martes, 22 de febrero de 2011

AVISO: (el post anterior es capitulo nuevo)

Chicas, se que me ausente(fue por fuerzas de causa mayor(?) okno, se me bloqueo el word y no podía hacer nada) pero ahora podre subir capitulo mínimo 2 veces por semana o máximo 3 o 4. (porque se me dificulta un poco)
Espero entiendan, se que lo harán porque me han estado esperando mucho y enserio se los APRECIO demasiado.
GRACIAS por seguir leyendo mi novela, es muy importante para mi.

Por cierto, la otra novela que publicaba, ya tiene nuevo capitulo, por si la quieren leer, apenas tiene 17 capítulos, es de un libro normal, solo le cambie el nombre a los personajes y uno de ellos es Joe. "I Love The Way You Lie" <---ese es el link.

Otra cosita... este es mi twitter @waalkinthesuun por si quieren contactarme o lo que sea.
AMARIA si dejaran sus opiniones de cada capitulo, ya comenzare a escribir capítulos nuevos.

GRACIAS otra vez por su atención.
Yanan.




Capítulo #57

La tarde transcurrió en paz, mi mamá durmió la mayor parte del tiempo y yo solo observaba a través de la venta, pensaba en todo lo que estaba por ocurrir en mi vida, en los cambios que tendría que hacer, y en que debía hacer para que esto saliera bien. Tenia una revista sobre mi regazo, la cual no leía y solo cambiaba de pagina.

Tal vez todo esto estaba ocurriendo así de rápido y así de precipitado, por algo... tal vez era mi momento de intentar ser feliz con mi renovada madre. Tal vez era tiempo de volver a ser una familia.... Y hablando de familia, la imagen de mi padre se coló por mi mente. ¿Como le diría a mi madre, que mi Papa aun andaba desaparecido?, ¿De que manera se lo debía decir, para que lo tomara con calma y tranquilidad?
—Hijas— dijo una voz débil detrás de mi, yo voltee a ver a mi madre que estaba sobre la cama, recostada observandome.
—Dime ma, ¿que pasa?
—¿En que piensas? Llevo varios minutos despierta y te he estado observando, y solo perdías tu vista en un punto.
—Nada mamá, nada importante no te preocupes.—Me puse de pie dejando la revista sobre el asiento—. ¿Como te sientes?
—Mejor hija, gracias.—palmeo mis manos- ¿Y tu?
—¿Yo?—repetí la pregunta extrañada. Ella asintió.— Yo estoy bien mamá, ahora estoy mejor al saber que Tú estas bien. —sonreí.
— ¿Estas segura cariño?—solo su mano derecha de mis manos y acaricio mi mejilla.— Tus ojos ya no brillan como antes. Sabes que puedes confiar en mi, ahora puedes contarme todo lo que te ocurre, Soy tu mamá.— mis ojos se cristalizaron, pero pude contenerme, solo un nudo se formo en mi garganta. Era todo junto, alegría y tristeza. La alegría era por el positivo cambio de mi madre y la tristeza... por no poder expresarle aun mis sentimientos, mis temores y mis problemas.
—Lo sé mamá y te lo agradezco, pero enserio no tengo nada, solo estoy un poco agotada.
—¿Segura Hija?— inquirió nuevamente.
—Si mamá, completamente segura.
—Entonces deberías irte a descansar, yo estaré bien.
—De eso estoy segura mamá. En un momento mas me voy, para que tu también descanses.
—Hija...dime algo. Bueno mas bien, quiero que me lo confirmes y quiero que me digas la verdad.—yo asentí—. Bien, se que tu padre aun no aparece, lo acabo de comprender. ¿estoy en lo correcto?
—Si, estas en lo correcto, hoy me dijeron eso. Aun no saben de el, pero seguirán buscándolo. No te preocupes, el estará bien. No te dije cuando me lo preguntaste, porque aun no sabia bien como decirlo sin que te preocuparas, no sabia como reaccionarias. Después, te pusiste un poco exaltada y supe que no era el momento.
—Entiendo—suspiro algo triste— Gracias por decírmelo, ahora me siento un poco tranquila. solo un poco. Y ¿Que haremos?
—Yo mañana me regresare a Los Ángeles, por algunas cosas. Nos quedaremos aquí en Dallas por un tiempo, en lo que tu te recuperas y en lo que aparece Papá. Buscaremos un lugar donde quedarnos y tal vez para matar el tiempo, me ponga a hacer algo productivo como trabajar, estudiar, no sé... eso ya lo veré después.
—Me parece buena idea, tal vez puedas, no sé.... hacer lo que tanto te gusta. Estudiar música.—En algún momento de mi vida esto me hubiera parecido un sueño hecho realidad, pero ahora, no me hacia tan feliz hacerlo. Digamos que todo lo que había planeado hacer ya no me llenaba; La música, el baile y todo lo que por un momento había pasado por mi mente.
—No creo, tal vez encuentre otro pasatiempo.—suspire.
Una enfermera interrumpió nuestra platica, ya que le traía la cena a mi madre y a decirme que si me iba a quedar aquí con ella, o si me iba a ir. Ya que el horario de visitas había terminado.
—No, no me quedare a dormir con ella. En un momento me iré.— dije mientras miraba mi reloj. Ella asintió y salio de la habitación.— Cena mamá, y descansa, yo mañana vendré temprano a verte y después iré a las oficinas del gobierno de Dallas, para preguntar sobre mi papá de nuevo y después de me iré a L.A.
—¿Y porque tienes que ir a esas oficinas?
—De ahí me llamaron cuando apareciste, me esta atendiendo el de relaciones publicas o algo así.
—Ah, comprendo. Pues, seria bueno que ya te fueras a descansar. Yo estaré bien ¿De acuerdo?
—Ok, ok ya me iré.— me puse de pie y bese su frente, ella me dio la bendición y le sonreí.
Camine hacia la silla, e iba a tomar mi bolso, cuando vi la revista que minutos antes estaba hojeando, se había quedado abierta en una pagina de eventos sociales. Me lleve una gran sorpresa al ver una foto de Joe con Camilla tomados de la mano y sonriendo muy felices. Suspire y cerré la revista. —Mañana vengo por la mañana. Te quiero mucho.— le dije adiós con la mano y ella me respondió con una sincera sonrisa.

Salí de la habitación y saque mi celular, marque el numero de Frank para decirle que ya iba de salida. El solo dijo que estaba a 5 minutos de distancia y que no tardaría. Camine hacia la salida y me acerque a donde se encontraba el auto y subí.
Frank me llevo al hotel y acordamos vernos a las 9 de la mañana, para ir a recoger mi boleto de avión y para ir a ver a mi madre después de eso.

Subí a mi habitación, me despoje de mis zapatos y de mi delgado suéter. Camine hacia la ducha y abrí la llave del agua caliente, fui hacia el armario, saque mi pijama y la deje sobre la cama.
Me duche y me relaje. Después me recoste en la cama y me quede dormida, estaba tan agotada que no cene absolutamente nada.

El teléfono de la habitación comienzo a sonar, yo estaba tan cansada que ni siquiera quería abrir los ojos. Como pude conteste el teléfono, eran de la recepción, yo había pedido que me despertaras a las 8.30 para alistarme y estar lista a las 9.00. Les di las gracias y colgué. Como pude me desperté y me fui a lavar la cara y los dientes, saque un cambio de ropa y acomode mi maleta. Me puse n poco de maquillaje y me cepille el cabello. Tome mis maletas y pertenencias y baje hacia el restaurante del hotel para comer un poco de fruta. Eran las 9.10 y Frank llamo a mi celular diciendo que ya había llegado. Fui hacia el lobby a entregar la tarjeta de la habitación.
Salude a Frank, tomo mis maletas y me subí al auto. Fuimos hacia el hospital primero, fui a decirle a mi madre que intentaría llegar por la noche para visitarla. Ella me dio la bendición de nuevo y me fui.
—Bien Frank, segunda parada. vamos a las oficinas del señor Johns. —el asintió y encendió el auto.

Llegamos a las oficinas. Le pedí a Frank que me esperara en el auto, que no tardarías, el asintió y me abrió la puerta.
—Hola buenos Días.—dije al entrar.­— Quede de verme con el Licenciado Johns en dos minutos.
—Oh, usted es la señorita McCartney.—yo asentí— El señor lo espera en su oficina, por favor pase.—asentí en modo de gracias.
Camine hacia la oficina y toque delicadamente con mis nudillos. Gritaron un "pase" así que abrí la puerta y entre.
—Buenos Días.
—Buenos Días, señorita McCartney. Que puntual que es usted.
—Gracias, lo que pasa es que quiero llegar temprano.
—Perfecto, por favor siéntese, no nos tomara mucho tiempo.—me indico la silla con su derecha, mientras el tomaba asiento.
—Gracias. Solo quería decirle que me iré a Los Ángeles, a arreglar unos asuntos para poder quedarme aquí en Dallas algún tiempo.
—¿Ah si?— inquirió interesado. —Me parece bien. y ¿Como esta su madre?
—Bien gracias. ya le dije lo de papá.
—¿Y como lo tomo?
—Mejor que yo. me sorprendió.
—Eso es bueno. Alexandra, tengo un boleto de avión para que usted vaya a Los Ángeles y regrese a al hora que desee.
—No se hubiera molestado.—dije tímida— Le prometo que le pagare todo y cada una de las cosas que ha hecho por mi familia.
—No se preocupe, no le estoy cobrando.—dijo divertido.
—Insisto, debe dejar que le pague.
—De acuerdo, pero eso lo hablamos luego.—me sonrió y yo le regrese la sonrisa un poco nerviosa. — ¿Ya desayuno?
—Si gracias, en el hotel antes de venir.
—Bien... entonces que mas puedo hacer por usted, si no acepto mi indirecta para invitarla a desayunar.—me sorprendí ligeramente y mis mejillas se tornaron de un rosa pálido.
—Lo siento—sonreí— Quizás luego.—guarde silencio un momento.—¿Sabe que? Creo que si hay algo que pueda hacer por mi.
—Perfecto, dígame.
—Necesito ver unas casas para rentar o algo por el estilo, mientras estoy acá.—el asintió—¿Seria mucha molesta si alguien las viera por mi y me manda las imágenes a mi celular?
­—Oh claro que no, usted nada mas dígame como la quiere y lo que quiera gastar en ella y pondré a alguien a buscar la casa.
Le sonreí, era muy atento conmigo. Le di algunos datos para que me hicieran llegar las imágenes, así como algunos números telefónicos.
—Muchas Gracias­—dije sinceramente. Mire mi reloj y me di cuenta de la hora.—El tiempo se me paso volando, creo que debo irme ya al aeropuerto, si quiero estar de regreso hoy mismo.—me puse de pie y le ofrecí mi mano como agradecimiento.—Muchas Gracias otra vez Licenciado. En serio, muchísimas gracias.
—Dime Dylan. Nada de formalismos, me haces sentir muy viejo.
—Ok­— sonreí—Lo siento Dylan. Bueno, me pondré en contacto con usted. Gracias De nuevo.—camine hacia la puerta y cuando estaba apunto de salir, el hablo.
—¿Y yo puedo llamarte por tu nombre?—dijo aun de pie.
—Dime Alex.—sonreí y salí de su oficina. El se quedo sonriendo.

Al llegar al auto, le dije a Frank, que se fuera rápidamente al aeropuerto, ya era la una de la tarde y quería llegar rápido a Los Ángeles.
Frank, me dejo afuera del aeropuerto, bajo mis maletas y las puso en un carrito. Me despedí de el diciéndole que le llamaría cuando regresara.

Camine por el aeropuerto, hacia la aerolínea en donde tomaría el vuelvo. Di mi boleto y me dijeron que el avión estaba apunto de salir. Di las gracias y camine por un túnel hasta el avión, di me equipaje y me guiaron a mi asiento.
Me senté y recargue mi cabeza en el respaldo, tome aire, cerré los ojos e intente relajarme.
Después de 1 hora y media de viaje, llegamos al aeropuerto. Baje del avión y camine hacia donde debía recoger mi equipaje.
Observaba a mi alrededor, mientras estaba esperando mis maletas. Vi varios anuncios de una próxima gira mundial de los chicos, mi corazón se encogió al ver su imagen frente a mi.
Mis maletas llegaron, las tome y camine hacia la salida, para pedir un taxi que me llevara a casa.

Dentro del taxi, cada vez me acercaba mas a casa, y cada vez sentía meas emoción o miedo, no lograba definir como me sentía, pero era algo extraño. En cada rincón de la ciudad, había algún anuncio de la gira de los Jonas y cada vez que me acercaba mas a mi casa, me quería alejar de ella.
—¿ Aquí es señorita?—me saco de mis pensamientos el chofer del taxi.
—Oh si, Muchas gracias. —le di unos cuantos dolares y baje del taxi para tomar mis maletas.
Camine por el sendero de mi casa, con cierta dificultada, ya que los tacones y las maletas no me dejaban caminar muy bien que digamos.
—¿Alex?—inquirieron con sorpresa detrás de mi. Yo me quede sin habla. —¡Alex! ¡Si eres tú!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Capítulo #56

Lo miraba fijamente en espera de una respuesta de su parte, pero el solo me observaba con precaución.
— Y entonces... ¿Qué paso con mi papá?
— pregunte pausadamente y con la voz un poco temblorosa.
— Me gustaría decirte que lo encontramos, pero la realidad es que... no tenemos pista de el.
— yo enmudecí y no sabía que hacer, como reaccionar.— Lo siento mucho...
— No.... no es verdad ¿cierto? Es una broma— intentaba sonreír mientras mi barbilla comenzaba a temblar y mi voz se entrecortaba.
— Lo siento Alexandra, pero aun no perdemos las esperanzas de encontrarlo, mi equipo sigue trabajando en su búsqueda, aun no damos por terminado esto.
—De acuerdo.
—intente parecer tranquila.— ¿Qué me recomienda hacer?— inquirí aun con el nudo en la garganta.
— Le recomendaría que se mantuviera lo mas cerca posible de mi oficina. Quiero decir, aquí en Dallas. Así seria mas fácil para usted y para mi equipo contactarla si tenemos alguna noticias.
— ¿Quedarme aquí?
— Vaya...Al parecer el destino estaba de mi lado, días antes intentaba alejarme de Joe, irme lejos de Los Ángeles y ahora, el mismo destino me traía a Dallas. Tal vez, era lo que necesitaba, el empujoncito que me falta.— Bien, pero... tengo algunas cosas que arreglar en Los Ángeles.—dije pensativa.
—Bien, en cuanto ustedes me diga, nosotros le compramos el boleto de vuelta.
—Pero antes... ¿cree que sea posible que pueda ver a mi mamá?
—Oh si, claro que puede, le diré a mi secretaria que le de la dirección de la clínica donde esta internada. —me sonrió— usted regrese a su hotel, descanse y mañana puede salir hacia su casa.
—Gracias....—me puse de pie y le ofrecí mi mano.
—No agradezca para eso estamos.— le sonreí y me di la vuelta para caminar hacia la salida.

La verdad mi mente daba vueltas, no sabia que esperar de esto. Camine hacia el escritorio de la secretaria y ella me entrego una tarjeta con la dirección en donde se encontraba mi mamá.
Salí de aquel edificio, y en cuanto puse un pie fuera, sentí como las lagrimas se acumulaban en mis ojos, me hacía falta el aire y no sabia que podía hacer. Era lo que quería, mi papá seguía perdido en no se donde, mi mamá estaba en el hospital y Joe... Joe... el solo tenía algo que me pertenecía.

Me deje caer en uno de los escalones escondiendo mi rostro entre mis manos. Comenzaba a sollozar, a sentirme inútil, cuando sentí una mano sobre mi hombro. Levante mi cabeza y vi ahí parado a mi lado a Frank.
— ¿Esta usted bien señorita Alex?
— inquirió preocupado— ¿se encuentra todo bien?
Tenía ganas de responderle un "¿Cree que si todo estuviera bien, y me encontrara perfectamente. Estaría llorando en el piso?" pero me abstuve de responder eso, el solo intentaba ayudar.
—Si Frank... bueno en realidad un poco, mi papá sigue perdido y mi mamá esta internada aquí
—alce mi brazo y le enseñe la tarjeta— No se donde es, me siento realmente perdida.
—Oh vamos señorita, ánimo. Vera que todo saldrá bien. Es más, yo la llevo ahora mismo a visitar a su mamá.
—Pensé que su trabajo solo era traerme aquí y ya...
—Me contrataron para servirle en lo que necesite, además... aunque no fuera así, me encantaría ayudarla. Ande, límpiese las lágrimas y vayamos a visitar a su madre. Creo que a ella le encantaría verla.
— Gracias Frank...—limpie una lagrima que corría por mi mejilla y me puse de pie con su ayuda.
Le sonreí.

Puso en marcha el auto. No se cuanto tiempo estuve dentro, ya que por mi cabeza pasaban miles de cosas y a todas les intentaba buscar solución.
Me di cuenta de que había llegado, cuando me vi afuera de un gran edificio de cristal.
— ¿Aquí es?
—Si, aquí es... camine por ese sendero y encontrara la entrada, y mas al fondo encontrara la recepción. Ahí pregunte por la habitación de su madre. Aquí la esperare, bueno exactamente aquí no, iré a una cafetería cercana y estaré aquí cuando me llame ¿de acuerdo? — Inquirió mientras me abría la puerta para bajar. —Tenga, estas es mi tarjeta, y ahí viene mi numero de celular, para lo que necesite. Animo, todo saldrá bien.
—Gracias por tus ánimos Frank, realmente me haces sentir mejor.
El solo inclino levemente la cabeza y sonrío. Le sonreí igual y me encamine hacia la entrada.

Camine con la cabeza baja, fijándome por donde caminaba, me sentía en un gran estado de desconfianza hacia sí misma.
Llegue a la recepción, pregunte por mi madre y una enfermera me llevo hacia su habitación. Le di las gracias y le pedí que me dejara sola.
Estaba entre la puerta y un gran pasillo que daba a la salida, para poder salir huyendo, nunca antes me había sentido tan cobarde. ¿Ella sabría que mi papá no aparece? ¿Como estaría? Eran mil preguntas y no sabía si tenían respuesta, tal vez si, pero mi miedo a responderlas me bloqueaba por completo.

Golpee los nudillos de mis dedos ligeramente sobre la puerta. Una, dos, tres veces más, hasta que escuche una voz delicada detrás de la puerta.
—Pasen.
Tome aire y abrí la puerta, en el umbral de la habitación, recostada sobre un cama, se encontraba mi mamá, quien solo perdía su mirada a través del gran ventanal que tenía su cuarto.
Tome abrí la puerta y me miro fijamente, sus ojos color esmeralda me miraban sin comprender que hacia ahí. Yo, no sabía si correr a abrazarla o ponerme a llorar. Elegí las dos.
— ¡Oh mamá! —solloce cuando me encontraba entre sus brazos. — Pensé que te había perdido... se que no nos llevamos bien, pero no se que haría sin ti.
— Perdóname hija. Yo te quiero, aunque a veces no lo demostraba. Nunca te dejaría sola de por vida, eres mi niña, mi princesa. —decía mientras me tomaba de las mejillas y me miraba.
—Me alegra que estés bien— confié.
Estuvimos algunos minutos charlando del accidente, ella me preguntaba cosas irrelevantes.-la escuela, el baile, mis amigos, Los Ángeles, etc.
— ¿Y los Jonas? Me siento muy apenada con ellos, fui muy mala anfitriona.
—Oh no mamá, por ellos no te preocupes. Créeme que no les importo, estuvieron muy bien atendido, además, ellos sabían lo que ocurrió, estaban muy preocupados y no lo tomaron personal. Al contrario, me apoyaron mucho y nunca se separaron de mi. Son amigos mamá, casi de la familia.
— Me imagino. Cuando me sienta mejor llamare a Denise para agradecerle el que te haya cuidado muy bien Cariño. Tal vez les mande una arreglo de flores con frutas o algo por el estilo.
—No mamá, no te molestes...
—...Tal vez un mueble para su nueva casa...—cuando mi madre hablaba de compras, no entendía otras cosas.— ¿Por que ya se mudaron cierto?
—Si mamá.
—reí— ya se mudaron, pero creo que solo el arreglo floral esta bien, tienen muchos muebles.
—De acuerdo.
—guardo silencio por un segundo.— ¿Y los chicos?
— Bien, Kevin y Nick son como unos hermanos para mí, me divierto mucho cuando estoy con ellos.... no son los mismos de hace años... de acuerdo si son, pero son su versión mejorada al millón.
—Me alegro...¿Y que hay de Joseph? Siempre peleaban...
—Joe...
—baje la mirada y suspire.
—¿Dije algo malo?, ¿Le ocurrió algo?
— pregunto paciente.
—No, el esta bien.... Solo que, preferiría no hablar de el... Quizás luego.—intente sonar convincente, pero al parecer por el sexto sentido que tienen las madres, comprendió el porque no quería hablar de el, y ya no pregunto más.

Dejamos de hablar, ella se acomodo en su cama y descanso un rato. Mientras la veía descansar, decidí ir a preguntarle al doctor sobre su estado de salud, así que salí de la habitación y me encontré a una enfermera fuera, le pregunte por el docto y ella me llevo hacia donde se encontraba.
Fuera de su consultorio, toque un poco la puerta ya que estaba entreabierta, el me hizo señas de que pasar y así fue, estando dentro me dijo su nombre y me pregunto que era lo que necesitaba, le comente de mi madre y el solo asintió.
—Bien, pensamos que la señora no tenía familiares.
—Pues vea, si tiene
—sonreí— soy su hija. ¿Sería mucha molestia se me informara de su estado?
—No se preocupe, para eso estamos, para informar.
—aclaro su garganta— Vera, su madre recibió un golpe muy fuerte en la cabeza, por tal motivo su cerebro se inflamo mucho por dentro -yo solo asentía- Por lo cual, tenemos que tenerla en observación por algunas semanas o quizás meses, depende como baje la inflamación, ya que un dolor de cabeza o un golpe accidental, puede ser fatal para ella, ya que podría encadenarse una muerte cerebral o un derrame.
—Pero...¿fuera de eso esta bien? Digo, ¿Mientras este aquí esta fuero de peligro?
—Así es, es mejor que este en observación.
—Ok, no planeaba que saliera, yo me vendré a Dallas, supongo que podre estar aquí hasta que se mejore.

Terminamos de hablar y yo fui hacia la habitación de mi madre, al abrir la puerta, ella estaba exaltada. Demasiado diría yo.
—Ma, ¿Qué pasa?
— me preocupe al verla así.
—¡Tu padre! No lo he visto, necesito saber de el.
Comenzó a jalarse el cabello y a intentar abrir el ventanal.
— ¡Tranquila mamá!
— no me hacia caso, así que opte por llamar a la enfermera, ella llego rápido y le aplico un calmante.
—Tiene días poniéndose así, y no sabemos aun que decirle.
—No se preocupe, Gracias. Creo que yo debo explicarle.
—¿Explicarme que?
—inquirió mi madre medio adormecida.
—Descansa Ma, cuando despiertes prometo hablarte de papá...
Ella durmió y yo no dejaba de morder mi labio inferior mientras la observaba... ¿Qué podía decirle? Estaba igual que ella, no sabía absolutamente nada.


lunes, 7 de febrero de 2011

Capítulo #55

Aborde el avión que me llevaría a Dallas, el viaje no era muy largo, pero me sentía agotada, así que solo recargue mi cabeza en el respaldo y perdí mi vista en la ventanilla.
Cuando el avión aterrizo y salí de el, vi que el día era algo caluroso. Camine con una especie de emoción sobre de mi al entrar al aeropuerto y después de ir por mi maleta, busque con la mirada a alguien que tuviera un letrero con mi nombre o algo por el estilo, pero no vi a nadie, así que me hice a un lado para que pasara la gente y me fui a sentar a una de las bancas que había cerca de ahí.

Revisaba mi celular, para ver si tenía algún mensaje nuevo. no tenía mensajes, pero si algunas llamadas perdidas: Dos de Nick, Dos de Kevin, una de su casa y una más de..¿Joe?, se me hizo un poco extraño, pero lo ignore al mirar mi reloj y vi que era tiempo de marcarles, ya que había tardado en llegar.
Le marque a Nick y no contesto, marque al celular de Kevin y tampoco respondió... No le marcaría a Joseph, así que marque a su casa y me respondió Denise, le avise que ya había llegado y que solo esperaba que me recogieran. Después de explicarle un poco, colgamos y me puse de pie nuevamente, para ver si veía a alguien que me viera y se preguntara si era yo a la que buscaban, pero no, nadie me veía extrañamente. Me senté de nuevo y en cuanto lo hice, una mano se postro en mi hombre, me gire extrañada y vi a un señor grande de edad, -vestido formalmente- sus mejillas redondeadas y rosas, cubiertas por una tupida y bien recortada barba blanca, mostraban una sonrisa de esperanza al verme.
— ¿Es usted la Señorita Marie?
— Mmm, Alex.-sonreí- ¿Usted quien es?
— Yo soy Frank, seré su chófer en lo que esta en Dallas. Perdone el retraso, pro había mucho trafico por donde venía. —se disculpo.
—Oh no, no hay problema, no se preocupe.
—Gracias. Vayamos.
Tomo mi maleta y me hizo caminar detrás de el. Llegamos al auto, un mercedes color negro. Me abrió la puerta y me dio el paso para subir. Después de que subió mi maleta, el arranco el auto y me llevo hacia el hotel.
— En 2 horas estaré aquí por usted.
—De acuerdo, Gracias.... ¿lo veré en el Lobby?
El asintió y se alejo de mi vista. Me acerque a la recepción y pregunte por mi habitación, una señorita me dio mi tarjeta y un botones me llevo hacia allá. Le di una modesta propina y cerré la puerta, para descansar y comer un poco.

Saque un cambio de ropa de mi maleta y camine hacia el baño para darme una ducha, ya que por el viaje, me sentía algo pegajosa. Cuando termine de bañarme y de cambiarme, pedí algo de comida a la habitación y me puse a ver un poco el televisor. Le deje en los dibujos animados y me puse a pensar en cosas irrelevantes, como por ejemplo, el porque me habían citado en Dallas.
Deje de pensar en eso y me puse de pie ya que habían pasado las dos horas, y no tardaban en venir por mí. Así que me puse de pie y camine hacia donde estaba mi bolso, lo tome y salí de la habitación para bajar al primer piso.

Al llegar al Lobby, vi al señor parado en el centro y camine hacia él.
— Bien, ya estoy lista ¿iremos ya a ver a las personas que me citaron?— en realidad quería terminar con esto pronto y volver a casa.
—Si, ya iremos allá. No hagamos esperar a estas personas.
—De acuerdo.— dije sin ganas.
—¿Se encuentra bien?
—Si... quiero decir no. No se para que me citaron ¿usted sabe algo?
—Lamentablemente no me informan de nada, solo me mandaron por usted. No se preocupe, no creo que sea algo malo.
—Espero
—y concluí la conversación con una mueca que intentaba parece una sonrisa.

Frank, me dio paso para que comenzara a caminar primero. Así que al salir y ver el mercedes estacionada fuera, dentro de mi sentía miles de sensaciones muy diferentes, eran algo así como nervios y miedo... pero mas que nada miedo.

El auto arranco y yo solo veía a través de la ventanilla como pasaban rápidamente los arboles, los postes y cualquier cosa que se encontraba fuera. No entendía el por que de ir tan rápido y el por que del miedo que sentía.
Recargue mi cabeza en el respaldo del asiento y comencé a tararear una canción de los chicos, que no se el por que, pero me hacia realmente dejar de pensar en preocupaciones, que si por el momento no tenían sentido, no debían preocuparme.

El auto se estaciono frente a un gran edificio color blanco. Frank me vio desde el retrovisor, asintiendo y dándome a entender que habíamos llegado a nuestro destino. Bajo del auto y camino hacia mi puerta para ayudarme a bajar.
—Supongo que debo entrar ¿no?
—el solo se limito a asentir con su cabeza y a sonreírme. — Bien, pues terminemos con esto pronto. —comencé a caminar, pero al estar entre la puerta y el auto, me gire para ver al que por el momento era mi acompañante. Lo mire apenada — Frank... ¿Estará aquí para cuando salga?
—Si usted así lo desea, con gusto la esperare señorita.
—Me gustaría mucho que estuviera, me inspira confianza y no tengo a nadie más aquí....¿si podría?
—Sería un placer. Ahora, sonría y entre.
—me animo con una sonrisa.
Frank me recordaba un poco a mi abuelo, por eso sentía algo especial por este señor, al que acababa de conocer. Su voz me transmitía seguridad, calidez y sobre todo la experiencia que cualquier adulto lleva consigo.
Le sonreí de vuelta y me gire para entrar por aquella gran puerta de madera gruesa.

Al poner un pie dentro, una señorita con traje sastre, se me acerco y me pregunto que cual era el motivo por el que estaba ahí. Yo le explique que me habían llamado y me habían citado, ella solo se quedo un poco sorprendida, no dijo nada más y me
guió hacia una puerta que estaba al fondo de un gran pasillo, y que por fuera tenía un letrero que decía "Oficina Principal".
—Tome asiento. En un momento estarán con usted. —intento sonar amable, pero en su voz aún había un poco de curiosidad.

—Gracias.
Ella asintió y salió, dejándome sola en la fría habitación, que para nada encajaba con el rustico edificio, al contrario, intentaba ser sofisticada, pero aun con un poco de lo rustico de Texas.

Tome un lápiz que se encontraba sobre el escritorio y comencé a golpearlo sobre los papeles que había ahí, mientras miraba alrededor, cansada de espera, ya que la señorita que me había recibido, tenia más de 30 minutos de haberse ido.
Bufe y deje de golpear la mesa, para llevarme las manos a la cabeza.
—Perdone la tardanza
— dijo una voz masculina detrás de mí. — Soy Dylan Johns.— me gire para verlo. Y vi a un chico joven, de poco más de 25 años entrando a la habitación con una carpeta llena de papeles. No lo negare, era atractivo. La pequeña barba que parece crecer en su rostro, lo hace ver aún mas interesante, sus picaros, pero a la vez penetrantes ojos azules me miraban... Y vamos, ¿porque me fijo en eso? Lo que quiero es irme de aquí. —Buenas tardes—me ofreció su derecha en forma de saludo y me sonrió mostrándome sus blancos dientes.
—Alexandra Farrella
— dije poniéndome de pie en el momento en que le daba la mano.
—Mucho gusto Señorita Farrella.
— señalo el asiento, para que me sentara. — pensé que no vendría.— dejo caer su espalda sobre el respaldo de la silla.
— ¿Por qué no tendría que venir, si todo esto tiene que ver conmigo?
—dije algo cortante y a la vez sarcástica, el se enderezo en su asiento y me miro fijamente y con una ligera sonrisa, sin dejar de hacer girar el bolígrafo que traía en su mano.
—Bien, al parecer lleva prisa.
—Si, le agradecería que fuera al grano de la situación, en serio, no sé porque me llamaron y...-bufe- no entiendo absolutamente nada.
—Mmm, al parecer nadie le explico lo que sucedía...
—lo interrumpí.
—...Pues le diré que llevo algo de tiempo esperando, y ni un vaso de agua me ofrecieron, así que no entiendo como espera que me dieran información.
—el me miro sorprendido al ver mi reacción.— Lo siento...—me disculpe— Pero digamos que estoy un poco nerviosa y no se porque.
—No, no se preocupe, entiendo su reacción y le llamare la atención a mi secretaria...
—iba a abrir la boca para abogar por su secretaría, ya que no quería ser la culpable de que la despidieran. Pero el me callo. —Señorita Farrella, le regaría que me dejara hablar—dijo divertido por mi reacción, ya que parecía una pequeña niña peleonera.
—Alexandra... no señorita Farrella, no soy tan vieja.
—De acuerdo, Alexandra. Le pediré que me deje hablar, no despediré a mi secretaria, no se preocupe.
—sonreí tímidamente.— Bien, le explicare...—aclaro su garganta y yo lo miraba detenidamente. Vera, como le dijimos cuando la contactamos, encontramos el maletín que según veo es de su padre. Y también encontramos el avión sumergido en el agua. No estaba cerca de Dallas, pero como el avión venía hacia acá, nos tocó a nosotros todo este asunto.
—Ok....Ok, pero no me interesa el avión, ni mucho menos el maletín. ¿Mis padres? ¿estaban ahí mis padres? ¿Sabe donde están?
— comenzaba a sentir una presión en mi pecho y me respiración comenzaba a agitarse. Un estruendoso ruido, al parecer el de un relámpago hizo que el silencio que se había formado en la habitación se eliminara.
—Le pediría que se calme, Alexandra.
—parecía nervioso.
— ¿Como pide que me calme? ¡No se que ha pasado con mis padres, tengo meses sin verlos y vengo porque me dirán algo y me dicen todo en partes!
—el no decía nada, solo escuchaba mis reclamos, educadamente.
Me di cuenta, que gritando y poniéndome como loca no llegaría a ningún lado y mucho menos terminaría de decirme lo que había pasado. Deje caer mi espalda sobre el respaldo, recargando mi brazo sobre el reposa-brazos de la silla y tapándome la cara por la vergüenza, suspire.
—Lo siento...—lo mire avergonzada una vez mas.

— No se preocupe... una vez mas, intento comprender su actitud. Pero no llega a ningún lado poniéndose histérica.
—Si, eso lo sé. por eso lo siento... ¿Podría continuar?
— Como le decía, cerca de donde cayo el avión, había un pequeño pueblo, ahí fue a donde fuimos después de encontrar el maletín ya que uno de los testigo, nos dijo que habían llevado a una clínica cercana a una persona, que venía en el avión. Así que fuimos y nos dimos cuenta de que era su madre, por los datos y el pasaporte que venía dentro.
—los ojos se me iluminaron.
— ¿Ella esta bien?
—Si, esta bien. Solo con algunas fracturas y raspones, gracias al golpe que sufrió al caer el avión.
—sonrió al ver mi expresión.
— ¿Y mi papá?, ¿El como esta?
— la ilusión de volverlo a ver inundaba mis ojos de alegría.
El no respondió, su rostro dejo de mostrar la sonrisa y miro a su secretaria, haciéndole algunas señales para que saliera.
Esto no me gustaba. Mi rostro se ensombreció y mis oídos no querían escuchar lo que estaba apunto de decirme.