viernes, 5 de agosto de 2011

Capítulo #66

Sentía que el cerebro me explotaría, que mis dientes se romperían y que mi corazón se me saldría. Esta realmente nerviosa, tenía miedo.
Tome aire e intente tranquilizarme.
— ¿Quién habla?
—Soy yo, Joe…—dijo quedito.
Estaba a punto de llorar.
‹‹Alex, se fuerte. Que no escuche que te sigue doliendo›› –dijo una voz dentro de mí.
—Sí, lo sé. —dije firme. — ¿Qué pasa? ¿Por qué llamas? ¿Paso algo?
—No, todo está bien acá. No te preocupes…
— ¿Entonces? —aunque deseaba escuchar su voz… sí, lo se…soy una masoquista. No quería hablar con él, quería salir corriendo y enterrar en medio del parque el celular.
—Nada, yo…yo…yo solo quería hablar contigo…—lo corte.
— ¿Sobre qué?, Creo que ya no tenemos nada de qué hablar tu y yo, Joe.
—Te equivocas, Alex. Aún tenemos muchas cosas de las que debemos hablar.
Estaba frita.
—Tú te equivocas, Joe… yo no tengo nada de qué hablar contigo…
— ¡Entonces escúchame! —grito. Tuve que alejar un poco el celular de mi oreja. —Lo siento, pero en serio Alex, tenemos que hablar.
— ¿Crees que después de todo lo que sucedió…En serio… crees que tengo ganas de hablarlo?
— ¿Si…?—dijo tímido. Me mataba que fuera así, que no pensara.
— ¡No! —grite. —No quiero hablar de eso, no quiero recordar nada que tenga que ver contigo.
— ¡¿Pero porque carajos no?!
— ¡¿Y porque si?! , ¡Dame una maldita razón por la que deba escucharte!
Me encontraba de pie, caminando en círculos, agarrándome la cabeza. Estaba estresada.
— Porque…
—No Joe, no quiero hablar. —dije con un hilo de voz. Ya tenía un gran nudo en la garganta y las lágrimas comenzaban a salir —No quiero tocar ese tema, y menos por teléfono. Así que por favor…
— ¡No! —me interrumpió. —Nada de por favor, no dejare de insistir hasta que me permitas hablar contigo y aclarar las cosas…—suspire, las lágrimas corrían por mis mejillas. — Alex, no… no llores…—dijo quedito. —no por mi…
Reí irónica.
—No hay nada que aclarar, Joe…—logre decir con la voz cortada. — Solo, no me hagas esto tan difícil. Por favor…
—Pero…
—Pero nada… Cuídate, Joe. —termine en un susurro.

Corte la llamada y me deje caer sobre la banca que estaba detrás de mí.
Las lágrimas comenzaron a salir más y más.
‹Vamos, tranquilízate, límpiate esas lágrimas. Quedamos en que ya no llorarías por él. Además, Dylan está dentro esperándote.›
Tenía razón. Me limpie las lágrimas y me espere unos minutos a que mi respiración se normalizara, cuando vi que alguien se sentaba a mi lado. No subí la cabeza, pero por sus zapatos, supe que era Dylan.
Lo mire de reojo y él estaba mirando hacia enfrente. Seque discretamente mis mejillas y aclare la voz.
—Lo siento… no quería dejarte tanto tiempo solo. —él me miro tranquilo y estiro su mano para darme mi bolso.
—No te preocupes. —me miraba fijamente, como si intentara descifrar mi rostro, mis emociones. Yo tenía la mirada fija al frente. — ¿Tienes frio?
—Un poco…—lo mire. Y minutos después, regrese la vista al frente.
Sentí como me ponía su saco. Lo volví a mirar y le sonreí. —No te hubieras molestado. Te hará daño. —intente quitármelo, pero él se negó.
—Estoy bien, Alex. No quiero que te resfríes.
—Gracias. —le medio sonreí de nuevo.

Pasaron los minutos y nadie decía nada. Esta salida se había ido a la mierda y todo por una llamada.
Me sentía culpable.
—No quería arruinar esta noche. Me la estaba pasando muy bien. —dije sincera.
—No te preocupes, Alex. —Me sonrió— ¿Estas mejor?
—Si… —suspire— eso creo.
— ¿Qué fue lo que paso?, ¿Quién te llamo? —pregunto preocupado.
—Es una larga historia…—lo mire. — Y tan rara. No querrías escucharla.
—Tengo todo el tiempo del mundo para escucharte. —me miro directo a los ojos. ¿Por qué no contarle? Sonaba tan sincero… Y bueno, yo necesitaba a alguien para desahogarme.
— ¿Seguro que quieres oír todo…?—volví a cuestionar.
El me tomo de la barbilla para que lo mirara.
—Ya te dije que sí, ¿somos amigos o no? —yo asentí. — Bien, soy todo oídos. —se acomodó en la banca, para mirarme de frente.
—Bueno, él y yo…—me acomode igual que él.
Le platique todo. De donde nos conocíamos, cuantos años llevábamos de hacerlo. Le platique de la supuesta brujería que le había echado su novia, las peleas… todo, absolutamente todo lo que se puede platicar, se lo dije.
Duramos poco más de 2 horas hablando de eso, el me miraba y escuchaba atento. Y yo me sentía bien contándoselo, me sentía como protegida y comprendida, no sabía el porqué, pero no me molestaba tener que platicárselo. El único hombre, bueno… los únicos hombres, que sabían absolutamente todo lo que había pasado, eran Nick y Kevin. Así que era un poco raro contárselo a Dylan, aunque, sentía que le podía platicar todo lo que me pasara, sabía que podía contar con él, en el momento en que se ofreció a ayudarme con lo de mis papás. — Y eso fue lo que paso. Quería que habláramos, pero yo no quiero saber nada de él. Y será imposible, porque cuando más lo quiero olvidar, hay algo que me recuerda a él…—señale un letrero del tour que estaba detrás de Dylan.
— ¿Es él? —dijo sorprendido cuando regreso su vista hacia mí. Yo asentí. —Wow. ¿Entonces nunca fueron novios?
—Cuando creíamos que ya podíamos serlo, había algo que se interponía entre nosotros. Él iba a cortar a su novia, ya no la quería… Sé que es difícil de creer, pero si lo iba a hacer, por mí. Ahora ya no sé qué pensar… esa última pelea me dejo con un mal sabor de boca.
—Solo te diré una cosa, porque soy muy malo para los consejos, “Si amas algo, déjalo libre. Si regresa a ti, es porque es tuyo, si no, nunca lo fue.” —lo mire atenta. — Dale tiempo al tiempo, sigue haciendo tu vida normal. Pero debes estar consciente de que en algún momento de sus vidas, tendrán que hablar y aclarar todo. No te cierres. Tal vez, en este momento lo ames con todo tu ser, pero tal vez mañana se te haga indiferente. O puede que ahora lo odies con todo tu corazón, y en unos meses lo olvides. Todo cambia… hasta los sentimientos. En un momento puedes comenzar a querer a alguien sin darte cuenta u odiarlo o extrañarlo. Siempre hay más de 1 opción… Solo no olvides tu esencia o no intentes cambiar, solo para tratar de elegir la opción equivocada.
—Gracias, Dylan. Ha sido el consejo más bonito que me han dado. Aunque digas que eres muy malo. En serio, esto que me acabas de decir es tan, no sé, ¿cierto?... Muchas gracias. —no pude evitar abrazarlo. Deje mi cabeza recargada sobre su hombro, el me regreso el abrazo. Y se sentía tan bien, era tan sincero, encima, sabía que me apoyaba y era bonito sentirse entendida.
Me separe un poco tímida de él. Le sonreí.
Mire el reloj.
—Wow, ¿ya viste la hora? Casi son las tres de la mañana. —Reí— El tiempo se me paso volando contigo. Hace mucho que no me pasaba.
—Me alegro que te hayas sentido “a gusto” —dijo entre comillas. Yo sabía a qué se refería.
—Creo que es hora de irnos. —dije divertida.
— ¿Segura? Por mí no hay problema seguir platicando.
—Igual a mí no me importa seguir platicando, pero mañana trabajas Dylan, y no es agradable, estar cansado en la oficina. Te estarás durmiendo en las juntas y andarás enojado como viejito cascarrabias. —el rio.
— ¿No será que ya no quieres hablar conmigo o que te aburrí?
—Eso nunca…—dije sincera.

(…)

Dylan me dejo en mi casa, a punto de las 4 am. Por más que quise que no se fuera tan tarde, no me hizo caso y nos quedamos platicando un poco más dentro del auto.
Era un chico agradable. Si tenía 25 años, casi 26. Y lo más chistoso del caso, es que a pesar de que es más grande que yo, congeniábamos muy bien. Era muy trabajador, él estaba trabajando en el gobierno de Dallas, en las oficinas de asuntos estatales. Por eso, él me había contactado con todo esto de mis papás. Era raro, se me hacía muy joven para estar lidiando con ese tipo de problemas. Pero a él le gustaba, le gustaba ayudar a la gente. Eso me hablaba muy bien de él, y digo, mucha gente que tiene dinero es muy egoísta y no se preocupa por los demás, y el no. Él tiene dinero, pero no le importa tenerlo… Éramos muy parecidos en eso.

(…)

‹‹ 2 semanas después.››

Saque de la nevera unos waffles congelados. Los mire y a pesar de que no se veían realmente apetitosos, decidí ponerlos sobre el tostador, moría de hambre y la verdad es que no sabía cocinar. Saque un poco de zumo de naranja y me senté sobre un banquillo a mirar la televisión.
Me sumí en mis pensamientos, pero de pronto un sonido un poco estridente me saco de ellos. Voltee hacia todos lados, para ver de dónde venía, cuando me di cuenta que la alarma contra incendios se había activado. El tostador estaba humeante.
—Mierda.
Camine hacia él, y lo desconecte. Con unas pinzas saque mi desayuno, el cual estaba totalmente quemado. Lo deje sobre la mesa, mientras tomaba una revista e intentaba apagar la alarma.
—Mierda. —repetí, mientras me subía al banco para alcanzarla. —No puede ser posible que ni unos waffles pueda hacer. —Seguía intentando que se apagara, pero mis intentos fueron nulos. Lo que menos quería es que los bomberos llegaran a venir, por culpa de unos waffles quemados. Sería la vergüenza del vecindario.

Tocaron a la puerta, y lo único que grite fue un “está abierto”. Después de decirlo, caí en la cuenta de que ya no estaba en Los Ángeles, y que no conocía a nadie que viviera cerca de aquí.
— ¿Sabes que no está correcto lo que acabas de decir…?—me gire y vi que era Dylan. — ¿Pero qué demonios haces arriba del banco? —dijo intentando ocultar su burla.
—Nada, quiero ver qué tal está el aire desde acá arriba…—dije sarcástica.
—No ya enserio, ¿Qué haces ahí?­— dijo mientras se paseaba por la cocina. — ¿Qué es esto? —tomo uno de los waffles quemados y me volteo a ver, con cara de asco. Yo lo mire avergonzada.
—Ahm…—me baje del banco. — Eso, es un waffle…—se lo arrebate de las manos y lo inspeccione y lo avente al plato de nuevo. —O lo que queda de él. —el solo se rio y me miro. — ¿Qué? No se usar ese tostador…—intente defenderme.
—Está bien, yo solo preguntaba—alzo ambas manos. — ¿Y porque no los metiste al microondas? O… a la Wafflera, que en ese caso sirve para los waffles…—golpe suavemente su hombro. —Auch, eso dolió.
—Hey, no sabía que tenía una wafflera. Y en todo caso…—quise pensar una buena respuesta. — No es anormal que las mujeres quemen los waffles.
—No, claro que no. Y menos si son de caja. —dijo sarcástico, pero dio en el punto.
—Sí, lo sé. Soy un desastre. Pero ¿Qué le vamos a hacer? —sonreí.
—Te invito a desayunar. —dijo así, nada más.
— ¿Y tú crees que me puedes invitar a comer todos los días? Te equivocas.
—Si…
— ¡No! —el me miro. —No es que me moleste, pero no se me hace justo, no tienes porque… Y si yo te invito a desayunar… ¿aquí? —el me miro, como si lo que estuviera diciendo fuera broma.
— ¿Waffles quemados? No gracias, paso.
— Se preparar cereal —dije inocentemente. Él solo se rio… ¿o se burló de mí? — También se hacer huevo y pan francés… —abrí los ojos y pestañe. — ¿Qué dices?
—Supongo que no me queda de otra—se encogió de hombros. Intente golpearlo de nuevo, pero él fue más rápido que yo y tomo mi muñeca. —Te gane. —sonrió victorioso.
Yo lo mire sonriendo por su comentario, después me di cuenta de que estábamos muy cerca el uno del otro, nuestras sonrisas se borraron y solo nos mirábamos, mis ojos se dirigían a su boca y otra vez a los suyos, el hacía lo mismo.
Nuestros rostros comenzaron a acercarse.
¿Qué estaba pasando?



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MUCHAS GRACIAS POR LEER:)

domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo #65

Estaba furioso…
Sentía su odio en cada poro de mi piel, sentía que me quemaba, lenta y dolorosamente.


.

Dylan siguió apretando mi mano. Yo estaba temblando.
— ¡¿Dónde estás carajo?!
Él se iba acercando e iba aventando cualquier cosa que estuviera a su paso.
Dylan me miro preocupado.
Sentí una respiración en mi izquierda. Me gire rápidamente y lo vi. Las facciones de su rostro estaban endurecidas, su mirada llena de odio se postraba en mi y después en Dylan.
Deslizo su mano sobre su bolsillo… y apunto a Dylan con una pistola.
Le disparo.
—¡¡¡Joe no!!!

Brinque del susto, me puse a ver a mi alrededor, aun estaba en el jardín con los audífonos puestos. Me los quite rápidamente y puse mi mano sobre mi pecho, estaba llorando.
Todo había sido un sueño… o más bien, una pesadilla. Estaba confundida, me quede viendo un poco el césped, seguía en shock. No entendía porque había tenido ese sueño… ¿Por qué había soñado asi a Joe? No comprendía.

Mire el reloj, ya eran las siete de la tarde y Dylan no tardaba en pasar por mi.
Me puse de pie y tome la frazada. Entre a la casa y subí rápidamente a mi habitación.
Saque lo que planeaba ponerme hoy, ya se me habían quitado las ganas de ir, pero no podía dejar plantada a Dylan… Dylan… ¿Por qué había soñado con el? Rasque mi cabeza.

Me duche y me vestí. Me puse un vestido a la rodilla, era bonito. Me ondule un poco el cabello y nada más. No me gustaba vestirme exageradamente, solo me maquille un poco, me estaba poniendo un poco de perfume, cuando tocaron el timbre. Ya había llegado… y debía aceptarme a mí misma, que estaba un poco nerviosa de salir con él.

Baje las escaleras y logre ver su silueta a través del vidrio de la puerta. Una parte de mi sonrió y la otra, recordaba el sueño en donde Joe le disparaba. Demonios.
Me acerque a la puerta y le abrí. Él se giró y me sonrió, yo le regrese la sonrisa.
—Dylan, eres muy puntual. —dije divertida, mientras me hacía a un lado para que entrara.
— ¿Tú crees? — Sonrió de nuevo— Es de mala educación llegar tarde. —yo sonreí tímidamente, era un caballero.
—Concuerdo contigo. Solo déjame tomo mi bolso y nos vamos. Si quieres puedes sentarte. — dije mientras caminaba hacia la cocina, que era donde estaba mi bolso.

Regrese a la sala y no estaba Dylan, lo busque con la mirada y lo encontré fuera del estudio viendo unos portarretratos que estaban sobre una mesa. Camine hacia el.
— Que bonita familia tienes, Alex. —dijo cuando sintió mi presencia. Yo reí irónica al ver que foto estaba viendo. Era una donde estábamos los tres, mi papá, mi mamá y yo. Esa foto fue tomada hace unos 2 años, y la verdad fue muy fingida.

Ese día yo había tenido una gran pelea con ellos, porque estaba cansada de que se metieran en mi vida. Lo recordaba como si hubiera sido ayer, fue una de las más feas peleas que habíamos tenido.
—Mi familia no es bonita, Dylan. — Dije sincera— Todas esas fotos. —Señalé unas más. — Son una farsa, —reí irónica, el me miro atento. — Hasta ahora, es cuando todo está funcionando como una familia “normal” —dije haciendo las comillas con los dedos. —Antes, no me llevaba bien con ellos, y no es porque no quisiera, es porque no me dejaban ser yo. Lamentablemente, tuvo que ocurrir este accidente, para que mi mamá se diera cuenta, de que lo único que queda cuando llegas a casa, no son los amigos millonarios, si no la familia. Pero bueno, el punto es que se dio cuenta, antes de que fuera demasiado tarde para ella. —deje de ver la foto y lo mire a él. —Lo siento, no tenía que echar de cabeza a mi familia, pero bien te pude haber dicho que era una familia perfecta y la verdad, ya no quiero mentir. —dije pensando en las mentiras que le había dicho a Nick, a mi madre, a todos sobre cómo me sentía.
—Desde la primera vez que te vi sentada en mi oficina, pensé que eras una chica muy fuerte y sincera… Y mira, no estaba equivocado.
—Oh, si en realidad me conocieras, sabrías que de fuerte no tengo nada. —sonreí.
—No mientas, es algo que se ve en tus ojos. Eres demasiado fuerte, solo que no te has dado cuenta de eso. —me guiño el ojo. Yo solo le sonreí, no sabía que decirle. — ¿Y quiénes son ellos? —dijo tomando otra fotografía.
— ¿Ah, ellos? —sonreí. — son mis mejores amigos. —dije orgullosa. En esa foto estaban Nick, Kevin, Sophie y Jacob, conmigo. Fue muy divertido ese día. Jacob no quería salir en la foto, solo porque estaba Nick. Si, con el tiempo nos dimos cuenta de que a él le gustaba Sophie y el sentía que a Nick también le gustaba. Al final lo convencimos de salir y el termino llevándose bien con Nick.
—Qué bonita sonrisa tienes, Alex. Deberías sonreír más seguido. —sentí como mis mejillas se coloreaban de rojo.
—Oh, gracias. Supongo.
—Bueno, creo que es hora de irnos. ¿Qué dices? —dijo mientras colocaba la foto en su lugar. Yo asentí y caminamos hacia la salida.

.

Llegamos a un bonito restaurante, yo le había dicho a Dylan que no quería que me llevara a uno muy elegante y caro. Ese tipo de restaurantes no me molestaban, pero me estresaban mucho, porque se llenaban de gente superficial.

Nos llevaron a nuestra mesa y Dylan retiro la silla para que yo me sentara.
—Gracias. —le sonreí.
Pedimos de cenar y mientras nos traían nuestros platillos estuvimos platicando de cosas sin sentido, puras cosas random.
Mi mamá me llamo, así que tuvimos que detener la animada plática que teníamos. Al terminar la llamada deje el celular sobre la mesa y seguimos platicando. Todo iba bien, hasta que...
— ¿Y qué tal estuvo tu día, Alex? — cuestiono mientras pinchaba un pedazo de filete. — Pues…—dude un poco. — Bien, normal. La verdad es que no hice mucho, estuve terminando de arreglar unos detallitos de la casa y todo eso. ¿Y el tuyo? —cuestione, intentando librarme de ese tema, lo que menos quería era recordar la pesadilla que tuve horas antes.
—El mío estuvo aburrido, creo que lo mejor del día es que te haya visto. —me miro y yo no pude evitar sonrojarme y sonreír. — ¿Y qué me cuentas de ti? —inquirió al ver que se había formado un silencio entre los dos. —Me refiero, a que, no sé nada de ti…
—Oh, pues yo tampoco sé nada de ti. —me defendí bromista.
—Cierto, pero eso se puede arreglar. —aclaro su garganta y limpio las comisuras de sus labios, yo lo miraba un poco insistente, pero no porque quisiera, si no que no podía quitar mis ojos de los movimientos que hacía. Me sonroje sin que él lo notara. —Me llamo Dylan Johns, tengo 25 años, estudie derecho y administración, soy hijo único… —comencé a reír conforme iba platicándome de Él.
Me platico que su mamá y su papá, eran una pareja muy bonita, que estaban juntos desde que estaban en la escuela y que hasta ahora, no se han separado.
Le gustaba jugar golf, leer buenos libros y hacer deporte. Era amante del cine y de un buen vino. También, me dijo que en sus tiempos libres le gustaba pescar, hacer un poco de surf e ir a conciertos de bandas de rock, jazz, música clásica y cosas por el estilo. Oh cierto, me confeso que le gustaba un poco el country, que era música muy “tierna”.
También, me conto varias anécdotas de su infancia y adolescencia que me hicieron reír durante un buen instante… —Y si, así fue como me abrí la cabeza…—dijo riendo. Yo estaba asombrada, era un hombre tan interesante.
—Wow, me pregunto cómo es que sigues vivo. —él me sonrió.
— Y yo me sigo preguntando porque no sonríes así todo el tiempo…—me miró fijamente, yo me cohibí y sentí como me ruborizaba. — Dylan lo noto y sonrío. —Bien, y ¿Qué hay de ti?
—Hmm, ¿de mí? En realidad no hay mucho que debas saber, solo me gusta que me digan Alex, amo la música y quería ser cantante profesional. —el frunció el ceño un poco. — Me gusta bailar, pero no en público. También soy hija única, me gusta correr, pero odio el deporte. Solo algunas veces soy buena jugando Basquetbol. —recordé la vez en la que le gane a Joe y… nos habíamos besado por primera vez. Pfff. — Amm…—intente proseguir. —Odio los números… ¿qué más? Tengo 20 años… la verdad Dylan, soy pésima hablando de mí. —dije rendida, no sabía que más decir.
—No te preocupes, con lo que me dijiste fue suficiente.
Nos trajeron el postre, seguíamos charlando de cosas sin sentido. La verdad toda la velada había sido de puras cosas que salían sin pensarlo. Y eso lo hacía más divertido.

Mi celular comenzó a sonar de nuevo, y en cuanto vi la pantalla, la sonrisa que tenía en mi rostro se desvaneció. Me quede viendo la pantalla unos segundos.
— ¿No vas a responder?
— ¿Ah? —balbuce.
— ¿Te encuentras bien, Alex? —volvió a cuestionarme Dylan.
El celular no dejo de sonar.
—Ahm, i-iré a responder afuera, ¿no te molesta? —dije en un hilo de voz.
—No, para nada. —respondió sincero. — anda ve, yo te espero aquí.
—Gracias.
Me puse de pie, tome el celular y camine hacia la salida. Sentía como Dylan me seguía con su mirada.

Colgaban y volvían a marcarme. Llegue a la salida del restaurante y vi que había un pequeño parque enfrente. Crucé con cuidado la calle… iba nerviosa, muy nerviosa.
Me senté en una de las banquitas que había esparcidas entre los árboles, esperando que me llamara de nuevo.
El celular volvió a sonar.
— ¿Si? — dije con la voz temblorosa. Intentaba sonar indiferente, y eso fue lo máximo que logre. Una voz temblorosa.
— Alex…—escuche del otro lado. Mi corazón comenzó a palpitar… Era ÉL.




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AVISO, NO HABRÁ NOVELA HASTA EL MARTES O EL MIÉRCOLES (DE LA PRÓXIMA SEMANA) YA QUE MAÑANA SALGO DE VIAJE, IGUAL, INTENTARE SUBIR DE ALLÁ SI ENCUENTRO WiFi.
Espero les guste, dejen su comentario y pónganle like o no me gusta....
MUCHAS GRACIAS.


un favor, recomienden la novela :)

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo #64

Mi celular comenzó a sonar, lo tome y vi que el número era el de Joe. Mi corazón comenzó a aselerarse, parecía que se me iba a salir.


No sabía si responder o no. Me quede viendo el celular unos minutos esperando que el cortara la llamada. Pero no lo hacía, así que tome el celular con las manos temblorosas y respondí.
­— ¿Hola?—dije sin más. Sentí que mi voz salió lenta y pausada.
Espere que respondieran del otro lado de la línea, pero no se escuchaba nada. Solo el sonido de los autos pasar.
— ¿Hola? —volví a repetir.
Nada. No se escuchaba nada.
Sabía que el número de Joe, pero intentaba sonar como si no supiera que era él.
—Perdón, tengo muchas cosas que hacer y no tengo tiempo de bromas. ¿Va a responder o no?
Nada. Seguían sin responder nada.
—Jo....
Cortaron la llamada sin dejarme terminar la frase.
¿Que intentaba hacer con eso? ¿Ponerme nerviosa?, ¿burlarse de mí?, ¿reírse un poco de mi con Camilla? o ¿todas las anteriores?

Deje el celular en mis bolsillos de nuevo y un poco confundida-si no es que muy confundida- comencé a caminar de nuevo a casa.

Mi mente estaba volando, haciéndose ideas por ella misma. No sabía que creer, que pensar, que sentir respecto a eso. La misma pregunta rondo por mi mente durante todo el recorrido a casa; ¿Por qué lo había hecho?

Llegue a casa, deje las llaves sobre la mesa, fui a la cocina y tome de la nevera una botella de agua, camine hacia el sofá, tome el teléfono y lo puse en altavoz para escuchar los mensajes nuevos que tenía. Me senté
-Mensaje número uno: “Hija, soy yo mamá. Solo quería recordarte que te quiero. Si me dieron ganas de decírtelo, porque estaba viendo una película que solíamos ver cuando eres muy, muy, muy pequeña. Un beso...”
-Mensaje numero dos: ”¿Alex? habla Nick, en cuanto puedas comunícate conmigo. Un abrazo.”

-Mensaje número tres: “Alex, habla Dylan, al parecer aun no llegas a casa, caminas un poco lento, es broma. Solo hablaba para decirte que me encanto tu compañía en la caminata y el desayuno. Nos vemos en la noche, paso por ti a las ocho.”

No podía sacar la llamada de Joe de mi cabeza. Le llamaría en un rato más a Nick, para platicarle todo y para saber qué era lo que el opinaba de todo esto. El mensaje de mi mamá y de Dylan, me hicieron sonreír. Dylan era un poco tímido al parecer, ya que no me dijo eso cuando nos despedimos. En fin, no importa. Era buena persona y divertida.

Me quede viendo el teléfono a lo lejos. Tome el auricular y teclee el número de Nick. Espere unos minutos a que respondiera.
— ¿Nick?
— ¿Quién es?
— ¿Tan rápido te olvidaste de mí?—dije riendo quedito.
— ¡Alex!—rio. —No, como crees que me olvidaría de ti. ¿Cómo estás?, ¿ya te instalaste? ¿Porque no me llamaste antes?
—Nick, lo siento, no había tenido tiempo. Estoy bien, tranquila. —dije mientras perdía mi vista por la venta. — Y ya me instale, la casa es muy linda. Cuando quieras...me mordí la lengua, quería que viniera, pero eso implicaba traer o venir acompañado de Joe.­
— ¿Que decías Alex? Parece que se cortó un poco la llamada... ¿Qué crees?
—Si, al parecer se cortó, no recuerdo que te estaba diciendo—mentí. — Y no se ¿que creo?
—No importa, igual no era importante. Si lo fuera lo recordarías... Ah, pues... ¡ya vamos a iniciar con la gira en unas semanas! ¿No es asombroso?
— ¡Wow! Me lo imaginaba, no por algo el aeropuerto y la mitad de Texas está repleto de letreros anunciando una gira... —dije burlona—. Me alegro mucho por ustedes, van a ver que les ira súper bien.
—Gracias Alex, ¿y sabes qué? Lo más probable es que hagamos 2 conciertos en Texas. Que increíble ¿no?
—Oh, wow, eso está muy bien, ojala lo puedan hacer...—no mentía, me gustaría que vinieran, pero yo intentaba alejarme de la palabra "Jonas" por un momento.

— ¿Alex estas bien? —inquirió después de unos minutos.
—Si, si lo estoy, lo siento. Estaba revisando unas cosas – mentí de nuevo. Me dolía decirle mentiras a Nick. Se suponía que éramos amigos y que yo debía contarle todo. Pero últimamente, he aprendido que simplemente hay cosas que no se deben de platicar. No es nada malo, pero Joe es su hermano y no está del todo bien que yo hable “mal” de él con Nick. Simplemente, eso no va conmigo.
Tenía que ser más reservada con Nick.

Cuanto me hacía falta Sophie aquí. ¿Ahora con quien hablaría? Si, tengo a mi mamá, pero simplemente no es lo mismo.

— ¿Alex? — volvió a decir Nick. — Creo que será mejor que hablemos luego. ¿De acuerdo? — Dijo divertido— No quiero quitarte tu tiempo, se nota que estas ocupada o…—guardo silencio— o… o no quieres hablar conmigo. —dijo dramático, mientras intentaba no reír.

—No Nick, ¿Cómo crees eso? Sabes que amo hablar contigo, solo que… tú me entiendes… todo esto es nuevo para mí, es algo frustrante estar sola acá.

—Si lo entiendo o al menos intento comprenderte. Vale, te llamo luego ¿ok Alex? Te quiero mucho, y ya sabes, que puedes llamarme si necesitas algo o cuando quieras hablar.

—Lo sé, muchas gracias Nick, no sé qué haría sin ti. Te quiero más.

Colgué el teléfono. Suspire

Necesitaba aire, tranquilizarme, dejar de pensar.

Tome mi iPod y una frazada que estaba sobre el sofá y salí al jardín trasero.

Extendí la frazada sobre el césped, me recosté y me coloque los audífonos. Me puse a ver el cielo, estaba muy despejado y las nubes se veían muy esponjadas, me quede viéndolas durante un buen instante, parecía que algunas formaban figuras. Mi iPod reproducía “Transylvania” de McFLY.

(…)

—¡¡¡Joe suéltame!! —gritaba desesperadamente, mientras veía sus ojos rojos por el coraje. Él me sujetaba fuertemente de los brazos.

—¡¡Entiende que no te soltare!!

(…)

… —Joe, tu amiguita quiere golpearme.
— ¿Yo? No, no es lo que parece Joe.
— ¡¿No es lo que parece?! ¡Te vi Alex!, vi que estuviste a punto de propinarle un golpe en la mejilla. ¿Quién te crees que eres?
—Cariño, ella esta celosa de mí. Me quiere hacer daño. –hizo un ademan para que Joe la abrazara, pero él seguía sujetando fuertemente mi muñeca. Las lágrimas comenzaban a amenazar en salirse. Yo solo lo miraba fijamente.
— ¡Contesta Alex! ¿Qué te hizo? ¿Porque la odias tanto?, ¿Es por mí? –Yo solo lo mire, y trague saliva— ¡¡¡Ya supéralo!!! Nunca paso nada entre nosotros, ya olvídate de eso. Deja de soñar. –siguió sin dejar de gritar…
—Me estas lastimando Joe. Suéltame. –Veía el coraje de Joe en sus ojos, estaba realmente enojado y nunca lo había visto así. Me dolía, me dolía demasiado. Su mirada, hacía que mi corazón llorara.
— ¡No!, ¡Debes darme una estúpida explicación! –yo solo lo miraba, alce mi mano y limpie una lagrima que amenazaba con salir. Lo mire fijamente, apreté los dientes y alce la barbilla. Lo mire desafiante.
— ¿Sabes qué? Yo no tengo que darte una explicación. No me arrepiento en lo absoluto de lo que iba a hacer.
— ¿Qué quieres decir con eso?— me miro furioso.
—Que si lo hubiera hecho, no tengo que pedirle una disculpa a la estúpida de tu novia ¿Por qué? Fácil, porque no tengo nada de lo que debo disculparme. – el me miro escéptico y sin pestañear, seguía furioso. – Y si me quieres golpear, lastimar, lo que sea… ¡Hazlo! Ya no me importa lo que hagas por mí, ya no me importa si me odias, si me crees, si me quieres, si te preocupas por mi… ¡Nada!, ya no me importa nada. Y ¿sabes? Si querías que te odiara, créeme, lo estás logrando. No te lo volveré a decir,
S-U-E-L-T-A-M-E. –mi voz salió pausada y con dolor, ya que cada vez, apretaba más su mano en mi muñeca y el dolor comenzaba a ser insoportable.

(…)

Minutos después, estaba despertando en una habitación obscura, estaba atada. ¿Qué rayos? …

— ¿¡Alex?! —un hombre se iba acercando hacia mí. No le lograba ver el rostro por la obscuridad de la habitación.
Quería gritar, pero no podía, tenía cinta adhesiva.
— ¿Alex? — aquel hombre corrió hacia mí. Seguía sin verle la cara. Se puso de cuclillas frente a mí y comenzó a desatarme rápidamente.

Cuando elevo su rostro para quitarme la cinta adhesiva, un rayo de luz toco su cara. Era Dylan. — ¿Estas bien? —tomo mi rostro entre sus manos. Yo solo asentí. Su mirada me hacía sentir bien, protegida, me daba paz. El sonrío ante mi afirmación. — Bien. Salgamos de aquí.

Me ayudo a ponerme de pie y me tomo de la mano, me iba guiando. Estaba en shock, solo me quede mirando nuestras manos. — ¿Segura que te encuentras bien? —subí mi mirada y me perdí en la suya. Un escalofrió recorrió mi espalda. Volví a asentir. La voz no me salía, y no entendía el por qué.
Caminábamos detrás de las columnas que estaban esparcidas por la obscura habitación, ¿de quién nos ocultábamos?

De pronto, se escuchó que abrían una puerta. Me entro pánico. Nos quedamos detrás de una de las columnas, sin hacer ruido y sin movernos.

Dylan me apretó la mano y me volteo a ver, articulado un “tranquila”. Estaba muerta de miedo.— ¡Alex! — me paralicé. Esa voz… Esa voz yo la conocía a la perfección. Me dieron ganas de llorar. No entendía nada. — ¡¡¡No intentes huir, tú me amas; Y aquí, es donde debes estar!!! — esa voz masculina, no se parecía a la que yo tanto conocía. Estaba furioso…

Sentía su odio en cada poro de mi piel, sentía que me quemaba, lenta y dolorosamente.




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POR FAVOR, COMENTEN QUE LES PARECIÓ EL CAPITULO:)

AVISO:

Lo siento por haber estado un poco perdida. Pero ya estoy de vuelta, ya logre conseguir una laptop y ya podre escribir. Ahora tratare de subirles mas capítulos por mes.

GRACIAS por su espera.
Capitulo en unas horas más... :)

Yanan.

martes, 14 de junio de 2011

Capítulo #63

Con dificultad empecé a subir mis maletas y las de mi mamá. Primero desempaque todo lo de su habitación, para por ultimo terminar con la mía.

Puse la maleta sobre la cama y comencé a sacar toda mi ropa, accesorios y algunas fotografías de mis amigos y amigas. Recordé que tenia que llamarles a Nick y a los demás para decirles que ya había llegado. Además, de que quería ir a comprar un periódico y algo de despensa.
Marque a casa de los Jonas y me respondió el teléfono Denise. Hablamos como 30 minutos, ya que los chicos estaban en ensayo y ella ya iba de salida, me dijo que me cuidara mucho y que cualquier cosa que necesitara le llamara.

Tome mi bolso y algunos portaretratos que pondría abajo. Mire mi reloj, y decidí que primero iría a visitar a mi mamá al hospital y después iría al supermercado a comprar lo que necesitara.

Salí de la casa y seguí el camino que había recorrido Dylan, para encontrar la salida. Ya que vi la barda, apresure el paso para poder pedir un taxi. Andaba de suerte, ya que en cuanto salí, vi que paso uno que iba desocupado, así que le pedí la parada y le dije que si me llevaba al hospital.
Para mi suerte, el hospital estaba a 20 minutos de mi casa, así que el día que quisiera podría irme caminando. Le pague los 3 dolares al taxista y me baje.

Camine hacia la recepción para que me dieran mi pase de entrada y así subir al piso en donde estaba mi mamá. Llegue a su habitación y toque la puerta.
—¿Mamá?—me asome un poco para que me viera.
—Oh hija, entra.
—¿Como estas? ¿Como te has sentido?
—Muy bien, el doctor supo que te venias a vivir a acá y me dijo que podría ir a casa en dos o tres días, pero con una enfermera. Y que incluso, podría irme unos días a la playa, para que me recuperara más rápido.
—Oye, eso esta muy bien ¿no lo crees?—dije feliz.
—Si, ya quiero salir de aquí. Y dime, ¿Como te fue ayer? ¿viste la casa nueva? ¿que tal esta?
—Ayer... mm nada nuevo, solo me despedí y me vine hoy temprano, no quería dejarte mas tiempo a sola. La casa que compramos esta muy linda, muero por que la veas, se que te gustara mucho. No es como nuestra casa de Los Ángeles, esta está mas pequeña a comparación de la otra. Tiene 4 habitaciones, un jardín con una piscina, la sala y el recibidor son espaciosos al igual que la cocina, que esta hermosa.
—Me alegro que te haya gustado hija, si a ti te encanto, se que a mi me encantara también.
— Si, y oye mamá, te mando saludos Dylan. —me miro extrañada. —Dylan, el que nos esta ayudando a buscar a papá......
Ah ya. Que lindo muchacho, me gustaría conocerlo para darle las gracias por todo lo que esta haciendo por ti.
—Por nosotras mamá.
—Si, claro por una señora grande y por su hija que esta hermosa. Claro, por nosotras. —dijo divertida.
—Hay mamá que cosas dices.— dije sonrojada.

Y así estuvimos hablando, hasta que llego la enfermera, a punto de las 7 pm, para decirme que el horario de visitas había terminado.
— Bueno mamá, ya es hora de que me vaya. Debo ir a comprar algunas cosas que faltan para la casa y mañana estaré acá a la hora de la comida, porque tengo algo que hacer,¿De acuerdo?
—Si hija, por mi no te preocupes. Tu tía me ha estado llamando y vendrá en unos días a visitarnos.
Ok, me parece bien. cuando hables con ella mandale saludos de mi parte. Ahora si me voy —me acerque a ella y le bese la frente. —Descansa.

Salí del hospital y mire mi reloj, eran las 5 de la tarde. Iba a tomar un taxi que me llevara al supermercado pero preferí caminar para poder así conocer un poco mas de lo que sería mi nueva ciudad.

Llegue al supermercado y compre lo necesario, leche, papel higiénico, jamón, jabón, pan de caja, cereal, quesos, algunos vegetales y frutas, jugos, algunos caramelos, papas fritas, y cosas por el estilo. Sentía que algo me faltaba, pero no recordaba que. Pague y salí con las bolsas.
No tome un taxi, porque el efectivo se me había terminado, así que me fui caminado hacia la casa.

Iba caminando, mientras me fijaba en las tiendas que estaban cerca, si no tenían algún letrero que dijera que solicitaban empleada. Tenia que ponerme a hacer algo, no podía estar sin tener algo en que distraerme.

Llegue a casa, guarde todo en la cocina. Tome un paquete de galletas y un frasco de crema de avellana.
Camine hacia el sofá, me desabotone un poco el pantalón y me senté, enrollándome en una frazada. Encendí el televisor y estaba viendo una película mientras comía galletas, cuando dieron anuncios comerciales y pasaron uno de los Jonas Brothers, en el que anunciaban el tour.
—Bien, creo que no sera tan fácil librarme de esto. —dije al cambiar de canal. Todo, absolutamente todo me recordaba a Joe, aunque no quisiera.

Apague el televisor, fui a la cocina a dejar los platos sucios y subí a mi habitación. Tenia que descansar o hacer algo donde mi cerebro no funcionara un rato.

Me puse el pijama, me acurruque en la cama, apague las luces y me quede ahí recostada mirando hacia el techo, solo iluminada por la luz de la luna.


.


Creo que me dormí como a las 3 de la mañana, siendo que me había acostada a las 10 de la noche.
Me levante, fui hacia el armario y saque un pants y una camiseta para salir a caminar. Me cepillé el cabello y lo recogí en una coleta, tome mis lentes de sol y mi iPod.

Cerré la casa y me fui a caminar. No se cuanto tiempo camine, pero me detuve en un kiosko de revistas y periódicos. Compre 2 revistas y 2 periódicos. Los periódicos solo los compre porque necesitaba buscar trabajo.
Seguí caminando, pero ahora iba observando la sección de "se busca" de uno de los periódicos que había comprado.
No iba fijándome en el camino, solo iba leyendo y observando una y otra vez, la lista de solicitados, hasta que tropecé con alguien.
—Lo siento—dije mientras me quitaba los audífonos. —iba distraida, no fue mi intención.
—¿Alex? No te preocupes.
—Oh— reí por la casualidad. —Dylan, ¿que haces aquí?
—Hago mi caminata matutina, ¿que hay de ti?. No sabia que te gustaba hacer ejercicio.
—La realidad es que no sabes nada de mi. — dije divertida.— Me gusta hacer deporte.
—Cierto. Lo siento. ¿Y ya vas para tu casa?
—Si, ya. Muero de hambre.
—Yo también, y si.. ¿y si vamos a comer algo?
—Pero ya saldremos hoy en la noche...
—Bueno, entiendo que no me quieras ver, yo decía por si querías desayunar acompañada.
—No esta bien, vamos. Muero de hambre.

Caminamos juntos hasta una cafetería que estaba cerca. Nos tomaron la orden y mientras esperábamos el desayuno, nos pusimos a platicar de nosotros, para conocernos un poco mejor.

—¿Estas buscando trabajo o te gusta leer las noticias?—comento al ver el periódico.
— Las dos cosas, aunque sinceramente leer las noticias me deprime, prefiero vivir el día sin preocupaciónes. No es que no me interese, ¿pero para que agobiarse?
— Tienes razón, pero yo si tengo que leerlas. Quiera o no quiera, me debo enterar de lo que pasa aunque sea en la ciudad... y dime, sobre el trabajo, ¿ya encontraste algo?
—No, aun estoy viendo, aunque déjame decirte que hay muchos muy buenos, solo que piden experiencia y la verdad es que yo de experiencia, solo tengo en mala suerte.
—¿Porque dices eso?
—Ah...—momento incomodo. sentí que me ponía algo torpe y nerviosa. espere unos minutos en que mi cerebro funcionara. —No por nada, solo por decir algo.—dije con una sonrisa que intente hacer parecer sincera, pero por el rostro de Dylan, creo que no logre mi objetivo.
—Lo entiendo.

Trajeron nuestros platillos y comenzamos a comer. Solo hablabamos de cosas cualquiera, no tocabamos aun nada personal. La verdad es que yo no hablaba mucho de MI vida, hablaba de mi mamá y de mi familia. Pero de MI no.

Terminamos de comer y Dylan no me dejo pagar lo que yo había desayunado. Salimos y nos despedimos con un...
—Nos vemos en unas horas, muchas gracias Dylan, pero no tenias porque pagarme.
—No, nada de eso. no me molesta y esta bien, un hombre siempre debe invitar a una dama.
—Muchas gracias—dije tímida.
—Bueno, voy para allá— señalo hacia átras.
—SI, y yo voy hacia allá... direcciones contrarias. Pero me alegro caminar contigo, eres buena compañía. —dije sincera y el sonrió.
—Gracias, lo mismo pienso... entonces nos vemos al rato.
Nos íbamos a despedir de beso, pero como que al momento los dos no supimos que hacer y nos despedimos con la mano.

Lo vi alejarse y así emprendí la caminata de regreso.
Mi celular comenzó a sonar, lo tome y vi que el número era el de Joe. Mi corazón comenzó a acelarse, parecía que se me iba a salir.

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POR FAVOR, DEJA TU COMENTARIO DEL CAPITULO. ES MUY IMPORTANTE PARA MI SABER QUE LES PARECIÓ.

viernes, 29 de abril de 2011

Capítulo #62

||Alex||

Aborde el avión con los ojos hinchados, no entendía ni quería comprender el comportamiento tan bipolar de Joe.
La vieja Alex, hubiera detenido el taxi y hubiera bajado corriendo hacia Joe... pero la nueva yo, no quería eso. Ya había aguantado y sufrido demasiado, no quería sufrir mas, así que ahora ya no había vuelta atrás. El avión estaba por aterrizar en mi nueva vida: Dallas.
"Abrochence sus cinturones, vamos a aterrizar"- dijo el piloto. Me abroche el cinturón y suspire.

El avión aterrizo, baje las escalera y camine hacia mi equipaje, lo tome y revise que no faltara nada.
Respire hondo y profundo.
Camine por el pasillo que daba a la salida del aeropuerto, buscando un taxi que me llevara a mi nuevo hogar.
Iba pensando en todo, pero sobretodo en Joe, si, aun no dejaba de darle vueltas al asunto.
—Alex..—me tocaron el hombro y yo me gire extrañada para ver quien era.
—Oh—me sorprendí— Dylan, ¿que hace aquí?—cuestione, la verdad se me hacia cómico que estuviera acá.
—Vine a recogerla...supuse que no tendría auto, y que vendría sola.. y..— comenzó a hablar nervioso.
—Que amable, pero no te hubieras molestado.
—No, si no es molestia.—me sonrió y se me quedo viendo.— ¿El vuelo estuvo pesado?—me pregunto, mientras tomaba algunas de las maletas. Yo me quede pensando en su pregunta, tal vez me veía pésimo por haber estado llorando...
—Oh no... estuvo, bien. tranquilo... ¿por que?
—Ohhh, bueno, tal vez la despedida estuvo difícil.
—Si, tuve que dejar muchas amistades, pero bueno, espero no sea por mucho tiempo. —mentí, lo que menos quería era regresar a L.A., en unos buenos meses o tal vez años.
—No te preocupes Alex, te acostumbraras rápido. —me sonrió de nuevo y esa sonrisa había logrado intimidarme.

Llegamos a su automóvil, un audi del año color negro con asientos de piel. Me abrió la puerta para subir.
—Bueno, pues creo que tu auto ya debería estar fuera de tu nueva casa, si no esta, no dudes en marcarme por teléfono, para facilitarte uno.
—Muchas gracias Dylan, pero ya es mucho lo que has hecho por mi. Te lo agradezco, pero no te preocupes, el auto es lo de menos. Un taxi me ayudará a moverme, no conozco a nadie, así que solo iría del Hospital a mi casa y de mi casa al hospital, o depende si encuentro trabajo o me pongo a hacer algo productivo.
—¿Que no conoces a nadie? Bueno, eso esta fácil —guardo silencio y se dibujo una ligera sonrisa en sus labios.— Podríamos ser amigos, ¿que dices?—me pregunto mientras se estacionaba frente a la que seria mi nueva casa. su gesto se me hizo muy tierno y sincero, así que le sonreí de la misma manera, sincera y agradecida.—¿Entonces... ¿Amigos?—sonrió mostrando sus dientes, mientras el sol le daba brillo a sus ojos.
—Si, me parece bien. Amigos.
—Perfecto, y lo digo en serio Alex, lo que necesiten llámame, ya sabes el teléfono de mi oficina y mi celular, así que, no dudes en llamarme.
Su celular comenzó a sonar cuando iba a responder, así que le hice una seña para que tomara la llamada. Cogió el celular y comenzó a hablar sin dejar de ver la autopista. Yo de mi parte, comencé a observar el camino, era obvio que ya no estábamos en Los Ángeles, acá nevaba, hacia frió y cosas por el estilo, cuando en Los Ángeles, todo eso era nulo. Si, a veces estaba fresco y llovía, pero era algo muy leve.

Conforme iba entendiendo todo, me daba cuenta de que estaba sola con mi mamá en una ciudad nueva, si le iba a tomar la palabra a Dylan, él era agradable y se veía que era buena persona, en tan poco tiempo había hecho mucho por mí y mi mamá. No veía que había de malo en ser amigos. Entonces, si lo veía de esa manera, ya no estábamos "tan" solas. Al menos creo que podía contar con alguien.

—Lo siento, tenía que responder esa llamada, era de la oficina.
—No, no te preocupes, lo entiendo.
— Y bien, entonces, somos amigos. —se giro y me miro mientras sonreía, después de unos segundos regreso su vista al camino.
— ¿Esta muy lejos la casa?— pregunte.
—No, ya casi llegamos. Esta en una buena zona, además de que es muy segura y por que no, es exclusiva. Tú y tu mamá estarán encantadas. Es más, vele echando un vistazo a la entrada. —me sonrió.
Fije la vista frente a mi, mientras íbamos avanzando, miles de arboles de todos los tipos se iban abriendo paso entre nosotros, hasta que vi una barda que separaba esa zona, de las otras casas y edificios que estaban cerca.
Dylan le llamo a un señor que se encontraba regando el pequeño jardín que acompañaba la barda.
— Ella es Alex,—le hizo saber al señor— Ella es la que habitara la casa.—yo solo sonreí y le hice una seña con la mano. El señor asintió y con su mano nos hizo la seña para que pasáramos.

Era una especie de fraccionamiento o una privada. Había mucho jardín. Tenia un pequeño parque casi a la entrada, con juegos para niños. Yo estaba encantada, Dylan seguía manejando, mas adentro, como a 3 o 4 calles cerca de la entrada, había otro pequeño parque, lleno de arboles, una gran fuente en el centro y muchos banquillos para que las personas se sentaran.

Dylan, dio vuelta a la derecha y solo se me quedaba viendo, me había enamorado del lugar.
—Esta hermoso Dylan, en serio.
—Que bueno que te gusto, espera a ver tu casa... —detuvo el auto y me miro. —Por que ya llegamos.— con sus ojos me hizo que volteara a mi derecha y viera la que sería mi casa.
— Wow. — fue lo único que dije, me quede como estática. Dylan bajo rápido y me abrió la puerta. Me ofreció su mano para ayudarme a bajar. — En serio Dylan, es como si hubieras leído mis pensamientos. — dije mientras caminábamos hacia la entrada.
—Me alegro Alex. No es muy grande, pero ni muy pequeña, creo que es el tamaño perfecto para que tú y tu mamá estén muy a gusto y vivan bien.
Llegamos a la entrada, el tomo mi mano y me puso las llaves.
—Ahora, mira el interior. Espero te guste como esta decorada.
Abrí la puerta, y ¿que podía decir? era perfecta, era mi casa soñada o la que se le acercaba a mi casa soñada. Las paredes estaban pintadas de colores claros, y una que otra tenia colores obscuros.
La sala y el recibidor eran muy bonitos, al igual que la cocina, a pesar de que no cocinaba mucho, me gustaba como estaba decorada, todo de acero inoxidable y perfectamente pulido.
Dylan me dijo que subiera a ver las habitaciones y que el iría por mis maletas.

Subí y camine por el pasillo hasta una habitación que estaba en el fondo. Abrí la puerta y fue amor a primera vista, sabría que esta sería la mía. Era grande, espaciosa. Una pared estaba pintada de color café claro, las otras eran color blanco y el piso era de madera clara. Los muebles, todo era mi estilo. Moderno, pero a la vez bohemio.

Me deje caer sobre la cama y ahí me quede sentada mirando hacía el gran ventanal, que daba hacia el balcón. Me puse de pie y fui a abrirlo, quería ver hacia donde daba mi vista. Con cuidado, corrí las cortinas blancas, y abrí la puerta. También era espacioso, un pequeño sofá quedaría perfecto aquí.
Tenia muy bonita vista, daba hacia el jardín, que tenia una pequeña piscina y un gran árbol que tenia un columpio. Y mas al fondo, había un asiento doble de madera.
Suspire, todo era perfecto... mi mente comenzó a pensar en todo lo que había dejado.
Unos pequeños golpecitos me hicieron salir de mi trance y me gire para ver de donde provenían.
—¿Te interrumpo?— inquirió Dylan.
—No, todo bien.— sonreí— Me encanto, en serio. Es justo como yo la hubiera buscado. Muchas gracias.
—Me alegro que te haya gustado, y supongo que este será tu habitación. No se porque, pero desde que la vi, algo me dijo que la elegirías.
­—¿La viste?—cuestione confundida, el sonrío apenado.— ¿Quieres decir que tu buscaste la casa y todo?
—Si, yo la elegí. Espero no te moleste.
—No en lo absoluto, pero que pena contigo. Dijiste que lo haría una de tus secretarias.
—Si, lo sé, pero no pude evitarlo.—dijo tímido, mientras colocaba sus manos en sus bolsillos.
Dylan era galán, vestía con saco y pantalón de vestir, la camisa que llevaba a puesta, era blanca y llevaba sin abotonar los 2 botones de arriba, y no llevaba corbata. Cabello rubio, barba de días y ojos azules... bueno y que decir de esa sonrisa que tenia, era muy linda y cautivadora
—No, todo esta bien. Entonces tengo mucho mas que agradecerte, que lindo detalle de tu parte que hayas hecho esto por mi. En serio, lo aprecio mucho.
—No Alex, no me agradezcas nada, ya dije que lo hice por que quise. —miro su reloj, eran las 3 de la tarde. — Debo regresar a la oficina.
—Ok, te acompaño a la puerta.—sonreí.
Bajamos las escaleras en silencio, lo acompañe hasta su auto.
—Muchas gracias por todo Dylan, en serio, no se como pagarte todo lo que has hecho y estas haciendo por nosotras.
­— No Alex, no te estoy pidiendo que me pagues.—guardo silencio unos momentos.
—Si lo haré, Dylan.
—¿Sabes que?
—No, ¿que pasa?
—¿Que harás hoy? — inquirió serio.
—Hmm, desempacaré, me daré una ducha y después iré al hospital a visitar a mi mamá... ¿Por que?
—¿A que hora se termina el horario de visitas en el hospital?
—A las 7 u 8... creo. —no entendía a donde quería llegar. —¿Por?
— ¿Me aceptarías una invitación a cenar mañana? Es que te diría que hoy, pero supongo que estarás cansada, por eso digo que mañana. ¿Que dices? Esa sería mi manera de cobrarte —el sol encandilaba sus ojos y lo hacia ver adorable con sus ojos entrecerrados y su sonrisa de nervios.
—¿ Invitándome a cenar?— me divirtió un poco su comentario. —¿Y si yo te invito? Porque, aun así te debería.
—Tal vez la próxima vez deje que me invites, Ademas... me debes una salida. —me sonrió.—Anda, dime que si.
—Ok, si. Me parece bien, ademas de que no tengo nada que hacer, creo que sera una buena idea.
—Perfecto, haré la reservación y te llamo para decirte a que hora paso por ti mañana.
— Nada elegante.
—Ok, mejor mañana decidimos a donde vamos, para que tu elijas, paso a las 7 por ti.
—Me parece bien. —dije tímida. — Hasta mañana entonces.
—Cualquier cosa me llamas, dale saludos de mi parte a tu mamá. —dijo mientras abría la puerta para entrar al auto. — Cuídate Alex. —me pareció que me guiño el ojo cuando se subió al auto. Le dije adiós con la mano y espere a que arrancara para entrar a la casa. Mi nueva casa.

martes, 12 de abril de 2011

Capítulo #61

Le di un ultimo vistazo a mi habitación, tome mis maletas y salí. Nick me esperaba en las escaleras para ayudarme a bajar mis cosas. Lo mire y el solo me dedico una comprensiva sonrisa, yo solo le dedique una sonrisa fingida. De resignación.
—Bueno, creo que ya tengo que irme. Iré a despedirme de tus papás y de Kevin.—intentaba no mirarlo a los ojos.
—No estas segura en irte ¿verdad? No tienes que hacerlo si no quieres, acá hay muchos hospitales buenos que pueden cuidar de tu mamá, y ellos te pueden llamar si saben algo de tu papá. Alex, aun estas a tiempo de...
—Nick.—lo interrumpí.— ya tome una decisión, no se trata de estar o no segura, se trata de que ya no debo pensar con el corazón. Debo comportarme mas inteligente...—me interrumpió
—Acepta que el motivo por el que te vas es Joe. Por que tu sabes, que todo lo de tu papá y tu mamá lo puedes arreglar acá en Los Ángeles. Acéptalo Alex. Acepta que te vas por el, no por ti.— yo lo mire en silencio, odiaba que Nick siempre tuviera la razón. ¿Por que debía conocerme también?—Estoy esperando tu respuesta...— seguí en silencio. no planeaba hacerle ver que tenia razón. El me siguió observando paciente, con esa mirada que te hacia confesar todo y echar a perder tus planes. Odiaba esa mirada.—Alex...
—Si, ¿de acuerdo?— confesé.— Tienes toda la maldita razón. ¿Y que si me voy? ¿Y que si estoy huyendo como una cobarde? Ya no hay nada que me detenga aquí Nick. Quiero comenzar de nuevo, quiero olvidarme de el.
—Lo sabía.—lo mire cansada— Pero Alex, nosotros nos iremos de gira por meses, ni siquiera tendrás que verlo.
—No lo veré, pero se que estará aquí. —me miro confundido—.O sea, por mas lejos que el este lo seguiré sintiendo cerca, solo por el maldito hecho de que viven en la casa de al lado. —el me siguió observando esperando que cambiara de opinión, pero comencé a comprender su mensaje— Nick. no habrá nada que haga que me quede aquí. Te quiero mucho, si. Pero se que por mas separados que estemos seguiremos siendo amigos. Por eso no me preocupa irme, así que no te preocupes tu también, no me olvidare de ti.
— Odio que seas tan cabeza dura y nada te haga cambiar de opinión.—sonrió— Pero de acuerdo, se que no me olvidaras, ni mucho menos. Es una promesa, yo tampoco te olvidare y nos veremos de nuevo, en cuanto pueda iré a visitarte a Dallas. Lo prometo. —le sonreí y lo abrace.
Claro que extrañaría a Nick ¿como no hacerlo? era quien mejor me entendí, era quien me hacía ver mis errores. Era como mi hermano.

Me ayudo con mis maletas y salimos de mi casa, ya que el taxi que me llevaría al aeropuerto estaba esperándome afuera.
Vi que de su casa, salían Kevin, su mamá y su papá Jonas y Frankie, para despedirse de mi. Con la mirada buscaba a Joe-lo se, soy una masoquista-. Pero era obvio que el no vendría.
Suspire.
—Bien, pues ya se libraran de mi. —sonreí.
—Alex sabes que puedes contar con nosotros siempre que lo necesites, somos una familia, así que no dudes en llamarnos o venir a visitarnos. Nosotros cuidaremos de tu casa.
—Lo se Denise y muchas gracias por todo, en serio, se portaron magnifico conmigo. Pero regresare algún día, espero no se muden. No me gustaría perder el contacto con ustedes otra vez.
—Eso nunca pasara Alex. Ahora nada nos separara.—dijo Kevin.
Me despedi de todos y me dieron algunos consejos, pero inconscientemente yo quería tardarme mas para ver a Joe.
—Bueno, creo que ahora si ya debo irme—dije un poco triste— los quiero muchísimo.—me acerque y abrace a cada uno.
Camine hacia el taxi y me subí, los 5 me miraban desde el sendero. Denise parecía querer llorar. Nick me miraba serio, sabia que se sentía mal por no haberme echo cambiar de opinión. Le sonreí y cerré la puerta del taxi.
Me gire para decirles adiós con la mano, cuando vi que el auto de Joe se había estacionado y el estaba bajando rápidamente.
Me miro. Pero el taxi avanzo, ya no era tiempo de nada. Suspire de nuevo y me acomode en el asiento, mientras las lágrimas comenzaban a salir.

||Joe||

Al terminar la cena, Camilla había salido a hacer unas llamadas, así que yo había aprovechado para subir a mi habitación.
Me había quedado un poco sorprendido al ver a Alex, hoy en mi casa. Pensé que se quedaría mas días en Dallas, pero no pensé que vendría a despedirse, porque se iría a vivir a allá.
Estaba por salir de mi habitación, cuando escuche gritos fuera, me asome por la ventana y vi que Camilla y Alex estaban peleando. Salí corriendo y baje las escaleras rápidamente.

Todo paso tan rápido, cuando me di cuenta de todo. Tenia a Nick gritándome por un lado y a Alex sujeta de la mano. No entendía nada.
—¡Por Dios! ¿Qué pasa?—gritaron— Joe, hermano, ¡suéltala! ¿Que no vez que la lastimas? —mire a Nick confundido.
Mi cerebro no carburaba, todo lo veía distorsionado. Nick salio corriendo detrás de Alex, que se veía muy mal. Me gire y vi a Camilla en silencio detrás de mi.
—Creo que no saldremos hoy.—dije confundido, me sentía mal. Había retado a Alex.
—Pero Joe, ya habíamos confirmado que iríamos a la fiesta. Tu amiga tiene la culpa de todo, es una...
—¡Camilla!—la interrumpí—Dije que no saldremos, no me siento bien. Vete a casa antes de que se haga mas tarde.

Camilla se fue un poco molesta y yo entre a mi casa confundido, también molesto... Conmigo.
Subí a mi habitación y entre al baño, abrí la llave de la ducha y me metí así... con todo y ropa. El agua caí sobre mi cabeza y yo solo sentí una punzada en el corazón. Últimamente no me sentía yo, me sentía extraño.

Después de varios minutos, si no es que 1 hora, salí de la ducha y me puse algo cómodo, me tumbe en la cama y me quede viendo el techo intentando buscar la respuesta a todo lo que estaba pasando.

.

—Si, Alex se va en unas horas... No, no puedes salir.... ¿No puedes esperarte media hora más?....Oh vamos, no podrás verla hasta verano si Dios quiere, y para eso falta mucho...
Escuche una voz en el pasillo, era mi mamá al parecer haciéndole entender algo al terco de Frankie, vi el reloj que tenia en la mesa de noche y vi que eran las 9.30am. Me talle los ojos y me estire, me puse de pie y me asome por la ventana, el día estaba extraño, había sol, pero hacía mucho aire.

Me arregle y baje a la cocina, todos estaban reunidos ahí.
—Buenos Días, Joseph. —dijo mi madre mientras me daba un beso en la mejilla.
—Buenos Días—dije, todos me sonrieron menos Nick. Había olvidado lo que había pasado la noche anterior, y por lo que veía, Nick estaba molesto conmigo y su rostro me decía que quería hablar conmigo.
Yo no tenia nada que hablar.
Seguí desayunando, y Nick no me quitaba la mirada de encima.
—Bueno, ¿que pasa?— interrumpió mi papá las miradas que Nick y yo intercambiábamos.— Están muy callados ustedes dos ¿que pasó?
—Nada.—dije.
—Si, como dijo Joe, nada—recalco Nick, esa ultima palabra. NADA. Cuando la verdad había pasado algo, importante al fin de cuentas.

Nick siempre estaba del lado de Alex, siempre le daba la razón y yo siempre salia como el culpable, aunque acepto que ayer me deje llevar y que no debía de haber reaccionado así, pero Camilla es mi novia y debía defenderla.
—¿Defenderla de que? ¿De Alex?—dijo una voz dentro de mi. Me quede mirando hacia la nada.
—Joseph, ¿estas bien?
—Sí, mamá.—me puse de pie y deje la servilleta sobre la mesa.— Regreso mas tarde.
—¡Pero no terminaste tu desayuno!
—No tengo hambre, regreso al rato mamá.
—¿Joe...? ¿estas bien? ¿No despedirás a Alex?
—No tardo. —dije al fin, Nick se me quedaba viendo, yo lo mire de regreso y después me encamine hacia la puerta. Salí y comencé a sentir que alguien me seguía.
Me tomaron del brazo y me giraron con fuerza.
—¿A donde vas?
—Nick, déjame.
—Ni se te ocurra ir a ver a Alex.—me dijo serio.—No puedo creer lo que hiciste ayer, ¿Que estabas pensando eh? ¿Que pasaba por tu mente en ese momento?
—No se Nick, no se que paso. No me reproches nada, porque ni yo se bien que era lo que estaba haciendo.
—Ahora resulta ¿no? Estuvo mal Joe, me decepcionaste. —me miro y me dio la espalda, caminando hacia la casa de Alex.

Me quede mas confundido, era OBVIO que mi hermano estaba molesto y mucho conmigo.
Camine hacia el garaje y saque el auto. Tenia que distraerme y pensar las cosas, pero mas que nada, intentar entenderlas.

Estuve un razonable tiempo manejando sin pensar, cuando vi que había llegado inconscientemente a un pequeño parque. Si, era el parque al cual Alex me había traído hace poco, al lugar donde yo le había prometido que no traería a nadie.

Recuerdos de aquella noche comenzaban a colarse en mi mente, conforme me acercaba a aquel árbol.

"—¿Un parque?
—Si, un parque— sonrió.
—¿Pero porque un parque?, ¿Este es un lugar espacial para ti?
—Exactamente aquí no, es más adelante... quiero ver si comienzas a recordar o algo por el estilo.
—Recordar...esa palabra comienza a atormentarme...."

Nick, Kevin y Alex siempre decían que yo debía recordar. Pero no sabia que era lo que debía recordar.
Camine alrededor del árbol y lo observaba de nueva cuenta.
"—Solo observa a tu alrededor.... ve mas allá de lo que tus ojos pueden ver"
Y seguía mirando...intentado recordar a la perfección esa noche.
"—Alex...
—¿Qué?
—¿Puedes venir?
—¿Qué pasa?
—Son nuestros nombres...........
—Un día tu y yo venimos aquí y lo grabamos, dijimos que nadie conocería este lugar, ya que seria nuestro lugar especial, solo para ti y para mi...."

Nuestros nombres... oh vamos, unos amigos no tallarían en un árbol su nombre, solo porque son amigos. Esa era mi letra, por mas que intentar pensar que no, si era. no era la de Alex, ni la de nadie mas. Yo había escrito eso.
Sentía algo en mi pecho, como un nudo que quería deshacerse.

"—No pienses que te estoy forzando para que recuerdes, si no lo haces, no importa, digo... no se puede hacer nada.
—No pienso eso Alex, en serio. Lo único que pienso es que me quieres ayudar nada más. Yo se, que serias incapaz de hacer algo así."

Estaba seguro de eso, de que Alex era incapaz de hacer algo en contra mía. Pero...
¿Porque habría querido golpear a Camilla ayer? Había algo ahí que no me cuadraba. Me senté y recargue mi espalda sobre el tronco y cerré los ojos.

Ahora que recordaba, esa noche le había platicado a Alex, que habían intentado robar el auto de Camilla y que al revisar si no se habían llevado nada, había encontrado una bolsa negra con cosas extrañas y algunas fotografías mías y de Alex.
Nunca entendí porque Camilla tenia eso... o para que lo quería.
A menos de que.... Como si por arte de magia, alguien hubiera puesto la respuesta en mi mente.
Me puse de pie y corrí hacia el auto, al parecer todo cuadraba ¿y si Camilla tenia que ver con esto mas de lo que imaginaba? Me había equivocado.
Corrí y entre el auto, lo encendí y arranque. Mire mi reloj, eran las 11.40am, Alex tenia que estar antes de las 12.30 en el aeropuerto según había escuchado.

Me quede estancado en el trafico, y el reloj seguía corriendo, debía hablar con ella, pedirle perdón.
Cuando por fin se puso en verde, pise el acelerador, no me importaba si algún policía me paraba por ir a exceso de velocidad, debía hablar con ella, debía lograr que me escuchara.
Mire el reloj, estaba cerca de la casa, eran las 12 en punto.
—¡ Maldición!— golpee el volante—¡No llegare a tiempo!
Cuando di vuelta en la esquina, logre ver que Alex se estaba subiendo al taxi. Acelere, pero fue imposible, cuando baje del auto, ella ya había arrancado.
Me quede estático, viendo como Alex se alejaba. Kevin me puso la mano sobre el hombro.
—Llegaste tarde...—dijo mientras elevaba sus hombros y entraba a la casa.
Mi mamá y papá me observaban, pero no dijeron nada y se alejaron igual que Kevin.
Me lleve las manos al rostro intentando reprimir las lagrimas de coraje que me tenia. ¿ Debía buscarla para arreglar las cosas?
—No pienses en buscarla, Joe. Dale tiempo y date tiempo a ti. —dijo Nick comprensivo, al parecer el coraje se le había bajado o no se, pero me miraba diferente a como lo había hecho horas atrás. —Solo no la busques, no la llames, no hagas nada. —lo mire y el me dio una media sonrisa, mientras se alejaba de mi lado y me dejaba ahí, de pie en medio del jardín, sin saber que hacer.

Alex se había ido y yo no había hecho nada para detenerla.