No tenía tiempo de quedarme y pensar que hacer. Me puse de pie y camine hacia el cuarto de baño. Ahí estaría hasta que Joe se fuera.
Mi corazón estaba a mil por hora, tenía miedo de que se le ocurriera entrar al baño y que todo se descubriera, no quería verlo, no era el momento, ni tenía ganas de hacerlo.
—Solo trata de no hacer ruido. —me dijo Nick, tras la puerta. —Dile que pase. — le dijo Nick, a uno de los de seguridad.
—Nick, necesito hablar contigo. —decía Joe, con un tono frustrado.
— ¿Qué pasa?
—Se que eres el único, después de mamá, que sigue en contacto con Alex. — al escuchar mi nombre de sus labios, y al estar prácticamente a un metro de distancia, provoco que mis manos comenzar a sudar. Necesitaba tranquilizarme y escuchar bien lo que le decía Joe, a Nick.
Me senté sobre la bañera y me sujete en el toallero, pero al hacer ese movimiento, una botella de shampoo cayó al piso. — ¿Qué fue eso que se escucho en el baño? — demonios. Me puse más nerviosa, no quería que se le ocurriera entrar.
—Ah, yo no escuche nada. Pero sígueme explicando, a que quieres llegar, con eso del contacto…
—Bueno… quería ver si ya habías hablado con ella.
— ¿Hoy? No… creo que ni siquiera sabe que venimos… la verdad tengo semanas sin llamarla… ¿Por qué?
—Nick, necesito hablarle. Necesito explicarle las cosas… no se qué hacer, todo esto me está consumiendo… —sentí sinceridad en sus palabras, y estuve a punto de derramar algunas lagrimas. Pero fui fuerte y seguí escuchando. —Por favor Nick, soy tu hermano… si hablas con ella dile que me dé la oportunidad.
—No creo que quiera Joe, es que…
— ¿Puedes ponerte de mi lado en esta ocasión? No te reprocho nada, pero desde que todo esto empezó, has apoyado más a Alex.
Y así siguieron hablando de mí, no sé de qué tanto hablaron, porque hubo un momento en el que saque mi iPod y me puse a escuchar música... ¿Qué cuanto tiempo estuve dentro del baño? Una hora se me hacía poco. Ya no sabía qué hacer, estaba jugando con un mechón de mi cabello, cuando tocaron la puerta. Yo me sobresalte, ¿Qué hacia? ¿Hablaba? Y ¿qué tal si era Joe?
—Alex, soy yo, Nick, ábreme, Joe ya se fue. —suspire aliviada mientras me ponía de pie.
—Esto se me hizo eterno…—dije saliendo del baño. Nick me miraba. — ¿Qué pasa?
— ¿No quieres hablar con Joe? — eso me tomo por sorpresa, así que solo me quede viéndolo por unos segundos. —Es que, creo yo, es mi simple opinión, pero creo que deben hablar. No digo que vuelvan a salir y que sean amigos, pero por lo menos, para que la tensión se baje. Eres como una hermana para mi, Alex. Y él es mi hermano, los dos son muy importantes para mí, y me pone mal que no se hablen y se eviten.
—Tal vez, tengas razón Nick. Pero yo no lo buscare. Yo no hice nada, y… no sé, solo yo no lo voy a buscar. —Mire mi reloj— Y ya me voy, se me hará tarde y…
—Si, huye de mis consejos…—dijo divertido. Yo solo lo mire seria. —Está bien, es una broma. ¿Hablamos luego si?
—Te quiero y gracias por escucharme.
Conduje a casa pensando en todo lo que había hablado Joe con Nick y Nick conmigo. Pero como le había dicho a Nick, yo no lo buscaría. Si Joe quiere verme, que me busque, porque yo no le voy a hablar. Y además, no quiero más problemas con Dylan. Me sentía tan confundida… ¿Cómo reaccionaría al ver a Joe? ¿Qué sentiría al tenerlo frente a mí de nuevo?
(…)
Habían pasado ya dos días desde que me había “peleado” con Dylan, Estaba por terminar el día y yo seguía yo sin hablar con él. El tampoco me había llamado, así que… no sé, yo no le quería llamar aun, porque suponía que si no me había llamado era por algo.
Los Jonas habían ofrecido su último concierto hoy, y mañana regresaban a Los Ángeles, a tomar un descanso antes de partir hacia Europa, para seguir con su tour mundial. Así que había invitado a Nick y a Kevin a cenar. Si a ellos dos, pero no podía decirle a Joe… estuvo aquí y no me había buscado, así que había dado por sentado que no quería verme, ni arreglar nada.
La cena había estado muy divertida, como los viejos tiempos. Nick y Kevin, habían inventado algo para poder salir sin Joe, y yo me sentía un poco culpable, pero ¿Qué podía hacer?
Me despedí de ellos, y prometí seguir en contacto.
Cuando iba dar vuelta a la derecha para llegar a casa, vi un auto estacionado frente a mi casa. Desde luego, era un auto que no conocía. Así que me pare detrás de él, un tanto confundida. Forcé un poco la vista, y en el reflejo de la lámpara, vi una silueta masculina, dándome la espalda. Me acerque lentamente, y con el corazón a mil por hora… Que no sea Joe, que no sea Joe, Que no se la haya ocurrido venir a visitarme, en su último día. Me iba repitiendo a mí misma, aunque otra parte de mi, deseaba que esa silueta fuera Joe.
—Eres una bipolar, Alex. —dijo la vocecita dentro de mí.
Baje del auto, y camine directo hacia la silueta, un tanto temerosa y nerviosa, cuando él se giro.
—Oh Dylan…eres tú.
—Lamento haberte decepcionado —dijo serio.
—No… lo hiciste. —dije sincera. Aunque la verdad, si lo había hecho un poco.
— Es tarde, ¿Dónde estabas? —me pregunto, y en su tono de voz, logre percibir un poco de miedo.
—Fui a cenar con Nick y Kevin, porque mañana regresan a Los Ángeles…—el iba a abrir la boca, cuando lo interrumpí. —Si te preguntas si fue Joe, no, no fue. Y no, no lo he visto.
—Alex, perdóname… —lo mire y lo decía en serio.
—Dylan, yo no tengo nada que perdonarte. No hiciste nada…
—Perdóname por dudar de ti, soy un imbécil, yo sé que aun lo quieres y…— me acerque y pose mis labios sobre los suyos. Lo tome por sorpresa, pero después de unos segundos, el me elevo y yo rodee su torso con mis piernas.
—Yo te quiero, Dylan.
Entramos a la casa, aun besándonos. Dylan se iba quitando la corbata con su mano libre, mientras que con la otra me sostenía. Como pudimos subimos a mi habitación, el me dejo sobre la cama, y no nos separábamos, seguíamos besándonos como si jamás hubiéramos sido besados.
Dylan, comenzó a desabotonar mi camisa, y me la quitaba, para así quedar solo en sostén, nunca había visto su pecho desnudo... Seguíamos besándonos, el poco a poco desviaba sus labios y besaba mi mejilla, iba más abajo y comenzaba a besar mi cuello y regresaba a mis labios. Acariciaba mi abdomen y mis piernas. Yo solo me dejaba llevar. De pronto, sentí como sus dedos, peleaba con el botón de mi jean, ahí fue cuando capte y me tense. El entendió y se detuvo.
—Lo siento. —dije mientras él se recostaba a mi lado. —Pero, no estoy preparada para ese paso todavía. —dije avergonzada.
—No, está bien Alex. No te presiones, no hay prisa. —dijo acariciando mi mano.
Lo mire con una sonrisa. En serio lo quería, mucho.
Me recosté en su pecho desnudo y comencé a escuchar los latidos de su agitado corazón.
—Dylan, quédate esta noche conmigo. —eleve mi cabeza y lo mire. El solo me sonrió con sus ojos y sus labios.
— ¿Segura?
—Si, solo quédate a acompañarme. No quiero estar sola. — el me apretó entre sus brazos y yo solo cerré los ojos y me sentí protegida.
No entendía que me pasaba, sentía algo, como un presentimiento… además, una pregunta se había formado en mi cabeza y no me dejaba en paz…
¿Se podía amar a dos personas al mismo tiempo?