miércoles, 16 de febrero de 2011

Capítulo #56

Lo miraba fijamente en espera de una respuesta de su parte, pero el solo me observaba con precaución.
— Y entonces... ¿Qué paso con mi papá?
— pregunte pausadamente y con la voz un poco temblorosa.
— Me gustaría decirte que lo encontramos, pero la realidad es que... no tenemos pista de el.
— yo enmudecí y no sabía que hacer, como reaccionar.— Lo siento mucho...
— No.... no es verdad ¿cierto? Es una broma— intentaba sonreír mientras mi barbilla comenzaba a temblar y mi voz se entrecortaba.
— Lo siento Alexandra, pero aun no perdemos las esperanzas de encontrarlo, mi equipo sigue trabajando en su búsqueda, aun no damos por terminado esto.
—De acuerdo.
—intente parecer tranquila.— ¿Qué me recomienda hacer?— inquirí aun con el nudo en la garganta.
— Le recomendaría que se mantuviera lo mas cerca posible de mi oficina. Quiero decir, aquí en Dallas. Así seria mas fácil para usted y para mi equipo contactarla si tenemos alguna noticias.
— ¿Quedarme aquí?
— Vaya...Al parecer el destino estaba de mi lado, días antes intentaba alejarme de Joe, irme lejos de Los Ángeles y ahora, el mismo destino me traía a Dallas. Tal vez, era lo que necesitaba, el empujoncito que me falta.— Bien, pero... tengo algunas cosas que arreglar en Los Ángeles.—dije pensativa.
—Bien, en cuanto ustedes me diga, nosotros le compramos el boleto de vuelta.
—Pero antes... ¿cree que sea posible que pueda ver a mi mamá?
—Oh si, claro que puede, le diré a mi secretaria que le de la dirección de la clínica donde esta internada. —me sonrió— usted regrese a su hotel, descanse y mañana puede salir hacia su casa.
—Gracias....—me puse de pie y le ofrecí mi mano.
—No agradezca para eso estamos.— le sonreí y me di la vuelta para caminar hacia la salida.

La verdad mi mente daba vueltas, no sabia que esperar de esto. Camine hacia el escritorio de la secretaria y ella me entrego una tarjeta con la dirección en donde se encontraba mi mamá.
Salí de aquel edificio, y en cuanto puse un pie fuera, sentí como las lagrimas se acumulaban en mis ojos, me hacía falta el aire y no sabia que podía hacer. Era lo que quería, mi papá seguía perdido en no se donde, mi mamá estaba en el hospital y Joe... Joe... el solo tenía algo que me pertenecía.

Me deje caer en uno de los escalones escondiendo mi rostro entre mis manos. Comenzaba a sollozar, a sentirme inútil, cuando sentí una mano sobre mi hombro. Levante mi cabeza y vi ahí parado a mi lado a Frank.
— ¿Esta usted bien señorita Alex?
— inquirió preocupado— ¿se encuentra todo bien?
Tenía ganas de responderle un "¿Cree que si todo estuviera bien, y me encontrara perfectamente. Estaría llorando en el piso?" pero me abstuve de responder eso, el solo intentaba ayudar.
—Si Frank... bueno en realidad un poco, mi papá sigue perdido y mi mamá esta internada aquí
—alce mi brazo y le enseñe la tarjeta— No se donde es, me siento realmente perdida.
—Oh vamos señorita, ánimo. Vera que todo saldrá bien. Es más, yo la llevo ahora mismo a visitar a su mamá.
—Pensé que su trabajo solo era traerme aquí y ya...
—Me contrataron para servirle en lo que necesite, además... aunque no fuera así, me encantaría ayudarla. Ande, límpiese las lágrimas y vayamos a visitar a su madre. Creo que a ella le encantaría verla.
— Gracias Frank...—limpie una lagrima que corría por mi mejilla y me puse de pie con su ayuda.
Le sonreí.

Puso en marcha el auto. No se cuanto tiempo estuve dentro, ya que por mi cabeza pasaban miles de cosas y a todas les intentaba buscar solución.
Me di cuenta de que había llegado, cuando me vi afuera de un gran edificio de cristal.
— ¿Aquí es?
—Si, aquí es... camine por ese sendero y encontrara la entrada, y mas al fondo encontrara la recepción. Ahí pregunte por la habitación de su madre. Aquí la esperare, bueno exactamente aquí no, iré a una cafetería cercana y estaré aquí cuando me llame ¿de acuerdo? — Inquirió mientras me abría la puerta para bajar. —Tenga, estas es mi tarjeta, y ahí viene mi numero de celular, para lo que necesite. Animo, todo saldrá bien.
—Gracias por tus ánimos Frank, realmente me haces sentir mejor.
El solo inclino levemente la cabeza y sonrío. Le sonreí igual y me encamine hacia la entrada.

Camine con la cabeza baja, fijándome por donde caminaba, me sentía en un gran estado de desconfianza hacia sí misma.
Llegue a la recepción, pregunte por mi madre y una enfermera me llevo hacia su habitación. Le di las gracias y le pedí que me dejara sola.
Estaba entre la puerta y un gran pasillo que daba a la salida, para poder salir huyendo, nunca antes me había sentido tan cobarde. ¿Ella sabría que mi papá no aparece? ¿Como estaría? Eran mil preguntas y no sabía si tenían respuesta, tal vez si, pero mi miedo a responderlas me bloqueaba por completo.

Golpee los nudillos de mis dedos ligeramente sobre la puerta. Una, dos, tres veces más, hasta que escuche una voz delicada detrás de la puerta.
—Pasen.
Tome aire y abrí la puerta, en el umbral de la habitación, recostada sobre un cama, se encontraba mi mamá, quien solo perdía su mirada a través del gran ventanal que tenía su cuarto.
Tome abrí la puerta y me miro fijamente, sus ojos color esmeralda me miraban sin comprender que hacia ahí. Yo, no sabía si correr a abrazarla o ponerme a llorar. Elegí las dos.
— ¡Oh mamá! —solloce cuando me encontraba entre sus brazos. — Pensé que te había perdido... se que no nos llevamos bien, pero no se que haría sin ti.
— Perdóname hija. Yo te quiero, aunque a veces no lo demostraba. Nunca te dejaría sola de por vida, eres mi niña, mi princesa. —decía mientras me tomaba de las mejillas y me miraba.
—Me alegra que estés bien— confié.
Estuvimos algunos minutos charlando del accidente, ella me preguntaba cosas irrelevantes.-la escuela, el baile, mis amigos, Los Ángeles, etc.
— ¿Y los Jonas? Me siento muy apenada con ellos, fui muy mala anfitriona.
—Oh no mamá, por ellos no te preocupes. Créeme que no les importo, estuvieron muy bien atendido, además, ellos sabían lo que ocurrió, estaban muy preocupados y no lo tomaron personal. Al contrario, me apoyaron mucho y nunca se separaron de mi. Son amigos mamá, casi de la familia.
— Me imagino. Cuando me sienta mejor llamare a Denise para agradecerle el que te haya cuidado muy bien Cariño. Tal vez les mande una arreglo de flores con frutas o algo por el estilo.
—No mamá, no te molestes...
—...Tal vez un mueble para su nueva casa...—cuando mi madre hablaba de compras, no entendía otras cosas.— ¿Por que ya se mudaron cierto?
—Si mamá.
—reí— ya se mudaron, pero creo que solo el arreglo floral esta bien, tienen muchos muebles.
—De acuerdo.
—guardo silencio por un segundo.— ¿Y los chicos?
— Bien, Kevin y Nick son como unos hermanos para mí, me divierto mucho cuando estoy con ellos.... no son los mismos de hace años... de acuerdo si son, pero son su versión mejorada al millón.
—Me alegro...¿Y que hay de Joseph? Siempre peleaban...
—Joe...
—baje la mirada y suspire.
—¿Dije algo malo?, ¿Le ocurrió algo?
— pregunto paciente.
—No, el esta bien.... Solo que, preferiría no hablar de el... Quizás luego.—intente sonar convincente, pero al parecer por el sexto sentido que tienen las madres, comprendió el porque no quería hablar de el, y ya no pregunto más.

Dejamos de hablar, ella se acomodo en su cama y descanso un rato. Mientras la veía descansar, decidí ir a preguntarle al doctor sobre su estado de salud, así que salí de la habitación y me encontré a una enfermera fuera, le pregunte por el docto y ella me llevo hacia donde se encontraba.
Fuera de su consultorio, toque un poco la puerta ya que estaba entreabierta, el me hizo señas de que pasar y así fue, estando dentro me dijo su nombre y me pregunto que era lo que necesitaba, le comente de mi madre y el solo asintió.
—Bien, pensamos que la señora no tenía familiares.
—Pues vea, si tiene
—sonreí— soy su hija. ¿Sería mucha molestia se me informara de su estado?
—No se preocupe, para eso estamos, para informar.
—aclaro su garganta— Vera, su madre recibió un golpe muy fuerte en la cabeza, por tal motivo su cerebro se inflamo mucho por dentro -yo solo asentía- Por lo cual, tenemos que tenerla en observación por algunas semanas o quizás meses, depende como baje la inflamación, ya que un dolor de cabeza o un golpe accidental, puede ser fatal para ella, ya que podría encadenarse una muerte cerebral o un derrame.
—Pero...¿fuera de eso esta bien? Digo, ¿Mientras este aquí esta fuero de peligro?
—Así es, es mejor que este en observación.
—Ok, no planeaba que saliera, yo me vendré a Dallas, supongo que podre estar aquí hasta que se mejore.

Terminamos de hablar y yo fui hacia la habitación de mi madre, al abrir la puerta, ella estaba exaltada. Demasiado diría yo.
—Ma, ¿Qué pasa?
— me preocupe al verla así.
—¡Tu padre! No lo he visto, necesito saber de el.
Comenzó a jalarse el cabello y a intentar abrir el ventanal.
— ¡Tranquila mamá!
— no me hacia caso, así que opte por llamar a la enfermera, ella llego rápido y le aplico un calmante.
—Tiene días poniéndose así, y no sabemos aun que decirle.
—No se preocupe, Gracias. Creo que yo debo explicarle.
—¿Explicarme que?
—inquirió mi madre medio adormecida.
—Descansa Ma, cuando despiertes prometo hablarte de papá...
Ella durmió y yo no dejaba de morder mi labio inferior mientras la observaba... ¿Qué podía decirle? Estaba igual que ella, no sabía absolutamente nada.


1 comentario:

  1. alfin un capituloo!!! estaba con abstinencia!
    jaja aii qe triste! su papa no esta..:(
    espero qe lo encuentren!
    seguila! amo tu nove!♥

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