martes, 14 de junio de 2011

Capítulo #63

Con dificultad empecé a subir mis maletas y las de mi mamá. Primero desempaque todo lo de su habitación, para por ultimo terminar con la mía.

Puse la maleta sobre la cama y comencé a sacar toda mi ropa, accesorios y algunas fotografías de mis amigos y amigas. Recordé que tenia que llamarles a Nick y a los demás para decirles que ya había llegado. Además, de que quería ir a comprar un periódico y algo de despensa.
Marque a casa de los Jonas y me respondió el teléfono Denise. Hablamos como 30 minutos, ya que los chicos estaban en ensayo y ella ya iba de salida, me dijo que me cuidara mucho y que cualquier cosa que necesitara le llamara.

Tome mi bolso y algunos portaretratos que pondría abajo. Mire mi reloj, y decidí que primero iría a visitar a mi mamá al hospital y después iría al supermercado a comprar lo que necesitara.

Salí de la casa y seguí el camino que había recorrido Dylan, para encontrar la salida. Ya que vi la barda, apresure el paso para poder pedir un taxi. Andaba de suerte, ya que en cuanto salí, vi que paso uno que iba desocupado, así que le pedí la parada y le dije que si me llevaba al hospital.
Para mi suerte, el hospital estaba a 20 minutos de mi casa, así que el día que quisiera podría irme caminando. Le pague los 3 dolares al taxista y me baje.

Camine hacia la recepción para que me dieran mi pase de entrada y así subir al piso en donde estaba mi mamá. Llegue a su habitación y toque la puerta.
—¿Mamá?—me asome un poco para que me viera.
—Oh hija, entra.
—¿Como estas? ¿Como te has sentido?
—Muy bien, el doctor supo que te venias a vivir a acá y me dijo que podría ir a casa en dos o tres días, pero con una enfermera. Y que incluso, podría irme unos días a la playa, para que me recuperara más rápido.
—Oye, eso esta muy bien ¿no lo crees?—dije feliz.
—Si, ya quiero salir de aquí. Y dime, ¿Como te fue ayer? ¿viste la casa nueva? ¿que tal esta?
—Ayer... mm nada nuevo, solo me despedí y me vine hoy temprano, no quería dejarte mas tiempo a sola. La casa que compramos esta muy linda, muero por que la veas, se que te gustara mucho. No es como nuestra casa de Los Ángeles, esta está mas pequeña a comparación de la otra. Tiene 4 habitaciones, un jardín con una piscina, la sala y el recibidor son espaciosos al igual que la cocina, que esta hermosa.
—Me alegro que te haya gustado hija, si a ti te encanto, se que a mi me encantara también.
— Si, y oye mamá, te mando saludos Dylan. —me miro extrañada. —Dylan, el que nos esta ayudando a buscar a papá......
Ah ya. Que lindo muchacho, me gustaría conocerlo para darle las gracias por todo lo que esta haciendo por ti.
—Por nosotras mamá.
—Si, claro por una señora grande y por su hija que esta hermosa. Claro, por nosotras. —dijo divertida.
—Hay mamá que cosas dices.— dije sonrojada.

Y así estuvimos hablando, hasta que llego la enfermera, a punto de las 7 pm, para decirme que el horario de visitas había terminado.
— Bueno mamá, ya es hora de que me vaya. Debo ir a comprar algunas cosas que faltan para la casa y mañana estaré acá a la hora de la comida, porque tengo algo que hacer,¿De acuerdo?
—Si hija, por mi no te preocupes. Tu tía me ha estado llamando y vendrá en unos días a visitarnos.
Ok, me parece bien. cuando hables con ella mandale saludos de mi parte. Ahora si me voy —me acerque a ella y le bese la frente. —Descansa.

Salí del hospital y mire mi reloj, eran las 5 de la tarde. Iba a tomar un taxi que me llevara al supermercado pero preferí caminar para poder así conocer un poco mas de lo que sería mi nueva ciudad.

Llegue al supermercado y compre lo necesario, leche, papel higiénico, jamón, jabón, pan de caja, cereal, quesos, algunos vegetales y frutas, jugos, algunos caramelos, papas fritas, y cosas por el estilo. Sentía que algo me faltaba, pero no recordaba que. Pague y salí con las bolsas.
No tome un taxi, porque el efectivo se me había terminado, así que me fui caminado hacia la casa.

Iba caminando, mientras me fijaba en las tiendas que estaban cerca, si no tenían algún letrero que dijera que solicitaban empleada. Tenia que ponerme a hacer algo, no podía estar sin tener algo en que distraerme.

Llegue a casa, guarde todo en la cocina. Tome un paquete de galletas y un frasco de crema de avellana.
Camine hacia el sofá, me desabotone un poco el pantalón y me senté, enrollándome en una frazada. Encendí el televisor y estaba viendo una película mientras comía galletas, cuando dieron anuncios comerciales y pasaron uno de los Jonas Brothers, en el que anunciaban el tour.
—Bien, creo que no sera tan fácil librarme de esto. —dije al cambiar de canal. Todo, absolutamente todo me recordaba a Joe, aunque no quisiera.

Apague el televisor, fui a la cocina a dejar los platos sucios y subí a mi habitación. Tenia que descansar o hacer algo donde mi cerebro no funcionara un rato.

Me puse el pijama, me acurruque en la cama, apague las luces y me quede ahí recostada mirando hacia el techo, solo iluminada por la luz de la luna.


.


Creo que me dormí como a las 3 de la mañana, siendo que me había acostada a las 10 de la noche.
Me levante, fui hacia el armario y saque un pants y una camiseta para salir a caminar. Me cepillé el cabello y lo recogí en una coleta, tome mis lentes de sol y mi iPod.

Cerré la casa y me fui a caminar. No se cuanto tiempo camine, pero me detuve en un kiosko de revistas y periódicos. Compre 2 revistas y 2 periódicos. Los periódicos solo los compre porque necesitaba buscar trabajo.
Seguí caminando, pero ahora iba observando la sección de "se busca" de uno de los periódicos que había comprado.
No iba fijándome en el camino, solo iba leyendo y observando una y otra vez, la lista de solicitados, hasta que tropecé con alguien.
—Lo siento—dije mientras me quitaba los audífonos. —iba distraida, no fue mi intención.
—¿Alex? No te preocupes.
—Oh— reí por la casualidad. —Dylan, ¿que haces aquí?
—Hago mi caminata matutina, ¿que hay de ti?. No sabia que te gustaba hacer ejercicio.
—La realidad es que no sabes nada de mi. — dije divertida.— Me gusta hacer deporte.
—Cierto. Lo siento. ¿Y ya vas para tu casa?
—Si, ya. Muero de hambre.
—Yo también, y si.. ¿y si vamos a comer algo?
—Pero ya saldremos hoy en la noche...
—Bueno, entiendo que no me quieras ver, yo decía por si querías desayunar acompañada.
—No esta bien, vamos. Muero de hambre.

Caminamos juntos hasta una cafetería que estaba cerca. Nos tomaron la orden y mientras esperábamos el desayuno, nos pusimos a platicar de nosotros, para conocernos un poco mejor.

—¿Estas buscando trabajo o te gusta leer las noticias?—comento al ver el periódico.
— Las dos cosas, aunque sinceramente leer las noticias me deprime, prefiero vivir el día sin preocupaciónes. No es que no me interese, ¿pero para que agobiarse?
— Tienes razón, pero yo si tengo que leerlas. Quiera o no quiera, me debo enterar de lo que pasa aunque sea en la ciudad... y dime, sobre el trabajo, ¿ya encontraste algo?
—No, aun estoy viendo, aunque déjame decirte que hay muchos muy buenos, solo que piden experiencia y la verdad es que yo de experiencia, solo tengo en mala suerte.
—¿Porque dices eso?
—Ah...—momento incomodo. sentí que me ponía algo torpe y nerviosa. espere unos minutos en que mi cerebro funcionara. —No por nada, solo por decir algo.—dije con una sonrisa que intente hacer parecer sincera, pero por el rostro de Dylan, creo que no logre mi objetivo.
—Lo entiendo.

Trajeron nuestros platillos y comenzamos a comer. Solo hablabamos de cosas cualquiera, no tocabamos aun nada personal. La verdad es que yo no hablaba mucho de MI vida, hablaba de mi mamá y de mi familia. Pero de MI no.

Terminamos de comer y Dylan no me dejo pagar lo que yo había desayunado. Salimos y nos despedimos con un...
—Nos vemos en unas horas, muchas gracias Dylan, pero no tenias porque pagarme.
—No, nada de eso. no me molesta y esta bien, un hombre siempre debe invitar a una dama.
—Muchas gracias—dije tímida.
—Bueno, voy para allá— señalo hacia átras.
—SI, y yo voy hacia allá... direcciones contrarias. Pero me alegro caminar contigo, eres buena compañía. —dije sincera y el sonrió.
—Gracias, lo mismo pienso... entonces nos vemos al rato.
Nos íbamos a despedir de beso, pero como que al momento los dos no supimos que hacer y nos despedimos con la mano.

Lo vi alejarse y así emprendí la caminata de regreso.
Mi celular comenzó a sonar, lo tome y vi que el número era el de Joe. Mi corazón comenzó a acelarse, parecía que se me iba a salir.

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