comenzaba a tomar forma.
—Animo Alex, los encontraran. No seas negativa.
—Yo… yo necesito estar sola. — me puse de pie y comencé a caminar hacia la puerta.
— ¿A dónde iras cariño? Ya es algo tarde, no tarda en obscurecer… — cuestiono Denise preocupada.
—Iré… no se, iré a tomar aire… debo pensar muchas cosas. No se preocupen por mí.
—Nicholas ve con ella…
—No Denise, quiero estar sola.
—Alex…
—Nick por favor… quiero estar sola.— mis ojos amenazaban con desbordar aquel liquido salado.
—Nick, Mamá… háganle caso. Necesita pensar y estar sola.
—Gracias Kevin.

Tome mi bolso, una chaqueta y las llaves de mi auto. Camine hacia el y subí, aun seguía un poco aturdida, eso no me lo esperaba, por nada del mundo.

Conduje sin destino por varios minutos, incluso puedo pensar que fueron horas, solo quería alejar aquel sentimiento que tenia. Mis padres a pesar de que no eran los padres modelo. Enserio si los quería, mucho, mucho.
Aparque el auto afuera de un Starbucks que se encontraba a unas cuadras de mi escuela.
Intente tranquilizarme y cuando lo logre, baje del auto. Estaba apunto de entrar, y alguien choco conmigo estrepitosamente.
— ¡Hey con cuidado!— dije — Oh Camilla.
—Alex, no esperaba encontrarte por aquí. —de nuevo con ese tono hipócrita que la caracterizaba. — ¿Como estas?
—Bien.
—Necesito hablar contigo.
— ¿Conmigo? — inquirí extrañada. — ¿y de que podríamos hablar tu y yo?
—De Joe, ¿de quien mas?
— ¿De Joe? —me comencé a poner algo nerviosa. Sinceramente no lo esperaba—. ¿Por qué de Joe?
—Oh vamos Alex— dijo casi enojada. — No creas que soy tonta, si sabes de lo que quiero hablar… de Joe y Tú. — guardo silencio y me miro fijamente. — Entremos y charlemos. Es por tu bien Alex.
— ¿Podría ser en otra ocasión? No me siento bien.
—Alex, no. Te dije que es algo que debes de saber… sobre Joe.
—Bueno, si tanto insistes, entremos y charlemos de Joe… — dije en un tono un poco fastidiado.

Entre a la cafetería, con pasos pesados y cansados, me dolía mi cabeza y me sentía realmente triste. No tenía ni la menor idea de lo que me tenía que decir Camilla, pero igual la escucharía, todos merecen ser escuchados.
Sabia que venia detrás de mi, por que lograba escuchar el chocar de sus tacones con el piso de madera.
Tome asiento en una de las mesas que estaban al fondo, cerca de la ventana.
— Bien, te escucho.
—A mi no es a la que debes de oír…
— ¿Ah no? ¿Entonces a quien? — Inquirí confusa. — sinceramente no se que es lo que planeas Camilla, ve al grano.
—Joe no te quiere Alex.
—Por favor Camilla. — Comencé a reír sarcástica. — ¿Por que insistes en pensar que Joe te quiere a ti?
—Si no me crees, escúchalo por ti misma. — Saco de su bolso una especie de grabadora pequeña.
— ¿Qué es eso?
—Escúchalo tu misma…
Tome con manos temblorosas aquel aparato que Camilla había dejado frente a mi, la mire confundida y ella me dijo con la mirada que le diera Play.
Presione el botón y la voz de Joe comenzaba a escucharse en el fondo…
«— ¿Besándome con ella? Camilla… A lo mejor fue por instinto, yo no siento nada por ella, nunca la besaría en mi sano juicio. Solo somos amigos, si se le puede llamar así a una relación donde solo peleamos… —
— ¿Estas seguro, que no me citaste para cortarme? Joe, yo te quiero mucho y no podría soportar que me dejaras por una niña sin chiste como ella.
— No te cortaría por Alex. Camilla tu eres exactamente lo que yo quiero para mi.»

Deje caer el aparato, los ojos me ardían, solo tome aire y mire a Camilla, pidiendo una explicación. Ella solo sonrió en una mueca y tomo de nueva cuenta la grabadora guardándola en su bolso.
—Bien, no se si recuerdes que te dije que Joe era mío y de nadie mas… ahí esta la prueba de que al parecer solo te utilizo para darme celos. — Se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida.

Yo no dije nada, solo perdía mi vista a través de la ventana, intentaba no llorar, intentaba no darle importancia, intentaba no creer en esas palabras, pero lo había oído, era su voz, esa voz que me hacia soñar, ahora me rompía el corazón en miles de pedazos. Joe, me había ilusionado, justamente lo que no quería que me pasara, no debía de haber creído en el. No debía de haberme hecho tantas ilusiones, si sabía que el amor, nunca me había dejado cosas buenas. Ahora, más que nunca me sentía vacía. Sin mis padres y sin el que creía, era el amor de mi vida.
No quería llorar, quería hacerme la fuerte. Tome una pluma de mi bolsa y agarre una de esas servilletas marrones… me desahogaría de la mejor manera. Escribiendo…
“El mundo se desmorona frente a mí
Y yo no se que hacer,
Yo no quiero sufrir
Pero no lo puedo evitar.

Las cosas resultaron así
Y nada puedo cambiar,
Nada puedo entender,
Nada puedo hacer.

Quisiera comprender
La razón del porqué es así
Quizás no eres para mí
Pero no quiero dejarte ir…

Quisiera seguir con mi vida,
Olvidarte
Y seguir adelante,
Pero no puedo,
No quiero.

No se que hacer,
No puedo enfrentar la situación,
No soy tan fuerte pero si puedo ver,
Que fuiste una gran decepción.

El mundo se desmorona frente a mí,
Y yo no quiero sufrir,
Pero no se que debo hacer…”

Una lagrima traicionera, corrió por mi mejilla y yo… me sentía perdida.


Capítulo #39

— ¿Alex…?
Limpie rápidamente la lágrima que bajaba lentamente por mi mejilla y eleve mi mirada, hacia aquella silueta masculina que se encontraba parada en el extremo de la mesa.
—Oh…—articule un poco ronca—. Hola Jonny ¿Cómo estas?— aclare mi garganta.
—Bien, caso contrario, a como estas tu. ¿Te pasa algo?—inquirió con cierto tono de preocupación. — ¿Puedo sentarme?
—Si, claro siéntate.
—Gracias. Dime, ¿te encuentras bien? Hace rato, vi que estabas llorando. Puedo ayudarte en algo.
—Son solo decepciones amorosas y problemas, nada importante. —sonreí intentando que fuera convincente.
—Alex —dijo mirándome—. A pesar de lo poco que te conozco, tus ojos me dicen otra cosa. Como por ejemplo, que te importa y mucho lo que esta ocurriendo.
—No entiendo de que hablas— me hice la desentendida y el solo me miro esperando que me retractara. ­— de acuerdo, si entiendo de lo que hablas. Pero veras, no quiero hablar de eso.
—Comprendo, si hay algo que pueda hacer por ti, no dudes en pedírmelo. —respondió sincero.
—Gracias. —Guarde silencio— ¿sabes que puedes hacer por mí? —Negó con la cabeza— Solo necesito estar acompañada un rato, ¿Podrías ser mi acompañante lo que resta de la tarde? —cuestione, tratando de que no notara el gran nudo que se había formado en mi garganta, quería distraerme para no pensar en mis problemas.
—Sería un enorme placer. —hiso una pausa —. Solo déjame avisar que mi turno acaba de terminar, exactamente…—miro su reloj de muñeca—. Un minuto con quince segundos. —sus labios se curvearon en una sonrisa, mientras se ponía de pie frente a mi.
—De acuerdo. Aquí te espero—agregue. Mientras jugaba con mis manos debajo de la mesa, en un intento de reprimir mis sentimientos y pensamientos y solo intentar no pensar en nadie más y solo vivir.

Solo volví a perder mi vista de nueva cuenta atreves de la ventana. Mis ojos comenzaron a arder de nueva cuenta, intente no derramar una lagrima, pero fue en vano, solo una logro escaparse… «Oh vamos Alex. ¿Qué podías esperar? Tú sabías que esto podía ocurrir y seguiste empeñada en vivir en tu cuento de hadas. Sabías que con Joe no tenias nada seguro, pero el corazón, te cegó la razón.» Ahora debía atenerme a las consecuencias yo sola.
—Estas llorando de nuevo. ¿Seguro que no quieres hablar?
—No en este momento. —suspire —. ¿Nos vamos?

Jonny me llevo a recorrer algunos lugares de Los Ángeles, que sinceramente, no recordaba o no había visitado nunca. Después de todo, no tenía los mil años viviendo aquí.
Podría decir que caminamos por muchas horas y había olvidado por completo lo que había pasado horas antes en la cafetería con Camilla y unas horas más atrás, en mi casa, sobre lo de mis padres.
Charlamos, y nos conocimos más, era un buen chico.
Caminamos por un parque y pasamos por un carrito que vendía Hot Dogs y compramos uno y fuimos a buscar un lugar en donde sentarnos, pero la mayoría de las bancas estaban ocupadas por familias y parejas.
Vimos una fuente algo acogedora y caminamos hacia allá para sentarnos en la bardita.
—Gracias por el hot dog. —Sonreí, mientras me acomodaba el cabello detrás de la oreja—. Y también gracias por acompañarme hoy…
—No agradezcas, para mi es un placer
—Bueno, para mi es algo raro, que alguien que solo me ha visto 2 veces en su vida, haya aceptado acompañarme.
—No debe ser algo raro, siempre que salías de la escuela y te subías a tu auto te veía. Para mi eras alguien imposible.
— ¿Imposible?
—Si, pensé que chicas como tu, no le hablarían a un simple mortal como yo.
— ¿Chicas como yo? No entiendo.
—Si, como tu, bonita y popular… siempre te veía subirte a tu auto rojo, como toda una diva y veía como los chicos te miraban. Yo solo te veía detrás de un gran mostrador.
—Oh. —reí—. Supongo que tienes una distorsionada imagen sobre mí. No soy como crees. Tal vez soy popular, pero soy una chica común y corriente y si soy “popular” como tú dices, es solo porque no discrimino a nadie. Soy normal, sensible, soñadora…—hice una pausa, cerré los ojos e intente desear no haber dicho la ultima palabra. — solo no soy la típica chica de Los Ángeles.
—Alex…— lo mire y volví a colocar un mechón de cabello detrás de mi oreja, mientras que con la otra mano sujetaba mi perro caliente—. Tu tienes un dolor muy fuerte, aquí—señalo su corazón— ¿cierto?
Abrí la boca intentando decir algo. Pero no salió sonido alguno.
—No entenderías lo que me ocurre—logre decir al fin.
—Tal vez. Pero podría escucharte y juntos buscaríamos una solución.
—De acuerdo. —Tome aire— las cosas no están saliendo como yo quería que fuera. Parecía que todo se acomodaba y por fin podría tener paz… pero no fue así, el chico que me gusta, solo me mintió y mis padres están perdidos en no se que lugar del mundo—logre decir casi en un grito—. Jonny te agradezco que me hayas escuchado y me hayas ayudado a distraerme un rato, pero debo regresar a casa, para ver si hay noticias sobre mis padres.
Me puse de pie y el me imito. No dijo nada desde que le platique lo que me ocurría, solo me miro fijamente y me dio un abrazo que no me esperaba. Pero necesitaba uno y accedí a dárselo.
—Gracias por eso. Enserio lo necesitaba.
—No dudes en contar conmigo, ya tienes mi número y si necesitas algo, solo llámame e iré de inmediato.
Me despedí de el y comencé a caminar hacia mi casa, ya que estaba algo cerca de el parque donde estábamos.

Iba caminando a pasos lentos, con las manos escondidas en los bolsillos de mi chamarra, no quería llegar a casa y ver a Joe y además enfrentarme a la realidad de que aún no había nada de noticas sobre mis padres. ¿Debería resignarme? Esa palabra no formaba parte de mi vida, pero supongo que ahora seria mi gran amiga. Resignación era lo que necesitaba.
— ¡Oh Alex, llegaste! Estábamos preocupados por ti cariño. — dijeron en el momento en que cerré la puerta principal.
—Ah si, supongo que no tuve el valor de aventarme del puente…—Denise se llevo ambas manos a la boca—. Es broma, no soy tan cobarde.
—Cariño, ¿te encuentras bien?—me siguió hasta el sofá y se sentó a mi lado. Nick y Kevin solo nos veían desde la cocina.
—Si todo bien— dije ronca, suspire y mis ojos me ardieron.
—Mentira, hay algo mas que te duele o molesta ¿Qué ocurre?— yo no respondí, solo jugaba con mis manos—. Alex… ¿Qué pasa?
— ¡¿Qué pasa?! ¿Qué que pasa? Lo que pasa es que su hijo es un patán que solo jugo conmigo… eso es lo que pasa.
Me levante ante la mirada atónita de Denise, quien al parecer no creía lo que había dicho. Nick y Kevin se levantaron de sus sillas rápidamente y salieron de la cocina, intentando detener mi huida hacia mi habitación.
—Alex ¿Qué fue lo que paso?—Nick me tomo del brazo haciendo que me girara, yo no pude evitar verlo con mis ojos húmedos.
—Solo quiero estar sola—me zafe de el y le di la espalda para seguir subiendo hacia mi guarida y llorar.

Llegue a mi habitación y solo avente la puerta y la atore con una silla, impidiendo así que la abriera alguien, ya que escuchaba las pisadas fuertes y delicadas de Nick, Kevin y Denise, camino a mi habitación.
Me avente en mi cama y abrase fuertemente mi almohada.
— ¡Alex ábrenos por favor!
— ¡Alex, necesitamos hablar!
— ¡Cariño, por favor, necesitas un abrazo!
No dije nada, me limite a ignorar todo el alboroto que había fuera de mi habitación y comencé a llorar más y más fuerte.
No quería ver a nadie ¿Qué no lo entendían?