lunes, 22 de noviembre de 2010

Capítulo #31

El golpetear de unos tacones retumbaba sobre el piso de mármol al terminar la clase.
Me encontraba charlando con Matt y Sophie, cuando alguien toco mi hombro bruscamente haciendo que me girara.
—Con que te trajo Joe, el novio de mi prima—aseguró.
—Si, ¿hay algo de malo en eso Viviana?—cuestione, mientras me ponía de pie y la empujaba para poder ir hacia la puerta—. Te recuerdo que están viviendo conmigo y son como mi familia.
—La verdad, me vale si los conoces o no, pero el esta con Camilla y no creo que a Camilla le guste mucho la idea de que su novio te traiga a clases y se despidan muy efusivamente.
—Ah—me gire retadoramente, Matt se puso detrás de mi y Sophie se coloco a mi derecha. Los dos en posición para que Yo no pudiera lanzármele a los golpes—. Camilla para mi no me importa, Joe es mi amigo y punto. No hay nada de malo en eso, deberías comprarte unos anteojos nuevos Viviana, por que esos Prada a mi parecer son falsos y ni aumento tienen. — Concluí enojada.
—Alex, no juegues con fuego por que te puedes quemar
—Actualiza tus frases, esa ya me la dijo Belle—dije y me di media vuelta dejándola enojada y con la palabra en la boca.

Los tres caminamos en silencio, hasta las jardineras, ya que no había mas clases para el día de hoy, solo debíamos venir a hacer el examen.
Me senté en una de las bancas que se encontraban ahí, aventando mi mochila, para comenzar a hacer movimientos circulares en mi sien.
—La próxima vez que se meta en algo que no le incumbe no respondo.
—Así es Viviana, Alex. Ya deberías de estar acostumbrada
—Lo se Sophie, pero… no se, puede distorsionarle la información a Camilla.
— ¿Entonces, si te trajo Joe?—inquirió Matt.
—Hay Alex, deberían de tener cuidado.
— ¿Cuidado?—reí sarcástica— Si, solo somos amigos—mentí. Bueno en realidad no mentí, solo es una verdad a medias.
—Amiga, tú y yo sabemos que eso no es del todo verdad—me dijo al oído Sophie.
— ¿Y Jacob?—inquirí, para cambiar de tema. ¿Por qué debía conocerme tanto ella?
—Ayer hable con el y me dijo que tuvo que salir de la ciudad otra vez, hacia chicago, por que una tía se puso mal—dijo Matt.
—Mmm, se perderá el baile—agregue—. ¿Ustedes dos irán juntos?
—Si, no como pareja, si no como amigos.
—Obvio Sophie, todo mundo sabe que son como hermanos.
— ¿Y Tu? Si iras con Nick…
—Si, pero al igual que ustedes, como amigos.
—Ah—respondió Matt—. ¿Y si vendrá Joe?
—No se, ya no me dijo nada, espero que no. No tengo ganas de ver a Belle—mire mi reloj— Son las 12pm, ya esta por concluido nuestro penúltimo semestre, me tengo que ir, iré a visitar a alguien que no he visto en unos meses—me puse de pie—. Los veo en la noche.

Me despedí y salí del campus.
Camine dos cuadras para poder tomar un taxi. Iba dar vuelta en la esquina cuando un auto negro polarizado se paro a mi lado bruscamente, intente no tomarle importancia y seguí con mi camino.
Hundida en mis pensamientos, literalmente hundida, no sabia que hacer, ni mucho menos que pensar, eran tantas cosas y todas daban vuelta solamente en una persona, en un nombre…Joe.

Pare un taxi y le dije que se dirigiera hacia West Hollywood, quería ir a visitar a George ya que de un día para otro, deje de ir a trabajar. Además de que tenia muchas ganas de un te, de esos que nada mas en este pequeño restaurante hacían.
Le page al taxista y baje.

Al entrar, la conocida campanita tintineo delicadamente, me sentí de nuevo en casa. Camine hacia el mostrador y George sorprendido se levanto de su silla y me estrecho en un gran y apretado abrazo.
Me sirvió mi taza de te y me acompaño a sentarme, también con una taza.
Estuvimos platicando, bueno mas bien, le platique yo la mayoría del tiempo, le conté todo lo que había pasado desde el ultimo día que vine a trabajar, el parecía asombrado, me dio varios consejos y comparo algunas situaciones de su juventud con las mías, para que estuviera tranquila.
El sonido de mi BlackBerry, interrumpió la charla, era Denise.
— ¿Alex? ¿Ya viste la hora que es?
—No, ¿que hora es?
—Mujer, son las 5pm, vente inmediatamente a casa.
—Ok, ya voy… solo me despido de alguien y llego.
—Perfecto, con cuidado.

Me despedí de George y tome un taxi a las afueras del establecimiento, cuando un mensaje de texto me llego.
“Alex, iré esta noche al baile… Lo siento, pero Camilla, casi me lo rogo y no pude negarme, espero no arruinarte esta noche”

Desde ese mensaje, ya me la había arruinado.
¿Qué tenia que hacer Camilla en mi baile? Y… ¿Por qué Joe no puede negarle nada? Claro, ahí me demuestra que Joe aun la quiere… no puede querer a dos personas de la misma manera al mismo tiempo.
Si el no se alejaba, yo me alejaría. Por el bien de los dos. Mientras tanto, los ignorare esta noche y me divertiré felizmente con mi compañero de baile.

//Narradora//
Al otro lado de la ciudad, se encontraban Camilla y Viviana. La segunda había citado a su prima en una conocida cafetería.

—Y bien… dime rápido lo que debas de decirme, no tengo tu tiempo, Viviana.
—Se que te interesara prima.
—Dímelo y ya sabré si me interesa o no. —dijo sin despegar la vista de su celular.
—Es sobre Joe y Alex…
Camilla, levanto rápidamente la vista y miro a su prima, con cierto interés en sus ojos. ¿Celos? Claro, era lo que mas irradiaba su mirar.
—Dime todo lo que sepas…
—El la trajo a clases el día de Hoy y se despidieron muy efusivamente…
— ¿Efusivamente? Quiero pensar que fue “efusivamente” de amigos ¿no?
—No lo se, yo desde el ángulo que vi, que por cierto no fue muy bueno, vi un beso, solo que no se donde.
— ¿¡Un beso?!—grito y todos los presentes, se giraron y las miraron—. ¿Cómo que un beso? Si me vas a informar algo de tal magnitud, deberías informármelo bien.
—Querida, no es mi obligación, además sea un beso o no, Alex es muy bonita, aunque me cueste decirlo y si no te pones abusada, te puede ganar a Joe… que por cierto, lo noto con muy poco interés ya sobre ti y mucho sobre ella.
—Cállate estúpida, nadie me ganara a Joe…
Concluyo mirando fijamente a la nada, mientras que estrujaba y hacia pedazos, tal cual una maniaca, su servilleta.

Tomo su celular de la mesa, ante la vista extrañada de Viviana, que nunca había visto así a su prima, salvo en alguna película, pero nunca en la vida real.
— ¿A quien llamaras?
— ¿A quien más? A Joe.
Guardo silencio y espero a que contestaran del otro lado de la línea.
— Amor—dijo con voz chillona— ¿Cómo estas?—alzo la ceja seriamente.
Algo planeaba, su odio hacia Alex, comenzaba a salir desde el fondo de su corazón, nunca antes se había sentido tan insegura de alguna chica, desde que Joe conoció a Alex y no dejaba de hablarle de ella y hasta que Camilla, la vio en persona.
—Camilla, ¿bien y tu?
—Bien bebe, oye… ¿si iremos al baile hoy?—miro a Viviana, quien se encontraba frente a ella muerta de la risa.
—Pensé que no querías ir… por eso no te volví a decir nada.
—Anda vamos, hace mucho que no voy a uno, quiero revivir esos tiempos en los que íbamos juntos a fiestas… anda bebe, además, no te he visto—concluyo con voz seductora, algo que a cualquier hombre, le evitaba rotundamente decir un “No” como respuesta.
—Esta bien Camilla, si tu quieres ir, iremos. Paso por ti a las ocho ¿De acuerdo?
—Ok bebe, entonces a esa hora te veo, te mando mil besitos.
—Si, cuídate. Bye.

Concluyo la llamada con una mirada y una sonrisa de satisfacción, no pensó que seria tan fácil, comenzar a hacerle la vida imposible a Alex.
—Eres muy mala prima.
—Lo se, si ella quiso jugar con fuego… un incendio tendrá. Le dije que no se metiera conmigo, pero al parecer no le importo. Veamos quien es mejor.

Así era Camilla, vengativa a morir. No le importaba matar si fuera necesario, nadie se interpondría entre su relación “amorosa”—como ella la llamaba, aunque mas que nada fuera obsesión o simple fama—.
Se puso de pie dejando sola a Viviana con la cuenta y camino hacia su auto, para ella la guerra había comenzado.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Capítulo #30


Me separe de sus brazos lentamente, en realidad no quería, pero Joe tenia que irse.
—Creo que es hora de que te vayas a tu habitación, Joe.
— ¿Me estas corriendo? No me quiero ir, Alex.
—Joe, tienes que irte, no creo que sea bien visto que estés en mi habitación a estas horas.
— ¿Por qué no? Tenemos algo…
—No Joe—lo interrumpí—, no tenemos nada y por los mismo, se ve mal… Además, tengo clases mañana. Anda ve a descansar—lo anime sonriendo—, mañana nos veremos.
—Solo porque tu me lo pides, y que conste Alex, que yo no me quiero ir de aquí, si por mi fuera, me quedaría aquí toda la noche viéndote dormir.
—Pero yo no quiero que te quedes toda la noche, además, la gente cuando duerme, muchas veces no se ve bien.
— ¿Y? te conozco sin arreglar…
— ¡Cállate Joe!—golpee levemente su hombro—. Anda vete.
—Te quiero Alex.
Me susurro al oído, para después besar suevamente la comisura izquierda de mi boca. Se separo con una sonrisa de satisfacción, Joe comenzaba a captar, lo nerviosa que me ponían sus aproximaciones. Me lleve mi mano al lugar donde había colocado sus labios, para después morder tímidamente mi labio, al sonreír nerviosa. Alce mi vista y Joe me miraba de una manera enternecedora.
— ¿Por qué me miras así?
—Eres tan dulce Alex, eso me encanta de ti… dentro de ti, aún existe esa niña traviesa, soñadora y a veces tan ingenua, que me da miedo que te puedan hacer algo, pero… por favor, nunca pierdas tu niña interior, eso te hace diferente a las demás.
—Ah…—no pude articular palabra alguna.

La mayoría de la gente cree que soy, algo así como una chica que no se deja de los demás, que no se queda callada y que no se deja pisotear, pero realmente… esa es la imagen que quiero proyectar, como si fuera un escudo protector, tal parece que con Joe no puedo fingir que soy fuerte, con Joe me puedo hacer pedazos tan fácilmente… Por eso tengo miedo de lo que siento por el.

Pensándolo bien, no es que dude de Joe, pero ¿si el esta actuando conmigo, por que sabe lo débil que soy cuando esta presente y logra lastimarme? Seria algo que me marcaria por siempre y claro… lo terminaría detestando.

—Bien, te dejare descansar, buenas noches Alex—sonrió y se giro para ir hacia el balcón
—Buenas noches Joe… espera un momento ¿Por qué caminas hacia el balcón, si la puerta esta hacia allá?—señale con mi pulgar.
—Por que si estoy en mi papel de Romeo, tengo que bajar como el lo hiso, por el balcón. Si no de que sirvo haber subido por aquí, en ves de por las escaleras.
—Bien, si tu lo dices… Solo hazlo con cuidado—dije, mientras veía como Joe se comenzaba a colgar del barandal.
La despedida es una pena tan dulce que estaría diciendo buenas noches hasta que amaneciese. — Dijo poéticamente
— ¡Oye! Eso viene en el libro, ¿enserio lo leíste?—inquirí divertida.
—Claro, me hicieron leerlo alguna vez en la escuela, y ahora es de mis favoritos, además, tenia que meterme en el personaje. — yo sonreí divertida.
— ¡Ojos, mirad por última vez! ¡Brazos, dad vuestro último abrazo! Y vosotros, labios, puertas del aliento, Sellad con legitimo beso una concesión sin termino a la muerte rapaz…—me miro asombrado, yo solo sonreí tímida—, no eres el único que lo a leído.
Joe, con fuerza en sus brazos, se apoyo más en sus piernas y se estiro, para lograr besar mis labios desprevenidamente. Me parecía una escena, algo creíble, de la famosa obra.

Nos separamos lentamente de aquel beso, y segundos después Joe, se encontraba brincando hacia el jardín.

Sonreí y me quede observando como Joe, caminaba hacia la entrada a la casa, al ver que había desaparecido de mi vista, eche un largo suspiro y camine hacia dentro de mi habitación, cerré la puerta y corrí las cortinas, camine hacia mi cama y me tumbe, para dormir por fin, ya que solo me quedaban, algo así como 2 horas para levantarme e ir a clases.

.


A la mañana siguiente, después de sentir como la luz solar se colaba por las cortinas, abrí poco a poco los ojos, uno por uno. Mire mi reloj de mesa y marcaba las 9:30, me levante de un brinco y corrí hacia la ducha, intente girar la llave del agua pero por mas que la giraba no salía agua, comencé a desesperarme y la gire mas fuerte, hasta que termine con ella en mi mano.

— ¡AHHH, MIERDA!— grite frustrada, al ver la perilla de la regadera en mi mano. Me coloque una toalla alrededor de mi cuerpo y abrí la puerta del baño y observe en mi habitación a Nick, con cara asustada.
— ¿Estas bien?
—No, bueno si, ¿ya viste la hora?—el asintió—no llegue a las primeras clases, mi baño se descompuso—le mostré la perilla— ¡y tengo que ir a clases!
—Báñate en mi habitación—se encogió de hombros—. Le pones seguro y listo, nadie entrara…. —dijo mientras yo sacaba ropa de mis cajones.
—Gracias Nick—dije y salí corriendo, claro, con cuidado, hacia su habitación.

Después de ducharme y cambiarme, salí corriendo de su habitación con una toalla en la cabeza y con la mirada de extrañes de Joe, puesta en mi.
Entre a la mía y comencé a cepillarme el cabello, mientras guardaba algunas cosas en mi “mochila”
Mire mi reloj nuevamente, 10:20… maldije nuevamente, me cepille los dientes y me deje el cabello suelto. Tome mis cosas y baje corriendo las escaleras, ante la mirada sorprendida de Denise, Paul y Kevin, que se encontraban en la sala tomando un poco de café y platicando sobre los planes del día.
—Nos vemos al rato, se me hace tarde—Grite
—Ok—respondieron al unisonó, con cierta confusión.

Entre nuevamente agitada a la casa por que había olvidado un pequeño, pero gran detalle.
—Se me olvido un pequeño detalle—respondí con la respiración agitada.
— ¿Cuál?—inquirió Joe, quien iba bajando las escaleras, con sus lentes, cartera y celular en mano.
—Mi auto esta en el taller.
—Oh Cariño, se te hará tarde si te vas caminado.
—Te llevaría Alex, pero no puedo, lo siento—agrego Kevin.
—No, no te preocupes—respondí.
— ¿Llevas mucho retraso?—inquirió Paul, yo negué con la cabeza.
—Yo te llevo—dijo Joe desde las escaleras—. Vamos—me tomo del brazo y me guio hasta su camioneta.
Quito la alarma y me abrió la puerta, para después dirigirse al lado del piloto.
—Gracias Joe.
—No agradezcas, fue mi culpa, yo hice que te desvelaras…
—No, eso no tiene nada que ver me gusto—el me sonrió y prendió el motor.

Durante el trayecto que sinceramente se me hiso eterno, a pesar de que Joe iba manejando muy rápido, aproveche para maquillarme un poco. Así que inclinada hacia adelante, mirándome por el espejo de la visera, Joe me observaba de reojo.
— ¿Por qué te maquillas?
— ¿Por que no hacerlo?
—Por que te ves bien sin maquillaje.
—Gracias—dije tímidamente—, pero… necesito un poco de color, además… no me maquillo en exceso, a este tipo de maquillaje—lo mire—, se les llama, “natural”—hice las comillas con los dedos, para después comenzar a guardar todo en mi cosmetiquera.
—Pero insisto, aun así te ves hermosa.
—Puede que si—dije, mientras me ponía un poco de brillo labial, sin mirarlo—. Gracias—mire mi reloj de mano—. Demonios, no llegare al examen, Joe ¿podrías ir mas rápido?
—Claro, solo ponte el cinturón.
—Cálmate—dije riendo.

Joe subió la velocidad y justo cuando iba a dar vuelta a la derecha, una patrulla nos indico que nos paráramos.
Joe y yo nos miramos preocupados, los dos, más que nada por el tiempo.
—Bien Joe—mire por el retrovisor—, supongo que debes de usar tus dotes de estrella y galán para que nos dejen ir rápido.
— ¿Por qué?
—Por que, el policía de transito, no es el, si no ella…—me miro confundido—. Oh vamos hombre, usa tu cerebro, lo que quiero decir es que no es hombre es mujer.
—Ah, si…
—Joven, si se dio cuenta, ¿de la velocidad a la que iba? Muéstreme sus papeles— Joe se giro y la policía se asombro.

La de transito, era una señora de color, regordeta y con un chicle en la boca, la cual tenia el aspecto de ser una señora algo ruda, podría pasar como guardaespaldas, ya que era igual de alta que Big Rob, y no tenia todo el aspecto de mujer.
—Lo siento señorita, pero es que—miro su reloj— llevo prisa, debo llegar a una entrevista. —la miro coquetamente, mientras le daba sus papeles. Yo solo me reía por dentro.
—Oh vaya—exclamo, mientras leía aquellos documentos que Joe le había entregado—. Es usted Joe Jonas—
—El mismo…
—Es mas guapo en persona—Joe se sonrojo y me miro. — ¡soy su fan!
—Gracias por el cumplido. Pero señorita, ¿nos dejaría ir? Llevamos prisa.
—No—dijo seria—, quiero decir, no sin antes una foto de usted conmigo y un autógrafo.
—Oh si, esta bien, pero rápido, si no llego, creo que no se que me harían—mintió.

La señora, saco de su bolsillo una cámara y se tomo la foto con Joe, que después le dio un autógrafo y un beso en la mejilla. La señora emocionada, nos dejo ir mandando besos desde su patrulla.
—Lo que hace uno por que lleguen temprano a los exámenes.
—Cálmate Joe, solo fue un beso, una foto y un autógrafo.
—Alex, sentí que besaba a mi tía de 70 años—dijo bromeando.
—Y lo agradezco—me incline y bese la esquina de sus labios—. Gracias por traerme—abrí la puerta y baje.
—Que tengas lindo día, Alex.
—Igual tu—sonreí y me gire para entrar a la escuela.

Camine rápidamente por los pasillos para lograr entrar al aula donde me aplicarían el examen de literatura. Al estar fuera del salón, toque delicadamente la puerta, para después abrirla y pedir permiso para entrar.
El profesor me dio permiso, entre y camine hacia mi asiento, con la mirada fija de Viviana sobre mí, me miraba con cierto enojo. La mire yo también y después me di cuenta, que el salón, tenia una ventana que daba al estacionamiento y después capte el porque me miraba así, me había visto llegar y darle un beso en la mejilla a Joe.

Bufe y recargue mi cabeza en la mesa. Definitivamente, Hoy no era mi día.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Capítulo #29

Esa pregunta, sinceramente no se, tal vez algún día llegaría, pero no pensé que sería tan rápido.
— ¿De que hablas? ¿Entre Joe y Yo? Nada, ¿Por qué lo dices?…—comencé a reír, como si lo que había preguntado fuera una idea suya.
—Oh vamos Alex, sabes de que te hablo, hay cierta… bueno no se, pero yo veo cierta atracción entre ustedes dos, es como si fuera una burbuja, y ustedes estuvieran dentro.
—Ah…—gire los ojos—. ¿Ya vio la hora que es? Nos faltan tiendas por recorrer—me puse de pie y tome las bolsas de mercancía que traíamos.
—No muchachita—me jalo y me sentó de nuevo en la silla—. El que calla otorga, así que me acabas de otorgar mucho.
—Denise, el esta con Camilla, yo solo salgo sobrando.
—Oh amor, claro que no, la que sobra es ella… no se compara en nada contigo y no lo digo por que te quiero, solo que son muy diferentes y tu a Joe, lo traes babeando.
—Pero ya no importa, tomamos una decisión… o mas bien al parecer fui yo la que la tomo, pero era lo mejor para los dos… aunque duela.
— ¿Y cual fue esa decisión?
—Olvidar lo que sentimos… pero Denise, yo no puedo olvidar lo que siento por el, lo quiero y mucho.
— ¿Entonces por que la tomaron? Sinceramente, eso es algo egoísta de parte de los dos.
—Por que, tiene novia, ya lo dije y no podría hacerle eso a Camilla, por mas que me odie.
—Tienes un corazón tan bueno Alex, pero es mi hijo y no lo quiero con ella, así que Lucha por lo que quieres…—me estrujo la mano y me sonrió—. Vamos cariño, tenemos un vestido por comprar.

Salimos de la cafetería y seguimos recorriendo tiendas, sin éxito alguno. No buscábamos nada del otro mundo, solo un sencillo vestido, no tan elegante para un baile de preparatoria ¿Qué tan difícil podría ser? Una tienda algo glamorosa llamo nuestra atención y decidimos entrar.

Tome varios vestidos y entre al probador, mientras Denise me esperaba afuera, me puse algunos, pero no me gustaba como se me veían, estaba apunto de darme por vencida, cuando Denise, golpeteo delicadamente la puerta de mi probador.
—Creo que encontré el indicado—dijo con una sonrisa blanca y extensa.
—Ojala, porque ya estoy realmente agotada.
—Lo es, te gustará.
Tome el vestido y cerré la puerta, me comencé a despojar de mi ropa nuevamente y me lo puse. Se me veía realmente lindo, mis labios comenzaron a curvearse y mis ojos brillaban.
— ¡Lo es!, ¡Es el vestido perfecto!—grite y Denise solo rio fuera.

Salí del probador con el vestido en mano, tome la mano de Denise y la dirigí hasta el mostrador para pagar por el vestido. Lo coloque con cuidado sobre la barra y comencé a hurgar dentro de mi bolsa buscando mi cartera.
— ¿Qué es lo que haces?
—Busco mi cartera…—respondí sin mirar.
— ¿Estas loca, Cariño? Será un regalo de tu futura suegra
— ¿Ah?—la mire confusa, mientras sentía como mis mejillas comenzaban a colorearse de rojo—. Oh no, Oh no… No hablas en serio, Denise, no es por ser grosera, pero no eres mi futura suegra, aunque me encantaría, no lo tomes a mal… pero es algo caro y no quiero que lo pagues tu.
— ¿De que hablas? , ¿A caso te pregunte?, no ¿verdad?, entonces… si no es como tu futura suegra, tómalo como un obsequio de una amiga muy cercana, casi como una mamá—me sonrió y yo le devolví una sonrisa apenada—, Bien, eso lo tomare como un esta bien.
Saco su tarjeta de crédito y la cajera la deslizo por una ranura, guardo mi vestido en una caja blanca, para después colocarlo en una bolsa.
Salimos de la tienda felices por haber encontrado el vestido y los accesorios indicados, pero más, por haber terminado el recorrido agotador del centro comercial.

Llegamos a casa, eran exactamente las 9pm y al entrar, todos los hombres presentes, que en este caso eran 5, se encontraban sentados en la sala, esperándonos, ya que según ellos, no sabían a donde habíamos ido, o mas bien, sabían, pero, pensaron que llegaríamos mas temprano.
Al parecer aún no terminan de comprender la frase “Tarde de chicas, Tarde de compras”.

Subí a mi habitación a dejar todo lo que habíamos comprado y para darme una ducha.
Mañana seria el ultimo día de clases, 3 meses, casi 4, de vacaciones y pasaría a mi ultimo año de preparatoria y que mejor que cursarlo con uno de mis mejores amigos, Nick.

Salí de ducharme y me puse una bata y una toalla enredada en la cabeza. Me senté en mi cama, con la laptop sobre las piernas, inicie sesión y después recordé que tenia un poco olvidada a “Peach”, cerré la sesión nuevamente y la inicie en el otro correo, en cuanto se abrió mi sesión, me apareció la ventana de Joe acaba de cerrar sesión, maldije en voz baja, tenia ganas de hablar con el, anhelaba hacerlo.

Lo extrañaba tanto, extrañaba sus chistes, sus brazos recorrer mi cintura para así estrecharme en un agradable abrazo, sus besos… No podía vivir así, debía hacer algo al respecto… tal vez alejarme un tiempo de Joe, me ayudaría a olvidarlo, pero esa seria una decisión que tomaría en vacaciones.

Me levante y me coloque mi pijama, me quite la toalla de la cabeza, y me cepille el cabello, dejándolo caer sobre mis hombros, como una cascada. Camine hacia el balcón, hice a un lado las delicadas cortinas y me recargue en el barandal, la suave brisa acariciaba mis mejillas, no hacia frio, pero tampoco hacia calor. Cerré los ojos y recargue mi barbilla sobre mis manos, para comenzar a llevar mi mente, hacia donde pertenecía mi corazón, Joe.

Comencé a fantasear en como seria mi vida con El; En como seria, si Camilla no estuviera en medio, En como seria si Joe, intentara luchar por “nuestro” amor. Me estremecí, Y si… ¿Y si, Joe no luchaba por nuestro amor, por que no era nuestro, solo mío?
Abrí los ojos con cierta decepción, al oír que alguien gritaba delicadamente mi nombre, voltee para los lados y no vi a nadie.
—Aquí abajo.
Dirigí mi vista hacia abajo, ahí estaba Joe, con esa sonrisa que solía elevarme al espacio, sonreí levemente. Era como si con mis pensamientos lo llamara.
—Ah Joe…—intente serenar mi voz, para darle la impresión de que se me hacia indiferente su presencia—. ¿Qué haces aún despierto a estas horas?
—Lo mismo me pregunto, ¿que no tienes clases mañana?—asentí—. ¿Y por que sigues despierta?
—Estaba pensando…
— ¿En que pensabas?
—Cosas… solo pensaba en cosas—suspire.
Esta escena, de Joe abajo y yo en el balcón se me hacia muy parecida a una obra de Shakespeare.
Joe miraba a los lados como buscando algo.
— ¿Qué haces Joe?—inquirí divertida, al ver lo cómico que se veía.
—Intentare algo…
— ¿Qué?
— ¿Has oído hablar de Romeo y Julieta?—asentí—, pues algo similar.
—No te entiendo…
—Solo, espera…

Se movió de su lugar y camino hacia a la casa, yo me incline para buscarlo pero no lo veía, no podía gritar, ya que era tarde y había 5 personas dentro dormidas.
Comencé a oír algunos cómicos quejidos, provenientes de el lado izquierdo de mi balcón, me asome y vi a Joe, tal cual un mono, trepando las ramas de un árbol, pero este no era un árbol, era un adorno en forma de escalera que había al lado de mi habitación.
—Joe ¿Qué haces? Estas loco, Te lastimaras…—me lleve la mano a la boca y me acerque para estirarle mi mano y ayudarlo a subir.
—No, no me ayudes yo puedo solo—gruño levemente.
Me aleje, para darle espacio y que pudiera saltar a mi balcón.
Brinco hacia mi balcón haciendo un ruido.
— ¿Estas loco? Que te pasa Joe, si te ven aquí tus papás—hablaba más por Paul, ya que Denise lo sabia—. Nos ira mal, es tarde además los vecinos pueden malinterpretar… aparte, ¡Te pudiste haber caído y lastimado!, no sabría que hacer si…—baje un poco la voz—… si te pasara algo. —termine en un murmullo.
Joe camino hacia mi, tomo mis manos y les dio unos suaves y delicados besos.
—Joe… no…—coloco su índice sobre mis labios, yo solo lo miraba sin comprender.
—Calla…—susurro.
Tomo mi cabeza con sus grandes y protectoras manos y comenzó a inclinar su rostro hacia mi.
—Por favor No, Joe…—dije murmurando.
—Déjate llevar… por favor Alex, yo te quiero…
Cerré mis ojos y el comenzó a inclinarse mas y mas, mientras me acorralaba en la pared, hasta que logre sentir la presión de sus gruesos y a la vez delicados labios sobre los míos, era un beso desesperado, que se tornaba delicado, pero siempre, sin dejar de ser agradable. Enrede mis brazos en su cuello y el los suyos en mi cintura. Al culminar el beso, por inercia me aferre a sus brazos, escondiendo mi rostro en su pecho y el recargo el suyo sobre mi cabello, algunas veces dándome unos leves besos en la frente.

Era mi Romeo y yo su Julieta… ¿tendríamos un trágico final de amor, como el de la historia? Espero que no.

martes, 16 de noviembre de 2010

Capítulo #28

//ALEX//
La semana comenzó a pasar, era Jueves y yo no tenía aún algo que ponerme para el viernes, que era el baile. No tenia ganas, ni unas pocas, de ir. Joe ya le había dicho a Camilla que lo acompañara, y ella, por hacerme la vida imposible acepto.
Nick estaba emocionado por el baile y yo no tenia ni la menor idea de por que tanta felicidad de ir conmigo, si ya sabia que entre el y yo no habría nada de nada.

Me encontraba tirada en mi cama, con mis audífonos puestos y haciendo tarea, estaba realmente relajada, ya que también había sido una semana sin gritos y sin cosas superficiales de parte de mis padres, ya que se habían ido a un congreso, así que me encontraba sola en mi casa, con la familia Jonas.
Tocaron delicadamente la puerta varias veces.
—Adelante. —Respondí mientras me quitaba los audífonos y me sentaba.
—Alex, me mando mamá para que bajes a comer.
—Oh, gracias Frankie, no tardo en bajar.

El salió de mi habitación y yo me puse de pie, para salir detrás de el.
Al poner un pie fuera de mi habitación y apunto de comenzar a caminar hacia las escaleras, Joe iba saliendo de la suya.
—Hola.
—Perdona ¿Me hablas a mi?— respondí haciéndome la sorprendida y mirando a los lados.
— ¿Qué hay alguien más en este pasillo?—inquirió secamente.
—Mmm, pues lo supuse, con eso de que ya no me hablas…
—Fue tu decisión…—frunció el ceño y cruzo los brazos.
Comencé a reír irónica.
— ¿Mi decisión? Sabes algo Joseph, no tengo ánimos de pelear…—empecé a caminar, pero el me tomo del brazo.
—Espera…
— ¿Qué Joe?—respondí cansada.
—El día del golpe, ya vez que te subiste después de que cure tu herida—asentí—. Bien, pues habías dejado tu celular abajo en la mesa y comenzó a sonar varias veces y lo ignore… pero después llego un mensaje y no pude evitar leerlo por tanta insistencia.
— ¿Qué leíste mis mensajes?—inquirí.
—Fue sin querer…
—Nadie lee mensajes de otra persona sin querer…—intente parecer molesta, ya que la reacción de Joe realmente era cómica.
—Este… si lo se Alex, pero fue un accidente—sabia que mentía, ya que generalmente cuando Joe miente, nunca mira a los ojos y no deja de mover sus pies—. Bueno el caso es que… era un mensaje de un tal Jonny, que acabas de conocer— su expresión se ensombreció.
—Ah…bueno, gracias por el recado, lo tomare en cuenta.
—No deberías darle tu número a cualquier chico.
— ¿Y a ti que? Es mi vida Joe… así que por favor no te metas en mis decisiones, es algo que no te importa
—Claro que si me importa… me importas tu—tomo mi mano.
—Y volvemos a lo mismo… no tengo ánimos de hablar de esto…—me solté bruscamente y camine hacia las escaleras.

Antes de entrar al comedor, tome una gran bocanada de aire e intente entrar con una sonrisa convincente.
—Hola.
—Hola cariño, llamaron tus padres.
—Oh, gracias Denise y ¿que dijeron?
—Que no regresan el domingo como lo tenían previsto.
—Ah bueno… ¿entonces cuando regresan?
—Aún no saben… tu padre quería quedarse unos días mas a descansar.
—Ah…— fue lo único que respondí y me dispuse a comer.
¿Por qué ya no me molestaba? Por que me sentía mas cómoda con ellos aquí, me sentía como una verdadera familia, cosa que con Mi familia, nunca sentía.

Joe llego y se sentó de nuevo frente a mí, como era costumbre.
Todos comenzamos a charlar alegremente, una comida con ellos era muy divertido, no había silencios incómodos, y todos hablaban de su día y demás.
— ¿Lista para el baile?—me pregunto Denise
—Enserio no tengo ganas de ir…—hice una mueca.
—Anda Alex, vamos nos divertiremos y si te aburres nos regresamos…
—Hay Nick, aparte no tengo nada que ponerme.
—Le puedo decir a Camilla que vaya de compras contigo.
Todos los presentes miramos matadoramente a Joe ¿Por qué se le ocurría decir eso? Aparte yo de compras con… ¿Camilla?
—Hay… no creo… puede que no salga viva—respondí.
—No creo que te haga algo Camilla, Alex.
— ¿Y quien dijo que Camilla seria la que me iba a hacer algo?—alcé una ceja y todos comenzaron a reír, menos Joe.
—Además para eso me tiene a mi Joseph, yo iré de compras con Alex.
—Ves Alex, mi mamá ira contigo, así que no tienes pretexto—agrego Nick.
—Incluso puedes llevar a Sophie—concluyo Kevin con una sonrisa.
—No… no creo...
—Nada Alex, terminando de comer nos iremos de compras, como “madre e hija”—dijo haciendo las comillas con sus dedos.
Sentí algo especial, cuando dijo “como madre e hija”, en esos momentos extrañe a mi madre, que por una u otra razón, nunca iba de compras conmigo, si no con sus amigas.

La comida concluyo y yo subí a cepillarme los dientes y a arreglarme un poco para salir con Denise, quien me esperaba en la sala.
Salí de mi habitación con bolsa y celular en mano, cuando me tropecé con Kevin, quien venia directo a mi.
—Vi tu sonrisa cuando mi mamá, dijo aquel comentario…—sonreí apenada—. No soy envidioso Alex, cuando la necesites te la presto…—se me escaparon unas pequeñas risitas—. Ella te quiere mucho, desde siempre te ha visto como una hija, ya que sus intentos por tener una, le han resultado fallidos y ha terminado con cuatro guapos varones. —dijo orgulloso por su comentario.
— Pero son 4 varones muy agradables…—guarde silencio—. Bueno, toda cosa buena tiene sus excepciones ¿no?
—Si, Joe es un caso perdido, pero no le hagas caso… creo que se cayó cuando nació.
Los dos reímos, me encantaba charlar con Kevin, dentro de esa persona chistosa y bromista, había un gran consejero y un oyente.
—Bien, creo que debo bajar, tu mamá me espera… tarde de chicas, ¿no quieres acompañarnos?
—Que les vaya bien, yo aquí estoy muy bien, gracias—sonrió—. Anda.

Baje las escaleras y vi a una Denise muy emocionada, al poner un paso ya en el ultimo escalón, me tomo del brazo y lo entrelazo con el de ella. Caminamos hacia la puerta, la cual se me hacia tan extensa, al tratar de salir, sin soltarnos.

Al salir, caminamos hacia su auto y fuimos directo al centro comercial. Entramos a varias tiendas y Denise no se cansaba de darme vestidos para probármelos, eran lindos, pero ninguno me convencía lo suficiente, no quería decir nada, para no decepcionar a mi futura suegra… ¿dije futura suegra? Quería decir, a mi “madre postiza”.

Salimos de la 5ta tienda que veíamos y fuimos a un café a descansar un poco.
—Me alegra que hayas aceptado venir conmigo cariño—estiro su mano y tomo la mía, dándole un leve masaje con la yema de su dedo gordo—. Generalmente no acostumbro a salir de compras con los chicos, es muy difícil, ya ni Frankie, quiere que le compre cosas, ahora quiere que sus hermanos lo lleven de compras—sonrió.
—Es normal, los ve y son su ejemplo a seguir… a mi me gustaría tener una figura femenina como ejemplo a seguir… es raro, por que masculinas tengo muchas, mi abuelo es el principal y ahora… los chicos también lo son, sobre todo Nick… se me hace tan fuerte…
—Lo se, es mi pequeño Guerrero… pero amor, dime… ¿Qué tu mamá no es tu ejemplo? Quiero decir, generalmente las mamas son el ejemplo a seguir de sus hijas adolescentes, incluso también de las mayores.
—Lo se, me gustaría decir que si, pero aún no encuentro algo, que me haga admirar a mi mamá…—baje la mirada—. Denise, tu te has dado cuenta de cómo es mi familia, desde que tenemos mas dinero… ya no somos, bueno, ya no son los mismos de antes, el dinero los cambio completamente, a veces me siento tan sola, pero estas de acuerdo de que no puedo pasarme la vida, yendo a contarle mis problemas y mis dudas a mis amigos, aunque digan que no les moleste, pero no es su deber consolarme… Sabes, envidio tanto a los chicos, por tener una madre como tu.
—Si, lo noté desde que llegamos pero no podemos decir nada… donde manda capitán no gobierna marinero—me sonrió levemente—… pero si de algo te puede servir, sabes que yo siempre te he querido como una hija y te veo como tal, así que no dudes en hablar conmigo si no puedes hacerlo con tu mamá.
—Gracias Denise…—me puse de pie y fui hacia su lugar para abrazarla, ella me correspondió el abrazo y lo culmino con un beso en la mejilla.

Seguimos platicando de cosas de mujeres, hasta que salió un tema, un tanto incomodo para mí.
—Y dime Alex… ¿Qué hay entre Joe y Tú?


Capítulo #27

Cuando fije mi vista en la puerta, vi que la mano que se encontraba en el interruptor era la de Joe, quien por cierto me miraba extrañado y a la vez apenado.
— ¡Joe! ¿Quien te crees que eres para pasear solo en toalla por MI casa?
— ¡Hey! Déjame decirte que estaba solo y pensé que no había nad…—me miro y comenzó a acercarse hacia la mesa—. ¿Qué te paso en la frente? Tienes un gran raspón y esta sangrando…mucho—me miro con cierta… ¿preocupación?
—Ah… no es nada, me caí y me raspe—dije tocando mi frente—. ¡Auch!
—Hey, no te toques, iré a cambiarme y por unas banditas para curarte.
—Estoy bien…
— ¡Que no te toques!—grito mientras iba corriendo hacia las escaleras.

¿Qué no me tocara? Estaba sangrando, algo leve, pero lo hacia y aparte me dolía y…. la vista se me nublaba, se me había olvidado un gran pequeño detalle. Odio la sangre. Así que cuando volví a mirar mi mano manchada, sentí que todo me daba vueltas, me recargue en el respaldo, inhalando y exhalando constantemente.

—Listo…Wow, realmente estas pálida ¿Te sientes bien?—dijo acercándose y colocando una silla frente a mi.
—Si, me siento bien… creo que ya deje de sangrar—me lleve la mano a la frente—. Me equivoque sigo sangrando—cerré los ojos y comencé a hacer mis ejercicios de respiración.
—Bien… te parece si comienzo a limpiarte y por favor, no te toques, puedes infectarte.

Abrí los ojos, algo extrañada. Joe se inclino más a mí, con una gran bola de algodón húmedo.
—Cuidado te dolerá un poco, intenta no gritar. —dijo burlándose.
Yo me había perdido en sus ojos, —en esos grandes ojos color miel, que estaban resguardados por unas pobladas cejas, que lejos de parecerme extrañas, se me hacían realmente sexys— así que solo me limite a asentir, estaba ausente. Su respiración, algo entrecortada y agitada golpeaba sensualmente mi rostro.

El sonreía, cada vez que yo me quejaba por el contacto que tenía aquel algodón sobre mi herida. De ves en cuando desviaba la vista, por que Joe me miraba y no quería que se diera cuenta de que lo observaba tan bobamente.

Cada que su mano, se ponía en contacto con mi piel, sentía como si una gran corriente eléctrica recorriera cada espacio de mi cuerpo.
—Listo— termino de colocar una bandita en mi herida, para después comenzar a bajar su derecha de mi frente, para ponerla sobre su pierna, aún sin despegarse de mí. Su mirada se encontró con la mía, los dos nos mirábamos sin decir nada.
Joe me miraba adorablemente y yo… yo sentía con lo miraba, como una pequeña enamorada de “un actor de televisión”—Bueno, literalmente era así, solo que el actor estaba sentado frente a mi y no lo veía a través de una pantalla de cristal—.

Nadie hacia nada por detener este silencioso momento, en el cual, lo único que se alcanzaba a oír eran nuestras respiraciones.

Joe comenzó a inclinar su cabeza hacia mi, sin perder el contacto visual, entre en cierto “pánico” y desvié mi cabeza hacia un lado, haciendo que Joe no lograba rozar mis labios.
—Bien…este… Gracias por curarme—me puse de pie—. Me iré a recostar me siento un poco mareada.
—Amm—se puso de pie y se giro hacia donde estaba yo, rascándose la cabeza y haciendo una mueca al mismo tiempo—. ¿De nada?
—Buenas Noches.

Salí de la cocina, dejando a Joe atrás, mirándome subir las escaleras.
¿Por qué me hacia esto a mi misma? ¿Las personas se pueden enamorar tan rápido?, tenía las respuestas a mis preguntas. Uno, por tonta y Dos, claro que se pueden enamorar tan rápido, pero… supongo que también se pueden desenamorar rápido también ¿no?

Llegue a mi habitación y le puse seguro a la puerta, camine hacia el tocador y me mire en el espejo. La herida no estaba tan grande, pero generalmente los raspones o lo que sea que pase en la cabeza, tiende a sangrar más.
Mientras miraba mi herida, ahora curada, no pude evitar sonreír. Joe se había visto muy lindo haciéndolo.

Camine hacia el baño, para darme una ducha rápida y así ponerme a descansar, ya que el mareo aun no bajaba.

//JOE//
Iba bajando las escaleras tarareando la canción de “Fans de King Of Leon”, enredado en una toalla, ya que había salido de la ducha con algo de hambre.

Cuando encendí la luz de la cocina, me lleve la sorpresa de ver a Alex recargada sobre la mesa, pero al sentir, supongo que mi presencia, levanto su cabeza y se llevo su derecha a la frente, vociferando algunas palabras altisonantes.
Yo me quede mirándola extraño, ya que no lograba entender el porvenir de esas palabras. Cuando regreso su mano a su regazo logre ver que sangraba.
Le pregunte que le había pasado y si se encontraba bien, ella en vez de responderme, me grito por decirlo de alguna manera, ya que estaba en “paños menores” frente a ella.
Le dije que no se tocara la herida y subí corriendo por el botiquín.

En el trayecto de las escaleras a mi habitación, la toalla amenazaba por salirse de su lugar, así que primero decidí cambiarme y después ir a buscar el botiquín. Ya que me cambie y fui por el, baje y vi a Alex, algo pálida y recargada en el respaldo, inhalando y exhalando, se veía cómica, como si fuera a dar a luz.

Me acerque para comenzar a curar su herida, se le veía asustada, pero yo seguí limpiando e intentando no perder la concentración y así dirigir mi mirada a sus carnosos y finos labios, sentía que ella me miraba, pero por no ponerla nerviosa, no dije nada.
Cuando termine de hacer la curación, fue inevitable que nuestras miradas se encontraran, no podía despegarme, sus ojos eran un imán para los míos y sus labios… sus labios lograban ser mi perdición, se veían adictivos e insinuantes.
No pude resistirme más y comencé a acercarme ella no hacia nada, supongo que dejaría que el beso ocurriera aunque se notaba tensa. Estando a un centímetro de su boca, sintiendo ya, su mentolado aliento, se separo poniéndose de pie.
No me quedo mas remedio que separarme y ponerme de pie yo también, me agradeció y subió hacia su habitación, dejándome solo en la cocina, confundido y sin entender aún muchas cosas.

Me deje caer en la silla, soltando un gran suspiro de desesperación, me lleve mis brazos sobre mi pecho, mientras subía las piernas en la mesa. Una melodía conocida y que me provoco cierto sonrojamiento, comenzó a sonar, era la de Single Ladies. Comencé a buscar con mi mirada de donde provenía aquel sonido, cuando frente de mi vi el celular de Alex, el cual en su pantalla podía percatarme de que le estaba entrando una llamada.

Me estire y lo tome. Lo mire por unos instantes, pensando si respondía o no la llamada, era un número desconocido. No conteste, lo deje nuevamente sobre la mesa y me acomode nuevamente en la silla, cuando de nueva cuenta comenzó a sonar, pero ahora por un mensaje… me entro la curiosidad, por tal insistencia de llamada y leí el mensaje.
“Bueno, Alex soy Jonny o Jonathan como quieras,
te marque para ver si era tu numero, pero no contestaste
supongo que estas ocupada… espero estés bien, te mando saludos
y me agrado conocerte Hoy, eres muy linda y agradable.
Espero verte pronto. De igual manera te volveré a marcar.
Saludos y Buenas Noches”


Bueno, bien decían que la curiosidad mato al gato.
Dos preguntas ¿Quién era Jonny? JA, patético e infantil el nombre… y ¿Por qué Alex, les da su número telefónico a chicos que acaba de conocer?

Bien, mi marcador de celos iba así: Joe 2— Alex 0.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Capítulo #26

Me quite las gafas con pesar, cuando vi como se acercaban Nick y Joe hacia mi, yo me quede inmóvil en la puerta.
— ¿Alex?
—No Joe, soy un holograma—respondí sarcástica.
— ¿Qué haces aquí?—inquirió Nick, después de suspirar.
—Pues…venia… y decidí… estaba esperándote Nick—logre decir—… Si eso, te esperaba.
—Ah cierto, pero pensé que salías mas tarde—dijo mirando su reloj—. Lo siento, creo que los horarios se me mueven.
—No, no te preocupes… Bien pues…—iba haciéndome para atrás— Creo que yo me voy… muero de hambre y… me castigaran y tengo que ir a…Nos vemos en la casa
—Ok—dijeron los dos viéndome de forma extraña.
—Alex, es rara—logre oír a Joe, mientras me alejaba de el Starbucks. La verdad me hubiera regresado para darle un puntapié en la cara, pero tenia que irme de ahí, si no Joe podría sospechar sobre “Peach”.

Me encamine hacia mi casa, tratando de buscar una excusa perfecta para los chicos, ya que los conocía y sabría, que me cuestionarían sobre lo ocurrido en el café. Bueno al menos Nick lo haría de frente, Joe… Joe solo se lo preguntaría a él mismo.

Mi celular comenzó a sonar, note que era Sophie así que conteste. Estuvimos charlando un poco y después me pregunto si quería ir a comprar un vestido para el baile con ella esta tarde. Yo acepte, ya que no tenía nada que hacer.
Cambie mi rumbo y di vuelta a la derecha, la casa de Sophie no estaba tan lejos de donde me encontraba así que evite tomar un taxi y camine hacia la parada de autobuses, rara vez tomaba uno, así que después de unos minutos de investigar cual me lleva o me dejaba cerca, tome el que me dijeron.

Pague y camine hacia un asiento desocupado, me recargue en la ventanilla y comencé a mirar por la ventana… esto era nuevo para mi, ser una chica normal de vez en cuando, no me caería mal.
Al ver a lo lejos la casa de Sophie me puse de pie y presione un botón que hacia el conductor parara el autobús y me diera la bajada. Debo admitir que al bajar casi caigo.

Camine hacia la casa de Sophie, quien ya me esperaba afuera recargada en el auto de su madre. Salude a la señora y después salude a Sophie, quien me hiso la seña para que me subiera en el lugar del copiloto, yo accedí y subí, despidiéndome con la mano de su madre.

Durante el trayecto, íbamos platicando de cosas irrelevantes, hasta que Sophie abrió de más su boca.
— ¿Y que ha pasado con Joe? ¿Esta siguiendo lo de “olvidar lo que paso”?—inquirió sin despegar su vista de la calle.
—Si, nunca pensé que lo haría, de hecho lo hace al pie de la letra y me ignora demasiado—respondí con pesar—. Según yo el trato era de estar como antes, mas no dejar de hablarnos… pero si el así lo quiere—me encogí de hombros—…no tengo nada que hacer ¿o si?—ella me miro con pesar y comprensión en sus ojos. Si no fuera Sophie creería que era una mirada de lastima—. Pero ya… supongo que lo superare ¿cierto?

Desvié mi vista y comencé a ver la calle fijamente, cuando una melodía conocida, se infiltro con saña en mi mente y una voz se incrusto en lo mas fondo de mi corazón.
But tonight I'm gonna fly
Yeah tonight I'm gonna fly
Cause I can go across the world see everything and never be satisfied
If I couldn't see those eyes

Mi Corazón se estremeció y en un impulso me incline y cambie de estación.
— ¡Hey! Esa canción me gusta ¿Por qué lo haces?....Oh… entiendo, lo siento… mejor... no se, escuchemos las noticias.
—Lo siento Soph, es que no me gusta…—En realidad si lo hacia y mucho, de hecho me encantaba… pero me encontraba en una situación un poco abrumadora, de esas veces, que ya no sabes ni que hacer con tu vida, ni con los que la rodean.

Entramos al estacionamiento y ya que Sophie aparco bien el auto, bajamos y entramos al centro comercial. Estuvimos buscando vestidos durante 2 horas, pero nada nos convenció en ese tiempo, mire mi reloj y ya eran las 6pm.
— ¿Y si vamos a tomar algo? ¿O de pérdida a sentarnos? Estoy realmente agotada…—me deje caer sobre una banca.
—Lo se yo también y si ¿regresamos en la semana, Alex? Apenas es lunes, además de que ya pronto obscurecerá y no puedo llevarte a casa… lo siento.
—No, no te preocupes, entonces vámonos ya.

Me puse de pie y mientras caminábamos hacia el estacionamiento, alguien toco delicadamente mi hombro, yo me gire para ver quien era, pero no vi a nadie, así que regrese mi vista al frente y cuando lo hice me tropecé con alguien.
— ¡Perdón por hacerte tropezar!—dijo disculpándose.
—Oh—me puse la mano sobre el pecho—, ¿Jonathan? Que sorpresa verte aquí.
—Si, opino igual… ¿Qué haces por aquí?
—Pues, venia a comprar unos vestidos…—Sophie tocio fingidamente—. Oh lo siento, Sophie el es Jonathan, Jonathan ella es Sophie.
—Mucho Gusto—dijeron los dos.
— ¿Y de donde se conocen?—inquirió en modo chismoso Sophie.
—Lo conocí en la cafetería que esta cerca de la escuela
—Oh.
—Si… oye Jonathan, me gustaría quedarme mas tiempo, pero llevamos prisa…
—Oh no, no te preocupes, que estén bien…
—Igual tu, Bye—dije con la mano y comenzamos a caminar.
— ¡ALEX!—me gire—. ¿Me darías tu número telefónico?
Mire a Sophie confundida y después mire a Jonathan y asentí, el camino hasta donde estaba yo y saco su celular, le di mi numero y lo guardo, para ahora si poder irme de ahí.
Nos subimos al auto y tomamos el rumbo hacia la casa de Sophie.
Durante el trayecto me miraba raro y de reojo, hasta que ya no aguante.
— ¿Qué tanto traes?
— ¿“Alex me das tu numero telefónico”?—dijo imitando la voz de Jonathan.
— ¡Hey! Es solo un nuevo amigo…
—Pues yo diría que le interesas.
—No hagas especulaciones Sophie, solo es un amigo nuevo y punto.
—Como digas—giro sus ojos—. Llegamos.
—Gracias por la tarde Sophie, nos vemos mañana.

Baje del auto y me despedí de ella, camine de nuevo hacia la parada de autobús y di la parada, al que me dijo Sophie que me llevaría hasta casa.
Subí nuevamente y no estaba muy lleno, camine con dificultad por el movimiento hasta un asiento libre, ya que me senté, me coloque mis audífonos y comencé a oír música. “Lost” de Michael Bublé, retumbaba en mis oídos, recargue mi cabeza en el asiento y me hundí en mis pensamientos.

Vi a lo lejos mi casa, así que me pare algo mareada, por el insistente tambalear que producía el conductor, presione el botón y el señor que se encontraba al volante, freno rápidamente, haciendo que me moviera, tal cual una muñeca de trapo, pude sujetarme bien y camine hacia las escaleras.

Al bajar, supongo que por la obscuridad y por mi atolondramiento, no logre ver que ya no había un 4to escalón y caí hacia el pavimento de frente, mientas el conductor arrancaba detrás de mi, sin importarle si quiera, si estaba debajo de el autobús o en peligro de ser aplastada por una de esas grandes llantas.
Me levante diciendo algunas palabras un poco diferentes y distorsionadas para mi vocabulario, lo bueno es que estaba obscuro y esperaba que nadie me hubiera visto hacer tremendo “oso”.

Me levante como pude, algo adolorida de mis rodillas y codos, y con un gran dolor punzante en el rostro, camine aún mas atolondrada de lo que ya estaba y con algo de dificultad hasta la casa.
Al llegar me percate de que la cochera estaba abierta y no había ningún auto adentro y mucho menos afuera, supuse que estaba la casa sola.

Abrí la puerta y prendí las luces de la sala, ya que la única que estaba encendida era la de la escalera. Camine hacia la cocina, adolorida, demasiado adolorida, tome una bolsa de plástico, camine hacia el refrigerador, abrí el congelador y coloque un poco de hielo dentro de la bolsa. Fui hacia la mesa y me senté, colocando la bolsa fría en mi frente y dejando caer mi cabeza sobre la mesa.

Sentí como prendieron la luz y eleve poco a poco mi cabeza, mirando hacia la bolsa de hielo que había dejado en la mesa y note que estaba manchada de sangre.
— ¡Demonios!—bufé y me lleve la mano a la frente, para después mirarla—. ¡Que tonta!
— ¿¡Alex?!
Alce la vista y me lleve tremenda sorpresa.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Capítulo #25

Alex regreso sonriente a la cocina y no pude evitar cuestionarla sobre aquella sonrisa. Al hacerlo, sus labios se curvearon en una mueca y su expresión se ensombreció. ¿Qué fue lo que hice mal? Solo pregunte inocentemente el porque de su sonrisa, pero… pensándolo bien, no fue así… mis celos me traicionaron ya que el tono que utilice fue de sarcasmo, ¿Quién soy para hablar de celos?, si aquí el de la novia sicópata soy yo.
Al parecer no le hiso mucha gracia tampoco a Nick… ¿acaso el ya sabe todo? Supongo que si, si no por que me miro raro.

La cena termino y todos nos dirigimos a nuestras habitaciones.
Al estar debajo del marco de la puerta de mi habitación, me entraron unas inmensas ganas de ir corriendo al cuarto de Alex y abrazarla fuertemente, pero me contuve y solo me quede observando como estaba por cerrar la puerta.
—Buenas noches Alex.
—Buenas noches Joseph—dijo secamente, para segundo después cerrarme la puerta, prácticamente en la nariz.

Bufe y maldije en voz baja, aquella decisión de la cual estuve de acuerdo “Tratemos de olvidar lo que paso”, ahora me arrepentía tanto…. Ya no sabia en si, que era lo que sentía por Camilla, pero no podía dejarla…
Me tumbe en mi cama, tal costal de papas, hecho un lio. Me tape con una de las almohadas, esperando quedarme dormido pronto y creyendo que así, llegaría la solución a mis problemas.

//Alex//

A la mañana siguiente, me encontraba arreglándome para irme a la escuela, esta era la última semana de clases, el viernes seria el patético baile y ya no regresaría a clases después de 3 meses de vacaciones.

Me cepillaba mi cabello y mi celular comenzó a vibrar, era un mensaje de Jacob, hoy nos iríamos juntos, ya que le había comentado que tenia pensando dejar de usar el auto por un tiempo. Así que por eso me llamo ayer…
Una débil sonrisa aparición en mis labios, solo al recordar lo celoso que se puso ayer Joe, al verme tan sonriente. ¿Era egoísta? No me lo había planteado de esa manera, pero ahora que lo pensaba mejor, realmente era muy egoísta de su parte esa actitud de “celos”

Termine de arreglarme y tome lo necesario para las clases de hoy.
Baje las escaleras y después de decir un “buenos días” tome una manzana, mientras me daba cuenta de que Joe aún no bajaba y me dispuse a caminar hacia la puerta ya que Jacob me esperaba afuera.
Si, se suponía que los Jonas se irían hoy, pero había problemas con los papeles de la casa a la que se cambiarían, y estarían más tiempo aquí. Indefinidamente.
— ¿No quieres que te lleve Alex?
—No Nick, gracias. Jacob vino por mi—señale la ventana.
—Oh ok, entonces yo iré por ti y no me digas que no, salúdamelo y también mándale saludos de mi parte a Sophie—termino la frase con una sonrisa.
— ¿Ah Sophie? Ok, yo le digo—me mordí mi labio inferior.
— ¿Qué planeas?
—Ah no, nada… me voy.
Bese su mejilla y salí de la casa.

¿Qué que planeaba? Planeaba un encuentro por casualidad entre Soph y Nick… al parecer a Nick, ya no le era tan indiferente, mi linda y tierna amiga y por supuesto, a Sophie, nunca le había sido indiferente.

Llegue a aquel auto negro y Jacob bajo a recibirme.
Me abrazo y me elevo, yo solo suplicaba que me bajara, tenía tiempo que no lo veía, por que había tenido que salir del país, ya que a su padre le habían dado vacaciones y debía acompañarlo. Así que fue como un pequeño reencuentro.
Me abrió la portezuela y me ayudo a subir.
Ya estando dentro, me comenzó a platicar de su viaje a Europa, yo solo lo oía sorprendida. Algún día me iría al viejo continente a vivir o simplemente a relajarme.

— ¿Y tus amigos, los Jonas siguen en tu casa?—inquirió mientras me abría la puerta para bajar.
—Si, aún siguen ahí… De hecho se iban a ir hoy y tuvieron problemas con unos papeles y se quedaran no se cuanto tiempo más—dije un poco decepcionada.
— ¿Te molesta que se queden mas tiempo?
—Para nada—respondí mientras íbamos caminando por el pasillo—. Los quiero mucho, pero… no se.
— ¿Es por Joe, tu “no se”?
Yo detuve mi caminar y me gire para verlo sorprendida… ¿Sophie habría dicho de más? No lo dudaba.
— ¿Por Joe? Pff, que te hace pensar eso…
—No lo se, se pelean mucho… yo creí que por eso.
— ¿Nada más por eso?— pregunte cuidadosa.
— ¿Acaso hay mas?
—No—dije aliviada—. Tengo que ir a clases, nos vemos en el receso—me puse de puntillas y bese su mejilla—. Gracias por traerme.
—No hay de que, nos vemos al rato.

Comencé a caminar en dirección contraria a donde estaba con Jacob, para disponerme a entrar a clases.
Al poner un pie dentro del aula, Sophie alzo su mano y me hiso la seña para que fuera y me sentara con ella.
— ¡Hola Alex! ¿Qué tal tu fin de semana?
—Pues ya te contare—sonreí— ¿Y el tuyo?
—Bien, nada nuevo… ¿y que era lo que me ibas a platicar el día de hoy?
—Ah eso… pues—hice señas para que se acercara y no tener que hablar tan fuerte—. Bien, pues ¿Recuerdas que abrí de nuevo mi antiguo correo?—ella asintió atenta—. Pues… agregue a Joe ahí y me hice pasar por alguien mas—torcí la boca, en señal de pena.
— ¿Qué hiciste que?
—Hey calma, no quiero que nadie sepa… pero tenia que hacerlo, quería hablar con el…
—Ok… entiendo, pero aun así, no es correcto. ¿Como te llamas?
—Le dije que me decían Peach…
— ¿Estas bromeando cierto?—me miro seria, yo negué con la cabeza—. ¿No se te pudo ocurrir algo mas Alex?—negué nuevamente— Y supongo que Joe te creyó… ¡Vaya! Si el tipo es más ingenuo de lo que imaginaba…
—Algo así.

Las dos reímos ante ese comentario, seguí platicándole con lujo de detalle, todo mí supuesto plan, desde que el profesor entro al aula, hasta que salió.

Pasaron las siguientes horas, algo rápido… ya me encontraba en la fila para tomar mi desayuno, cuando sentía que alguien me observaba desde el otro extremo de la cafetería, agache un poco la mirada y con discreción voltee para ver quien me miraba tan incisivamente, de reojo pude notar, que esa mirada venia desde la mesa de Viviana y sus clones… ¿que podía esperar? Se entero de mi pequeño “idilio” con Joe y ahora me odiaría más, por que es prima de Camilla.

Camine junto con Sophie, hacia la mesa en la que acostumbramos sentarnos, aun con la mirada de Viviana encima de mí. Matt y Jacob ya estaban ahí esperándonos.
Me puse a la tarea de ignorar tan matadora mirada y comencé a hablar con mis amigos.
— ¿Con quienes irán al baile?
—Alex no ira, Matt—agrego Jacob.
—Pues ya cambio de Opinión Jacob—termino Sophie. Jacob me miro sorprendido.
—Si. Tengo que ir con Nick, es una apuesta—dije harta. Solo el pensar que Joe vendría y bailaría con Camilla frente a mí, me daba tanta rabia.
Así que explique un poco la situación de aquella “apuesta”, que en realidad no lo era, pero no quería herir ningún corazón. El de Jacob para ser exacta.

Terminamos de desayunar y fuimos a nuestras aulas, nuevamente me tocaba clase con Sophie, así que el día estuvo por decir agusto.
Al llegar la salida, me despedí de todos, tome mi mochila-morral, me puse mis gafas de sol, mis audífonos y comencé a caminar hacia mi casa.

Mientras caminaba, iba cantando en mi mente una estrofa de una canción que no recuerdo, pero iba súper adentrada en la música. Saque mi BlackBerry y me conecte en la cuenta donde tenia agregado a Joe.
Pare mi caminar, para que pasaran unos automóviles, alce la vista y vi un Starbucks, así que mire mi celular y mire nuevamente el Starbucks.

Cruce con cuidado la avenida y entre al establecimiento. Camine hacia el mostrador, me quite las gafas y me puse a ver que podía elegir mientras llegaba mi turno.
—Hola Bienvenida, ¿que te doy?
Baje la vista, hacia el chico que se encontraba detrás del mostrador atendiéndome con una gran y blanca sonrisa, yo se la regrese.
—Hola, me das un Mocha Frapuccino Venti con crema batida, un poco de canela y chocolate en polvo, por favor— concluí mi pedido con otra sonrisa, al ver que el me miraba sorprendido.
—Wow… una elección, algo diferente para chicas como tu… generalmente piden Tés y sin azúcar.
—No todas somos iguales—sonreí mientras le daba el billete de 10 dlls.
—Eso es bueno… ¿y a que nombre pongo la orden?
—Alex.
—Lindo nombre Alex—sonrió nuevamente—. Soy Jonathan—guardo silencio—. Bueno como si quisieras saberlo—se sonrojo.
—Lindo nombre Jonathan.
—Tu orden estará en unos minutos… Mucho Gusto Alex. —dijo mientras me daba mi cambio.
—Gracias—sonreí y camine hacia donde entregaban los pedidos, mientras sentía que el no me dejaba de mirar.

Tome mi frappe y camine hacia una mesa que estaba cerca de una gran ventana, coloque mi morral sobre el respaldo de la silla y me senté mientras intercambiaba unas cuantas miradas con Jonathan, era raro… bueno no raro en el sentido de feo... si no que, no se… Diferente seria la palabra, su cabello era algo chino, un poco alborotado y rubio, tenía una linda sonrisa y era alto y delgado, no muy delgado, si tenia masa muscular, lo alcance a notar cuando me dio el ticket de mi compra y su brazo se hincho al estirarlo. Era apuesto, podría ser un buen modelo de revistas, deje de observarlo y me concentre en mi celular.

Inicie la sesión y vi que Joe no estaba conectado, me decepcione un poco, pero decidí restarle importancia y me dispuse a mirar por la ventana, mientras tomaba un poco de mi bebida.

Pasaron unos cuantos minutos, cuando comencé a oír, aquel sonido que hacia mi celular, cuando alguien me mandaba algún mensaje y vi que la lucecita de estar en verde, se tornaba roja.
— ¡Amiga Peach! Que sorpresa verte conectada a estas horas…
—Hola nuevo amigo ¿Por qué te sorprende? No sabes mucho de mí.
—No lo se, supuse que estabas en casa comiendo con tu familia.
—Mi familia no es nada convencional.
—Oh, lo siento… ¿y donde te encuentras? Claro si se puede saber…
—Ah, en una cafetería… algo comercial.
— ¿Enserio? Mira lo que son las cosas, yo voy entrando a una, junto con mi hermano.

¿A una? ¿Una que? Alce mi vista como por inercia y me lleve la sorpresa de mi vida, Joe y Nick entrando sonrientes por la puerta. Al verlos intente esconderme, agachando la cabeza lo mas que podía, necesitaba salirme de aquí ¿pero como lo hacia? Ellos volteaban de ves en cuando, mientras estaban formados.

Me puse mis lentes, tome mi bebida, me coloque mi morral, le hice la seña de Paz a Jonathan que me veía extraño desde el mostrador.
Comencé a caminar sigilosamente hacia la puerta, cuando me tropecé con una gran maseta que estaba ahí, haciendo un gran ruido y poniendo todas las miradas sobre Mí. Incluso la de Joe y la de Nick, quienes me miraban sorprendidos y a la vez extrañados por mi presencia.