domingo, 24 de julio de 2011

Capítulo #65

Estaba furioso…
Sentía su odio en cada poro de mi piel, sentía que me quemaba, lenta y dolorosamente.


.

Dylan siguió apretando mi mano. Yo estaba temblando.
— ¡¿Dónde estás carajo?!
Él se iba acercando e iba aventando cualquier cosa que estuviera a su paso.
Dylan me miro preocupado.
Sentí una respiración en mi izquierda. Me gire rápidamente y lo vi. Las facciones de su rostro estaban endurecidas, su mirada llena de odio se postraba en mi y después en Dylan.
Deslizo su mano sobre su bolsillo… y apunto a Dylan con una pistola.
Le disparo.
—¡¡¡Joe no!!!

Brinque del susto, me puse a ver a mi alrededor, aun estaba en el jardín con los audífonos puestos. Me los quite rápidamente y puse mi mano sobre mi pecho, estaba llorando.
Todo había sido un sueño… o más bien, una pesadilla. Estaba confundida, me quede viendo un poco el césped, seguía en shock. No entendía porque había tenido ese sueño… ¿Por qué había soñado asi a Joe? No comprendía.

Mire el reloj, ya eran las siete de la tarde y Dylan no tardaba en pasar por mi.
Me puse de pie y tome la frazada. Entre a la casa y subí rápidamente a mi habitación.
Saque lo que planeaba ponerme hoy, ya se me habían quitado las ganas de ir, pero no podía dejar plantada a Dylan… Dylan… ¿Por qué había soñado con el? Rasque mi cabeza.

Me duche y me vestí. Me puse un vestido a la rodilla, era bonito. Me ondule un poco el cabello y nada más. No me gustaba vestirme exageradamente, solo me maquille un poco, me estaba poniendo un poco de perfume, cuando tocaron el timbre. Ya había llegado… y debía aceptarme a mí misma, que estaba un poco nerviosa de salir con él.

Baje las escaleras y logre ver su silueta a través del vidrio de la puerta. Una parte de mi sonrió y la otra, recordaba el sueño en donde Joe le disparaba. Demonios.
Me acerque a la puerta y le abrí. Él se giró y me sonrió, yo le regrese la sonrisa.
—Dylan, eres muy puntual. —dije divertida, mientras me hacía a un lado para que entrara.
— ¿Tú crees? — Sonrió de nuevo— Es de mala educación llegar tarde. —yo sonreí tímidamente, era un caballero.
—Concuerdo contigo. Solo déjame tomo mi bolso y nos vamos. Si quieres puedes sentarte. — dije mientras caminaba hacia la cocina, que era donde estaba mi bolso.

Regrese a la sala y no estaba Dylan, lo busque con la mirada y lo encontré fuera del estudio viendo unos portarretratos que estaban sobre una mesa. Camine hacia el.
— Que bonita familia tienes, Alex. —dijo cuando sintió mi presencia. Yo reí irónica al ver que foto estaba viendo. Era una donde estábamos los tres, mi papá, mi mamá y yo. Esa foto fue tomada hace unos 2 años, y la verdad fue muy fingida.

Ese día yo había tenido una gran pelea con ellos, porque estaba cansada de que se metieran en mi vida. Lo recordaba como si hubiera sido ayer, fue una de las más feas peleas que habíamos tenido.
—Mi familia no es bonita, Dylan. — Dije sincera— Todas esas fotos. —Señalé unas más. — Son una farsa, —reí irónica, el me miro atento. — Hasta ahora, es cuando todo está funcionando como una familia “normal” —dije haciendo las comillas con los dedos. —Antes, no me llevaba bien con ellos, y no es porque no quisiera, es porque no me dejaban ser yo. Lamentablemente, tuvo que ocurrir este accidente, para que mi mamá se diera cuenta, de que lo único que queda cuando llegas a casa, no son los amigos millonarios, si no la familia. Pero bueno, el punto es que se dio cuenta, antes de que fuera demasiado tarde para ella. —deje de ver la foto y lo mire a él. —Lo siento, no tenía que echar de cabeza a mi familia, pero bien te pude haber dicho que era una familia perfecta y la verdad, ya no quiero mentir. —dije pensando en las mentiras que le había dicho a Nick, a mi madre, a todos sobre cómo me sentía.
—Desde la primera vez que te vi sentada en mi oficina, pensé que eras una chica muy fuerte y sincera… Y mira, no estaba equivocado.
—Oh, si en realidad me conocieras, sabrías que de fuerte no tengo nada. —sonreí.
—No mientas, es algo que se ve en tus ojos. Eres demasiado fuerte, solo que no te has dado cuenta de eso. —me guiño el ojo. Yo solo le sonreí, no sabía que decirle. — ¿Y quiénes son ellos? —dijo tomando otra fotografía.
— ¿Ah, ellos? —sonreí. — son mis mejores amigos. —dije orgullosa. En esa foto estaban Nick, Kevin, Sophie y Jacob, conmigo. Fue muy divertido ese día. Jacob no quería salir en la foto, solo porque estaba Nick. Si, con el tiempo nos dimos cuenta de que a él le gustaba Sophie y el sentía que a Nick también le gustaba. Al final lo convencimos de salir y el termino llevándose bien con Nick.
—Qué bonita sonrisa tienes, Alex. Deberías sonreír más seguido. —sentí como mis mejillas se coloreaban de rojo.
—Oh, gracias. Supongo.
—Bueno, creo que es hora de irnos. ¿Qué dices? —dijo mientras colocaba la foto en su lugar. Yo asentí y caminamos hacia la salida.

.

Llegamos a un bonito restaurante, yo le había dicho a Dylan que no quería que me llevara a uno muy elegante y caro. Ese tipo de restaurantes no me molestaban, pero me estresaban mucho, porque se llenaban de gente superficial.

Nos llevaron a nuestra mesa y Dylan retiro la silla para que yo me sentara.
—Gracias. —le sonreí.
Pedimos de cenar y mientras nos traían nuestros platillos estuvimos platicando de cosas sin sentido, puras cosas random.
Mi mamá me llamo, así que tuvimos que detener la animada plática que teníamos. Al terminar la llamada deje el celular sobre la mesa y seguimos platicando. Todo iba bien, hasta que...
— ¿Y qué tal estuvo tu día, Alex? — cuestiono mientras pinchaba un pedazo de filete. — Pues…—dude un poco. — Bien, normal. La verdad es que no hice mucho, estuve terminando de arreglar unos detallitos de la casa y todo eso. ¿Y el tuyo? —cuestione, intentando librarme de ese tema, lo que menos quería era recordar la pesadilla que tuve horas antes.
—El mío estuvo aburrido, creo que lo mejor del día es que te haya visto. —me miro y yo no pude evitar sonrojarme y sonreír. — ¿Y qué me cuentas de ti? —inquirió al ver que se había formado un silencio entre los dos. —Me refiero, a que, no sé nada de ti…
—Oh, pues yo tampoco sé nada de ti. —me defendí bromista.
—Cierto, pero eso se puede arreglar. —aclaro su garganta y limpio las comisuras de sus labios, yo lo miraba un poco insistente, pero no porque quisiera, si no que no podía quitar mis ojos de los movimientos que hacía. Me sonroje sin que él lo notara. —Me llamo Dylan Johns, tengo 25 años, estudie derecho y administración, soy hijo único… —comencé a reír conforme iba platicándome de Él.
Me platico que su mamá y su papá, eran una pareja muy bonita, que estaban juntos desde que estaban en la escuela y que hasta ahora, no se han separado.
Le gustaba jugar golf, leer buenos libros y hacer deporte. Era amante del cine y de un buen vino. También, me dijo que en sus tiempos libres le gustaba pescar, hacer un poco de surf e ir a conciertos de bandas de rock, jazz, música clásica y cosas por el estilo. Oh cierto, me confeso que le gustaba un poco el country, que era música muy “tierna”.
También, me conto varias anécdotas de su infancia y adolescencia que me hicieron reír durante un buen instante… —Y si, así fue como me abrí la cabeza…—dijo riendo. Yo estaba asombrada, era un hombre tan interesante.
—Wow, me pregunto cómo es que sigues vivo. —él me sonrió.
— Y yo me sigo preguntando porque no sonríes así todo el tiempo…—me miró fijamente, yo me cohibí y sentí como me ruborizaba. — Dylan lo noto y sonrío. —Bien, y ¿Qué hay de ti?
—Hmm, ¿de mí? En realidad no hay mucho que debas saber, solo me gusta que me digan Alex, amo la música y quería ser cantante profesional. —el frunció el ceño un poco. — Me gusta bailar, pero no en público. También soy hija única, me gusta correr, pero odio el deporte. Solo algunas veces soy buena jugando Basquetbol. —recordé la vez en la que le gane a Joe y… nos habíamos besado por primera vez. Pfff. — Amm…—intente proseguir. —Odio los números… ¿qué más? Tengo 20 años… la verdad Dylan, soy pésima hablando de mí. —dije rendida, no sabía que más decir.
—No te preocupes, con lo que me dijiste fue suficiente.
Nos trajeron el postre, seguíamos charlando de cosas sin sentido. La verdad toda la velada había sido de puras cosas que salían sin pensarlo. Y eso lo hacía más divertido.

Mi celular comenzó a sonar de nuevo, y en cuanto vi la pantalla, la sonrisa que tenía en mi rostro se desvaneció. Me quede viendo la pantalla unos segundos.
— ¿No vas a responder?
— ¿Ah? —balbuce.
— ¿Te encuentras bien, Alex? —volvió a cuestionarme Dylan.
El celular no dejo de sonar.
—Ahm, i-iré a responder afuera, ¿no te molesta? —dije en un hilo de voz.
—No, para nada. —respondió sincero. — anda ve, yo te espero aquí.
—Gracias.
Me puse de pie, tome el celular y camine hacia la salida. Sentía como Dylan me seguía con su mirada.

Colgaban y volvían a marcarme. Llegue a la salida del restaurante y vi que había un pequeño parque enfrente. Crucé con cuidado la calle… iba nerviosa, muy nerviosa.
Me senté en una de las banquitas que había esparcidas entre los árboles, esperando que me llamara de nuevo.
El celular volvió a sonar.
— ¿Si? — dije con la voz temblorosa. Intentaba sonar indiferente, y eso fue lo máximo que logre. Una voz temblorosa.
— Alex…—escuche del otro lado. Mi corazón comenzó a palpitar… Era ÉL.




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AVISO, NO HABRÁ NOVELA HASTA EL MARTES O EL MIÉRCOLES (DE LA PRÓXIMA SEMANA) YA QUE MAÑANA SALGO DE VIAJE, IGUAL, INTENTARE SUBIR DE ALLÁ SI ENCUENTRO WiFi.
Espero les guste, dejen su comentario y pónganle like o no me gusta....
MUCHAS GRACIAS.


un favor, recomienden la novela :)

lunes, 18 de julio de 2011

Capítulo #64

Mi celular comenzó a sonar, lo tome y vi que el número era el de Joe. Mi corazón comenzó a aselerarse, parecía que se me iba a salir.


No sabía si responder o no. Me quede viendo el celular unos minutos esperando que el cortara la llamada. Pero no lo hacía, así que tome el celular con las manos temblorosas y respondí.
­— ¿Hola?—dije sin más. Sentí que mi voz salió lenta y pausada.
Espere que respondieran del otro lado de la línea, pero no se escuchaba nada. Solo el sonido de los autos pasar.
— ¿Hola? —volví a repetir.
Nada. No se escuchaba nada.
Sabía que el número de Joe, pero intentaba sonar como si no supiera que era él.
—Perdón, tengo muchas cosas que hacer y no tengo tiempo de bromas. ¿Va a responder o no?
Nada. Seguían sin responder nada.
—Jo....
Cortaron la llamada sin dejarme terminar la frase.
¿Que intentaba hacer con eso? ¿Ponerme nerviosa?, ¿burlarse de mí?, ¿reírse un poco de mi con Camilla? o ¿todas las anteriores?

Deje el celular en mis bolsillos de nuevo y un poco confundida-si no es que muy confundida- comencé a caminar de nuevo a casa.

Mi mente estaba volando, haciéndose ideas por ella misma. No sabía que creer, que pensar, que sentir respecto a eso. La misma pregunta rondo por mi mente durante todo el recorrido a casa; ¿Por qué lo había hecho?

Llegue a casa, deje las llaves sobre la mesa, fui a la cocina y tome de la nevera una botella de agua, camine hacia el sofá, tome el teléfono y lo puse en altavoz para escuchar los mensajes nuevos que tenía. Me senté
-Mensaje número uno: “Hija, soy yo mamá. Solo quería recordarte que te quiero. Si me dieron ganas de decírtelo, porque estaba viendo una película que solíamos ver cuando eres muy, muy, muy pequeña. Un beso...”
-Mensaje numero dos: ”¿Alex? habla Nick, en cuanto puedas comunícate conmigo. Un abrazo.”

-Mensaje número tres: “Alex, habla Dylan, al parecer aun no llegas a casa, caminas un poco lento, es broma. Solo hablaba para decirte que me encanto tu compañía en la caminata y el desayuno. Nos vemos en la noche, paso por ti a las ocho.”

No podía sacar la llamada de Joe de mi cabeza. Le llamaría en un rato más a Nick, para platicarle todo y para saber qué era lo que el opinaba de todo esto. El mensaje de mi mamá y de Dylan, me hicieron sonreír. Dylan era un poco tímido al parecer, ya que no me dijo eso cuando nos despedimos. En fin, no importa. Era buena persona y divertida.

Me quede viendo el teléfono a lo lejos. Tome el auricular y teclee el número de Nick. Espere unos minutos a que respondiera.
— ¿Nick?
— ¿Quién es?
— ¿Tan rápido te olvidaste de mí?—dije riendo quedito.
— ¡Alex!—rio. —No, como crees que me olvidaría de ti. ¿Cómo estás?, ¿ya te instalaste? ¿Porque no me llamaste antes?
—Nick, lo siento, no había tenido tiempo. Estoy bien, tranquila. —dije mientras perdía mi vista por la venta. — Y ya me instale, la casa es muy linda. Cuando quieras...me mordí la lengua, quería que viniera, pero eso implicaba traer o venir acompañado de Joe.­
— ¿Que decías Alex? Parece que se cortó un poco la llamada... ¿Qué crees?
—Si, al parecer se cortó, no recuerdo que te estaba diciendo—mentí. — Y no se ¿que creo?
—No importa, igual no era importante. Si lo fuera lo recordarías... Ah, pues... ¡ya vamos a iniciar con la gira en unas semanas! ¿No es asombroso?
— ¡Wow! Me lo imaginaba, no por algo el aeropuerto y la mitad de Texas está repleto de letreros anunciando una gira... —dije burlona—. Me alegro mucho por ustedes, van a ver que les ira súper bien.
—Gracias Alex, ¿y sabes qué? Lo más probable es que hagamos 2 conciertos en Texas. Que increíble ¿no?
—Oh, wow, eso está muy bien, ojala lo puedan hacer...—no mentía, me gustaría que vinieran, pero yo intentaba alejarme de la palabra "Jonas" por un momento.

— ¿Alex estas bien? —inquirió después de unos minutos.
—Si, si lo estoy, lo siento. Estaba revisando unas cosas – mentí de nuevo. Me dolía decirle mentiras a Nick. Se suponía que éramos amigos y que yo debía contarle todo. Pero últimamente, he aprendido que simplemente hay cosas que no se deben de platicar. No es nada malo, pero Joe es su hermano y no está del todo bien que yo hable “mal” de él con Nick. Simplemente, eso no va conmigo.
Tenía que ser más reservada con Nick.

Cuanto me hacía falta Sophie aquí. ¿Ahora con quien hablaría? Si, tengo a mi mamá, pero simplemente no es lo mismo.

— ¿Alex? — volvió a decir Nick. — Creo que será mejor que hablemos luego. ¿De acuerdo? — Dijo divertido— No quiero quitarte tu tiempo, se nota que estas ocupada o…—guardo silencio— o… o no quieres hablar conmigo. —dijo dramático, mientras intentaba no reír.

—No Nick, ¿Cómo crees eso? Sabes que amo hablar contigo, solo que… tú me entiendes… todo esto es nuevo para mí, es algo frustrante estar sola acá.

—Si lo entiendo o al menos intento comprenderte. Vale, te llamo luego ¿ok Alex? Te quiero mucho, y ya sabes, que puedes llamarme si necesitas algo o cuando quieras hablar.

—Lo sé, muchas gracias Nick, no sé qué haría sin ti. Te quiero más.

Colgué el teléfono. Suspire

Necesitaba aire, tranquilizarme, dejar de pensar.

Tome mi iPod y una frazada que estaba sobre el sofá y salí al jardín trasero.

Extendí la frazada sobre el césped, me recosté y me coloque los audífonos. Me puse a ver el cielo, estaba muy despejado y las nubes se veían muy esponjadas, me quede viéndolas durante un buen instante, parecía que algunas formaban figuras. Mi iPod reproducía “Transylvania” de McFLY.

(…)

—¡¡¡Joe suéltame!! —gritaba desesperadamente, mientras veía sus ojos rojos por el coraje. Él me sujetaba fuertemente de los brazos.

—¡¡Entiende que no te soltare!!

(…)

… —Joe, tu amiguita quiere golpearme.
— ¿Yo? No, no es lo que parece Joe.
— ¡¿No es lo que parece?! ¡Te vi Alex!, vi que estuviste a punto de propinarle un golpe en la mejilla. ¿Quién te crees que eres?
—Cariño, ella esta celosa de mí. Me quiere hacer daño. –hizo un ademan para que Joe la abrazara, pero él seguía sujetando fuertemente mi muñeca. Las lágrimas comenzaban a amenazar en salirse. Yo solo lo miraba fijamente.
— ¡Contesta Alex! ¿Qué te hizo? ¿Porque la odias tanto?, ¿Es por mí? –Yo solo lo mire, y trague saliva— ¡¡¡Ya supéralo!!! Nunca paso nada entre nosotros, ya olvídate de eso. Deja de soñar. –siguió sin dejar de gritar…
—Me estas lastimando Joe. Suéltame. –Veía el coraje de Joe en sus ojos, estaba realmente enojado y nunca lo había visto así. Me dolía, me dolía demasiado. Su mirada, hacía que mi corazón llorara.
— ¡No!, ¡Debes darme una estúpida explicación! –yo solo lo miraba, alce mi mano y limpie una lagrima que amenazaba con salir. Lo mire fijamente, apreté los dientes y alce la barbilla. Lo mire desafiante.
— ¿Sabes qué? Yo no tengo que darte una explicación. No me arrepiento en lo absoluto de lo que iba a hacer.
— ¿Qué quieres decir con eso?— me miro furioso.
—Que si lo hubiera hecho, no tengo que pedirle una disculpa a la estúpida de tu novia ¿Por qué? Fácil, porque no tengo nada de lo que debo disculparme. – el me miro escéptico y sin pestañear, seguía furioso. – Y si me quieres golpear, lastimar, lo que sea… ¡Hazlo! Ya no me importa lo que hagas por mí, ya no me importa si me odias, si me crees, si me quieres, si te preocupas por mi… ¡Nada!, ya no me importa nada. Y ¿sabes? Si querías que te odiara, créeme, lo estás logrando. No te lo volveré a decir,
S-U-E-L-T-A-M-E. –mi voz salió pausada y con dolor, ya que cada vez, apretaba más su mano en mi muñeca y el dolor comenzaba a ser insoportable.

(…)

Minutos después, estaba despertando en una habitación obscura, estaba atada. ¿Qué rayos? …

— ¿¡Alex?! —un hombre se iba acercando hacia mí. No le lograba ver el rostro por la obscuridad de la habitación.
Quería gritar, pero no podía, tenía cinta adhesiva.
— ¿Alex? — aquel hombre corrió hacia mí. Seguía sin verle la cara. Se puso de cuclillas frente a mí y comenzó a desatarme rápidamente.

Cuando elevo su rostro para quitarme la cinta adhesiva, un rayo de luz toco su cara. Era Dylan. — ¿Estas bien? —tomo mi rostro entre sus manos. Yo solo asentí. Su mirada me hacía sentir bien, protegida, me daba paz. El sonrío ante mi afirmación. — Bien. Salgamos de aquí.

Me ayudo a ponerme de pie y me tomo de la mano, me iba guiando. Estaba en shock, solo me quede mirando nuestras manos. — ¿Segura que te encuentras bien? —subí mi mirada y me perdí en la suya. Un escalofrió recorrió mi espalda. Volví a asentir. La voz no me salía, y no entendía el por qué.
Caminábamos detrás de las columnas que estaban esparcidas por la obscura habitación, ¿de quién nos ocultábamos?

De pronto, se escuchó que abrían una puerta. Me entro pánico. Nos quedamos detrás de una de las columnas, sin hacer ruido y sin movernos.

Dylan me apretó la mano y me volteo a ver, articulado un “tranquila”. Estaba muerta de miedo.— ¡Alex! — me paralicé. Esa voz… Esa voz yo la conocía a la perfección. Me dieron ganas de llorar. No entendía nada. — ¡¡¡No intentes huir, tú me amas; Y aquí, es donde debes estar!!! — esa voz masculina, no se parecía a la que yo tanto conocía. Estaba furioso…

Sentía su odio en cada poro de mi piel, sentía que me quemaba, lenta y dolorosamente.




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AVISO:

Lo siento por haber estado un poco perdida. Pero ya estoy de vuelta, ya logre conseguir una laptop y ya podre escribir. Ahora tratare de subirles mas capítulos por mes.

GRACIAS por su espera.
Capitulo en unas horas más... :)

Yanan.