martes, 6 de septiembre de 2011

Capítulo #72


Me despedí por última vez de él y salí de la habitación, limpiándome las lagrimas. Dylan me vio, se puso de pie y camino hacia mí. Me abrazo, yo recargue mi cabeza sobre su pecho.
 Era extraño, pero dentro sentí que “aquella vocecita” que siempre me hablaba, era él, aconsejándome. Sonreí. Había tomado una decisión, pero la pensaría bien y aclararía mis ideas después.
— ¿Cómo te sientes? —dijo Dylan mientras me acariciaba el cabello.
—Es difícil de explicar…—me separe de el lentamente y lo mire. Le dedique una sonrisa triste. La verdad es que lograba imaginar mi rostro, sentía que tenía la nariz, los ojos y las mejillas rojas, por haber llorado. —Dylan… ¿se nota que llore? No quiero que mi madre me vea así. —el sonrió tristemente ante mi pregunta.
—Es normal haber llorado…—dijo secando mis mejillas con sus pulgares. — no debes hacerte la fuerte frente a ella.
—Lo sé… pero es que… no se… olvídalo. —no lograba conectar mi cerebro a mi boca. Así que me limite a no hablar mucho y digerir todo lo que estaba ocurriendo. — ¿Dónde está? — dije mientras la buscaba con la mirada.
—La mande a un hotel a descansar, supuse que no querría ir a su casa…
—Lo supusiste bien… yo tampoco iría… ¿me podrías llevar con ella?

Durante el camino al hotel, estaba pensando en muchas cosas, estaba ordenando mis pensamientos, para lograr hacer lo que tenía en mente. Esperaba que todo saliera bien, y no se arruinara nada, porque me dolería demasiado. Mire de reojo a Dylan, que no separaba la vista del camino.
— ¿Te encuentras bien? —me miro rápidamente, para regresar su mirada al frente
—No se…
— ¿Qué piensas?
—Dylan… no sé como preparar un funeral. —dije en un hilo de voz. — ¿Qué se supone que debo hacer?
—No te preocupes, yo me encargare de eso.
—Has hecho demasiado por mí…
—Porque te quiero y me importas. —me acaricio la mejilla rápidamente. Yo ante su tacto, sentí como si me dieran una puñalada en el estomago. Me limite a sonreírle.

(…)

Ya en el hotel, mi mamá me había pedido que llamara a los amigos cercanos y familiares de mi papá, así como a algunos socios y vecinos, para avisarles de la misa y entierro.
Había terminado, y solo me hacía falta un apellido por tachar en la lista. Suspire. Avisarle a la familia Jonas de la muerte de mi papá, era un poco más difícil de lo que pensaba, tal vez, porque me conocían muy bien –mas que mi familia- y porque el señor Kevin Jonas, era como un hermano para mi papá. Tome aire y marque el número, espere en la línea, hasta que una voz masculina del otro lado me respondió.
— ¿Diga?
—¿Hola?, habla Alex. —dije con la voz ronca.
—Alex, que pasa… ¿estás bien?
—Estoy en Los Ángeles… Este…
— ¿Por qué? ¿Qué paso? ¿Todo bien? —sentía que las lagrimas iban a comenzar a salir de nuevo. Logre escuchar que bajaba las escaleras.
—No. —dije al fin. Al fondo, se escuchaba la voz de Denise, preguntando qué pasaba. —Es mi papá….
Un silencio se produjo del otro lado, un pequeño “oh” de Denise, y un suspiro triste se logro escuchar detrás de la bocina.
— No puede ser — dijo eso casi en un susurro, y comencé a llorar.—Alex, lo sentimos mucho… Te veremos en un rato… ¿de acuerdo?
—Si…—suspire­—Gracias... —trague saliva. — todo será el en Forest Lawn Memorial Park.
(…)

Me acomode el vestido negro y baje del auto. Mi madre camino hacia dentro de la iglesia, junto con mi tía, mientras muchas personas se les comenzaban a acercar. Yo de mi parte me aleje un poco y me recargue en una barra que separaba al jardín
Deje atras las lágrimas de todos los que llegaban y solo lograba escuchar el repiqueteo de mis tacones chocar contra el mármol del piso. Dylan, estaba organizando todo, porque simplemente yo no sabía.
Todo había sido tan rápido… Justo en la mañana nos habían dicho que estaba muerto, y ahora, estábamos a punto de darle el último adiós. Suspire, tenía un gran dolor en el pecho y sentía que este me oprimía.
— ¿Alex? —me gire. —Lo siento mucho.
—Nick…— él se acerco y me abrazo fuerte. No sabía que decir. Me separe y lo mire. —Gracias por venir, en serio. —tenía los ojos rojos, pero ya no podía llorar. Y sentía que estaba a punto de explotar.
— ¿Te encuentras bien? —me encogí de hombros. Era raro, pero me sentía extraña. Solo le sonreí.
Lo volví a abrazar, e inconscientemente con la mirada, comencé a buscar a Joe… pero al parecer no había venido, y la tristeza me embargo. Suspire tristemente.
—Creo que debemos entrar, la ceremonia va a comenzar. —me dijo Nick, mientras colocaba sus manos dentro de sus pantalones.

Comenzamos a caminar, y yo iba con la mirada baja, hasta que una voz conocida y que extrañaba, se hizo sonar.
— ¡Alex! —levante la vista rápidamente.  Era Sophie, venia acompañada de Matt y Jacob. —Lo siento mucho. —me abrazo.
—Yo también. —dije. Así, nada más. Mi voz salió rara y todos me vieron extraño.
— ¿te encuentras bien? —esa pregunta de nuevo. ¿Por qué la hacían? Tal vez, se les hacia extraño, pero no podía llorar… aunque quisiera.
Abrace a mis amigos, para después dirigirnos dentro.

Me senté al lado de mi mamá apretando su muñeca, ella me sonrió tristemente, intentando hacerme entender que todo estaría bien. Dylan se sentó a mi lado y apretó mi rodilla, haciéndome entender lo mismo. Yo sabía que todo estaría bien. O al menos eso quería creer.

La ceremonia fue bonita, toda la gente lloro. Cuando termino, muchas personas se me acercaron a darme el pésame y a decirme que lo sentían, pero cuando se alejaban murmuraban cosas como: “Pobre chica, no le cae el veinte”  “tal vez su padre murió peleada con ella.” O “que manera más extraña de expresar dolor” Esas palabras simplemente terminaban por hacer más grande el nudo que tenia dentro de mí, aquel que en cualquier momento estaba a punto de explotar.

(…)

La caja que llevaba dentro a mi padre, comenzó a salir y todos caminábamos detrás de ella. Era el momento en que lo enterraríamos en la fosa familiar. Iba tomada de la mano de mi madre. Dylan iba caminando detrás de nosotras, al igual que Denise, Kevin, Kevin padre y Nick…

Cuando llegamos, me di cuenta que era escalofriantemente lindo. Era del tamaño de un jardín, con cerca y un gran letrero de metal y cemento que decía nuestro apellido. Había flores adornando la cerca y un gran árbol arce que daba sombra a la tumba.
Mi madre paso y dijo unas palabras, querían que yo dijera algo, pero no quise, así que los murmuros no se hicieron esperar de nuevo. El padre dijo unas últimas palabras, para que así, empezaran llenarla de tierra.
La gente comenzó a irse, mi madre se fue, ya no tenía caso que se quedara aquí.
— ¿Nos vamos? —dijo Dylan mientras se acercaba a mi, y besaba rápidamente mis labios.
—No, quiero estar sola... podrías…
—Lo entiendo, ¿estarás bien? —yo solo asentí. El se subió a su auto y se fue.
Necesitaba estar sola.

||Joe||


Baje hacia la cocina para buscar a Nick, ya que no estaba en su habitación.
—Nick, necesito que me des la dirección de la casa de Alex, iré a busc…—no logre terminar la frase, toda la familia estaba reunida en la cocina, y no precisamente festejando. Tenían una pésima cara. — ¿Qué paso?, ¿Quién se murió? —dije intentando calmar los ánimos, pero al parecer nadie había tomado de buena manera mi broma. Mi madre y mi padre, salieron de la cocina para hacer una llamada, mientras me miraban reprobatoriamente.
—Joe. —dijo Kevin serio.
—Lo siento… pero traen una cara…—dije mientras tomaba una manzana y la mordía. — ¿no me dirán que paso?
—Joe…
—Nick…—dije imitándole.
—El padre de Alex murió.
Y ahí fue como si un balde de agua fría hubiera caído sobre mi. Me entraron unas ganas gigantescas de ir a buscarla y abrazarla, solo de imaginarme como estaría, se me encogió el corazón.
— ¿Iras al funeral? —me pregunto Kevin.
—No se… no creo que Alex me quiera ahí después de todo lo que paso.
—Creo que a ella le encantaría que fueras, Joe. Ella te quería…—“quería” pasado.
—Pero y si me ve ahí y la veo con su novio, no podre soportarlo. —dije sincero.
—Espera… ¿Cómo sabes que tiene novio? —dijo Nick sorprendido.
—Digamos, que tu y Kevin no son demasiado cuidadosos cuando hablan. Yo todo lo escucho.
—Ese no es el punto—interrumpió Kevin. — Tú no vas por su novio, vas por Alex. Haya pasado lo que haya pasado, fuiste alguien especial para ella y deberías ir a apoyarla.
—No se. —dije sin mirarlos.
—Bueno, como sea, nosotros iremos…—dijeron saliendo de la cocina.
—Es el Forest Lawn de Glendale. Ahí será la ceremonia y el entierro. —dijo Nick. Yo asentí.

Me quede sentado en uno de los taburetes de la cocina mientras miraba mi manzana, como si esta me fuera a decir que hacer.
Todos se fueron, mi madre antes de salir, me regaño. La entendía, era extraño que no fuera, después de lo que la familia de Alex, significaba para la mía. Mi padre era como hermano del de Alex. Y mi mama y su mama eran las mejores amigas… mis hermanos, eran sus mejores amigos… y yo…. Yo solo era quien le había roto el corazón… ¿Qué tenía que hacer ahí yo?

Los minutos pasaban, exactamente habían pasado 30 minutos. —A la mierda todo. — me puse de pie, y subí corriendo a mi habitación, debía estar con Alex. 
Me puse un traje negro. Odiaba el negro.

(…)

Conduje por varios minutos, apretando el volante de la camioneta. Temía no llegar a tiempo, pero lo había logrado.. Estacione mi camioneta, y camine hacia donde seria la ceremonia.

Cuando entre, ya había comenzado. Me quede parado cerca de la salida… a lo lejos, vi a Alex recargada sobre el hombro del que supuse era su novio. Maldije dentro de mi, ese debería ser yo. El lucia un poco mas grande que ella, por 3 o 4 años… 

Después de la ceremonia, camine hacia donde lo enterrarían, no quería que nadie me viera ahí. Ya que me estaba comportando, como un completo inmaduro.
Alex se veía tensa del rostro, no lloraba, pero no sonreía. No tenia expresión… esa no era la Alex que yo conocía. Sabía, que no tenía que estar feliz, porque era un funeral, pero al menos me la imaginaba llorando, pero no era el caso… su expresión me preocupaba demasiado.
Enterraron al padre de Alex, yo me escondí detrás de un árbol y vi como toda la gente se alejaba… y ella se queda ahí, sola… con la mirada perdida sobre la tumba de su padre.

Iba a acercarme a ella, pero su novio apareció. La tomo de la cintura y beso sus labios delicadamente. Los celos me quemaban.  Ella no lo veía a los ojos, él le había dicho algo y Alex había asentido diciendo que si.

Y de nuevo se había quedado sola, alcanzaba a sentir su tristeza y frustración desde aquí. Se abrazaba a si misma, como si intentara consolarse a si misma. Alex estaba sufriendo… y demasiado. ¿Qué nadie lo veía? ¿Qué nadie sabia que Alex era lo suficientemente terca, para aceptar que se sentía mal? ¿Qué tenias que meterse a su mente para saber qué es lo que estaba pensando y sintiendo? ¿Qué no la conocían? Alex no les iba a decir que se estaba muriendo por dentro, porque no le gustaba preocupar a nadie… Esto me estaba matando.

||Alex||

Dentro de mi bolso busque un cigarrillo. Solo una vez lo había probado, pero ahora sentía una grande necesidad de hacerlo. Lo encendí, y comencé a caminar alrededor de la tumba de mi padre.
Avente mi bolsa y me deje caer sobre una pequeña banca que estaba ahí. Miraba fijamente la tumba, como si intentara hacer que mi padre saliera de ahí, y me abrazara como cuando era pequeña.
Mire el cigarro, lo succione por una última vez, esperando acabar con él, pero como no era una experta, termine tosiendo.
—Mierda. —dije enojada y frustrada, mientras dejaba de toser. Me puse de pie, para intentar buscar otro en mi bolso.
— ¿Sabes que eso te puede matar? —dijo una voz detrás de mí. No me gire.
— ¿A quién le importa? —dije con voz ronca.
—A mí… a muchos.
—No creo…—me gire y lo vi delante de mi, tan perfecto con ese traje negro, sus manos escondidas en sus bolsillos del pantalón y su mirada clavada en mi, con una ligera tristeza y preocupación. — ¿Qué haces aquí? —dije arisca.
—Bueno, entonces me voy…—se giro y comenzó a caminar.
Mi pecho estaba a punto de explotar.
—Joe… espera… —dije en un hilo de voz. El se detuvo y me miro.
Camine hacia donde estaba él y lo abrace. El se quedo estático un momento, no sabía qué hacer. No me importaba su actitud confundida, yo solo necesitaba un maldito abrazo. Después de unos segundo el me abrazo, tan fuerte, tan tierno… y comencé llorar.


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Chicas, espero que les guste como va todo... y 
les pido de favor, que me dejen sus comentarios, con sus opiniones, se los agradecería mucho.
siento, que la novela ya esta por llegar a su fin, tengo 2 años escribiéndola ¿pueden creerlo? haha
bueno, en fin... espero les guste el capitulo, lo acabo de terminar, se me acabaron los capítulos adelantados! así que me pondré a escribir.

quiero al menos 5+ comentarios y 10+ "me gusta" o "le falto algo" -las palomitas- NO QUIERO LECTORAS FANTASMAS.

gracias :)


por cierto, si no han respondido la encuesta háganlo. quiero darme una idea de cuantas lectoras me seguirían en mi fic de Danny Jones -miembro de McFLY- ya que es la nueva novela que tengo en mente.

un beso.

x

viernes, 2 de septiembre de 2011

Capítulo #71

Los rayos del sol se asomaban por la cortina. Yo abrí los ojos y me encontré con Dylan, a mi lado aun durmiendo. Sonreí.
Me puse de pie y baje hacia la cocina. Había sido una buena noche, me había quedado dormida en sus brazos, mientras el besaba mi cabello.
En la madrugada, me había sentido con miedo. Me había despertado de una pesadilla, o no sé, pero realmente me había dejado un mal sabor de boca. Me sentía ansiosa, como si presintiera algo.

Camine descalza hacia la alacena, y saque de ahí una bolsa de harina para panqueques… ¿era algo bueno para desayunar a las doce de la tarde? No lo sabía, pero al menos era algo ligero para poder aguantar hasta la hora de la comida.


Mientras batía los huevos y le agregaba la leche, se me vino a la mente lo que estuvo a punto de suceder entre Dylan y yo. Agradecía que no haya pasado nada, porque no me sentía preparada para ese paso… y menos de si quería darlo con Dylan… Lo quería, pero Joe… ¿estaba mal que siguiera pensando en él y queriéndolo? Era feliz con Dylan, tal vez debía a hacer algo, para así sacar definitivamente a Joe de mi corazón, aunque me doliera. Pero aquí estaba segura, y sabia que con Dylan no me faltaría nada.

Escuche como bajaban la escalera, levante la vista y vi a Dylan parado frente a mi acomodan su camisa dentro del pantalón.
— ¿Cómo dormiste? — dije sonriente, pero no me respondió. — ¿Qué pasa? ¿Ya te vas?
—Nos vamos, Alex. —me miro serio.
— ¿Cómo? No entiendo…—dije confundida, mientras dejaba la masa de los panqueques.
—Me llamaron de Los Ángeles…—decía mientras caminaba hacia mí, pero me seguía mirando serio. Algo pasaba.
— ¿De Los Ángeles? — repetí aun mas confundida. — ¿Y qué tengo que hacer yo en Los Ángeles?
No entendía nada.
—Alex… —me tomo de las manos. — Es sobre tu papá.

(…)


Tomamos el primer vuelo a Los Ángeles, Dylan no me dijo nada más. Solo me dijo que tenía que ver con mi papá y que debía ir con él.
Tenía miedo de lo que me podría decir ¿Después de tantos meses, sin saber de él que podía esperarme ahora?
— ¿Crees que deba llamarle a mamá? —rompí el silencio. El me miro enternecido y a la vez preocupado.
—Si, creo que debes decirle que venga.
—Dylan…
—No diré nada más del tema hasta que lleguemos, Alex.

Aterrizamos, y en cuanto pasamos la salida, un auto nos estaba esperando ya afuera. Nos llevo hacia un hospital, al que nunca había ido. No quería pensar en esto, quería pensar que era una sorpresa agradable, pero cuando llegamos al hospital, deduje que no era ninguna sorpresa y mucho menos agradable.
— ¿Qué hacemos aquí? — cuestione con un deje de miedo en la voz.
— ¿Qué te dijo tu mamá?
— Que tomaría el primer vuelo…
— De acuerdo, esperémosla.

||Joe||

Los días en los que estuvimos en Dallas, no tuve el atrevimiento de ir a buscarla, me daba pánico su rechazo, porque la verdad es que la quería… había sido un idiota, y ahora me encontraba lamentándome en mi habitación. Sabía que Nick y Kevin la habían visto, y eso me molestaba más.
— Eres un cobarde. — me dije a mi mismo, mientras me golpeaba el rostro con la palma de mi mano.
El teléfono sonaba… y seguía sonando, nadie respondía.
— ¡El teléfono está sonando! — grite asomándome por la puerta de mi habitación.
— ¿Y porque no respondes tu Joseph? —dijo mi papa saliendo de su habitación, con el teléfono en la mano.
De pronto salió Nick corriendo de la suya… ¿Qué pasaba? No me importaba, así que me introduje de nuevo en la mía y me tumbe en la cama…

Me encontraba concentrado tocando la guitarra, cuando alguien colocaba su mano sobre mi hombro. Me gire y la vi ahí, para detrás de mí con ese color de ojos que me encantaba, con esos labios rosados y perfectamente delineados sonriéndome. Su cabello volaba inundando de su olor toda la habitación.
Me puse de pie y la rodee con mis brazos, ella coloco sus delicadas y perfectas manos sobre mi pecho, sin dejar de sonreír.
— Siento todo lo que ha pasado…—comencé a decir, pero ella me interrumpió poniendo su dedo índice sobre mis labios.
Se puso de puntillas, yo cerré los ojos y ella roso mis labios con los suyos… después los abrí y vi que me miraba divertida, estaba jugando conmigo… Pero ahora, yo deseaba besarla.
Su índice recorría el contorno de mis labios, para terminar haciendo una línea en mí pecho. Yo la miraba, era perfecta… simplemente eso, perfecta…

Ella se percato de que la miraba con insistencia, sonrió de nuevo mientras se encogía de hombros y se ponía de puntillas de nuevo. Se acercaba a mi oído y susurraba algo que no había logrado entender. Se separo lentamente de mí, pero se detuvo en mis labios de nuevo, ahora solo besando la comisura de estos. ¿Qué intentaba? No me importaba, yo seguía sujetándola a mi cuerpo, mis brazos rodeaban su delicada y bien delineada cintura… ella vestía un vestido algo vaporoso color blanco…

La besaría, estaba muriendo por hacerlo. La pegue mas a mi e incline mi cabeza hacia ella, y cuando mis labios iban a tocar los suyos, ella había desaparecido enfrente de mí.
Comencé a voltear a todos lados y caí en la cuenta de que ya no estaba en mi habitación, me encontraba en medio de la nada, me estaba comenzando a desesperar, cuando volvieron a poner de nuevo una mano sobre mi hombro. Al toque, una oleada de tranquilidad me invadía, sonreí al verla de nuevo. Ella rio, su risa era como un canto angelical, ¿podía ser más perfecta? ¿Era real?
Ella comenzó a caminar hacia mí con una sonrisa seductora, mientras sus caderas se movían… parecía que volaba, su caminar era tan delicado… como toda ella.
Volvió a poner una de sus manos sobre mi pecho, mientras con la otra jugaba con mi cabello… yo la miraba embelesado… Coloque una de mis manos en su cintura, mientras que con la otra, acariciaba su mejilla… Ella me sonreía, mientras apoyaba su cabeza sobre mi pecho, yo la abrazaba, fuerte pero a la vez delicadamente… Cuando todo lo blanco del lugar, se comenzaba a poner gris… ella se separaba de mí abruptamente, comenzó a caminar, sin dejar de ver detrás de mi… ¿A dónde se había ido la luz? Me gire en dirección de su mirada y comprendí todo, ¿Qué hacia ella ahí? ¿Qué hacia arruinando esto? Todo era tan perfecto, hasta que ella había aparecido.
Me gire de nuevo hacia mi ángel, ella me miraba triste, una lagrima caía sobre su mejilla… se iba alejando poco a poco.
— ¡No, no te vayas! —dije mientras veía como se desvanecía frente a mí, y la otra comenzaba a reírse descaradamente.

Me desperté agitado, no era la primera vez que soñaba esto… no era la primera vez que soñaba esto, y en mi sueño estaban Alex y Camilla… Todo era culpa de ella… y mía, claro, si no hubiera sido por esa segunda oportunidad, nada de esto habría pasado. Quería a Alex, demasiado.
Me pare de la cama y fui hacia al baño a lavarme la cara. Necesitaba hablar con Nick… debía volver a Dallas.

||Alex||

¿Y ahora qué? Me encontraba aislada en una sala del hospital, junto con Dylan, esperando a mi madre. No dejaba de ponerme nerviosa… Ya sabía, todo esto era tan obvio. ¿Por qué no decirlo y ya?

Vi que alguien se nos acercaba, era mi madre, que venía acompañada de mi tía. Mi mama venia preocupada, y no es para menos, recibir una llamada de tu hija, pidiéndote que vinieras a Los Ángeles de urgencia, y quedando en el hospital, podría asustar hasta a al madres mas mala. Me puse de pie y camine hacia ella.
—Mamá…Tía…
— ¿Qué paso con tu papá? —dijo mi madre mirándome, yo solo me encogí de hombros. Dylan se paro detrás de mí, mientras ponía su mano en mi cintura.
—Señoras. —dijo Dylan a modo de saludo. —Acompáñenme.

Dylan, me tomo de la mano. Haciendo que lo siguiéramos. Caminamos por un largo pasillo, que se sentía desolado y frio. Entramos a otra habitación, en la que había un señor regordete y una enfermera, al parecer esperándonos. Yo mire a Dylan, y el solo me mostro una sonrisa torcida. El sabía en lo que estaba pensando. No era algo bueno.
—Por favor, siéntense. —dijo un señor regordete que se encontraba detrás del escritorio. Deje que mi tía y mi madre se sentaran. Yo me quede de pie con Dylan. — Como sabían, o sabrán ahora, nosotros junto con el joven —señalo a Dylan. — Estábamos detrás de la búsqueda del señor John Farrella.
— ¿Estaban? —dijo mi madre. — ¿quiere decir que ya no lo buscaran? —comenzó a perder el control. Yo puse mi mano sobre su hombro.
—Si, estábamos, la búsqueda ya termino, y encontramos al señor—mi mamá iba a decir algo, pero yo impedí que hablara, apretando su hombro, ella guardo silencio y escucho atenta. — Pero lamento decirles, que lo encontramos sin… vida.
Yo mientras escuchaba esas palabras, que ya veía venir, sentí como si un cubo de agua helada me cayera encima. Mi mamá comenzó a llorar desconsoladamente, mi tía intentaba calmarla, pero al igual que ella, estaba llorando.
— Así que está muerto…—logre decir en un susurro que todos lograron escuchar. Mi voz se escuchaba diferente, como si estuviera a punto de llorar, pero las lágrimas no salían. Dylan, apretaba mi cintura delicadamente, mostrándome su apoyo.
—Lo sentimos mucho… El cuerpo, está en la habitación de junto, por si quieren pasar a despedirse de él. Lo lamento mucho. —suspiro. —Con su permiso, los dejare solos. — Dijo mientras se ponía de pie y nos dejaba solos en la habitación.
—Señora…—dijo Dylan mientras se separaba de mí y se agachaba frente a mi madre. — ¿Quiere pasar a verlo? —mi mamá, miro a Dylan, con lagrimas en los ojos.
—No, no puedo. Prefiero quedarme con la imagen que tenia de él, de su perfecto rostro y sus ojos azules… no quiero verlo tendido en una plancha. —y lloro de nuevo. Dylan la abrazo.

Yo me gire y perdí mi vista en el ventanal, me dolía el pecho, como si tuviera algo atorado. ¿Por qué no lloraba? Era mi papa… ¿Qué no se supone que eso hacen los hijos, cuando mueren sus padres? ¿Llorar?
—Quiero verlo. —dije mirando a Dylan directamente a los ojos.
— ¿Estás segura? —me pregunto, mientras se paraba frente a mí y acariciaba mis brazos. Yo asentí. —De acuerdo… ¿quieres que te acompañe?
—No, yo voy sola.
—Bien, entonces te esperaremos afuera. Animo. —dijo mientras me acariciaba la mejilla.

Salí de aquella habitación, y camine hacia la de junto. Puse mi mano sobre la perilla, estaba temblando. ¿En realidad quería ver a mi padre sin vida? Abrí la puerta y lo vi ahí, frente a mi, sobre la plancha, como había dicho mi mamá. Solo una tenue luz alumbraba la habitación. Pero, podía reconocer ese perfil, que ahora estaba hinchado, en cualquier lugar.
Algo se apretujaba dentro de mí… camine temerosa, hacia él.
Lo mire, su expresión era triste ¿en serio estaba pasando esto?, ¿Por qué todo tenía que acabar así?
Las memorias de mi niñez hicieron acto de presencia, aquel hombre que en algún momento estuvo lleno de vida, que jugaba conmigo, que me protegía y que era mi súper héroe, ahora estaba ahí, sin vida. Tome su mano, mientras sentía que una lagrima se deslizaba en mi mejilla. La limpie rápidamente, como si tuviera miedo de que alguien me viera llorar.
No seas tonta, no hay nadie aquí, solo estás tú y tu padre… ¿recuerdas cuando te daba miedo en la noche, y él venía corriendo a salvarte de los monstruos del armario? O ¿Cuándo te enseño a usar la bicicleta por primera vez y te caíste? ¿Recuerdas quien te curo el raspón? o ¿Cuándo te contaba aquellos cuentos, en la que la princesa estaba atrapada en el castillo, esperando por su príncipe azul? Recuerdas que te decía que los príncipes si existían, que siempre estaban ocultos, pero que nunca eran perfectos… decía que cuando crecieras lo entenderías… No siempre fue malo… solo quería crecer y superarse… Era una persona ambiciosa, fuerte, que le gustaba tener todo perfectamente controlado. Su única culpa, fue querer lo mejor para ti, aunque en el intento perdiera el sentido del porque había hecho todo eso… tu, todo eso lo hizo para que a ti no te faltara nada, porque a el le habían faltado muchas cosas. El solo quería lo mejor para ti y tu madre. Quería que tuvieras una vida perfecta.

Te prohibió la música, no para hacerte infeliz. El quería que fueras su sucesora, quería que fueras como él, que te superaras… pero fue algo que nunca entendió… lamentablemente. El lloraba por las noches en su oficina, el lloraba porque creía que lo odiabas… ¿lo odias? Claro que no, el siempre te amo, fuiste su princesa… su única hija… el te amaba, demasiado
.
El quería entregarte en el altar, con el hombre de tu vida, quería que fueras feliz con alguien a quien tú amaras, no necesitaras… Siempre se preocupo por tu futuro. Eras lo mas importante para él. — la vocecita dentro de mí, tenía razón. No era su culpa. La culpa la tenía el maldito dinero, que solo había llegado a arruinar nuestra pequeña familia. Nada había sido su culpa, y ahora me culpaba a mí misma, por no haber querido entender todo esto antes. Ahora estaba diciéndole adiós para siempre…
las lagrimas comenzaban a salir una por una… hasta que mis mejillas se encontraban totalmente mojadas.
—Te amo, papá. — tome su mano fría y la apreté. —Y no, si crees que tengo que disculparte, no tengo porque hacerlo, tu solo querías que fuera feliz…. Pero ya lo era.
Lo mire de nuevo, me acerque y bese su frente... Al separarme, y verlo de nuevo, fue como si su expresión hubiera cambiado, se veía… tranquilo.



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Espero les este gustando, como va la novela.
Lo mas seguro es que suba hasta la próxima semana, -miércoles o jueves-.
No olviden de dejarme su opinión, sobre el capitulo y responder la encuesta que esta a la izquierda.


dudas o aclaraciones... aquí o en mi twitter @waalkinthesuun hahaha.
besos.

x

lunes, 29 de agosto de 2011

Capítulo #70

No tenía tiempo de quedarme y pensar que hacer. Me puse de pie y camine hacia el cuarto de baño. Ahí estaría hasta que Joe se fuera.
Mi corazón estaba a mil por hora, tenía miedo de que se le ocurriera entrar al baño y que todo se descubriera, no quería verlo, no era el momento, ni tenía ganas de hacerlo.
—Solo trata de no hacer ruido. —me dijo Nick, tras la puerta. —Dile que pase. — le dijo Nick, a uno de los de seguridad.
—Nick, necesito hablar contigo. —decía Joe, con un tono frustrado.
— ¿Qué pasa?
—Se que eres el único, después de mamá, que sigue en contacto con Alex. — al escuchar mi nombre de sus labios, y al estar prácticamente a un metro de distancia, provoco que mis manos comenzar a sudar. Necesitaba tranquilizarme y escuchar bien lo que le decía Joe, a Nick.
Me senté sobre la bañera y me sujete en el toallero, pero al hacer ese movimiento, una botella de shampoo cayó al piso. — ¿Qué fue eso que se escucho en el baño? — demonios. Me puse más nerviosa, no quería que se le ocurriera entrar.
—Ah, yo no escuche nada. Pero sígueme explicando, a que quieres llegar, con eso del contacto…
—Bueno… quería ver si ya habías hablado con ella.
— ¿Hoy? No… creo que ni siquiera sabe que venimos… la verdad tengo semanas sin llamarla… ¿Por qué?
—Nick, necesito hablarle. Necesito explicarle las cosas… no se qué hacer, todo esto me está consumiendo… —sentí sinceridad en sus palabras, y estuve a punto de derramar algunas lagrimas. Pero fui fuerte y seguí escuchando. —Por favor Nick, soy tu hermano… si hablas con ella dile que me dé la oportunidad.
—No creo que quiera Joe, es que…
— ¿Puedes ponerte de mi lado en esta ocasión? No te reprocho nada, pero desde que todo esto empezó, has apoyado más a Alex.

Y así siguieron hablando de mí, no sé de qué tanto hablaron, porque hubo un momento en el que saque mi iPod y me puse a escuchar música... ¿Qué cuanto tiempo estuve dentro del baño? Una hora se me hacía poco. Ya no sabía qué hacer, estaba jugando con un mechón de mi cabello, cuando tocaron la puerta. Yo me sobresalte, ¿Qué hacia? ¿Hablaba? Y ¿qué tal si era Joe?
—Alex, soy yo, Nick, ábreme, Joe ya se fue. —suspire aliviada mientras me ponía de pie.
—Esto se me hizo eterno…—dije saliendo del baño. Nick me miraba. — ¿Qué pasa?
— ¿No quieres hablar con Joe? — eso me tomo por sorpresa, así que solo me quede viéndolo por unos segundos. —Es que, creo yo, es mi simple opinión, pero creo que deben hablar. No digo que vuelvan a salir y que sean amigos, pero por lo menos, para que la tensión se baje. Eres como una hermana para mi, Alex. Y él es mi hermano, los dos son muy importantes para mí, y me pone mal que no se hablen y se eviten.
—Tal vez, tengas razón Nick. Pero yo no lo buscare. Yo no hice nada, y… no sé, solo yo no lo voy a buscar. —Mire mi reloj— Y ya me voy, se me hará tarde y…
—Si, huye de mis consejos…—dijo divertido. Yo solo lo mire seria. —Está bien, es una broma. ¿Hablamos luego si?
—Te quiero y gracias por escucharme.

Conduje a casa pensando en todo lo que había hablado Joe con Nick y Nick conmigo. Pero como le había dicho a Nick, yo no lo buscaría. Si Joe quiere verme, que me busque, porque yo no le voy a hablar. Y además, no quiero más problemas con Dylan. Me sentía tan confundida… ¿Cómo reaccionaría al ver a Joe? ¿Qué sentiría al tenerlo frente a mí de nuevo?

(…)

Habían pasado ya dos días desde que me había “peleado” con Dylan, Estaba por terminar el día y yo seguía yo sin hablar con él. El tampoco me había llamado, así que… no sé, yo no le quería llamar aun, porque suponía que si no me había llamado era por algo.
Los Jonas habían ofrecido su último concierto hoy, y mañana regresaban a Los Ángeles, a tomar un descanso antes de partir hacia Europa, para seguir con su tour mundial. Así que había invitado a Nick y a Kevin a cenar. Si a ellos dos, pero no podía decirle a Joe… estuvo aquí y no me había buscado, así que había dado por sentado que no quería verme, ni arreglar nada.

La cena había estado muy divertida, como los viejos tiempos. Nick y Kevin, habían inventado algo para poder salir sin Joe, y yo me sentía un poco culpable, pero ¿Qué podía hacer?
Me despedí de ellos, y prometí seguir en contacto.

Cuando iba dar vuelta a la derecha para llegar a casa, vi un auto estacionado frente a mi casa. Desde luego, era un auto que no conocía. Así que me pare detrás de él, un tanto confundida. Forcé un poco la vista, y en el reflejo de la lámpara, vi una silueta masculina, dándome la espalda. Me acerque lentamente, y con el corazón a mil por hora… Que no sea Joe, que no sea Joe, Que no se la haya ocurrido venir a visitarme, en su último día. Me iba repitiendo a mí misma, aunque otra parte de mi, deseaba que esa silueta fuera Joe.
Eres una bipolar, Alex. —dijo la vocecita dentro de mí.
Baje del auto, y camine directo hacia la silueta, un tanto temerosa y nerviosa, cuando él se giro.
—Oh Dylan…eres tú.
—Lamento haberte decepcionado —dijo serio.
—No… lo hiciste. —dije sincera. Aunque la verdad, si lo había hecho un poco.
— Es tarde, ¿Dónde estabas? —me pregunto, y en su tono de voz, logre percibir un poco de miedo.
—Fui a cenar con Nick y Kevin, porque mañana regresan a Los Ángeles…—el iba a abrir la boca, cuando lo interrumpí. —Si te preguntas si fue Joe, no, no fue. Y no, no lo he visto.
—Alex, perdóname… —lo mire y lo decía en serio.
—Dylan, yo no tengo nada que perdonarte. No hiciste nada…
—Perdóname por dudar de ti, soy un imbécil, yo sé que aun lo quieres y…— me acerque y pose mis labios sobre los suyos. Lo tome por sorpresa, pero después de unos segundos, el me elevo y yo rodee su torso con mis piernas.
—Yo te quiero, Dylan.

Entramos a la casa, aun besándonos. Dylan se iba quitando la corbata con su mano libre, mientras que con la otra me sostenía. Como pudimos subimos a mi habitación, el me dejo sobre la cama, y no nos separábamos, seguíamos besándonos como si jamás hubiéramos sido besados.

Dylan, comenzó a desabotonar mi camisa, y me la quitaba, para así quedar solo en sostén, nunca había visto su pecho desnudo... Seguíamos besándonos, el poco a poco desviaba sus labios y besaba mi mejilla, iba más abajo y comenzaba a besar mi cuello y regresaba a mis labios. Acariciaba mi abdomen y mis piernas. Yo solo me dejaba llevar. De pronto, sentí como sus dedos, peleaba con el botón de mi jean, ahí fue cuando capte y me tense. El entendió y se detuvo.
—Lo siento. —dije mientras él se recostaba a mi lado. —Pero, no estoy preparada para ese paso todavía. —dije avergonzada.
—No, está bien Alex. No te presiones, no hay prisa. —dijo acariciando mi mano.
Lo mire con una sonrisa. En serio lo quería, mucho.
Me recosté en su pecho desnudo y comencé a escuchar los latidos de su agitado corazón.
—Dylan, quédate esta noche conmigo. —eleve mi cabeza y lo mire. El solo me sonrió con sus ojos y sus labios.
— ¿Segura?
—Si, solo quédate a acompañarme. No quiero estar sola. — el me apretó entre sus brazos y yo solo cerré los ojos y me sentí protegida.

No entendía que me pasaba, sentía algo, como un presentimiento… además, una pregunta se había formado en mi cabeza y no me dejaba en paz…
¿Se podía amar a dos personas al mismo tiempo?

miércoles, 24 de agosto de 2011

Capítulo #69

Me detuve. ¿Esto podía estar pasando enserio? Cuando ya estaba feliz y dispuesta a olvidar a Joe, ¿tenía que pasar esto? Levante la cabeza y mire al techo, como si este, me diera una respuesta.
— ¿Todo bien? —me pregunto Dylan en voz bajita, al ver que no reaccionaba.
—Alex, ¿eres tú? —volvió a inquirir la voz que estaba detrás de nosotros.
—Dylan, es Nick Jonas—dije en un susurro. Él se sorprendió, yo estaba asustada. Me gire y vi a Dylan con su cara de paciencia mirándome. Me gire y sonreí —Nick, lo siento, no… me tomaste por sorpresa—intente disculparme, mientras se acercaba a mí con los brazos abiertos, solté la mano de Dylan y camine hacia a él. El me estrecho entre sus brazos, como los viejos tiempos. —Vaya, ¿cómo he podido aguantar sin uno de estos abrazos? —dije cuando nos separábamos.
—Pues parece que no te hacían falta. —dijo cómico, mientras señalaba a Dylan con la mirada.
—Oh, Dylan—estire mi mano y el la tomo. —Él es Nick, mi mejor amigo. —se estrecharon la manos— y Nick, él es Dylan, mi... novio. — Nick me miro raro, esa mirada que solo yo entendía. De seguro por su mente pasaban miles de preguntas.
—Los dejare un momento a solas—dijo Dylan— iré a hacer una llamada. —sabía que era una excusa, y que podría ser porque quería que hablara yo con Nick, o porque se sentía algo incomodo.
— ¿Y bien? —dijo Nick, esperando que yo empezara.
—Si te lo iba a decir, pero todo sucedió tan rápido…
—No te preocupes, está bien, pero ¿Ya olvidaste a Joe? —me cuestiono.
—Yo… la verdad es que no, Nick. No del todo… —el me miro extrañado—. Si, Dylan lo sabe. Por cierto, no quiero encontrarme con Joe aquí, Nick. Ya sabes donde es mi casa, o si quieres, puedo ir yo a buscarte para platicar, pero no quiero verlo. ¿Cuántos días estarán acá?
—Creo que una semana, máximo.
Vi que Dylan se acercaba y que detrás de Nick, venia un señor con ropa negra a buscarlo.
—Nos llamamos ¿sí?, Te quiero mucho—dije mientras lo abrazaba y besaba su mejilla. — No digas que me viste. —suplique.
—Lo prometo.
Dylan y el se despidieron de lejos y yo me fui, tratando de ocultarme, por si Joe llegaba a pasar cerca.

(…)

Detuve el auto fuera de mi casa. El trayecto a casa había sido en total y completo silencio. Dylan perdía su mirada en el vidrio.
—Bien, suéltalo. —dije mientras apagaba el auto. El me miro, sus ojos me demostraban miedo.
— ¿Soltarlo? — yo asentí. —Estoy bien, Alex.
—SI, claro, por eso estuviste hablando todo el trayecto a casa. —suspire. — Dylan, no soy tonta… —guarde silencio. — ¿Es porque vi a Joe está en la ciudad?
—No, claro que no eres tonta. Solo que… —sabía que algo tenía que ver la palabra “Jonas” en todo esto. Lo mire fijamente.
—Dylan, ¿podrías mirarme unos segundos? —tome su rostro y lo gire hacia mí. — Estoy contigo ahora, y te quiero. No voy a ver a Joe… él no sabe ni donde vivo. Y por Nick, no te preocupes, el no le dirá nada…—acerque mi rostro al suyo y presione mis labios sobre los de él.
Después de unos segundos él se separó lentamente y me miro.
— ¿Y que si decide buscarte e intentar arreglar las cosas? —me acomode de nuevo en el asiento, un tanto confundida.
— ¿A qué te refieres con eso?
—Que lo más probable es que tú corras a sus brazos y lo perdones.
— ¿Perdón? —dije incomoda y un poco molesta. —Dylan, estoy contigo…
—Sí, pero lo amas a él, y si te pide perdón, lo más seguro es que lo perdones... —me quede fría.
— ¿Sabes que esto es un poco recriminatorio? Estoy contigo y tu sabias que aún no he olvidado a Joe, del todo. Y aun así dijiste que estaba bien, que me esperarías. ¿Ahora resulta que es mi culpa? —ok, tal vez estoy malinterpretando un poco las cosas. —Decidimos arriesgarnos y salir. Ahora, llega Joe, que por cierto ni lo he visto, por si has olvidado ese detalle, y crees que me voy a ir corriendo a buscarlo y perdonarlo… ¿Qué clase de persona crees que soy? Yo sé que tú me quieres, y yo te quiero también, estoy intentando recuperarme en todo este maldito tema del amor, contigo. He decidido darme una oportunidad contigo y ¿crees que me voy a ir con Joe?
—Alex…—lo interrumpí.
— ¿Sabes qué, Dylan? —abrí la puerta del auto. — Cuando pienses un poco las cosas, me llamas. —me baje del auto. Dylan bajo detrás de mí e intento seguirme a casa. Me gire y lo mire. —vete a casa y piensa. Yo no iré a ninguna parte, por si te preocupaba. —le di la espalda y entre.

Estaba molesta. Con él y conmigo. Sabía que en parte tenía razón, en cuanto viera a Joe -si es que lo veía- Me pondría un tanto estúpida y dejaría que me afectara. Y lo más cómico de todo el caso (si es que se le puede llamar cómico), Es que fue nuestra primera pelea… y fue sobre algo que en realidad, no deberíamos de haber pensado. Algo que no estaba pasando y que podría no pasar.

Me tumbe en el sofá. Después de unos segundos, saque mi celular y teclee los números de aquel conocido celular.
— ¿Puedo verte? —dije casi al borde de las lágrimas.
Salí de la casa, con el papel de la dirección que me había dado Nick, y estaba dispuesta a tomar un taxi, cuando vi el flamante BMW de Dylan, fuera.
Camine hacia él, y mí que tenía una pequeña notita pegada en el vidrio.

“Decidí tomar un taxi, quiero que tengas el auto para que puedas salir y todo lo que necesites. Si, necesito pensar las cosas y perdón por todo esto, pero en serio… no sé, en fin… las llaves están puestas. Mañana ira alguien a recoger el auto y te dejare otro.
Dylan.”


Conduje por varios minutos hasta llegar a aquel hotel. Si, quería hablar con Nick, ahora que estaba. Camine hacia la recepción sin quitarme las gafas de sol.
—Buenas tardes. —dije bajito. Una señorita se giró y me miro extrañada.
— ¿En qué puedo ayudarle?
—Me están esperando en una de las habitaciones. —dije sin subir mi tono de voz.
— ¿A qué nombre está la habitación?
—Nicholas Jonas. —dije en un susurro. El hotel estaba lleno de fans y no quería que me escucharan.
— ¿Perdón? ¿Y cómo sé que no me está mintiendo? — dijo burlándose.
— ¿Acaso tengo pinta de fan? —dije ofendida.
Me gire al sentir que alguien tocaba mi hombro.
— ¿Si? —cuestione al no reconocer quien era.
—El joven Nick Jonas, me mando por usted.
La señorita de la recepción se quedó boquiabierta y yo solo le sonreí.

Caminamos por un largo pasillo. Hasta que el guardia me dijo que siguiera caminando yo sola.
—Siga caminando por este pasillo y gire a la derecha, y ahí está la habitación. —dijo mientras me entregaba un pase.
—Gracias. —sonreí.

¿Y que si Dylan tenía razón? ¿Y que si ya no regresábamos? No habíamos terminado, pero a veces las peleas que terminan en un “hablamos luego” nunca reciben esa llamada.
Llegue a la habitación de Nick, enseñe mi pase a uno de los guardias que estaban fuera. Toque delicadamente la puerta con mis nudillos, hasta que Nick abrió.
— ¿Te encuentras bien? —dijo en cuanto me quite las gafas.
—Digamos que necesito a mi amigo. —lo abrace.

Me senté en el sofá mientras Nick me traía una taza con café caliente.
—Y bien, platícame todo. —dijo mientras se sentaba frente a mí.
—Dylan y yo discutimos.
— ¿Porque? —dijo con aires divertido.
—Cree que si veo a Joe, y el intenta hablar conmigo y arreglar las cosas, dejare todo y me iré con él a Los Ángeles. —Suspire— Él sabe que aún no olvido del todo a Joe, y aun decidió que nos arriesgáramos. Yo le dije, le deje en claro mis sentimientos y los acepto. ¿No es un poco egoísta?
—Debes darle tiempo, Alex. Él te quiere, si no, no tendría ese miedo de perderte…—y así estuvimos hablando, de todo lo que había estado pasando en mi vida y en su vida. De Joe de todo. Cuando mire mi reloj, ya eran las 6 de la tarde.
— ¿Y Joe? —me atreví a preguntar.
—No tengo ni la menor idea… ¿Por qué?
—No sé, simple curiosidad. —mentira, quería saber dónde estaba. El simple hecho de que estuviera cerca de aquí, me ponía los pelos de punta y me hacía sentir escalofríos.
Tocaron a la puerta. Nick y yo nos miramos. Uno de seguridad entro.
—Nick, Joe te busca.
Mire a Nick con los ojos realmente abiertos. ¿Y ahora que hacia? No estaba preparada, ni quería verlo… no ahora.

viernes, 19 de agosto de 2011

Capítulo #68

Me quede mirándolo unos segundos. No sabía que responder.
—Define seguir amando…—el me miro con cara de obviedad. —N-no, no sé. Si tú me dices Joe Jonas una serie de emociones y sentimientos se forman aquí dentro—señale mi corazón. — No sé qué es lo que estoy sintiendo... —y ahora, sentía un poco de pena hablarle de Joe, a Dylan. No sabía el por qué, pero algo había cambiado.

Nos quedamos unos instantes viéndonos en silencio.
Esos instantes en los que nos quedábamos en silencio y nos veíamos, se estaban haciendo constantes. O una de dos, ya no sabíamos que decir, o algo estaba sucediendo.
—Creo que necesitas, enserio algo de tiempo para pensar. Por eso decidiste venir acá, además de lo de tu mamá y papá ¿cierto?
—Sí, aunque en ocasiones siento que fui muy cobarde por huir de esos problemas y no enfrentarlos. Pero había momentos en los que sentía que me perdía… me vine, porque ya era momento de pensar en mí, en mi bienestar físico y emocional. No podía quedarme en un lugar donde todo directa e indirectamente me hiciera daño. En esos momentos me di cuenta de que no soy tan fuerte, ya no puedo aparentar algo que no soy. Con él, me hacía tan chiquita, tan vulnerable a todo… el me hacía sentir segura, así que yo decía: Bueno, con el estoy protegida, entonces puedo dejar mi fortaleza en el armario. Y no, no era así.

Cada día que pasaba me a sinceraba más con Dylan, en los momentos de mi otra “yo”, jamás hubiera podido hablar de esto con alguien a quien prácticamente acababa de conocer.

—Alex. —dijo al cabo de unos minutos. — ¿Sabes que yo no te dejaría sola verdad?
—Sí, lo sé. Para eso están los amigos ¿no? — respondí dirigiendo mi mirada a Dylan, el cual miraba sus manos.
—Si, como amigos. —dijo un tanto… decepcionado. Mientras elevaba su vista y la encontraba con la mía, terminando su sonrisa en una mueca.

¿Qué es lo que había dicho mal?

||Joe||

Intentaba hablar con Alex. Nick, no me decía nada al respecto, no me daba pistas de donde podría estar, su dirección, nada.
Quería arreglar las cosas, hablar con ella, tratar de que me escuchar, no le pediría perdón, porque sabría que no lo haría. Alex era muy orgullosa, y primero me ignoraba, a tragarse su orgullo.

Un día mientras bajaba las escaleras, escuche a mama y a Nick charlar en la cocina. No sabía de qué o de quien hablaban, ya que lo hacían en modo de susurro.
— ¿Y ya te dio Alex, la dirección de su casa en Dallas? —le cuestiono mi madre a Nick.
—Sí, ya me mando un correo. Me puso su teléfono y su dirección. Pero siento como que no me lo quería dar. Creo que no quiere que Joe sepa en qué parte de Dallas esta…

Alex estaba en Dallas, ¿Cómo lo pude haber olvidado? Necesitaba saber con urgencia su dirección. Sabía que en unas semanas iríamos allá a dar unos conciertos… era la perfecta ocasión para intentar hablar con ella. Tenía que planear todo, sin que Nick o Kevin, se dieran cuenta de que quería verla. Me lo habían prohibido, querían que la dejara en paz. Si, sabía que le había hecho daño, mucho, pero no había sido mi intención.

Subí rápidamente a la habitación de Nick e intente entrar a su correo, pero no recordaba la maldita contraseña.
Salí decepcionado de su habitación, cuando se tropezó conmigo.
— ¿Qué hacías en mi habitación Joe? —inquirió frunciendo el ceño.
—Amm, estaba buscando una chaqueta, pero no la encontré, supongo que iré a buscarla a la habitación de Kevin. —intente explicar, pero él no me prestaba mucha atención, ya que estaba concentrado en su iPhone… claro, ¿Cómo no lo había pensado? —Oye Nick…—el me miro. — ¿me prestas tu móvil para mandar rápido un texto?
— ¿Y el tuyo? Nunca lo sueltas…
—Lo sé, pero… lo olvide en casa de Garbo. Quiero decirle que iré por el en unos minutos, me urge un poco, ya que tengo unos…
—No me des explicaciones de tus asuntos, toma—estiro la mano y me dio su iPhone. —solo no te pases del límite Joe, porque te conozco y hablas más que mamá.
—Oye eso no es verdad. —intente defenderme.
—Joe, como sea, en cuanto termines de usarlo lo pones sobre mi cama, iré a ducharme. —dijo mientras se alejaba.

Entre a mi habitación y me senté sobre el colchón. Busque entre sus aplicaciones, la de “mail”, y me puse a buscar entre todos sus correos, alguno que tuviera que ver con Alex, o que me recordara a ella, hasta que vi uno que decía “A”, asi que le di click.

“A”
Hey Nick, en el archivo adjunto te mando mi dirección y mi teléfono. Por favor, cuando hables de esto, no lo hagas frente a Joe. Si puedes de preferencia no lo hagas con nadie. Yo intentare hablar con tu mamá y Kevin, cuando tenga tiempo.

Te echo mucho de menos.

Le di click a reenviar y lo mande a mi correo. Borre rápidamente la evidencia y fui a dejarlo a la habitación de Nick.
—Gracias—grite para que me escuchara.

Ya tenía su dirección, así que ya no había marcha atrás, en cuanto llegara a Dallas, iría a buscarla. ¿Qué podría salir mal, si ya todo estaba echado a perder?

||Alex||

Mi mamá, había sido dada de alta hace dos semanas. Todo iba prácticamente bien, mi mamá se estaba adaptando de maravilla y le había encantado la casa.
Dylan y yo seguíamos viéndonos, pero ahora yo me sentía diferente teniéndolo cerca. No sabía cómo comportarme, así que tenía 3 días evitándolo.
Joe ya no me llamaba, y eso me había hecho bien, al parecer ya él lo había superado, y yo también. Desde la última llamada de Nick no había vuelto a hablar con él. Y si, lo extrañaba, pero no quería llamarle, sabía que estaba ocupado, por todo eso de la gira.

(…)


Hoy, era un día de reunión familiar, ya que había llegado una hermana de mi mamá, para llevársela unas semanas a descansar a su casa en Nashville, Tennessee.
—Cariño. —dijo mi tía. —Ten prisa con eso, tenemos visita. —grito desde la terraza.
¿Visita? Pero si solo era una reunión familiar, y eso nada más nos incluía a mí, a mi madre y a ella.
—Pero…
—Nada cariño, date prisa con eso. Te esperamos en el jardín.

Salí con un tazón lleno de puré de papas y una jarra de limonada al jardín. Mi mama estaba alegre platicando con Dylan y mi tía. Si, Dylan estaba en esta pequeña reunión. No entendía que hacia aquí, si llevaba tres días sin verlo. Yo no lo había invitado, así que… si claro, mi mama tuvo que ver en todo esto. Seguí caminando, intentando parecer indiferente

Charlamos y aunque me sentía un tanto incomoda con Dylan ahí, no deje de comportarme “normal” frente a todos.
Terminamos de comer y de tomar el postre. Mi mamá y mi tía se iban a poner a jugar cartas, así que yo me levante para recoger la mesa y llevar los platos sucios a la cocina.
—Déjame te ayudo— dijo el mientras se ponía de pie rápidamente.
Nuestras manos rozaron y yo sentí como una descarga eléctrica me recorriera. Su roce provoco que dejara caer la jarra con un poco de limonada. — ¿te encuentras bien?
—Sí, creo que me pico una abeja. —Mentí— Iré dentro, a ver si sí fue una, no tardo.
Y si, hui y deje ahí todos los platos y a Dylan consternado.

Me recargue sobre la encimera de la cocina. ¿Qué demonios me pasaba?
—Así que una abeja ¿eh? — al escuchar su voz detrás de mí, me gire un tanto apenada. — ¿te pasa algo? —negué con la cabeza. — ¿entonces te molesta que haya venido?
—No, claro que no.
— ¿Entonces? ,¿Qué es lo que pasa?. Llevas 3 días evitándome, y no sé si hice algo mal.
— No, claro que no, Dylan. —asegure. —No eres tú, soy yo. — dije y el rio irónicamente con mi ultima frase. —Hablo en serio, ni yo misma me entiendo, y no sé qué pasa, me siento tan confundida.
— ¿Confundida? Pero, ¿con que?
—Contigo. —lo mire apenada, para luego desviar mi vista hacia otro lado.
— ¿Conmigo? — se acercó más a mí. Lo tenía a unos escasos centímetros cerca.
— Y con Joe. —eso ultimo lo dije sin pensarlo. Y en ese momento me di cuenta, que en mi corazón, aun había lugar para él y que no saldría tan fácil.

Tomo mi cabeza entre sus manos y me hizo que lo mirara fijamente. Yo estaba nerviosa, confundida, tenía ganas de llorar, mi corazón y mis emociones estaban a mil por hora.
Poso sus labios delicadamente contra los míos, no tarde en corresponder ese beso. Se sentía tan bien. Me sentía por un momento querida. Pero la culpa comenzaba a apoderarse de mí, poco a poco. Separe mi rostro y lo mire, no supe que decir, solo quería que me abrazara, escondí mi rostro en su pechos mientras unas lágrimas caían sobre mis mejillas y mojaban su camisa. El me enrollo en sus brazos, mientras besaba mi cabello.

(…)


Después de esa noche, en la que nos besamos. Dylan y yo habíamos hablado de lo que sentíamos y habíamos acordado comenzar a salir, más que amigos, intentar ser pareja y ver cómo funcionaba todo. Él sabía que aún no lograba olvidar de todo a Joe, pero me dijo que quería intentarlo, que no importaba si al final, yo decidiera regresar a Los Ángeles y buscar a Joe.

Llevábamos casi 2 semanas saliendo. Todo iba bien, de hecho. Hoy iría por Dylan al aeropuerto, había tenido que salir de urgencia, por un asunto que no pudo decirme. Pero ya regresaba hoy y no tardaba en aterrizar su avión.

Entre al aeropuerto y había mucha más gente de lo normal, y no precisamente por querer tomar un vuelo, ninguna de esas personas llevaba maletas, solo llevaban cámaras de video y fotográficas.
No le tome importancia y seguí caminando hasta la sala en donde recibiría a Dylan.
Gritos de niñas se empezaron a escuchar por todo el aeropuerto.
— ¡Ya llegaron! — gritaban.
Las vi con cara extrañada, mientras con dificultad intentaba escuchar si ya había aterrizado el vuelo de Dylan. Me quite los lentes de sol, cuando por aquella puerta lo vi entrar con su maleta. Corrí hacia él y me colgué de su cuello. El soltó su maleta y me abrazo
— ¿Me extrañaste? —dije entre besos.
—Muchísimo, que hay de ti, ¿me echaste de menos?
—Demasiado—dije acercando de nuevo mis labios a los suyos. Sentí como sus labios se curveaban en una sonrisa. —Te quiero Alex. Mucho.
—Yo te quiero más. —dije mientras le daba un último beso.

Caminamos hacia la salida tomados de la mano.
— ¿Por qué hay tanta niñitas? —dijo divertido.
—No tengo ni la menor idea.
— ¿¡Alex?! —gritaron detrás de mí.

Esa voz… no, no podía ser verdad.

martes, 16 de agosto de 2011

QUERIDAS LECTORAS:

Hahahaha, bueno, como muchas de ustedes saben, o pocas de ustedes. Una de mis otras bandas favoritas es McFLY.
¿Por que menciono esto? Bueno, pues ya falta menos para el final de la novela. Y quería compartirles, que tengo pensado iniciar otra, pero no con Joe, si no con Danny Jones (integrante de McFLY) pero quería saber si aunque no fuera de Joe, me seguirían leyendo, porque no tiene caso que escriba y publique si no tengo lectoras xD hahaha
bueno, espero su opinión y así :)

POR FAVOR ESCRIBAN SUS COMENTARIOS Y SI SON DE TWITTER, DEJEN SU USERNAME :B en vez de ponerse anonimo hahahahaa

xx.


:D

viernes, 12 de agosto de 2011

Capítulo #67

Nuestros labios están a punto de tocarse, cuando reaccione.
— ¡Oh, jugo de naranja!, ¿quieres? —dije mientras, ponía el cartón de jugo entre los dos. El me miro confundido, mientras enderezaba su espalda. Yo sentía que me ruborizaba.
—Lo siento, Alex. —dijo apenado.
—No, yo también lo siento… fue… el momento… si, eso, el momento. —guardamos silencio por unos minutos. —Bueno… ¿y si quieres un poco de jugo? —el rio. Y asintió.

Terminamos de desayunar y yo estaba lavando los platos, mientras Dylan me ayudaba a guardar todo lo del desayuno.
En estas últimas semanas nos habíamos hecho muy buenos amigos. Íbamos al cine, salíamos a caminar, incluso una vez me llevo a pescar. Fue un total desastre, durante todo el recorrido tuve nauseas e incluso después, usamos una canoa, para ir a un pequeño lago, en el que se podía pescar, pero no te podías llevar al pez-lo tenías que regresar al lago-. Bueno, el punto es que, yo había pescado uno, muy grande por cierto. Y al momento que jalo la cuerda, me puse de pie y terminamos volteándonos. Fue un desastre…. Pero muy divertido.

— ¿Y qué vas a hacer hoy? —me pregunto mientras se ponía al lado de mí, recargado sobre la repisa.
—Pues…. —lo mire—. No sé, supongo que iré a visitar a mi mamá. Según lo que entendí, hoy la dan de alta y si es así, la traeré a casa. ¿Por qué?

—No sé, simple curiosidad. Quería ver si hacíamos algo, pero no, ve con tu mamá. —dijo sincero.

—Si quieres puedes acompañarme—sonreí. — No te conoce y la verdad quiere conocerte desde el primer día en el que le dije que tú nos estabas ayudando.
—Me agrada la idea. Y si es que sale hoy, las invito…
—No. —lo interrumpí. —Nada de invitaciones, Dylan…—lo mire seria. — Por favor. Ya has hecho mucho por mí y por mi mamá.
—De acuerdo, lo que diga usted. —intento imitar un ángel, juntando sus manos. Yo solo me reía de él.
—Bueno…—dije mientras me secaba las manos. —Más te vale. Iré rápido a cambiarme de blusa y por mi bolso para irnos. No tardo.
—Estaré en la sala.

(…)

Toque delicadamente la puerta con mis nudillos. No contestaban. Volví a tocar un poco más fuerte. Hasta que escuche una voz dentro.
— ¿Mamá? —asome la cabeza y la vi ahí sentada, asomada por el ventanal. En cuanto me vio, sus ojos se iluminaron. Le sonreí.
Entre y camine hacia ella, olvidándome por completo que Dylan venia conmigo. — ¿Cómo estás? ¿Cómo te has sentido?
—Mucho mejor, parece ser que hoy me dan de alta. Al rato, puedes ir con el doctor y preguntarle. —yo asentí. — ¿Y tú como estas cariño? —miro detrás de mí. — ¿Y quién es nuestro acompañante?
Yo me gire extrañada y vi a Dylan con cara de “hola, estoy aquí.” Me reí quedito.
—Ups. Lo siento… él es Dylan mamá…
—Mucho gusto señora—dijo, con una sonrisa.
—Así que tú eres el famoso, Dylan. — Yo me sonroje e intente voltear para otro lado.— Un gusto en conocerte también. Alex me ha hablado mucho de ti.
—Miente con todos los dientes, no le hagas caso. Ya delira —dije tapándole la boca a mi mamá. Ok, si hablaba de él con ella, pero no tenía que decírselo.
¿Dylan se había sonrojado o era mi imaginación? Como sea, mi mamá estaba a punto de contarle todo lo que hablo de él con ella y yo no podía hacer nada.

Dylan, acerco una silla y se sentó frente a mi mamá. Seré sincera, a mi mamá se le daba muy bien las relaciones públicas, así que no se me hacía para nada extraño que empezara a platicarle de todo a Dylan. Yo me senté en una silla que estaba en el rincón y me puse a jugar con mi cabello, mientras ellos platicaban de cosas que yo no entendía. Si me gusta platicar, pero no de mí. Y eso era lo que estaban haciendo, hablando de mi… y lo peor de todo, es que lo disfrutaban, estaban riéndose.
— ¿Ya terminaron de hablar de mi? —dije un poco sarcástica.
—No, Dylan me dijo que me iba a platicar algo de unos waffles. — voltee a ver a Dylan y lo aniquile con la mirada. —Es broma hija, ya no hablaremos de eso.
—Oh vaya, que alegría. —volví a ser sarcástica. Amaba serlo. Amaba el sarcasmo.

Llego la enfermera, porque le tocaban sus medicamentos y siesta a mi mamá. Así que nos hizo salir de la habitación. Nos despedimos de ella y le dije que regresaría más tarde.
—De todo lo que te dijo mi mamá, de mí, el 50% es verdad. —me defendí en cuanto salíamos de su habitación.
—Tranquila, todo lo que dijo de ti, sea verdad o mentira, fue muy adorable y cómico. —lo golpee nuevamente en el hombro. — ¿Podrías dejar de hacer eso?
—No quiero. —le sonreí. —Mira, sentémonos ahí... —apunte unas sillas que estaban en la sala de espera. —Necesito esperar al doctor, para preguntarle de mi mamá.

Me cruce de piernas, puse mi brazo y recargue mi barbilla en él. Y otra vez, mi mente comenzó a divagar en muchas cosas, una de esas era Joe y la otra, era el “casi” beso de la mañana con Dylan.

Aún, intentaba descifrar el sueño… o más bien pesadilla que había tenido hace unas semanas, en donde Joe, le disparaba a Dylan. ¿Qué intentaba?

Regrese a la realidad y vi a Dylan jugando con mi cabello. Intentaba darme cosquillas picándome la oreja con él.
—Vaya, ya volviste en sí. ¿Qué pensabas?
—Cosas…—suspire.
—Cosas…hmm… de casualidad, ¿una de esas “cosas” —dijo haciendo las comillas con dos de sus dedos. — es Joe Jonas…?
Yo lo mire y no dije nada. Baje la vista y me puse a jugar con mis manos.
—Lo sabía. —me tomo de la mano, así que lo mire. La apretó delicadamente. —Alex, no pienses en él. No ahora. Concéntrate en ti y en tu mamá, que está a punto de salir de aquí y necesitara tu apoyo, para acostumbrarse a una nueva casa y a estar sin tu papá por el momento en un lugar nuevo.
—Tienes razón… pero es inevitable que no piense en el… es… difícil.
— ¿Lo sigues amando?

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