martes, 4 de enero de 2011

Capítulo #50

— ¿Por un chico? ¿Es posible que te pongas a llorar con el chico, por el que estas llorando?—cuestione, mientras lo miraba y dejaba que las lagrimas siguieran deslizándose por mis mejillas húmedas y rosadas.

Sacudí mi cabeza para alejar aquella imagen que se postro en mis ojos, era obvio que no podía decirle eso a Joe. Cuando alguien en realidad esta enamorado, supongo que contra lo que sea, recordaría su amor. Si ya no era así, no echaría a perder la amistad y supongo que podría sobrevivir siendo su amiga.
Alce la cabeza, mientras me secaba las lagrimas.
— ¿Ya te encuentras mejor? Es bueno desahogarse.
—Si, ya, mucho mejor—no todo fue verdad.
— ¿Quieres que nos vayamos ya?
—Justamente te iba a preguntar eso ¿quieres irte ya?
—No, estoy muy cómodo aquí contigo. –Me miro y me sonrió tiernamente de tal manera que sus comisuras casi llegaron a sus ojos
—Yo también—le sonreí, no de la manera en la que el lo hiso conmigo, sino de una manera tímida.
Nos recargamos nuevamente sobre el viejo tronco, pero aun seguíamos abrazados… si esa es la palabra indicada, ya que mi cabeza estaba recargada sobre su hombro y Joe tenía su cabeza sobre la mía y su brazo detrás de mi cuello. Ninguno de los dos decía nada, solo mirábamos al cielo o simplemente a la nada.

Los minutos pasaban, las horas también y mis ojos se fueron cerrando. No supe de mí hasta que sentí que no había nada debajo de mi, abrí los ojos y al hacerlo vi muy de cerca el rostro de Joe un poco sobre de mi y me di cuenta, de que había tomado en brazos, para ir hacia el auto.
—Joe bájame—dije con voz ronca.
—Oh, pensé que estabas dormida.
—Estaba, pasado. Ahora estoy despierta y puedo caminar, así que, si no es mucha molestia, bájame por favor.
—De acuerdo—giro sus ojos miel y me bajo con cuidado, a regañadientes.
—Gracias—respondí mientras me acomodaba mi bolso y mi blusa que ligeramente se había movido de su lugar. –Creo que es hora de volver a casa.
—Si, yo también pensé eso, no tarda en amanecer y luego se preguntaran donde estamos.
—Aja—fue lo único que dije.

Caminamos hacia mi auto, pero ninguno de los dos decía algo, se sentía cierta presión entre los dos, pero no lograba descifrar el por que.
Abrí la puerta del copiloto y rodee el auto para llegar a mi lado del auto, Joe solo me veía extrañado.
— ¿Ahora que?
—Se como regresar ¿y si yo conduzco? —entrecerró los ojos y me mostro una sonrisa de costado.
—Como quieras…—camino hacia mi, estiro su mano y le puse las llaves ahí. Camine hacia el otro lado y me subí al auto.

Arranco el auto y parecía conocer perfectamente el camino, y aparte de que iba manejando muy rápido—aunque el dijera que no—, llegamos en cuestión de minutos a mi casa. Estaciono el auto y me acompaño hasta la puerta.
—Gracias por llevarme hoy.
—No agradezcas, lo había prometido—el sol comenzaba a asomarse por el horizonte y comenzaba a encandilarme tenuemente.
—Bien…—comenzó a mover sus pies de forma cómica y a mirar hacia el piso, con sus manos escondidas en sus bolsillos traseros. –Me dio gusto estar contigo. En serio.
—Si igual a mí—dije sincera—. Pero creo que debes irte… quiero decir, debemos dormir…
—Tienes razón, intentare hacerlo. —se dio la vuelta y bajo el pequeño escalón que separaba el porche de mi casa y el jardín frontal— Nos vemos luego ¿si?—se giro hacia mi.
—Eso tenlo por seguro, vivimos a unos pasos—sonreí.
—De acuerdo. Descansa.

Le dije adiós con la mano y espere a que se metiera a su casa para cerrar la puerta de la mía. Cuando lo hiso subí hacia mi habitación, las cortinas estaban cerradas, me despoje de mi bermuda, solo para quedar con la playera y me despeine. Me tumbe en mi cama y me arrope con el edredón, esperando dormir.

De nueva cuenta no supe de mí hasta que mi celular comenzó a sonar y medio encandilada y con la
cabeza debajo de la almohada, estire mi brazo y lo tome de la mesa de noche, tirando algunas cosas que estaban sobre ella, como mis anteojos y mi iPod.
Seguía sonando, sin quitarme la cobija, pase por debajo de ella el celular y conteste.
—¿Bueno?—cuestione con voz ronca.
—Alex, soy Nick ¿sigues dormida?
—Ah Nick, Hola. Si sigo dormida, ¿por que se te hace raro?
—Pues por que son las tres de la tarde y te llamaba para que vinieras a comer con nosotros, mama
hiso Lasagna.
— ¿¡Las tres de la tarde!?—quite con ayuda de mis piernas la cobija y con mi mano libre quite
el cabello que estaba sobre mi cama. –Si, si iré, solo… me arreglo y si, ya voy…
— ¿De acuerdo?—rio—, te esperamos aca.
—Si, no tardo.

Colgué el teléfono, lo puse de nuevo sobre mi mesa de noche, me lleve mis manos a la cara,
tapándome los ojos, mientras un gran suspiro salía de mí.
Me puse de pie y camine hacia la ducha un tanto aflojerada y sin ganas de nada.
Me duche rápidamente y salir para cambiarme de igual manera. Me deje el cabello suelto para que se secara y ya que estuve lista, salí hacia casa de los chicos.
Cruce el jardín frontal y note que Joe estaba fuera hablando por teléfono, pase por delante de el
y pareció no notarme, solo me miro y rápidamente desvió su mirada mientras seguía hablando por
teléfono. Prácticamente me ignoro y de una manera muy obvia y nada cortes.

Entre a la casa y no vi a nadie, así que solo camine hacia la cocina esperando encontrarme a
Denisse o a Kevin. Y así fue, encontré a Denisse detrás de la Isla, preparando una especie de
ensalada verde.
—Hola cariño ¿Cómo estas?
—Bien—fue lo único que dije, mientras me sentaba en uno de los bancos.— ¿Te ayudo en algo?
— ¿Te encuentras bien?—camino hacia mí y con su mano toco mi frente.
—Si, solo me duele un poco la cabeza—mentía, solo estaba intentando buscarle una respuesta al
comportamiento de Joe en estos momentos, si prácticamente habíamos estado juntos toda la noche.
—Oh cariño, sube y en el botiquín que se encuentra en el baño de invitados, están unas
píldoras, ve y toma una. Son muy efectivas.
—Si, al rato voy.
—Alex, ve ahora, la comida aún no esta lista.
—De acuerdo—baje de un salto el banco y camine hacia las escaleras, Joe venia entrando y lo
mire, el también lo hiso, pero de nueva cuenta desvió su mirada, ahora hacia la cocina.
— ¡Mamá, Camilla vendrá a comer!—grito. Yo solo lo mire con la boca abierta, sacudí un poco
la cabeza, tome aire y comencé a subir las escaleras, Kevin venia bajando y me hiso parar.
—Hola Alex—dijo alegre.
—Ah, Hola Kev.
— ¿Estas bien? Te noto distraída.
—Si estoy bien, solo iré por unas pastillas arriba y ya bajo.
—Ok, te espero abajo.

Camine por el pasillo, ya que había entrado a varios baños y no vi ningún botiquín, me faltaba
la habitación de Joe y la de los Señores Jonas. Así que primero entre a la de Joe. Estaba apunto
de entrar al baño, ya que no quería permanecer tanto tiempo dentro de ella, pero justo cuando puse un pie dentro, algo sobre su escritorio me llamo mucho la atención, así que fui hacia allá y lo
agarre, era una foto mía y de Joe –reciente—, de una vez que fuimos a un parque de diversiones
con Nick, Kevin y varios amigos, yo estaba sobre la espalda de Joe y el me estaba cargando, los dos sonreíamos, yo tenia la lengua un poco de fuera y Joe mostraba sus blancos dientes, acompañados de unas mejillas rosadas. Era una muy bonita foto, incluso yo también la tenia sobre mi mesa de noche.

Pero lo que me sorprendía, no era la foto, si no que la tuviera sobre su escritorio, donde pasa
mucho tiempo escribiendo y con un marco, muy bonito y limpio. Con mi índice comencé a recorrer
nuestros rostros en la foto, cuando escuche que alguien venia hacia acá, lo primero que hice fue
dejar la foto en el escritorio, sin importarme como la había puesto y me metí debajo de la cama.

La puerta se abrió y entro Joe aún hablando por teléfono.
—Si, esta semana son entrevistas y creo que en dos mas, comenzamos la gira— ¿la gira? Me entro
miedo, se iban a ir nuevamente, ahogue mi pequeño suspiro de sorpresa tapándome la boca, mientras con cuidado observaba como Joe caminaba de un lado a otro. –Yo también pienso que es algo rápido… tengo una sensación de que no debo ir aún, pero no logro descifrarla…. Tal vez con la gira logro descifrar todo…. De acuerdo…. Nos vemos entonces mañana, para la planeación…. Cuídate. –Termino la llamada y guardo su celular en su pantalón, camino hacia el escritorio y tomo la foto— ¿Quién te giro? Esta foto debe estar perfectamente posicionada…—suspiro y la miro fijamente— Es muy… especial para mí y ni siquiera se por que lo es tanto, si tengo mucha fotos con Alex de cuando éramos chicos, pero en esta hay algo diferente. No lo se, pero me encanta,la guardare por mucho tiempo. –dicho eso, la dejo de nuevo sobre el escritorio, poniéndola del lado contrario al sol, según el para que no se despintara, y acomodo hasta la posición e inclinación hacia el escritorio.
Yo seguía debajo de la cama, cuando comencé a tener ganas de estornudar fuertemente, me lleve la mano a la nariz para evitar que sucediera, pero el polvo comenzaba a irritar mis fosas nasales, haciendo que produjera un gran estornudo.
— ¿Quién esta ahí?



2 comentarios:

  1. O______O k no la descubraaa!! D:

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  2. OMG; Que oso hahaha XD; AAAWW! Yaaa que vuelvan a estar juntos! Okya. Esta super Buena la historia :D LA AMO♥

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